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"La obsesión del demonio" Cap 18: La venganza de Irene




Con una sonrisa revisaba las fotos que había tomado durante la tarde mientras Youngho conducía a su lado.


Después de aquel episodio extraño en el que sintió la tensión de aquellos hombres, olvidaron por completo que Lucas debía pagar penitencia, continuaron el juego un par de minutos, ocasiones en las que Jungwoo, Taeyong y él mismo tuvieron que pagar penitencia.


Taeyong fue desafiado para lanzarse al agua fría del Iago Garibaldi aunque, desde el punto de vista de los demonios, aquello era como un juego de bebés, no había temperatura que les hiciera daño ni mucho menos un poco de agua, la ropa podían secarla al alcance de un chasquido, Jungwoo tuvo que regar un camino de besos lentos en toda la zona izquierda del cuello de Lucas, había sido evidente lo caliente que se había puesto cuando el muchachito dio un suave gemido.


Si hubiese podido tomarlo y hacerle el amor allí mismo lo habría hecho.


—Tu aura es diferente ¿Te sientes mejor? —la voz de aquel hombre irrumpió el silencio.


—Mucho mejor, aunque después de pagar mi penitencia bailándole a usted, creo que me siento el hombre más patético del mundo —sonrió al recordar las risas de los demás— por favor olvídelo.


—No, me pareciste el hombre más caliente del mundo así que, imposible —le guiñó el ojo haciéndolo sonrojar.


Después de unos minutos en un cómodo silencio, llegaron a la casa de los Lee. Youngho apagó el motor y se movió un poco sobre su asiento emitiendo el exquisito sonido del cuero de este, Mark apretaba sus manos ansioso por alguna razón. Dio una pequeña mirada a la casa y luego al hombre a su lado, se sentía profundamente agradecido por la salida de esa tarde, haciendo algo diferente que incluyera a sus mejores amigos y a los hombres por los que estaban interesados.


Tragó saliva y sonrió con la comisura labial izquierda.


—Esta noche mis padres se quedarán en el hospital cuidando de Felix — rascó la piel de su nuca ansioso, no quería sonar vulgar o algo por el estilo— y no me gustaría estar solo ¿Podría quedarse conmigo?


Abrió los ojos y observó al muchachito, Mark estaba inquieto por el silencio prolongado pero era evidente que lo deseaba a su lado, se lo había pedido. Después de aparcar donde se lo había

indicado, se dirigieron a la cocina. Youngho le pidió que se sentara para prepararle comida, el corderito no sabía cocinar siquiera un huevo frito y él estaba dispuesto a complacerlo.


—Puedes ir a ducharte mientras tanto ¿Sabes? prepararé la cena.


Después de un momento en el que se cercioró que el humano estuviese quitándose la ropa para ingresar en el baño, abajo en la cocina aparecieron los otros dos íncubos. Los tres fruncieron el ceño porque sabían lo que debía pasar.


—No tengo mucho tiempo Youngho — exclamó TY— le dije a Ten que pasaría al baño ¿Qué vamos a hacer?


—Soy el único que no está con su humano, ya saben, sus padres pidieron una hora estricta de llegada así que...


—Y yo no dejaré al cordero solo en su casa, es la fuente principal de ataque de esa jodida perra.

Yukhei ¿Puedes pedirles a los servus que vayan tras su búsqueda? convéncelos, diles que les daremos la energía de nuestras victimas durante la semana.


Asintieron antes de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, no podía dejar pasar un solo segundo sin ocuparse respecto a esa súcubo, había ido a espiarlos en el viaje al Parque Garibaldi a pesar de las advertencias. Si no la hacían desaparecer uno de los muchachos iba a terminar gravemente herido, si es que no muerto.


Una vez solo, el demonio miró la cocina ¿Era necesario fingir que preparaba comida cuando nadie lo vigilaba?


Mark enjuagó el último rastro de shampoo de su cabello, había procurado tallar su piel con una esponja y mucha espuma de jabón. Después de salir revolvió la cabeza como un cachorro recién mojado, sostuvo una toalla y secó su cuerpo, nunca se había vestido tan rápido en su vida.


Después de estar listo bajó descalzo por la escalera y llegó hasta el comedor donde vio un centenar de deliciosos platos servidos, a su lado aquel hombre los señalaba orgulloso.


—No voy a creer que ha cocinado todo esto, señor ¿Servicio a domicilio?


—Hay que utilizar los recursos a nuestro favor —si, claro, si utilizar poderes sobrenaturales contaba como recurso, entonces sí.


Cuando estuvieron en la mesa, el demonio tuvo que usar todas sus fuerzas para no descontrolarse cuando Mark rezó en suaves murmullos. Aunque, para su sorpresa, había sido más tolerable esta vez ¿Se debía a que estaba enamorado? Conversaron, comieron y bebieron una suave copa de vino tinto, cada momento que pasaba con ese muchacho se sentía más atraído ¿Cuantas plumas más iba a perder por eso?


—¿Sucede algo señor Suh? —se atrevió a preguntar cuando llegó del baño y lo vio allí sentado en la orilla de la cama con el rostro entre sus manos. Al escucharlo levantó la mirada.


—Estaba esperando que llegaras, no me... has dicho donde debo quedarme ¿Te parece bien el sofá?


Mark meneó la cabeza, el señor Suh había cambiado sus expresiones, algo lo estaba pasando y no sabía que era pero lo había percibido incluso en el paseo. No quería indagar demasiado, temía encontrarse con algo desagradable, no habían hablado de lo que ocurriría después de la graduación o cualquier cosa que revelara el futuro de la ¿Relación?


Sin decir una sola palabra le indicó la cama, era extraño pero su calor envolviéndole el cuerpo tenia un delicioso efecto para su sueño y su seguridad, no iba a poder dormir si sabía que estaba en la habitación de huéspedes.


Youngho se quitó la camisa negra y todo lo demás para quedar únicamente con ropa interior, su cuerpo fornido encajaba muy bien, el muchachito en cambio se había puesto una pijama oscura de género que le sentaba muy bien con su cabello rebelde. No fueron necesarias las palabras, Mark y él ingresaron a la cama bajo las sábanas y como si sus cuerpos lo pidieran terminaron abrazados en forma cucharita.


Después de apagar la luz ¿Cuánto tiempo había pasado? había intentado dormir pero su ser completo picaba con algo. Se concentró un momento y por los ciclos respiratorios se dio cuenta que Johnny seguía despierto.


—Tampoco puede dormir ¿Verdad?


—Corderito —susurró sobre su cuello, trató de no gemir pero las manos de aquel hombre estaban cubriendo su abdomen, el calor que emanaban, la presión de cada uno de sus músculos sobre su cuerpo, el perfume de su piel, todo era difícil de evadir— ¿Qué estás haciendo conmigo?


—Señor Suh —balbuceó— ¿Qué?


—Me vuelves loco, pequeño, cada cosa de ti me tiene obsesionado —besó su nuca mientras las manos viajaba por todo su abdomen, incluso sobre los pequeños pectorales hasta volver al sitio inicial, sus manos se perdían bajo la camiseta que llevaba puesta— me hace daño verte mal.


Todos los receptores del cuerpo de aquel humano se estaban encendiendo, podía percibirlo por como quería encajar más contra él o como una erección marcaba el pantalón de género. Respiraba agitado sobre su oreja, necesitaba expresar todo lo que su endemoniado ser estaba albergando pero ¿Qué era? ¿Cómo lo hacía? Mark se volteó sobre su estómago, encendió la luz tenue de una lámpara cercana a su cama y volvió allí pero esta vez mirando de lleno su rostro.


Sus ojos brillaban y lo observaban con tanta pasión que se sintió abrumado, no quería verlo muerto, no quería que alguien le hiciera daño, sabía que ambos corrían peligro al lado del otro pero no podía apartarse cuando había aceptado que estaba enamorado. ¿Cómo no hacerlo? A pesar de su férrea creencia religiosa le estaba entregando su cuerpo.


Estiró la mano hacia él y acarició su rostro, la situación de Felix de alguna manera los había acercado, no todo era joder y sexualidad, esto era una preocupación por el muchacho más allá, más "humana".

—Me gustas mucho, perdóname si no soy lo suficientemente bueno para ti.

Mark creía que era el dueño de un club sexual, un prostituto o algo por el estilo cuando la realidad era aberrante, era un demonio jugando a ser un humano, un demonio enamorado, un demonio obsesionado.


Mark no tuvo tiempo de responder. El íncubo que estaba nublado por el cariño que le tenia, lo acercó, enredó sus musculosas piernas con las del muchacho y sostuvo su rostro con ambas manos para besarlo. Lee se sentía ahogado con todo el calor que lo cubría, estando con él todo aquellos temores de la bisexualidad se disipaban, solo estaba Johnny Suh y eso importaba.


Con mesura sostuvo su pantalón de pijama y lo descendió por sus piernas, hizo Io mismo con la camiseta. Ambos estaban únicamente con ropa interior y el calor piel contra piel encendía todo

lo que debía estar encendido.


—No puedo dejar de pensar que tu cuerpo encaja tan bien con el mío — chupó su lengua hasta hacerlo gemir, Mark tenía las piernas enredadas en sus caderas y los brazos tras su cabeza,

acostado de lado con solo la luz tenue como testigo— mi corderito.


—Repítalo otra vez —jadeó mordisqueando su barbilla, ambos se besaban con los ojos cerrados.


—Mi corderito, mío, mío —presionó sus labios, sus manos acariciaban desde los hombros anchos hasta su cintura— mío.


No había rincón que no deseara obtener de Mark Lee, no había querido tocarlo de esta manera porque el muchacho estaba carente de energía, pero ahora todo era tan distinto, quería entregarle fuerza, quería que disfrutara, quería "quererlo".


Jadeó aterrado pensando en lo evidente, estaba tan cegado de pasión y sentimiento que cuando lo miró a los ojos después de un extenuante beso supo lo que debía hacer. Quería hacerle amor. Podía desaparecer para siempre antes de lanzarse a la perdición de su existencia pero, mierda ¡Realmente quería hacerle el amor! Podía dejar el sexo duro para después.


Se sentó de rodillas cuando Lee apoyó la cabeza sobre una almohada, Johnny Suh se veía ardiente, precioso pero también parecía quererlo con sus ojitos rasgados y su cabello negro desordenado, se veía evidentemente más vulnerable ¿Cómo podía hacerle entender que todo estaba bien?


—Lo quiero —susurró Mark porque era la verdad.


El íncubo se sentía torpe ¿Cómo era hacer el amor? miró de pies a cabeza al humano y solo dejó que los aterradores sentimientos que guardaba en su esencia salieran flote. Agachó la cabeza y se dedicó a besar su frente y varios sectores del rostro de Mark hasta apoderarse de sus labios con calma, sabía tan bien. Luego descendió por su cuello y presionó su boca en la clavícula hasta mirar sus pectorales. Los mordisqueó hasta que lo sintió temblar, el cordero descansó una mano en la nuca para presionar más las mordidas, se estaba entregando con confianza. Besó toda la zona de las costillas y movió la nariz por el abdomen mientras seguía regando besos.


Sus gemidos, sus suaves gruñidos, con calma quitó la ropa interior y luego lo miró desde lo alto cuando estuvo completamente desnudo, su piel blanca lechosa, era hermoso y vulnerable y suyo, porque sí, lo había reclamado como tal aunque las barreras de la existencia y religión los separara. Levantó una de sus piernas y besó con ternura su tobillo, viajó por su pantorrilla, su rodilla y luego mordió la cara interna de su muslo izquierdo, la respiración de Lee estaba más agitada pero no quería adelantarse a todo, realmente quería dedicarse a consentirlo.


—Bendito ese día en el que chocaste conmigo, bebé —lamió la zona inguinal y presionó con sus generosos labios los testículos hasta hacerlo gemir— eres tan hermoso.


Hizo lo mismo con la pierna derecha y cuando hubo acabado, se dio el mismo tiempo para chupar la erección que el humano tenía. No eran felaciones rápidas y duras, estas eran más lentas y húmedas lo que lo hacía aún más doloroso. Mark gruñó y jadeó, pero su mano no estaba en la cabellera de Johnny Suh para guiar el contacto, estaba allí haciéndole cariño mientras lo chupaba.


—Ohhh señor Suh —mordió su labio inferior pero aquel hombre experto soltó su miembro y parpadeó atolondrado.


—Voltea sobre tu estómago, pequeño.


Era evidente que aquellos eran apodos bonitos porque su corderito no era pequeño, era un hombre de 18 años con muchas facetas que seguro reconocía, masculino y llevado de sus ideas en ciertas ocasiones pero bonito y de buen corazón por otra parte.


Colocó una rodilla a cada lado de sus muslos y se inclinó hacia adelante para besar todo el camino desde su nuca, continuar por la linea de su espalda hasta detenerse en la curvatura de su trasero respingón. Tiró un pelo de su pierna para inquietarlo pero luego silenció su propia risa con lo bien que se sentía acostándose sobre él cubriéndolo por completo, distribuyendo su fuerza solo en los brazos.


—Dime que quieres que te haga, solo pídemelo que estoy a tu servicio.


Mark se movió y se sentó de rodillas para tenerlo cara a cara, no dijo nada más que abrazarlo y presionar su rostro en la curvatura de su cuello mientras susurraba cuanto lo deseaba.


Youngho se quitó la ropa interior y cayó sobre el colchón con el muchachito sentado sobre sus muslos, con las piernas tras su espalda y las manos sobre los pectorales.


—Es un hombre muy atractivo, me gusta la punta de su nariz, parece de un oso —sonrió cuando besó lo que indicaba— y sus labios son tan generosos —los lamió hasta hacerlo gemir— me gusta estar refugiado aquí, usted me hace sentir seguro.


Youngho acarició su barbilla y la zona sobre sus labios superiores, podía adivinar que se afeitaba pero también sabía que no le crecía demasiado vello. Lo abrazó y miró directamente a los ojos. El cuerpo de una mujer era realmente una pieza de arte, en sus 20.000 años humanos nunca se le pasó por la mente desear a un hombre pero bastó con chocar un día con Mark Lee para que su mente y existencia estuviesen dedicadas a su persona.


Puso atención en su boca y la cubrió con la suya para besarlo. Amaba los besos y como se entregaba, agradecía que el cordero fuese su primera vez en esto.


Entre jadeos, las manos del demonio viajaron por la espalda ancha del muchacho hasta llegar a sus nalgas suaves y generosas, las masajeó con hambre para darle calor antes de volver a acostarlo y extender sus muslos hacia los costados. Agachó su cabeza para usar su propia lengua demoníaca, su chico sabia y respondía exquisito, los suaves gemidos salían de su boca de manera repetida mientras entraba y salia allí.


—Voy a introducirla hasta el fondo cuando tú me lo pidas —se refería a su miembro.


—Estoy tan caliente —gruñó, Youngho se mordió el labio fascinado cuando usó sus dedos y lo acarició por dentro para que se relajara— por favor, señor Suh —gimoteó.


El íncubo se agachó hasta el costado de su rostro y lo lamió con mesura hasta sentirlo jadear más rápido. Quería que disfrutara, quería que se sintiera deseado, tal vez quedó demasiado tiempo besando con ternura su cuello que no se dio cuenta como el corderito sudaba desesperado. Succionó su labio inferior mientras con su mano sostenía su pene y lo iba metiendo donde correspondía.


Mientras estaba en el proceso lo tomó entre sus brazos para que se sentara sobre él y encajara como la pieza que le faltaba. Lee se desesperó por el placer y enterró sus dientes en el hombro de aquel hombre mientras le rogaba que se moviera.


¿Qué hacía esto, diferente de las 2 veces anteriores? que Youngho el demonio ya estaba asumido como un demonio enamorado y que toda esa fuerza que había rechazado ahora la usaba para

entregarle energía a su humano.


Estuvieron besándose, probando posiciones y haciendo crujir la cama deliciosamente, hasta que se corrieron casi en conjunto mientras atravesaban un orgasmo poderoso, todas sus entrañas se contraían mientras gemían fuerte contra el cuello del otro.


El orgasmo más deleitoso que compartieron hasta ahora.


Youngho fue al baño y con una toalla humedecida limpió los restos de semen que había salpicado dentro de su chico y las gotas que él le había derramado en el abdomen.


—Estoy tan cansado ¿Dormirá conmigo? —preguntó el cordero con los párpados a medio cerrar, estaba utilizando a ese hombre de 1.90 metros como un enorme oso de peluche, robándole todo el calor que tenia.


El íncubo lo miró y asintió igualmente agotado, con la garganta estrecha acarició su figura hasta que lo vio rendirse y quedar profundamente dormido. ¿Cuántas plumas iban a caer después de esto?


Chasqueó los dedos para apagar la luz y cerrar sus ojos sintiendo la respiración cálida de Lee en su cuello, ya nada le importaba, también estaba durmiendo.


"Yo también te quiero, muchacho".


Viernes 15 de junio 2018, 6 días después.


Iniciar la quimioterapia tenía altos riesgos, era un proceso que constaba de fases y distintos medicamentos combinados tanto para atacar las células cancerígenas como para sobrellevar los

efectos secundarios, podía tardar según el tipo, la agresividad del cáncer como otras cosas.


Habían logrado estabilizar un poco a Felix, que había llegado con un sistema inmune deteriorado y con pocos glóbulos rojos. El subtipo de leucemia que tenía era muy agresivo y no podían esperar mucho tiempo para tenerlo en mejores condiciones para la quimioterapia por su alta capacidad de propagación, razón por la cual iniciaron el tratamiento el día lunes. No había día que no rezara a Dios para que saliera adelante, no había día que no lo fuera a visitar y bromearan respecto a lo guapo que se veía sin su cabello.


—Lloró mucho pero en absoluto silencio cuando la máquina hacía lo suyo —les comentaba— tomé parte de su cabello y lo guardé en un pequeño sobre donde escribí la fecha y la hora, para después comentarles a sus hijos el héroe que tenían por padre, porque... bueno, espero el día de mañana Felix salga de esta y haga su vida normal.


—Lo hará —decía la preciosa madre de Chittaphon, una mujer de baja estatura pero menuda y joven— y será un gran testimonio para otros que pasan por lo mismo.


No esperó para verlo con los ojos llenos de lágrimas, la madre de Ten lo acurrucó contra su cuerpo mientras le decía lo buen hermano que era y que todo el mundo se daba cuenta.


Estaban en el estacionamiento de St. John Brebeuf RegionaI Secondary School. Tal vez era el hecho de ser el alumno estrella de su generación pero se le permitió invitar a las personas que fueran necesarias. Para Felix era imposible dada su condición, uno de sus padres iba a asistir mientras

el otro se quedaba con el muchacho hospitalizado, pero Mark se los impidió.


"Por favor no vayan a verme, utilicen esas horas para invertir en ustedes mismos, salgan, coman algo, vean el cielo, caminen, mi hermano los necesita fuertes y despejados".


Había sido un motivo de discusión entre ellos ¡Era aberrante no asistir a la graduación de su primer hijo! pero para Mark era mucho más importante que sus padres se distrajeran, la rutina hospitalaria los estaba consumiendo. Solo aceptaron cuando los padres de Chittaphon dijeron que acompañarían al muchacho y que tomarían todas las fotos necesarias.


—Voy a graduarme ¡Al fin voy a hacerlo! —susurró agudamente Jungvvoo en su oído cuando lo abrazó después de correr a su encuentro, había llegado con sus padres que parecían "orgullosos" de aquello.


Los padres de Chittaphon, Ten, Mark, Jungwoo y sus padres, estuvieron charlando un momento hasta que tuvieron que separarse, los muchachos debían reunirse con sus cursos para la entrada especial a la ceremonia.


Mark ajustaba su uniforme mientras esperaba que dijeran su nombre, ansioso desvió la mirada hacia el costado donde estaban los profesores y mordió sus mejillas por dentro al ver a Johnny Suh con un traje formal. Mierda, se dio cuenta que más de alguna mujer estaba con los ojos puestos en ese hombre y su estómago se revolvió ¿Eso eran celos?


Tal vez la atracción era demasiado fuerte pero aquel hombre desvió los ojos hacia él, no estaba sonriendo pero un pequeño guiño fue suficiente para que su corazón latiera más rápido, se veía jodidamente atractivo.


De pronto frunció el ceño y le hizo gestos con la cabeza, no entendía que sucedía hasta que un compañero meció su hombro mientras le decía que acababan de decir su nombre. Después de una hora más la ceremonia había finalizado y los alumnos se movían de sus asientos para encontrarse con sus invitados. Jungwoo miraba a sus padres pero antes de poder sacarse una foto juntos, la confusión en sus rostros lo hizo voltear.


—Disculpa ¿Tú eres Kim Jungwoo? —el aludido ni siquiera pudo jadear ¡¿Cómo era posible que Lucas se atreviera a acercarse?! además, mierda, vestido con un traje formal lucia todos los

sinónimos y más de la palabra guapo.


—¿Quién es usted? —el padre de Jungwoo frunció el ceño, no era buena señal si aquel rubio traía un ramo de flores entre sus manos.


—Discúlpenme, no tuve la delicadeza de presentarme, soy Elliot, hermano mayor de una compañera de Jungwoo, ella prefiere estar —sonrió meneando la cabeza— estar en el anonimato, pero me mandó a entregarte esto porque no se atreve, le gustas mucho —continuó sonriendo aunque por dentro el deseo de golpear a los padres era alto, era detestable por decirlo menos la manera en la que sus rostros habían pasado del espanto al encanto con solo unas palabras— por cierto, felicidades.


—Gracias —suspiró desviando la vista con rapidez a las flores para no ser tan evidente en el deseo que tenía hacia ese hombre.


El demonio se despidió escuetamente y salió de allí hasta salir del gimnasio mientras los padres de Jungwoo lo felicitaban por robarle el corazón a una muchacha. El muchacho se sintió con el corazón herido por la actitud de sus padres, pero respiró el aroma de sus flores para calmarse.


Mientras caminaban al encuentro de Mark divisó una pequeña tarjeta escondida entre unos pétalos.


"Eres más increíble de lo que puedes imaginar, felicidades Jungwoo, ahora persigue tus sueños <3 -LW".


Necesitaba correr a sus brazos y rogarle por que lo besara, necesitaba su calor, su dulzura, la delicadeza de tratarlo como una flor y decirle que merecía mucho más que todo ese asunto de Diavolo.


Ten se secó disimuladamente unas lágrimas antes de abrazar a sus amigos, estaba orgulloso de ambos ¡Darían un paso muy grande cuando fuesen a la universidad!


Youngho necesitaba acercarse a su corderito incluso si debía fingir que era en modo profesor-alumno, pero lo veía tan contento con los familiares de sus amigos que tuvo que contener ese sentimiento, después podría hacerlo. Antes de seguir pensando un grupo de alumnas le pedían sacarse una foto con él, sabia el efecto que tenia en ellas. Cuando se desocupó, el director lo llamó para hablar en su oficina, tal vez era la última chance de convencerlo para que hiciera clases.


—Lo lamento, debo ir al baño —murmuró Mark apretando ansioso la mano en su abdomen, su vejiga era enorme.


—¡Te esperaremos en el auto cariño! — alzó al voz la madre de Chittaphon.

Corrió tan rápido como pudo por los pasillos porque no sería capaz de orinar en los del gimnasio. Cuando llegó al primer baño de hombres vació su vejiga suspirando aliviado. Después de lavarse afanosamente las manos caminó con cuidado hacia la salida, tenía la esperanza de encontrarse por sorpresa con el señor Suh y arrancarse la boca a besos a modo de despedida en lo que fue su oficina.


Sí, agradeció el golpe de aire tibio cuando salió del colegio, sus pensamientos habían empezado a tomar una dirección fogosa. El cielo estaba oscuro, la ceremonia había sido durante el atardecer así que se paró un momento a identificar el auto de la familia de Ten.


Cuando lo vio caminó con una sonrisa, quería volver pronto a Vancouver y abrazar a su familia mientras les mostraba las fotos que los Leechaiyapornkul habían tomado, no le importaba si estaba con delantal, gorra, guantes y mascarilla para entrar a la habitación o si preparaban otro día una cena de felicitaciones, solo podía pensar en Felix.


—¡Llegue! —dijo al cerrar la puerta.


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El tailandés miró su teléfono ¿Cuánto más iba a tardar en el baño? Estaba apoyado en la puerta del auto esperando, tal vez se había encontrado con Mr cachondo y tenían un delicioso encuentro, pero sabía que no era posible, la necesidad de su mejor amigo por correr a los brazos de su hermano superaba el deseo carnal que podría desatarse en ese momento.


—No te preocupes papá, voy a llamarlo, seguramente no nos encuentra, oscureció rápido.


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Mierda. Cuando se dio cuenta que se había equivocado trató de abrir la puerta pero esta estaba bloqueada, incluso si levantaba el seguro no había forma que esta se abriera. Lentamente

miró hacia el conductor pero solo podía ver alguien femenino con el rostro totalmente cubierto como un criminal.


Abrió su boca pero la voz quedó atascada allí, el terror estaba apoderándose de cada fibra muscular, tejidos y la sangre, el vapor salió de sus labios que se estaban tornando violáceos mientras la barbilla temblaba, la temperatura había descendido drásticamente.


—Una sola palabra mocoso de mierda y te mato con el arma que tengo aquí— mientras conducía se la mostró, era un revolver, la forma de su silueta lo delataba—vamos arreglar unas ciertas cosas, tal vez... tal vez te vayas antes que tu hermano al cielo.


Era imposible identificar la voz o saber qué edad tenía la muchacha, estaba algo distorsionada y destilaba desprecio en demasía, Lo único que sabía era que lo conocía y sabía de su situación familiar.

Mierda, estaba siendo secuestrado ¡Estaba siendo secuestrado! con los dedos temblando sostuvo su teléfono en el bolsillo pero cuando lo observó este no prendía aún cuando lo había cargado antes de la ceremonia.


—Déjeme ir, por favor... necesito llegar al hospital —susurró con las uñas enterradas en sus muslos— por favor.


No supo como logró alcanzar su brazo hasta atrás, pero la secuestradora golpeó la cabeza de Lee con el arma tan duramente que lo aturdió lo suficiente para que se desparramara en el asiento con náuseas y una suave gota de liquido caliente derramarse por los costados.


Todo le daba vueltas mientras podía sentir como el vehículo aceleraba con creces por una autopista, tal vez lo suficiente para ser detenida por ir en exceso de velocidad. Cerró los ojos derramando lágrimas y pensando en su familia mientras gritaba por ayuda.


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—No ha contestado las llamadas, ya han pasado media hora ¿Y si está enfermo? —la madre de Ten exclamaba en tailandés con mucha preocupación.


—Espera —sostuvo su teléfono y marcó a su otro mejor amigo, su corazón estaba estrujándose— Jungwoo ¿Mark está contigo?


Hubo un silencio al otro lado de la línea que duró solo un par de segundos. Pudo escucharlo tragar saliva.


—Pero, Ten... yo lo vi entrar al auto de tu familia, estaba despidiéndome de unos amigos cuando lo divisé en la distancia dime que estás bromeando.


—Mierda, pedazo de... ¡¿Cómo puedes creer que estoy jugando?! —bramó apretando el teléfono con el pánico y la ira tomando control de su persona— no contesta su... no está con nosotros ¡No

era nuestro auto!


Cuando obtuvo el número de aquel hombre lo llamó rogando que le contestara, tal vez sus plegarias habían sido escuchadas porque después de 2 tonos, pudo escuchar la voz de aquel hombre.


—Señor Suh soy Chittaphon el amigo de Mark ¿Se encuentra él con usted? Jungwoo lo vio subir a un vehiculo idéntico al nuestro, pero no contesta sus llamadas... —se quebró.


—No —lo sintió contener la respiración hasta que la voz pudo salir nuevamente— Chittaphon no llames a la policía, usaré mis contactos para rastrearlo su voz sonaba más pesada— no le cuentes a sus padres aún y por favor dirígete de vuelta a Vancouver, ten tu teléfono a mano, te estaré avisando.


No pudo responder porque aquel hombre cortó de inmediato. Youngho, que se había dirigido a un

sector de centroamérica para cobrar una víctima, chasqueó los dedos para aparecer en el subterráneo de Diavolo. Yukhei y Taeyong estaban parados con los brazos cruzados y el ceño fruncido dispuesto a escuchar noticias,


—Vayan a cuidar a sus humanos ahora ya, Mark fue secuestrado, puede ser un plan de Irene —habían intentado rastrearla pero la perra se escondía muy bien— ustedes —apuntó a los demonios bajos de estatus inferior y aspecto indeseable, los servus esperaban órdenes— los necesito atentos para cubrir nuestras espaldas.


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"Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a..."


Irene gritó llena de ira, sus plegarias aunque fuesen en susurros no hacían más que dañar su existencia, todo su cuerpo dolía, sus ojos se estaban volviendo absolutamente negros mientras la sangre negra, evidencia de su endemoniado ser, brotaba desde las comisuras labiales.


Apretó el acelerador hasta el fondo ¿250 kilometros por hora? tal vez más. Mark lloraba y gritaba porque era incapaz de estar quieto, sabía que iba a morir por el impacto, un accidente, no había forma de salir vivo de esto, no había cinturón de seguridad.


Alzó su cuerpo hacia adelante y vomitó, el golpe en la cabeza y el exceso de velocidad lo estaba dañando.


—Vas a morir, pedazo de mierda humana ¡Voy a acabar con tu vida para que Youngho entienda que conmigo nadie juega!


Nadie podía ver el vehiculo porque estaba hechizado, pero si se incrustaba contra algo de seguro todo ser viviente moriría al instante. No estaban en la carretera principal, pero su objetivo era muy claro.


—¡Basta! ¡Bastaaaa!

Sonrió, era ahora o nunca. Mark, que estaba abrazando su cuerpo mientras lloraba desesperado, pudo sentir el golpe de algo muy violento contra el parachoques, algo había reventado en algo tan estruendoso que un pitido dañó sus oídos. Estaba... ¿Muerto?


Youngho había caído desde el cielo sobre el auto para frenarlo e incluso usó de su fuerza para que el efecto no hiciera volar lejos el vehiculo.


Estaba cegado, si antes había tenido ira ahora no sabía siquiera como hacer llamar a este estado. Solo pudo enfocar la figura caprichosa de Irene que no hizo el menor intento por desaparecer. La sacó tomándola del cuello cuando la muchacha se dejaba ver como súcubo, su transformación humana no duraba mucho.


—Te lo advertí, maldita perra, te lo advertí... ¡Te lo advertí! —apretó sus puños con tanta fuerza que pudo retenerla, ni siquiera tendría la capacidad de hacerse una niebla negra— vas a caer, voy a hacerte desaparecer.


Irene estaba viendo nublado, su estado demoníaco incluso era deplorable, sus alas bajas y con pocas plumas negras cubriéndola, su voz incluso no podía salir con el mismo poder de antes. Derramaba sangre negra por su boca, sus afilados dientes se apreciaron cuando sonrió con dificultad.


Había deseado vengarse de Youngho, porque estaba obsesionada con él, porque no toleraba que estuviera interesada en un humano, porque había cambiado contra la reglas del infierno, por ser el favorito de Rosier y el gran Asmodeo ¿Acaso llegaría a ser el favorito del amo supremo, Lucifer?


—Voy a arrancarte las alas, vas a desaparecer de la existencia, los demonios van a... —entrecerraba sus ojos rojos.


De aquí en adelante ya nada importaba. Miró alrededor antes de volver a sonreír. Sabía que iba a ser acabada, pero esto era un juego de a dos.


—En... ¿En serio? pues —miró la apariencia del demonio con la respiración agitada, su misión se había cumplido— déjate de mentir, Youngho, eres un demonio, deja de jugar a ser un humano enamorado, la aberración será tu peor castigo.


Con dolor extendió su mano hacia el frente para indicar un punto en particular. Cuando el demonio siguió la dirección de su movimiento, su rostro completo se desfiguró, incluso la fuerza de sus puños (Que emanaban fuego rojo) desapareció por completo dejando que la súcubo lograra escapar.


Lentamente miró su propio cuerpo, estaba levitando, sus alas negras estaban extendidas hacia atrás y por sobre lo alto, su estatura había aumentado, el iris de sus ojos era de color rojo, su cabello estaba un poco desordenado y había hablado con la voz distorsionada todo el tiempo. La vida parecía haberse ido alrededor de su existencia.


Nada habría importado en realidad, excepto por el miserable detalle. Despeinado, herido, pálido, temblando y afirmándose de la puerta del auto, pudo divisar al muchachito.


—Youn... Youngho —susurró el corderito.


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1 Comment


eden green crown
eden green crown
Mar 13, 2021

NOOOOOOOOOOOOOOOOOO ajskl nooo, Mark Lee se va a morir de la impresión

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