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"La obsesión del demonio" Cap 22: Perdóname






Su corderito lo necesitaba a su lado y Dios estaba permitiendo todo esto ¿Cuál era su propósito?

Si la situación hubiese sido distinta habría sonreído con sinceridad pero el motivo de trasfondo no era bueno, Felix Lee estaba mal y debía proteger a Mark de cualquier pensamiento de índole negativa o autodestructiva.


Las ironías de la vida no eran bonitas. El muchacho apreció con ansiedad como aquella figura que estaba agachada en el suelo fue levantándose lentamente hasta erguirse en su totalidad, la diferencia de altura mientras era demonio era abrumadora, estaba seguro que había crecido más.


Tragó saliva, pantalones negros se ceñían a sus bien formadas piernas mientras que su tórax desnudo mostraba los suaves relieves de sus músculos.


—Youngho es mi nombre, no existen los apellidos, solo... youngho —estiró la mano y acarició el rostro de Mark, se sentía muy bien que no lo rechazara y aceptara su muestra de afecto— soy

de la clase llamada incubo, somos demonios de origen masculino y tenemos la capacidad de robar energía provocando parálisis del sueño a nuestras víctimas o algo más común que es acostarnos con mujeres y tener relaciones sexuales... si su energía es muy débil acabarán muriendo —miró el suelo avergonzado, sus pies jugaban con la suave alfombra bajo ellos— no sé hacer otra cosa porque así me crearon.


—No tienes 26 años ¿Verdad? —negó y levantó el rostro cuando lo escuchó contener la respiración— ¿Qué edad tienes?


Las mejillas del demonio se tiñeron de color rosado como si la vida se posara en ellas, nunca antes le había pasado y una pluma cayó de sus alas cuando eso ocurrió. Mark vio el descenso y luego se

enfocó en Youngho.


—Nosotros no nos regimos por edades, no estamos vivos... pero podría decir que, si comparo el tiempo/espacio de esta dimensión, tengo 20... —Levantó una ceja escéptico— 20.000 años.


Los tobillos del cordero temblaron tanto que se abalanzó contra el cuerpo de aquel "hombre" para no caer y darse de bruces. Hace 20.000 años aún no se acababa el último periodo de la edad de hielo. La información era abrumadora, estaba frente a un ... no, definitivamente no podía ponerse a cuestionar todas las cosas en este minuto cuando lo único importante era su hermano Felix.


Después de un par de segundos, Youngho transformó su apariencia a una humana y la selló colocándose una pulsera de plata, las alas le conferían muchos beneficios pero ahora solo podía pensar en acomodar al hombre que quería en su cama y observarlo lleno de cariño. Así lo hizo.


Sostuvo los dedos de Mark y lo guió hasta la cama donde le ordenó que se acostara bajo las mantas, después él lo siguió por detrás y dejó que se aferrara a su cuerpo colocando el rostro sobre la curvatura de su cuello, que cruzara su brazo sobre el tórax y que su pierna izquierda quedara entre las suyas.


Sintió compasión, se veía tan pequeño de esa manera.


—No voy a abandonarte si tú no quieres, Mark —murmuró, sus ojos habían vuelto a ser oscuros— no tienes una idea de lo mucho que te extrañé.


El muchacho acarició su abdomen lentamente de arriba hacia abajo, el perfume natural que tenía la piel de "Johnny" era tan adictivo que no sabía como había soportado estar lejos de él 2 semanas, pero aqui estaba, a su lado y dispuesto a contener su pena. Disimular que quería llorar no tenía sentido, no se sentía menos masculino por eso ¿Quién no sufriría con la situación actual?


"Llora todo lo que puedas, estoy para ti" susurró contra su oreja.


—Tengo miedo de que Felix no quiera luchar, tengo miedo de perder lo más importante en mi vida que es mi hermano —gimió, sentía sus mejillas empapadas y ardientes— me siento tan impotente por no poder ayudarlo.


Y era en estos momentos que el demonio por primera vez sintió duda en su existencia, él arrebataba vidas con tanta indiferencia que no se imaginaba qué sucedía en la vida de esas familias que perdían un miembro.


Un dolor suave oprimió un lugar donde no debería haber algo, pero luego se perdió de forma ligera. "Arrebato vidas de gente que está desmoralizada energéticamente mal, personas sin proyección". ¿Y si eso no era más que la visión de las personas, cuando en realidad tenían algo más por lo que vivir?


Miró a Mark, lo escuchó llorar y podía darse cuenta que la situación de Felix no era algo que pudiese mirar con desprecio, una enfermedad tan miserable estaba causando estragos en más personas más que solo el muchachito, el cáncer estaba propagándose como sentimientos negativos en las personas que lo rodeaban como su hermano, sus padres, los amigos de Mark. Todo era una red.


Miró el techo de la habitación ¿Dios quería hacerlo sentir miserable? Cerró los ojos y las palabras salieron como un baño espontáneo.


—¿Y se han preocupado de cómo se siente él? —acarició su cabello y regó un par de besos en su frente—no sé lo que es estar enfermo, ni siquiera puedo imaginar lo que eso se siente, sé que es

válido todo tu dolor, pequeño pero la persona que tiene cáncer es Felix, ni tu padre, ni tu madre, solo él. Dime ¿Las probabilidades de éxito del tratamiento se reducen?


—Se reducen demasiado, la leucemia es muy agresiva y... —gimió y meneó la cabeza, se sentía desesperado— no, Youngho, él no puede morirse, él no va a morirse.


—Luchen hasta que él decida luchar y aunque debe ser muy difícil, respeten cada una de sus decisiones, recuerden que tu hermano es quien está entre la vida y la muerte, con dolores, con

náuseas, con una calidad de vida que no es la que un humano debería tener.


Se sentía tan hipócrita dando consejos de esa manera pero era lo que verdaderamente pensaba, de todas maneras ¿Por qué aquel Dios permitía este tipo de cosas en personas que no habían cometido ningún daño a la sociedad? Volvió a mirar el techo pero ahora con molestia y más dudas.


Envolvió al muchacho contra su cuerpo, sus rostros estaban unidos, sus respiraciones iban al compás mientras le susurraba cosas bonitas, mientras le daba esperanza de que las cosas irían mejor de alguna u otra manera o mientras le decía que estaba enamorado.


De vez en cuando le robó pequeños besos, acarició su cabello y hasta tarareó para que se llenara de calma.


¿El efecto? el corderito cerró los ojos aún sin desprender su rostro del suyo y se quedó dormido cuando en el preciso momento en el que los primeros rayos de sol salieron y bañaron la ciudad de

Vancouver.


El incubo cerró los ojos y se dejó llevar por los sentimientos que albergaba por ese hombre, así de manera calma también se fue quedando dormido.


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Miró el teléfono por un par de segundos, sabía que si lo seguía intentando Mark no iba a responderle porque lo había apagado ¿Por qué creía que podía enfrentar esto solo, si contaba con sus 2 mejores amigos para darle las fuerzas de las que carecía?


Se levantó con cuidado para no emitir ruido alguno pero cuando volteó a la cama vio a Taeyong boca abajo y con sus alas retraídas, estaba despierto sus alas retraídas, estaba despierto y lo observaba lleno de temor.


El tailandés tragó saliva, caminó hasta la cama y se sentó al borde de esta mientras sostenía un pequeño cofre de primeros auxilios. No había querido acercarse demasiado después de la escena en Diavolo porque saber que no era humano era aún impactante, sin embargo ya no podía esperar más tiempo, tenia que ayudarle.


El íncubo tembló cuando Ten sostuvo su mano y delicadamente empapó las heridas con alcohol que tenia el algodón.


—¿Por qué lo hiciste? —susurró— estas heridas están muy feas, te pondré unas vendas.


No dijo palabra alguna, siguió la figura del tailandés, solo así pudo percatarse de como sus ojos estaban enrojecidos con el llanto. Después de colocar un ungüento especial y otras cosas, vendó

su mano con delicadeza con una tela fina color blanca. El demonio sabía que podía curar heridas con un chasquido, pero las que eran causadas por objetos religiosos tardaban mucho si es que no eran, en el mejor de los casos, permanentes.


Chittaphon estiró su mano y acarició como pudo las alas de aquel demonio, eran preciosas, sus plumas negras parecían tener un brillo propio pero estaba seguro que se le habían caído algunas en la ala derecha. Taeyong decidió que era suficiente, lentamente empezó a transformarse en la apariencia de humano, sus ojos se oscurecieron, sus alas desaparecieron.


—Quería castigarme frente a tus ojos para demostrarte que estaba arrepentido.


—¡Yo no te pedí que te quemaras por mí! Yo... —negó con la cabeza de un lado a otro hasta que bajó el tono de su voz— es que... Taeyong, al menos dame el tiempo de poder procesar todo esto, no estoy hablando con un humano ¿Entiendes lo difícil que es para una persona común y corriente aceptar todo esto? ¡Eres un ser maligno!


El pelirrojo asintió, no importaba el tiempo en el que le hubiese dicho su verdadera identidad, cualquiera hubiese reaccionado mal. Se sentó en la orilla de la cama al igual que el muchacho y miró el suelo, se sentía extraño, confundido ¿Qué podía hacer? Si Leechaiyapornkul lo quería lejos de su vida iba a tener que entenderlo pero por otra parte Youngho había sido muy explicito cuando le contó a él y Yukhei sobre lo sucedido en el inframundo, iban a tener que vigilar a sus humanos porque Asmodeo sospechaba lo que estaba ocurriendo.


—Dime que hacer, Ten, porque ni siquiera sé que hacer con mi existencia —murmuró agobiado, estaba observando sus pies descalzos.


—Jungwoo dijo que... ustedes eran diferentes, que no eran malos... ¿Podrías siquiera explicarme eso?


La pequeña esperanza se instaló en Taeyong. Sus dedos delgados sostenían parte de su pantalón oscuro.


—Cuando piensas en un demonio solo hay maldad, soberbia, todos esos sentimientos que ustedes calificarían como negativos y no es una mentira, las cosas que he presenciado, lo que hay en el infierno, lo que otros demonios han cometido, todo es tan oscuro que ningún ser humano sería capaz de tolerarlo pero... —miró a Ten con afecto—hay algo malo en nosotros tres, algo que no concuerda, cada uno de nosotros está enamorado de un humano ¿Cómo puede un ser tan despreciable, tener la capacidad de albergar sentimientos positivos?


El menor revolvió su cabello confundido, tenia tanto deseo por esa entidad y había llorado tanto por él a escondidas que ahora que lo veía después de unos días todo el miedo y la oscuridad parecían insignificantes. Se paró y se posicionó en el espacio que TY dejaba entre sus piernas, sostuvo su rostro y lo observó buscando algún signo que le dijera que estaba mintiendo.


—He tenido tantas oportunidades para quitarte la vida pero no lo he hecho, estoy rechazando mi condición porque no me gusta ser... lo que soy —gimió desesperado, la verdad era aquella, ya

no le gustaba ser íncubo.


—¿Y qué puede hacer un humano que está enamorado de un demonio? ¿Hasta que punto Se puede llegar? —su barbilla temblaba, sus ojos estaban húmedos, sus manos se perdían en la cabellera roja de aquel "hombre" mientras este lo abrazaba por la cintura.


Tenia que aceptar que esto, aunque enfermo sonara, era real,


—Lo único que puedo entregarte, Chittaphon, es la promesa de que no voy a permitir que alguien o algo te haga daño, mi compañía y mucho... mucho afecto.


¿Hasta cuando podía estar apartado? Tenia mucho tiempo para poder sacarle información, entender el mundo de donde provenía y averiguar porque era tan diferente a lo que se imaginaba de un demonio.


Era hermoso, maldita sea, Taeyong era precioso, su barbilla afilada, la manera en la que parecía rendirle honores y respeto con sus ojitos brillantes. inclinó su rostro y unió su frente con la de él, ambos respiraban en conjunto y bañados en un ambiente cálido que habían creado. Por supuesto que había miedos e inseguridades, pero todo lo demás parecía ser mucho mayor.


—Por favor, no vuelvas a hacerte daño de esa manera —susurró, rozó sus labios hasta que lo escuchó gemir, necesitaba besarlo— no voy a alejarme pero necesito que me ayudes a aceptarte.


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Suspiró cuando sintió que ya no podía seguir durmiendo, era un milagro que sus padres no le hubieran dicho alguna cosa por la hora o tal vez comprendieron la situación, había estado hasta el amanecer tratando de comunicarse con Mark cuando se enteró del estado de salud de Felix.


Buscó con la mano torpemente bajo las sábanas y sostuvo su teléfono para ver la hora. Eran las 2 de la tarde.


Era sábado 30 de junio y de pronto algunas cosas llegaron a su cabeza, a partir de hoy podía ver su correo electrónico y ver la bandeja de entrada por si había llegado respuesta a sus solicitudes de ingreso para alguna universidad de Estados Unidos.


Fue al baño a vaciar su vejiga, luego descansó sus músculos con una ducha de agua caliente y cuando estuvo vestido sostuvo el computador portátil, se acomodó en la cama y lo encendió. Mientras esperaba que iniciara le dolió el estómago pensar en todas las cosas que se venían, había decisiones importantes que tomar que dependían de muchos factores. Se metió a Gmail, ingresó la clave pero en ese momento su padre alzó la voz con calma para pedirle que bajara. Jungwoo apartó el computador con cuidado y bajó al primer piso.


—Los padres de Chittaphon no quisieron entrar en demasiados detalles ¿Qué le ha sucedido a la familia Lee?


—Creo que la salud de Felix ha empeorado, he tratado de hablar con Mark pero apagó su teléfono —apretó sus manos, se sentía desesperado ¿Cómo podía contarle lo que pasaba por su cabeza?— papá, creo que tenemos que hablar sobre la universidad.


Las palabras habían sido pronunciadas con una voz más suave de la común evidenciando el temor, el padre de Jungwoo cambió su semblante, frunció las cejas mientras enderezaba la espalda en el sofá y lo miraba de arriba hacia abajo con los brazos tensos.


—¡Kim Jungwoo! ¡Jungwoo! —la preciosa mujer, su madre, bajó por la escalera con los labios apretados. El muchacho observó lo que cargaba entre sus brazos y la molestia llenó de inmediato su ser— ¡¿Puedes explicar lo que hay aquí?!


Iba a alcanzar el computador pero fue su padre en ese momento quien se paró, se desplazó más rápido y lo sostuvo, sus ojos fueron de inmediato a la pantalla y el contenido de esta. Tenía que ser una jodida broma de mal gusto aunque después de lo que había sucedido el año pasado nada parecía ser una mentira.


—"Estimado señor Jungwoo Kim agradeciendo su solicitud a nuestra casa de estudios y después de rendir las pruebas correspondientes en —siguió leyendo cada línea, se tardó un poco— su cupo

en la Universidad de Michigan ha sido aceptado para la carrera de Pedagogía aceptado para la carrera de Pedagogía en lengua inglesa..." —No continuó con el mail, ni las instrucciones, ni las otras felicitaciones. Simplemente apartó el computador en las manos de la madre de Jungwoo antes de observarlo— Supongo que no vas a aceptar ¿Verdad? ¡¿Supongo que mandaste las solicitudes en la Universidad de Columbia Británica?! —Lo apuntó con severidad.


Miró brevemente a su madre con los labios temblando, su respiración era un ir y venir, su pecho subía y baja a una velocidad, esto estaba llegando al límite de lo que podia tolerar.


—No mandé ninguna solicitud a universidades canadienses, voy a irme de Vancouver así lo quieran o no —apuntó a su madre— ¿Por qué tienes el descaro de entrar a mi habitación con el fin de controlarme? ¡¿Temes encontrar otra jodida foto de una orgía?!


Fue tal la sorpresa de sus palabras que sus manos soltaron de inmediato el computador portátil, aquel aparato se estrelló contra el suelo haciéndose añicos la pantalla. El padre de Jungwoo levantó la mano y le dio una bofetada tan fuerte que su preciosa piel lechosa se tiñó de inmediato de color rosado con la marca de la mano.


—¡Ella tiene el derecho de hacer lo que se le apetezca porque es tu madre y vives bajo nuestro techo! —lo empujó con las manos en el pecho, los ojitos del muchacho se llenaron de lágrimas— ¿Vas a tratar de ser un hombre por primera vez en tu vida? ¡Sécate los ojos! ¡HabIa masculinamente por Dios!


Tragó saliva y lo miró fijamente, se sentía tan desmoralizado que podía caerse hacia atrás, aún así se armó de valor y se paró frente suyo con la barbilla alzada, eran del mismo tamaño.


—Sería bueno que asumieran de una vez por todas que soy absolutamente gay y que sigo siendo hombre, ya no pueden controlar mi vida, ya no más.


—Me da vergüenza ser tu padre —dijo entre dientes—si no vas a vivir como nosotros lo digamos entonces puedes salir por esa puerta y jugar a ser un maricón de verdad.


Lentamente dirigió los ojos a su madre ¿No iba a defenderlo? aunque no podia esperar eso, era cómplice de las palabras que su padre estaba diciendo y no tenía reparos en registrar su habitación todos los días en busca de pruebas que le dijeran que seguía "practicando la homosexualidad".


Había sido aceptado en una buena universidad, era buena persona, buen amigo ¿Y no sabían ver más allá del hecho que le gustaban los hombres? Podía secar sus lágrimas y darles en el gusto pero solo los observó fijamente un par de segundos antes de apretar el teléfono en su bolsillo y caminar hacia la puerta. La madre dio un gemido y avanzó para tratar de detenerlo pero Jungwoo era más fuerte, movió el hombro con brusquedad y se volteó para enfrentarla.


—¡Me han herido de múltiples maneras por su maldita homofobia sin importales que sea su propio hijo! ¡¿Y me hablan de moral?! —las lágrimas en su mamá eran abundantes mientras que su padre estaba rojo de ira, sin siquiera dar un brazo a torcer— el día que sea un profesional voy a venir a mostrarles mi título y decirles que sí pude... y que soy muy feliz al lado de un hombre.


Abrió la puerta y la cerró tan fuerte que un cuadro que colgaba cerca se cayó al suelo. Podía escuchar como su madre habría la puerta para gritarle que regresara, pero decidió que no quería escucharla más así que empezó a correr sin un rumbo fijo, llorando, aterrado, apretando su teléfono en la mano y solo mirando hacia el frente.


No supo cuanto tiempo estuvo llorando mientras corría pero de pronto un movimiento violento lo remeció. Al abrir los ojos se encontró acostado de lado sobre una cama pero su llanto no cesaba, es más, incluso aumento cuando se incorporó sobre sus manos y vio parado allí en una esquina a Yukhei.


—Xuxi…


—Perdóname por permitir que ocurriera todo esto —sus ojitos estaban llenos de lágrimas, estaba con la apariencia de un humano, su figura fue cayendo hasta el suelo lentamente por la pared— todo esto es mi culpa, si no hubiese entregado la foto el año pasado ellos no sabrían lo que eres.


—Xuxi... —gimió mientras lloraba, no eran necesarias las explicaciones, él lo entendía todo.


Quizás su corazón estaba más cargado de pureza y de amor, o quizás las circunstancias de vida lo habían llevado a aceptar la realidad mejor que sus mejores amigos cuando se enteraron que el hombre que amaban no era un humano.


Flash Back


El íncubo estaba sentado de rodillas empapando todo su cuerpo y sus alas con la lluvia tormentosa que caía en la ciudad de Montreal, estaba contra el tiempo y tenia mucho miedo. Las lágrimas se confundían con las gotas del cielo, sus ojos estaban en el hombre que había hecho su existencia un poco mejor.


Su niño también lloraba, "Zeus" como Io había apodado, estaba con las rodillas temblando tratando de comprender porque Yukhei le había pedido que se reunieran aquí en medio de un lugar donde ningún ser humano estaba presente.


—Voy a tener que decirte adiós porque no soportaría verte morir...


—No puedes alejarte de mí, Xuxi, eres la persona que me ayudó a salir adelante y creer un poco más en mí ¡No me interesa en lo más mínimo que seas un demonio! —negó repetidamente— no me digas que no por favor... ¿Qué hice mal?


Yukhei necesitaba gritar desesperado ¿Qué había hecho de malo Kim Jungwoo? nada, absolutamente nada, las cosas malas provenían de su mundo oscuro, un mundo al cual él no quería pertenecer más.


Apoyó su rostro en el vientre del muchacho y comenzó a llorar desesperado.


—Pueden hacerme desaparecer para siempre y no me importaría en absoluto pero no quiero que te hagan daño, esto tiene que terminar, los demonios te quieren matar.


—¿Qué? amor…


El demonio se irguió completamente y comenzó a decirle Io que estaba sucediendo, alguien los había acusado a los amos del infierno y tenía que alejarlo, Jungwoo había sido su prioridad todo este tiempo y bajo esa misma razón no podía permitir que la maldad del inframundo llegase hasta él.


—Voy a hacer cosas que te harán daño hasta cierto punto —incluso tenía hipo mientras lloraba—pero todo será para que ellos crean que no te amo, solo pido que me perdones, yo te amo y te agradezco que hayas aparecido en mi existencia.


Jungwoo sentía que toda esa energía de la cual le había hablado todo este tiempo, estaba desapareciendo, su corazón estaba haciéndose polvo mientras él enterraba las uñas en el cuerpo de ese íncubo. No quería dejarlo ir pero él no paraba de despedirse y pedirle que lo perdonara.


Negó, lloró y gritó pero nada lo detuvo. Yukhei sostuvo su rostro y poco a poco lo acercó para darle un beso hambriento que fue borrando cada uno de todos sus bellos momentos, la primera vez que lo había visto, el primer beso o la primera vez que hicieron el amor, el primer baile juntos bajo las estrellas y otras tantas primeras veces que tuvieron durante tantos meses.


Las manos en la nuca fueron perdiendo fuerza a medida que todo aquello desaparecía. Lo iba a perder para siempre.

Fin Flash Back


Torpemente saltó de la cama y corrió a sus brazos, la última vez que lo había visto fue aquella en la que le devolvió los recuerdos que le había quitado. Lo había necesitado en demasía y aún después de todo él volvía porque el amor era más fuerte que todo. Era la historia triste de un hombre

enamorado de un demonio, una historia que el destino quería volver a repetir.


Yukhei lo capturó entre sus brazos, hundió su rostro en su cabellera y absorbió toda la angustia que botaba a través de las lágrimas, sus padres lo había echado de casa por ser gay, porque no deseaba asistir a una universidad en Vancouver y porque no estaba de acuerdo con sus prácticas obsesivas de vigilar cada uno de sus pasos.


Se sentía tan abandonado y desmoralizado que el incubo tuvo deseos de aparecerse frente a ellos y causar un verdadero caos en esa casa, levantar cuadros y muebles, hacer volar cuchillos y lanzar platos al suelo, volverlos desquiciados y hacerlos sufrir.


—Puedo vengarme y lo sabes, solo basta que tú me lo permitas.

Negó mordiendo nervioso su boquita. El demonio se sintió idiota por haberlo propuesto, Jungwoo era un verdadero ángel incapaz de causar tal daño incluso si reducían su moral.


—Mete en esa preciosa cabeza que no eres enfermo ni "maricón" como te llamó tu padre, eres un hombre realmente hermoso, cualquier persona quisiera tenerte a su lado porque brindas una paz tan grande, una paz que no conocía hasta que decidí entrar en tu vida.


En el fondo le dolía que sus padres lo trataran de esa manera ¿Qué podía esperar de la sociedad entonces? "Lucas Wong" besó su frente lleno de afecto mientras le susurraba que era hermoso, que lo volvía loco y que no tenia nada de qué preocuparse, iba a estar a su lado dándole todo lo que estuviera a su alcance.


Bebió sus lágrimas hasta sentirlo jadear, ambos estaban en la habitación presidencial del hotel donde nadie podía entrar, había hechizado la puerta. Sus padres eran realmente unos cerdos, podían despreciar a su hijo pero a ese muchacho no le faltaría un hogar, la comida ni nada, se dedicaría a llenarlo de lujos y darle el apoyo para que fuese a la universidad que quería.

—Te amo, Zeus —murmuró en el costado de su rostro.


Youngho había tenido razón, los 3 eran los demonios diferentes del averno y como tal tenían que creerse el cuento, siendo diferentes ¿Por qué no podían ser más fuertes? Tenían que proteger

a sus humanos, llenándolos de afecto y valentía los blindaban a los ataques, podía enseñarle los trucos para alejar a otros demonios, no podían cometer el error de alejarse de ellos.


Asmodeo podía ser demonio de primera jerarquía pero nada iba a quitarle de la cabeza que incluso él tenía un punto débil, solo tenían que averiguarlo y aprovecharse de ello.


Con sus labios sostuvo un poco de esa preciosa piel blanca y la chupó con tanta hambre que Jungwoo jadeó fuertemente, su cuerpo siempre había reaccionado a ese demonio, su carne lo había extrañado, su alma lo precisaba en todas las formas posibles.


Sus manos delgadas viajaron bajo su ropa y tocaron esa piel que le pertenecía, cálida, cercana. Yukhei quería darle todo para hacerle entender que nada estaba mal con él. Quería que creyera la verdad, era una persona preciosa.


Lentamente fueron retrocediendo hasta el mueble más cercano, el íncubo lo sostuvo de sus caderas y lo sentó allí antes de quitar por sobre su cabeza la camiseta que traía puesta y exponer su piel lechosa.


Ansioso el humano hizo lo mismo, no se dio tiempo de observar sus músculos, se lanzó de inmediato a morder su cuello y chuparlo. Yukhei era un demonio pero había sido la piedra en la que se había sostenido, no podía juzgarlo por las cosas que había cometido siendo lo que era porque tenía la capacidad de ver más allá, estaba seguro que del cielo se lo habían enviado.


—Necesito tenerte, Xuxi —como humano era dulce, como amante era excelente— por favor, ha sido tanto... tiempo.


Tiró suavemente del cabello de su nuca hacia atrás y mordió su manzana de Adán, los gemiditos necesitados que emitía Jungwoo lo hacían recordar es- cenas candentes del pasado. Abrió sus

piernas sosteniéndolo de las rodillas y se metió entre ellas, que suerte que tenía pantalones deportivos, que suerte que Yukhei chasqueara sus dedos para que su apariencia de demonio saliera a flote y dejar libre su cuerpo.


Las alas se cerraron solo un poco a sus costados para encerrarlo. Jungwoo las observó con fascinación, eran tan grandes, tan hermosas. El íncubo lo acercó aún más y empujó su enorme erección contra el pantalón del muchacho, podía sentirlo igualmente excitado y la imagen de su menuda figura siendo follada, amada y que rogase por más lo estaba volviendo loco.


—Voy a protegerte, cariño mío —chupó sus labios rojos y brillantes, cálidos y preciosos como caramelos— pero tampoco voy a mentir, quiero hacerte el amor, lamer tu pene hasta exprimir

cada preciosa gota de semen, tocar donde deseas ser tocado y susurrar palabras que debes oír, mi amor.


Jungwoo asintió jadeando inquieto, necesitaba que cumpliera cada una de sus palabras e incluso más.


Domingo 1 de julio, al otro día


Ayer en la noche los mosqueteros se quedaron a dormir en la casa de Mark, no hicieron el escándalo y los ruidos habituales, los comentarios en doble sentido ni nada por el estilo, la conversación fue relativamente calma mientras mojaban sus pies en las cálidas aguas de la piscina mientras bebían refresco.


Lee fue honesto con sus mejores amigos, la situación de Felix era muy mala, solo le quedaba rezar a Dios para que su hermano se llenase de valentía. Jungwoo también se confesó, explicó entre lágrimas la desagradable situación vivida por sus padres y como Yukhei lo había tratado, también como rechazó las llamadas de su madre y como estaba aún en duda el ir a la Universidad de Michigan. Fue un momento solo de los 3, un momento en el que reflexionaron también sobre una verdad absoluta: no podían vivir sin sus demonios, la clave estaba en cómo podían llevar una relación o hasta cuando podían extender los límites de la lógica, nadie podia darles consejos sobre seres sobrenaturales.


Pero ahora era domingo, era de tarde y Felix los había llamado. Había querido estar solo un día completo para reflexionar, había querido que los especialistas le hablaran en términos reales, estimaciones, riesgos y beneficios, necesitaba informarse y tomardecisiones cuanto antes porque estaban corriendo contra un tiempo cruel.


Sus padres y él llegaron al hospital, estacionaron y caminaron en completo silencio hacia el último piso donde se encontraba la unidad de oncología, las enfermeras y los que trabajaban el fin

de semana saludaron con preocupación, todo el hospital sabía la situación de la familia del jefe del recinto.


—Hola —murmuró Felix cuando los vio entrar, parecía tan tranquilo que dolía— ¿Cómo están?


Estaba con las manos sobre su regazo, con su calvicie sin nada que la cubriera, con los medicamentos de la quimioterapia pasando a través de la vía venosa. Se veía agotado pero no había angustia, solo un deseo irrefrenable por algo. Mark se mordió los labios ¿Qué podía decirle? ¿Tenía que ser sincero? porque la verdad era que necesitaba llorar incansablemente. Tenia miedo.


—Ten y Jungwoo fueron a casa, necesitaba compartir con ellos, dicen que quieren visitarte otra vez y escribir recuerdos en tu calvicie —al ver su preciosa sonrisa, sus ojos se humedecieron al instante ¿Por qué tenía que pasarle esto a él?


—Le pedí a las personas que agregaran dos asientos más, yo creo que necesitamos conversar familia, y les pido que me escuchen ¿Sí?


Andrew miró a su esposa y apretó los dedos de su mano, Felix incluso parecía aún más delgado y por Io que había dicho el equipo de salud había vomitado durante la mañana todo lo que había

comido.


"Por favor, Dios, por favor salva a mi hijo, por favor señor" murmuró en su cabeza, los ojos rasgados de aquel hombre y su esposa estaban anegados, las cosas estaban claras.


Mark se acomodó en el asiento al lado de la ventana con la respiración agitada, su mirada iba de un lado a otro ansioso, su amado hermano estaba sufriendo.


—He hablado con los médicos, he pedido que me hablen con sinceridad y no con palabras bonitas, tengo solo la cara de niño pero soy un hombre de 17 años que ya ha pasado por esta enfermedad —apretó las manos en las sábanas, no habia dormido en la noche pensando y rezando, su

garganta se apretó así que esperó un par de segundos para retomar las palabras— Leucemia mieloblástica aguda indiferenciada, es del subtipo con peor pronóstico, se supone que

debería haber habido una respuesta a la quimioterapia, llevo ¿20 días? ¿Y qué he obtenido? las célula cancerígenas siguen aumentando, ni siquiera disminuido en algún porcentaje...


—Es la quimioterapia la que no es la correcta, hijo, si la cambian las cosas irán mejor —la voz de su madre se expresaba a través del llanto— eres muy joven, solo... solo tienes que ser fuerte.


—Estiman que el éxito de la nueva terapia es solo del 15%, la probabilidad de morir en esta cama ¿85%? —Felix estiró su mano al rostro de su madre que no había sido capaz de contenerse,

estaba llorando desconsolada mientras que su padre miraba el suelo en silencio y con sus mejillas empapadas. Mark Io miraba fijamente— el cáncer está avanzando y yo no quiero morir

aquí conectado a medicamentos.


—Hijo mío, no puedes rendirte ¡Puedo conseguirte al mejor óncologo del mundo! —gimió Andrew— no lo hagas...


Felix cerró los ojos tratando de contar hasta cualquier número que le diera tranquilidad, cerró los ojos porque le dolía demasiado el cuerpo, esta vez no era lo mismo que cuando era un niño. Tocó su calvicie con sus manos delicadas ¿Alcanzaría a crecerle cabello antes de que esto llegara a su fin?


—Ni siquiera tengo la posibilidad de un transplante de células madre porque no he superado ninguna etapa del tratamiento, en este momento —gimió—me duele cada uno de los músculos de mi cuerpo, no puedo comer bien porque tengo úlceras en mi boca y en la garganta, he vomitado todos los días lo poco que he podido ingerir, estoy sufriendo ¿Y me piden que sea capaz de tener una quimioterapia aún más agresiva? ¿Para qué? ¿Para aferrarme a ese 15% y morir en un lugar que no me corresponde? necesito que me saquen de acá, no quiero continuar, la quimioterapia debe cesar.


Mark sintió el dolor hacer añicos su corazón, sus padres estaban llorando corazón, de forma estremecedora apretándose el pecho sobre la ropa, mientras Felix lloraba en silencio observando la escena.


"No tengo miedo por mí, tengo miedo por ustedes que no sepan darse cuenta hasta donde hay que parar".


—Yo sé que no es fácil, pero la verdad es que no voy a ganarle a este cáncer y quiero morir rodeado del amor de ustedes, en mi casa, con mi gente... no aquí, pero soy menor de edad —Felix

ya lloraba igualmente desconsolado —y no puedo decidir, necesito que firmen el cese del tratamiento hoy, papá, mamá, por favor escuchen... —se volteó rápidamente a su referente más preciado— ¿Mark? por favor...


Y cuando dijo su nombre, el corderito sintió como un calor precioso lo envolvía desde atrás, un perfume que solo él podía oler y un amor que solo él podía sentir. Lo escuchaba respirar en su nuca, podía percibirlo con la misma claridad con la que podía hacerlo si no era invisible, aquel íncubo estaba cubriéndolo con sus alas y nadie podía verlo.


"—Luchen hasta que él decida luchar y aunque debe ser muy dificil, respeten cada una de sus decisiones, recuerden que tu hermano es quien está entre la vida y la muerte, con dolores, con

náuseas, con una calidad de vida que no es la que un humano debería tener. " había dicho ayer Youngho.


El enorme amor que tenía por su hermano ¿Era tan grande como para velar por sus deseos? Cubrió su rostro con ambas manos y se quebró también cuando rompió en un llanto, lo recordaba con una sonrisita aquel día hace 9 años cuando le dijeron que había ganado al cáncer ¿Y ahora 9 años después tenía que escucharlo decir que la batalla la había perdido?


Felix le pedía a gritos con sus ojitos que intercediera en la situación porque no había nada más dificil para unos padres aprender a decirle adiós a un hijo.


"Mi amor, tu hermano te lo está pidiendo, ya sabes Io que tienes que hacer, estoy aquí para apoyarte y para ayudarlos... siempre" susurró en su oído el demonio.


—Mamá, papá —dijo con su voz entre lágrimas— sería más egoísta de nuestra parte llevar a mi hermano a un sufrimiento innecesario ¿Acaso eso es cristiano? ¿Acaso Dios no está permitiendo

esto para que aprendamos a darnos cuenta cuando las cosas ya no están en nuestras manos? miren su boquita, está seca y llena de heridas —Felix lloraba en silencio— no dejemos que el dolor nos ciegue, por favor, yo quiero disfrutar a mi hermano, quiero darle dignidad, yo quiero que se cumpla lo que él está pidiendo.

"Eres el mejor hermano que Felix puede tener, Mark, dale fuerzas, ve, abrázalo, te necesita" murmuró Youngho regando pequeños besitos antes que el corderito se parara y envolviera la escuálida figura de su hermano menor para decirle que lo amaba.


Momento en el que Youngho, desde su invisibilidad, vio como se caían un par de plumas de sus alas al suelo, plumas que aquel ángel llamado Kun fue recogiendo antes de observarlo lleno de un sentimiento que no conocía. No le habló, tan solo lo observó de arriba hacia abajo con respeto y un mensaje que no podía entender más que el de siempre: "Ya nos volveremos a ver".


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1 Comment


eden green crown
eden green crown
Mar 14, 2021

OMG KUNNN por favor que le enseñe las plumas a Dios como prueba de que merece convertirse en humano

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