"Sexual Writer" Capítulo 42: Sincero
- TrinidadVictoria
- 18 ago 2019
- 17 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago 2019

Domingo 21 de septiembre 2025, al otro día
Después de tratar de despertar por al menos 5 minutos, levantó la cabeza algo aturdido para mirar a su alrededor y darse cuenta que la habitación tenía una lámpara encendida, que afuera el sol estaba escondido, que en el cielo solo quedaban algunos trazos muy leves de cielo celeste, por lo que ya se divisaban algunas estrellas.
Apoyó la cabeza una vez más en la almohada y se quedó así, observando el lugar que aquel hombre ocupó cuando decidió ayer que abrazarlo era la mejor manera de poder contener su angustia. No se había equivocado, mierda, realmente no lo había hecho porque de no haber sido por Jungwoo, habría estado toda la noche llorando por la pérdida de su amado pequeño.
Cerró los ojos por un par de segundos, tenía imágenes borrosas de lo que pasaron en esas horas.
Cuando despertó unos minutos se vio abrazándolo por la cintura y descansando su rostro contra el cuello de este, pero en otra ocasión cuando abrió los ojos, tenía la frente unida a la de él casi con sus labios rozándose solo que Jungwoo estaba profundamente dormido.
Y a pesar de que no tenía derecho a sentirlo, ahora se sentía aún más vacío con su ausencia.
Sabía que era día domingo, que estuvo durmiendo prácticamente 20 horas seguidas y que si se lo proponía podía dormir mucho más ¿Quién tendría ganas de vivir cuando una motivación importante se fue en sus propios brazos?
Sostuvo su teléfono que descansaba boca abajo en el mueble y se dirigió a Twitter. Probablemente el resto de los días iba a ser incapaz de poner un pie fuera de la cama así que tenía que dar luces de lo que había sucedido.

Sostuvo su teléfono así un poco más, no podía desprender sus ojos de las dos fotografías que había subido. Cada segundo su garganta se estrechaba más, cada segundo su corazón latía más descoordinado y cuando susurró su nombre las lágrimas salieron instantáneamente en un tono de voz roto, difícil, doloroso.
Ramsés había sido muy pequeño cuando lo encontraron y bastó un par de segundos para enamorarse de su mirada, sus maullidos, la forma juguetona con la que se perseguía la cola hasta chocar contra una pared, las veces que se quedaba dormido en su nuca mientras escribía algunos párrafos de una novela. También todas esas veces que en Alemania deseó mandar todo a la mierda como escritor, todas esas veces en las que quería correr de vuelta a Corea para decirle la verdad a las personas que dejó atrás.
Ramsés se convirtió en su pequeño confidente, en un gato con una personalidad melosa, en la atracción de la noche cuando se reunía con Xiao De Jun y Yangyang a jugar cartas o beber, en un fanático de Kim Jungwoo.
—No me enseñaste a vivir sin ti.
No quería que lo tacharan de demente, pero apenas ayer toda la odisea de querer que se recuperara había terminado, ahora tenía que aprender a vivir con su ausencia y a llorar cuando quisiera hacerlo porque contenerse no iba a solucionar nada.
Bien, quizás no era discreto porque la puerta de su habitación fue abierta por su madre y sin decir una sola palabra se acostó a su lado para abrazarlo, un toque, un calor y un perfume que le faltó allá en Alemania, pero ahora que lo tenía de vuelta iba a aprovecharlo para deshacerse contra ella.
“No estás solo, estamos aquí” decía besando su cabeza.
Aquella preciosa mujer tenía la garganta anudada pensando en todas las veces que su hijo sufrió lejos de ellos, en todas esas veces que no pudo defenderlo del daño que le hicieron y sentirse ahora impotente por no tener la solución a la muerte de ese pequeño.
Después de un momento en el que Yukhei se detuvo porque en serio le dolía mucho su cabeza, su madre sostuvo su rostro por ambas mejillas y lo miró llena de amor.
—Bajarás, te sentarás a la mesa, cenaremos los 3 y haremos un brindis por Ramsés ¿Te parece?
Una idea que para otros podía parecer estúpida pero que él atesoraba por el contexto. Asintió, secó sus lágrimas y con lentitud se puso unas pantuflas que tenía bajo la cama. Volvió a sostener su teléfono y fue allí que, cuando miró el menú, se dio cuenta que tenía instalado WhatsApp.
Él había dejado de usarlo cuando cambió de equipo hace muchos años y este era aún más nuevo.
Un poco desconfiado apretó el ícono ¡¿Pero cómo?!

Miró la puerta de su habitación que estaba cerrada y sin dudarlo más deslizó el botón para poder escucharlo. Debería darle vergüenza el cómo su corazón estaba reaccionando con aquella voz pero ¿Podía culparse cuando sonaba como si se tratara del Jungwoo de hace 6 años atrás?
“Hol… hola Yukhei, como puedes ver, mejor… sí, mejor dicho, oír, soy yo Jungwoo. Xiao De Jun me dijo que te grabó mi número en tu teléfono, cree que WhatsApp es más seguro por… ya sabes ¿No? No suelen usarlo aquí y era la vía para comunicarnos cuando no sabía quién era Sexual Writer… (3 segundos de pausa) Yukhei, tengo miedo mientras te mando esto, acabo de llegar a mi departamento, te he dejado durmiendo y tengo miedo porque… bueno, no hay que ser un genio ¿Cierto? (2 segundos de pausa) ya sabes, han pasado 6 años desde que tuvimos la confianza para hablar con el otro y aunque hemos tenido una conversación sincera hace 1 semana atrás, yo no sé qué es lo que se puede hacer y qué es lo que no se puede hacer.
Lo de ayer me ha golpeado muy fuerte porque siento culpa, porque dices que Ramsés me adoraba y perdí tiempo en muchas cosas, tiempo en el que pude hacerle cariño, tragarme mi orgullo y mantenerlo cerca como cuando era pequeño y se quedaba conmigo durmiendo ¿Recuerdas? (sonido de sollozo) lo siento, es… yo no quiero seguir pegado con las cosas del pasado porque sé que poco a poco asimilaré que lo que ocurrió no fue ni tu culpa ni la mía, porque sé que de alguna manera difícil de entender debemos sacar lo mejor de algo tan horrible como una separación a la fuerza, tú (sonido de respiración agitada) tú te convertiste en un hombre aún más exitoso y yo saqué la fobia social de mi vida, por fin pude ir a la universidad y… ¿Y si el destino lo quiso así? ¿Y si no había otro camino que ese?
Yo… yo quiero sanar y si no hubieras sido tan importante en el pasado, no estaría haciendo esto.
No digo que seremos los mejores amigos, pero no quiero tomarte como algo ligero, di… digo que, si lo que teníamos debió terminar, entonces ¿Por qué razón no tratamos de tener una amistad con la versión nueva de nosotros mismos?
Yo quiero que Ramsés descanse tranquilo viendo que somos dos adultos civilizados, que lo recordaremos con mucho amor y más aún tú. Este es mi número, podemos mantenernos al tanto del otro así que, si lo deseas, estoy aquí, cuenta conmigo para lo que quieras.
No me iré”.
Yukhei tomó una gran bocanada de aire mientras miles de cosas cruzaban por su corazón y su cabeza, pero suspiró con lentitud para no sucumbir a una explosión de emociones.
El Jungwoo de hace semanas atrás, aquel que miraba con sarcasmo y distancia estaba convertido en alguien dispuesto al diálogo, a alguien que quería contener, alguien totalmente distinto a lo que conoció alguna vez y ¿Qué mejor demostración que esa vez en la suite presidencial en la que pudieron hablar sacando todo, sin volverse loco?
¿Esto era parte de la madurez?
Secó con el dorso de su mano derecha cualquier rastro de lágrima que había caído, dejó su teléfono a un lado y salió de su habitación.
Ni Jungwoo ni los fanáticos que dejaban miles de comentarios de apoyo en sus redes sociales. Lo único que debía importarle era llenarse del amor de sus padres para no sucumbiar a la angustia.
Mierda ¿Sería tan difícil poder llevar el dolor de perder a su amado Ramsés?
Jueves 25 de septiembre 2025, 4 días después
“¿Está todo bien señor Kim?”.
Levantó la cabeza cuando escuchó que alguien lo nombraba por su apellido, las miradas de varios colegas incluyendo su jefe estaban en su persona, pero solo cuando se detuvo un par de segundos se dio cuenta que quizás su rostro reflejaba demasiado.
—No, es solo que estoy a la espera de recibir un par de noticias personales, eso es todo.
Sonrió levemente, una sonrisa que conquistaba a hombres y mujeres, un gesto sutil que desviaba la atención inicial.
Trató de conectarse con lo que sus colegas decían en la reunión de pauta pero la necesidad de revisar el teléfono surgía de nuevo ¿Con qué objetivo?
“Él no va a responderte” le dijo la voz de su cabeza, una voz irritante y sarcástica.
Cuando se despertó el día domingo y lo vio durmiendo tan delicadamente contra la almohada, sintió que no podía dejarlo a su suerte y que, si tenía que ser él quien le brindara una contención, entonces lo haría porque los días que se venían serían difíciles después de la muerte de Ramsés.
Se dio el valor suficiente para mandarle el mensaje de voz pero desde ese día es que no había recibido un mensaje de vuelta, algún emoticon, sticker, nada de nada ¿Tan idealista e inocente con creer que le respondería de inmediato?
Pero, habían pasado 4 días. Quizás había cometido un error.
Durante este tiempo, para ser exactos el día martes, llamó a su mejor amigo para recibir un consejo pues entre ambos Hendery era más juicioso y se dejaba llevar menos por el sentimentalismo. ¿Qué podía hacer? ¿Estaba mal? ¿Debía darle espacio a Yukhei?
Kunhang le dijo que ese mismo día iría a cenar a la casa de sus tíos y pasaría tiempo de “primos”, podía preguntarle sobre la situación.
Flash Back
—Simplemente no digas nada, no quiero dar una idea errónea ¿Sabes? Si no me contestó ayer y hoy debe ser porque la situación de Ramsés debe tenerlo triste, si no me ha llamado debe ser porque realmente no me necesita —emitió una sonrisita pequeña, un poco forzada para su gusto.
Escuchó el suspiro de Hendery en la otra línea y un sonido amortiguado de un cuerpo acomodándose en un sofá.
—Jungwoo ¿Crees que no te conozco lo suficiente? No tienes que tratar de autoconvencerte de nada, quieres que él te responda ¿Y eso qué? —Auch, eso dolía— para que te des cuenta de algo, antes de ayer mientras él y tú dormían en la habitación, después de que mis tíos entrar a beber un poco de té, Xiao De Jun y yo nos quedamos sentados frente a la tumba de Ramsés en completo silencio… estábamos uno al lado del otro después de 6 años.
“Debió ser difícil” susurró, Jungwoo estaba solo en la cafetería del canal.
—No, no lo fue, porque hablamos de forma sincera gran parte de la noche bajo las estrellas y sí, puede sonar romántico pero no lo fue —movió los hombros aunque su amigo no podía verlo a través de la llamada— y sí, él no me dio una explicación ni una despedida hace años atrás, sé que no la ha pasado bien allá en Alemania pero lo sé y ahora las cosas están bien ¿Sabes por qué? Porque… entre Xiao De Jun y yo hubo el mejor sexo pero eso es todo, nada de implicaciones emocionales, pudimos hablar como dos hombres sinceros sin embargo, amigo, te amo pero… no puedes pretender que tú y Yukhei tengan el mismo nivel de simplicidad en una conversación, porque ustedes sí tuvieron algo profundo así que no trates de mentirte y segundo, quizás yo sí quiera saber su lado de la historia, no te preocupes —su tono de voz sonó con más calidez— tendré recato para hacerlo.
Fin Flash Back
Meneó la cabeza con disimulo y esta vez sí prestó atención a lo que su jefe estaba diciendo, no podía permitir que asuntos personales mancharan su labor como periodista.
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Estaba subiendo por el elevador observando su teléfono, Hellen le había dicho que iba a juntarse con unas amigas extranjeras después del trabajo por lo que suponía tenía un tiempo “libre” para sí mismo.
Estiró los brazos por sobre lo alto para que los músculos de su espalda dejaran de dolerle, pero cuando puso un pie en el piso que le correspondía y volteó hacia el pasillo donde estaba su departamento, se detuvo de golpe.
Allí sentado en el suelo había un hombre, la gorra de su sudadera cubría su cabeza junto a una mascarilla negra, estaba claro que quería resguardar su identidad para ¿Robar? Su cerebro tardó un par de segundos en hacer la conexión y entender que nadie que quería hacer algo de esa índole estaría así.
—Yuk… ¿Yukhei?
Levantó la mirada y confirmó su sospecha cuando unos ojos brillantes y expresivos lo estaban observando ¿Con miedo? El muchacho se paró con dificultad y agachó la cabeza como si dirigirle la mirada fuera lo más difícil del mundo.
—Vamos, puedes pasar —susurró— adelante.
Yukhei sintió que su estómago y corazón se encogían cuando a travesó esa puerta y puso un pie dentro, el lugar no había cambiado mucho pero los recuerdos llegaban a su cabeza, recuerdos como cuando tras el ventanal de vidrio en aquella terraza, Jungwoo le dio su primer beso, como las veces que venía acá con Ramsés, como la primera vez también que vino aquí a entregarle un pedido.
Quitó su calzado y mordió sus labios. Se sentía perdido y agradeció en demasía que Kim Joonhyuk le dijera que se sentara en un sofá porque ni siquiera eso se atrevía a hacer.
Quitó la gorra y la mascarilla de su cara, estaba muriendo de vergüenza pero eso no significaba que le faltara el respeto al dueño de casa, dueño que había desaparecido un momento de la enorme sala de estar y le dio el espacio para observar su teléfono. “Gracias señora Kim” pensó y es que el hecho que la inglesa quedara con sus amigas tampoco era coincidencia, ella lo estaba ayudando en esto.
—Puedes comer si lo deseas —habló Joonhyuk cuando dejó un plato con galletas y una taza de chocolate caliente— hoy día la temperatura es realmente la de otoño.
Pestañeó un par de veces antes de sentarse en el suelo frente a Yukhei y sorprenderse porque esos ojitos estuvieran llorando mientras mordía la galleta en silencio.
Estaba temblando, la imagen que tenía frente a sí era muy similar a la de su hijo cuando tenía fobia social, cuando era un hombre desprovisto de personalidad, alguien lleno de terrores e inseguridades.
La realidad se estaba dando vuelta y él como padre se sintió acongojado.
La vida no lo había tratado del todo bien a ese muchacho.
—Si te estás preguntando porque te estoy dando esto, es… es porque, como lo que alguna vez te dije en el pasado, también soy padre, es lo que los tuyos harían —movió los hombros pero bajó el tono de su voz para darle calidez al ambiente— no quiero que sientas que voy a hacerte daño Yukhei, porque eso es lo que veo en tus ojos, miedo… ¿Miedo de mí?
El menor ni siquiera haría el intento de secarse las lágrimas porque sabía que derramaría muchas. Asintió y levantó la mirada a ese hombre sentado de piernas cruzadas sobre la alfombra.
—Señor Kim, me fui de este país explicándole las cosas a través de una carta, porque no iba a estar tranquilo si usted no se enteraba de todo lo que ocurrió —sus dedos estaban retorciéndose unos con otros— me tomó mucho tiempo y valor poder acercarme a usted ahora que regresé a Corea y es que… ¿Cómo no ha de odiarme si le mentí y acerqué a su hijo a un mundo que no le correspondía? ¿Cuándo lo terminé a través de una carta?
Estaba respirando agitado, quizás un estímulo mayor podía hacer colapsar a su agitado corazón.
Entonces continuó.
—Quiero mirar hacia el futuro sin tener que dejar cosas en el camino, hace unos días hablé con su hijo y supimos la visión del otro sobre lo sucedido pero no puedo avanzar hacia muchas cosas porque sé que no lo he visto cara a cara para… para pedirle perdón por los errores que cometí, pedirle perdón por no tener las agallas para decirle las cosas en su minuto y no a través de un papel, pedirle perdón por fallar a la confianza que depositó en mí.
Se produjo un “silencio” en el que todo lo que se podía escuchar eran los sollozos bajitos de Yukhei. Joonhyuk solo lo observaba mientras su mente andaba a mil por hora.
Y de pronto el menor sintió que ese hombre sostuvo sus manos con las suyas para que lo mirara a los ojos y pudiera entender cualquier cosa que le fuera a decir.
—Al principio si me sentí mal por todo lo que había ocurrido, sí me sentí traicionado en la confianza que te di y si, muchas otras cosas más como el hecho de poner a mi hijo en una situación tan baja como para que quisiera quitarse la vida… pero hice esto —con las manos hizo el gesto de una balanza— después de que mi hijo estuviera fuera de peligro, cuando salió del hospital de salud mental, pensé mucho sobre todo e… e hice algo a escondidas —el menor frunció el ceño— fui a hablar con tus padres para poder entender que pasaba, porque no quería quedar con rencor, porque sabía que si yo sufría por Jungwoo, los tuyos probablemente lo hacían por ti…
—Pero…
—Y cuando los escuché, lo único que quise fue poder tenerte así para decirte que lo único que quiero es que puedas estar bien, que no voy a tener rencor contigo, que lo que te pasó no fue algo que deseaste que ocurriera —gruñó— eras menor de edad cuando te introdujeron a eso ¡Creíste que estaría bien! —el solo pensar en la cara de Yunho le daba ira— pero… ¿Pero se te olvida acaso que tú no querías que Jungwoo fuera a ese club? ¿Qué no querías exponerlo? Lo pusiste en la carta, Kim Dongyoung lo corroboró defendiéndote.
Desleal para mantener una promesa, pero siempre real al hecho de que no quería que las personas pensaran erróneamente de Wong Yukhei cuando era una víctima más de todas las artimañas del proxeneta.
—Pero yo fui malo, nadie que es bueno provoca que el hombre que ama llegue al límite de querer suicidarse.
Joonhyuk se mordió la cara interna de su mejilla cuando escuchó que amaba a su hijo.
—Y Jungwoo era la consecuencia de años presenciando maltrato psicólogico y físico de su madre biológica, él quiso quitarse la vida con esto pero quizás otro estímulo lo suficientemente grave podría haberlo llevado al límite, porque no tuvo un tratamiento adecuado, porque creyó que no necesitaba medicamentos para estabilizarse, porque infravaloró la necesidad de un psiquiatra… por favor, quítate eso de la cabeza ¿Sí? Y… Dios, Yukhei, tienes agallas enormes, porque a pesar de estar ansioso viniste hasta acá —el muchacho sollozaba revolviendo su cabello— si quieres escucharlo voy a decírtelo, te perdono por todo lo que hiciste pero te pido desde lo profundo de mi ser que no vuelvas a mentirle a nadie, que te hagas un favor a ti mismo y asistas a una terapia para sacar toda la mierda que has acumulado en años, si quieres perdón honra a todos los que te aman de esa manera ¿Sí? —susurró— Ramsés lo querría así.
Y fue tanta la carga emocional que el menor se acercó al señor Kim para abrazarlo y llorar contra su hombro, ambos ahora de pie, como un padre con un hijo en el perdón que había necesitado escuchar tanto como el de Jungwoo.
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El departamento estaba oscuras, el ambiente en un silencio calmo y él, Jungwoo, descansaba entre las sábanas de su enorme cama después de haber hecho su rutina nocturna.
Le estaba costando quedarse dormido pero ahora lo estaba logrando, el sueño invadía su mente y empezaba a neutralizar cualquier pensamiento, sin embargo la vibración de algo en la lejanía rompió la burbuja somnolienta en la cual se vio envuelta.
Estiró la mano tanteando bajo las sábanas y cuando vio su teléfono prácticamente se cayó de la cama. Su corazón se disparó a la mierda.

—Ho… ¿Hola?
¡Era una llamada de WhatsApp de Yukhei!
—¿Estabas durmiendo verdad? —murmuraba bajito.
—No, no simplemente venía saliendo de la ducha —“Mentiroso” pensó atolondrado. Se había agotado tanto en el día que siendo ya las 11 de la noche se había preparado para dormir— ¿Cómo estás?
Tragó saliva del otro lado de la línea.
—Quisiera no importunarte y, espero estés en tu departamento pero… estoy afuera de tu puerta.
Cortó la llamada sin saber qué estaba haciendo porque ni siquiera se preocupó de cambiarse de ropa o ver cómo estaba su apariencia, solo se desplazó descalzo por el departamento para llegar a la entrada, quitar el código de la alarma y abrir la puerta en toda su extensión.
Wow.
Wong Yukhei estaba parado allí con una chaqueta de cuero café, pantalón negro ajustado y una camiseta blanca pero su identidad “estaba a salvo” gracias a una mascarilla negra y una gorra negra que cubría parte de sus ojos.
Pestañeó aturdido.
¿Se observaron mucho rato? De pronto recordó su propia apariencia, descendió la mirada a su cuerpo y pudo ver su pantalón de chándal gris pero… no traía una camiseta o algo que lo cubriera, tenía su torso desnudo porque las sábanas de su cama le daban mucho calor.
—Yo, ah… pasa por favor a la sala de estar, puedes ponerte cómodo, iré a mi… mi habitación.
Cuando estuvo solo se miró al espejo ¡Mierda! Estaba claro por su apariencia que estaba dentro de la cama. Patético.
Abrió un cajón, sacó la primera camiseta blanca disponible y luego de peinarse con los dedos, tomó un par de bocanadas de aire antes de regresar a la sala de estar.
Yukhei estaba sentado allí jugando con sus dedos, se había quitado lo demás pero para alguien que conocía de ansiedad estaba claro que algo lo perturbaba, algo estaba pasando por su cabeza. “Bien, tranquilízate tú también” se dijo al menos 3 veces antes de toser “casualmente” y aparecer en su campo visual.
—¿Quieres beber algo?
—No gracias —murmuró con una sonrisa torcida— cené con tus padres.
Yukhei pensó en la expresión clásica cuando en los dibujos animados alguien estaba sorprendido, porque sí, la boca de Jungwoo se abrió lentamente antes de volver a la normalidad. Pestañeó y abrió la
boca nuevamente pero las palabras no salían, no podía culparlo, era una información muy repentina.
—¿Y eso por… por qué? —se acomodó en un sofá individual, la mano tras su nuca y sus dedos rascándose sobre la piel era un signo de ansiedad.
El menor le dio una mirada significativa por un par de segundos, estaba claro que le había mentido, su llamada lo había despertado.
Tragó saliva y botó lentamente aire por la nariz.
—Escuché la grabación de voz que me enviaste el domingo pero no me podía permitir el querer aproximarme físicamente o por ese medio, no cuando sabía que no podía dejar de aplazar la conversación que le debía a tu padre, necesitaba explicarle las cosas en persona —era una mierda “sensiblera” porque sus ojos ya estaban húmedos otra vez.
Allí le explicó lo que había pasado, la manera en que se puso en contacto con Hellen para explicarle sus inquietudes y la necesidad de hablarle a su esposo, la manera en la que “ideó” una salida con sus amigas para que Yukhei tuviera la privacidad en el departamento para expresarse con sinceridad sobre todo lo que había pasado y sentido durante 6 años.
Después de que terminó llorando contra su hombro como un niño asustado, el señor Kim llamó a Hellen diciéndole que sabía la verdad y que podía volver al departamento, quería que estuviera en la cena, no dejaría que ese muchacho se fuera así nada más.
“Regresé a mi casa, me cambié de ropa y supe que podía tomar con tranquilidad el teléfono para acercarme a ti, ya no le debo nada a tus padres”. Murmuró.
—Escuchaste la grabación, entonces sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, no me importa si no quieres que seamos amigos pero… al menos que tú quieras salir por esta puerta y seguir tu vida, saludarnos de vez en cuando, en… en realidad —se paró ansioso y empezó a caminar con una sonrisa torcida por la sala de estar— en realidad no sé si tenemos que poner un nombre o planificar, fuimos muy… cercanos en el pasado, nos ausentamos 6 años y… me entiendes ¿Verdad?
“Deja de mirarme con esos ojos tan brillantes” pensó irritado rascándose los brazos, Wong Yukhei estaba parado de brazos cruzados sin perderlo de vista, con su cabellera natural, un poco despeinada sobre los ojos, el ambiente era extraño.
—¿Sabes cuál fue mi error al irme? ¿Sabes cuál es el error por el que creo que ni siquiera debería haberme enojado con Kim Dongyoung? —el rubio tragó saliva— que incluso si yo te hacía la promesa de volver directamente a ti y no a él, es que tú tenías todo el derecho de hacer tu vida como quisieras, no estabas obligado a esperarme, nunca concretamos una relación de novios y aunque eso hubiera sido así, tú no me perteneces, si querías acostarte con Dongyoung, si hubieras querido tener una relación firme estabas en todo tú derecho ¿Por… por qué él estaba obligado a cumplir una promesa? ¿Por qué debía privarse de ti si tenía deseos? —Jungwoo tenía la mandíbula tensa, ni siquiera podía parpadear de la sorpresa— a fin de cuentas nadie tiene la culpa de nada aquí…
—¿Qué quieres decir con eso? —la voz del mayor sonó un poco más ronca, un poco ¿Molesta?
—No quiero que me malinterpretes, Jungwoo, solo quiero ser sincero y dejar de mentirme, dejar de mentirte a ti —cuando avanzó lentamente un par de pasos hacia él, el otro retrocedió hasta tocar la espalda con una pared, enterrar sus dedos sobre sus brazos y esperar que el otro se acercara más. Sabía que tenía las mejillas ardiendo ¡¿Pero qué le estaba pasando?!— escuché la grabación y te agradezco que me ofrecieras la disponibilidad para acudir a ti, podemos ser amigos, no creo que podamos continuar como desconocidos después de todo lo que nos ha pasado, podemos salir de esta puerta, estar con quien queramos que estemos y mirar hacia el futuro pero…
Acercó la mano para sostener la mejilla izquierda del rubio y hablar casi en susurros, sus rostros a escasos milímetros de separación, su torso prácticamente presionando el de ese hombre con rostro de muñeca, con la respiración agitada calentando sus labios, labios que no podía quitar de su vista.
Continuó.
—Podemos ser amigos pero ¿Qué sucede con lo que pasó en Alemania y el deseo con el cual te tuve en mi cama? —Jungwoo gimió— ¿Qué pasa con el hecho que incluso si somos los mejores amigos, te voy a estar deseando tanto como lo hago ahora?
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Nota autora: Cariños míos, es oficial, solo quedan 2 capítulos más de esta historia.
Hay algo importante por resolver todavía, algo muy importante ¡No se lo pueden perder!
Lo otro es que volví a Wattpad pero tanto "La obsesión del demonio", "Imposible" y "Sexual Writer" no serán subidas allí dado que Wattpad podría borrarlas de nuevo, sin embargo la próxima novela se subirá allí y acá así que quienes quieran leer en Wattpad para mejor comodidad, síganme a @Trinidadvictoria

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
OH DIOS OH DISO OH DIOS