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"Sexual Writer" Capítulo 43: Cuando el pasado vuelve

Actualizado: 31 ago 2019





Entonces no creo que podamos ser tan buenos amigos” susurró Jungwoo cerca de sus labios.

Asintió a sus palabras porque en el fondo sabía que, como amigos, aquellos que no se pondrían un solo dedo encima, apestarían pero ¿Qué podía decirle? ¿Qué dejaran de verse? ¿Qué fueran solo amantes?


Incluso cualquier tipo de nombre era inadecuado, pensar en el futuro y en el pasado no era lo correcto, quizás solo tenían que concentrarse en las emociones que surcaban sus cuerpos en el ahora.


Era increíble el cómo podía sentir contra su tórax el corazón de Jungwoo, estaba tan ansioso como el suyo, incluso estaba seguro que sus ojitos no se desprendían de su boca anhelando conscientemente más.


¿Quién era él para prohibirle eso?


Unió su frente con la de él, prácticamente eran del mismo porte y eso le gustaba porque no tenía que hacer algún tipo de esfuerzo para hacer algo como esto, mover su nariz lentamente contra la suya para arrebatarle un suspiro, posar sus labios castamente y quitarlos antes que Jungwoo respondiera.


—Oye —protestó pero no dio un paso adelante, estaba contra una pared con él acorralándolo y la sensación era abrumadoramente excitante.


Cerró los ojos cuando la punta de la lengua de Wong Yukhei recorrió el borde de su labio superior y luego el inferior con tota la calma del mundo, tal tranquilidad le dio un golpe de calor que se extendía en toda la zona baja del abdomen, que iba ascendiendo y quemando como si se tratara de fuego.


Un beso que subió un poco más de tono cuando sus labios se juntaron y abrieron sus bocas para que sus lenguas se saborearan un poco.


Tal humedad y contacto los hizo gemir pero se detuvieron para observarse un par de segundos, lo que el menor había dicho hace poco no era un juego ¿Qué podía hacer con el deseo que le tenía y que no podía negarse a sí mismo?


Jungwoo se separó de la pared y se movió alrededor de la sala de estar para caminar hacia su habitación, pero antes de que el desconcierto confundiera al menor, el rubio miró levemente hacia atrás en un gesto que gritaba que lo siguiera.


Sentir los pasos de ese hombre cerca suyo lo hizo temblar pero no se detuvo.


Cuando llegó a su habitación, encendió la luz de un costado de la cama para luego quedarse observándola mientras quitaba por sobre su cabeza la camiseta blanca que se había puesto a última hora, un acto lento y con calma que reveló sus hombros anchos, su cintura estrecha y línea de su espalda.


Yukhei, que estaba apoyado en la puerta, se quedó viendo con la mandíbula temblando. Jungwoo parecía ignorar el hecho que su trasero apretaba el pantalón de chándal. Cuando se sentó en el borde de la cama y lo observó con “ternura”, supo que no iba a retroceder y que el mayor estaba entrando en el juego, aceptando su deseo, permitiéndole acercarse.


Fue lo que hizo.


Pero no hizo un movimiento rápido desesperado por follarlo porque no, no quería algo tan carnal como lo fue en Alemania pero ¿Cómo iba a quitarse la ropa si sentía que sus dedos estaban hechos de manteca?


—Maldita sea Xuxi, el deseo es mutuo —susurró.


El aludido quitó su chaqueta de cuero café y la dejó en una silla que estaba cerca, rodeó la cama bajo la mirada ansiosa del otro y se sentó a su lado para luego, sostener con mesura su suave rostro con la mano izquierda y besarlo como correspondía.


Jungwoo se inclinó hacia él sin romper el contacto pero avanzó un poco más cuando su cuerpo con voluntad propia, se movió sobre Wong Yukhei para sentarse sobre sus muslos, rodear las caderas con sus piernas y abrazarlo por el cuello comiendo su boca con calma.


Le gustaba cuando él mordisqueaba sus labios como si se tratara de gomitas, amaba la forma en la que sus cuerpos quedaban en ese anclaje perfecto, el sabor del menor en su lengua, el perfume de su cuerpo impregnándose en el suyo.


Profundizó el beso aún más cuando sus dedos se inmiscuyeron en las hebras de su cabello negro y lo empujó hacia él.


¿Por qué esto se tenía que sentir tan correcto y tan bien? ¿Por qué la garganta se le estrechaba mientras lo besaba? Quizás porque no había manera de saciarse de Wong Yukhei o Sexual Writer y eso le asustaba ¿Alguna vez realmente había dejado de desearlo?


No quería que las lágrimas aparecieran pero mientras más se besaban, fue inevitable.


—Jungwoo —murmuró cuando rompió el beso, ahora sostenía su cara con ambas manos— ¿Qué es lo que pasa?


—¿Qué… ¿Qué habría pasado sí…?


“¿Qué habría pasado si nunca nos hubiesen separado? ¿Habríamos sido felices?”. Era una interrogante que no fue formulada de manera completa por temor a hablar más de lo que podía revelar o admitir ahora.


Pero era inevitable pensar en esto que estaban viviendo y el cómo se estaba sintiendo, no podía evitar ponerse en la situación de que, si no los hubiesen separado, esto que tan bien se sentía habría sido una constante, ninguno de los dos habría estado solo llorando y sintiéndose miserable.


No lo dijo, pero Yukhei lo comprendió y todo lo que pudo hacer fue extender el cuerpo de Jungwoo hacia atrás sobre las almohadas, extender hacia los costados levemente sus muslos y posicionarse entre sus piernas, apoyándose con las manos hacia cada lado de su rostro y observarlo hacia abajo como si fuera lo más hermoso de este planeta.


Un Dios de piel pálida, vientre plano y piernas extensas que estaba bajo su cuerpo mirándolo con ojitos húmedos y labios apretados.


—Ni siquiera sé si vale la pena que nos pongamos a pensar en supuestos, esto, ahora, es todo lo que me importa —se inclinó a depositar un beso en su frente en un gesto íntimo por un par de segundos— me importan tus mejillas —besó ambas con calma, Jungwoo gemía por lo lindo que se estaba comportando— tu nariz —besó su tabique nasal— tu garganta…


Sus palabras se perdieron cuando se inclinó a regarlo de besos en el costado de su cuello para provocar gemidos de satisfacción, no iba a acelerar esto, necesitaba sentir que él era real, que no se trataba de un sueño cruel, quería disfrutar cada segundo de tenerlo bajo su cuerpo.


Continuó arrastrando sus labios por el esternón, sus clavículas y luego aspiró el dulce aroma de su perfume masculino que emanaba su piel hasta que abrió la boca para chupar y morder con calma ambos pectorales.


—“Xuxi” —balbuceó con la mano firme en su cabellera negra.


Pero el menor siguió en su ritual de adoración, se había separado un poco para poder tener el rostro a la altura de su abdomen y así recorrerlo, besarlo y entretenerse luego con la zona de sus caderas mordisqueando para que se retorciera.


Podía seguir y ¿Qué lo detuvo de descender con manos y boca, el dobladillo de su pantalón de chándal? Así lo hizo, lo bajó por sus esculpidas y bonitas piernas hasta dejarlo completamente desnudo.


Frente a eso se quitó la camiseta blanca y la lanzó a un costado, incluso también el pantalón ajustado y el bóxer que marcaba su perfecta anatomía, porque necesitaba estar igualmente sin ropa para volver a posicionarse como antes, entre sus piernas, con las manos cerca de su rostro solo que ahora se inclinó hacia abajo para unir sus torsos desnudos y así besarlo hambrientamente.


Una piel morena y caliente contra la blanca y agitada del mayor, las uñas de Jungwoo enterradas en su espalda mientras que las de Yukhei recorrían todo su cuerpo para grabarse la forma en ellas. Se sentía dichoso de poder hacer esto, el amor, de poder admirar cada detalle que había extrañado, de sentirlo retorcerse bajo él por el hambre de un contacto más profundo.


Lamió un par de veces sus labios y dejó que jugara con su lengua también, pero el cuerpo de Kim Jungwoo merecía también su atención así que se movió sobre la cama para tener el rostro frente a sus muslos.


—Ahhhh —jadeó— por... por favor.


A sus órdenes.


Abrió la boca para morder esos muslos, uno por vez y luego arrastrar los labios lentamente, labios que regaban besos desde la cara interna hasta llegar a su rodilla, dientes que se hincaron en la pantorrilla y luego en el tobillo.


No había manera de sentir que podía estar saciado de este hombre, menos si lo miraba con su piel sudando, respirando agitado y una erección que destacaba tan bien. ¿Cuántas personas en este país no deseaban tenerlo así? ¿Cuán bendecido era de poder tener aquel privilegio? En este momento no importaban amantes del pasado, solo importaba lo que se creaba entre ambos.


Su boca explotó de placer cuando pudo saborear el pene de ese hombre, había extrañado su sabor, la manera en la que sus pies se retorcían cuando estiraba la lengua y lo chupaba más posesivo.


Lo dejó tan irritado que si seguía así de seguro iba a correrse en su boca así que, cuando se detuvo,

Jungwoo se movió por la cama, tiró de sus caderas y trató de canalizar el hambre a través de una devolución de cariño. Ahora él era quién llevó hasta su garganta el miembro erecto de Wong Yukhei.


Bien, sí, quería hacerle el amor pero también sabía cuánto amaban los insultos o palabras subidas de tono, así que entrecerró los ojos y frunció el ceño. Fue incapaz de hablar pero sí tiró de su cabello rubio y folló su boca como si la vida se le fuera en ello, podía sentir la humedad en su carne, los gemidos vibrando alrededor de su glande, las uñas enterrándose en las nalgas de su musculoso trasero.


Después de un par de minutos y las preparaciones necesarias, Yukhei era quien estaba debajo con Jungwoo encima, con sus manos sobre las caderas del otro mientras lo penetraba lentamente para que se acostumbra a la invasión.


Lo sucedido en Alemania no hizo más que aumentar el deseo porque esto se repitiera, no, más bien de poder tenerlo como correspondía sin sentir que hacía algo prohibido.


Amaba sus besos, la manera en la que gemía contra su boca o se retorcía de placer, le gustaba el contraste que se creaba entre ambos en tantos sentidos pero que sí compartían algo común. Se tomó el tiempo de mordisquear el borde de su oreja derecha mientras susurraba cosas subidas de tono, también el tiempo para lamer cualquier gota de sudor que caía por el costado de su rostro.


Volvió a besarlo cuando la necesidad animal tomaba posesión de su cuerpo y así, en un frenesí delicioso, entró y salió de su cuerpo de forma repetitiva, abarcando con sus manos aquel trasero respingón, amasándolo con tanta fuerza que seguramente le quedarían marcas como secuelas.


La cama crujía dándole un toque más candente a todo.


Lo último que pudo recordar antes de nublarse en el orgasmo, es que podía sentir los espasmos del miembro de Jungwoo contra su piel, la humedad del semen y sus gemiditos repetitivos que lo hicieron perder la cabeza.


Esa noche no fue solo una vez, la siguiente “ronda” continuó en la ducha y es que ¿Cómo podía frenar sus deseos si veía su piel pálida tomar un poco de color con el calor del agua? ¿O ver su cuerpo de espaldas mientras llenaba con jabón su propio vientre?


Prácticamente lo había aplastado de cara contra las baldosas pero ninguno se había arrepentido, mierda, fue tan delicioso como en la cama.


Flash Back


Esa mañana cuando abrió somnolientamente los ojos, tanteó con su mano alrededor para saber si esa exquisita figura de piernas largas y piel pálida seguía allí durmiendo de cucharita junto a él en una de las mejores noches que había tenido en tanto tiempo.


Pero no, la cama estaba vacía y las sábanas tibias lo que indicaba que no hace mucho se había levantado.


No, no recordaba haberlo llevado a su casa, esto no era un hotel o el antiguo departamento donde vivía. Cuando salió del estado de aturdimiento se sentó en la cama pero la sorpresa provocó que diera un pequeño salto sobre el colchón al ver a Jungwoo sentado en la orilla, con una bata color melocotón y una sonrisa avergonzada.


—Jungwoo…


—Lamento haberte asustado —murmuró abrazando su propio cuerpo— es, solo que… no tenía deseo de interrumpirte —movió los labios hacia un sector— preparé desayuno, se supone que a esta hora debería estar trabajando pero hice una actuación digna de un premio Oscar como para que me dieran permiso de faltar, ser uno de los favoritos tiene sus ventajas —al ver el rostro de Yukhei y su cabello despeinado, su cuerpo tuvo un espasmo— no me sonrías así, es inconveniente.


—¿Bajo qué razones, señor Kim? ¿Debería sentirme halagado por esa falta a la ética laboral?


—Es inconveniente que me sonrías de esa manera, se supone que debemos ser amigos pero no creo que sirvamos para ser ello —sostuvo la bandeja que descansaba sobre una mesa y la dejó en la cama en medio de ambos para que comieran— sin embargo solo… solo creo que no pongamos nombre a nada y dejemos que esto continúe libre ¿Sí?


Me gustas y lo sabes ¿Qué caso tiene ocultarlo? No quiero mentirme a mí mismo y tampoco siento que estoy perdiendo dignidad por ello, estuve 6 años lejos” respondió él antes de morder un pastel.


Sus palabras lo hicieron sonrojar tanto que la única manera de calmarse era bebiendo su taza de café, su corazón palpitaba inquieto como el de un adolescente y su primer amor. Bien, él también sentía cosas por “Huang Xuxi” pero no quería decirlo, además estaba el hecho ineludible de que tenían que aprender a conocerse en su versión “más adulta”, vivir de lo que hubo del pasado no era sano.


Fin Flash Back


Lunes 13 de octubre 2025, unos días después


Después de lo sucedido con la visita a Inglaterra, el re encuentro con Wong Yukhei y esos días posteriores de más de 1 mes hasta que él volviera, todos los días siguientes en Corea en los que trataron de dejar las diferencias de lado y luego la muerte de Ramsés. Sí, en todo ese período había dejado un poco de lado la relación que logró crear con sus hermanos en Estados Unidos y es que no tenía cabeza para otra cosa.


Ahora que estaba con la misión de re ordenar su vida, decidió que debía “ re conectarse” con ellos y llevar esto a otro nivel así que había tomado el teléfono para comunicarse directamente con el padre de ambos y pedirle que considerara la idea de viajar a Corea del Sur, él estaba interesado en poder ver a sus hermanos en persona y formar una relación aún más cercana.


La respuesta fue positiva aunque el hombre sentía vergüenza de cierta manera ¿Qué pensaba Kim Joonhyuk de que los hijos de su ex mujer, frutos de otro matrimonio, tuvieran contacto?


—Señor, mi padre es quien me alentó hace un par de años a tomar contacto con ellos, mis hermanos no tienen la culpa absoluta de lo que haya hecho In Jin, incluso también fueron víctimas de su maltrato —suspiró— la verdad es que estoy en un plan de no perder el horizonte, conectarme con lo que tengo y no puedo pretender pensar que no tengo hermanos fuera de este país, siempre fui hijo único ¿Sabe? Así que, espero considere mi petición.


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Dejó el teléfono de lado cuando se sintió observado, allí estaban los ojos de Kunhang, una mirada divertida acompañada de una sonrisa de la misma índole.


—No te haría preguntas pero, si estoy en este restaurante para almorzar contigo mínimo espero que me expliques porque estás mirando la pantalla como idiota enamorado frente a mis ojos y mi plato.


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—Perdóname por parecer un tonto, pero no puedo evitar ponerme sentimental cuando te tengo al frente —murmuró observando la pequeña lápida que había quedado en el lugar donde estaba enterrado— quizás ni siquiera entiendes lo que digo, bebé, pero estos días que pasaron han sido caóticos, se emitió al aire el primer episodio de “Superhumans”, estoy en sesiones fotográficas y eventos con las marcas que estoy comenzado a promocionar y aún no he podido terminar ese libro que tantas veces me viste editar en Alemania.


Yukhei estaba despeinado vestido con ropa simple y sentado de piernas cruzadas sobre el césped, estaba frente a la lápida donde habían enterrado a Ramsés en el patio de su casa en un día, como nunca, en los que tenía tiempo para descansar, hacer “nada” y re encontrarse con sí mismo.


Lo que le decía era cierto pero también tenía asumido que era parte de su nueva vida como una figura famosa y es que Xiao De Jun se lo dijo, el día que revelara su rostro nada iba a ser como antes, no solo jugaría un rol como escritor, se volvería figura pública como modelo de marca, invitado en programas estelares, etc.


Se secó las lágrimas y miró su teléfono tentado en continuar la conversación con Jungwoo, mierda, si pudiera pasaría cada noche haciendo lo que hacían hace 6 años atrás, cosas tan simples como ver películas escapándose de la realidad o terminar disfrutando de su cuerpo a través de las relaciones sexuales.


Bien, no podía acelerar las cosas porque ahora estaban en esa fase de conocerse mejor.


Sonrió con timidez.


—Realmente me encanta —susurró tocando la lápida— cuida a tus padres ¿Sí? Para que esto llegue a buen puerto…


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Entró al edificio de KBS dispuesto a continuar con su trabajo junto a una sonrisa y el aura distinta, cada encuentro que tenía con su mejor amigo lo dejaba entusiasmado con seguir haciendo las cosas bien, sus palabras y consejos.


Miraba hacia el pasado y lo comparaba con su presente ¿Finalmente debía estar agradecido por lo que había pasado para llegar a esta estabilidad?


Estaba por entrar a las oficinas de KBS News cuando su jefe apareció en el pasillo hablando enérgico con alguien, quizás podía haber pasado de largo pero cuando escuchó el nombre “Wong Yukhei”, se giró de forma inmediata.


Nadie sabía que se llamaba así, nadie entonces… ¿Por qué?


—La investigación iniciará ahora mismo —cortó y volteó hacia su periodista estrella— ¡¿Y tú dónde te encontrabas?!


Jungwoo frunció el ceño.


—Estaba almorzando señor, por contrato tengo derecho a 1 hora para ello —miró el teléfono de su jefe y luego a sus ojos— ¿Sucedió algo?


—Ohhh Kim ¡Puedes verlo por todas partes de internet! —señaló la pantalla— quizás este sea el trabajo más importante de tu vida, pero como KBS News tenemos que ser los primeros en informar lo que la gente quiere saber así que haz hasta lo imposible con ponerte en contacto y sacarle información a Huang Xuxi.


Al verlo confundido, su jefe buscó rápidamente la noticia que estaba reventando cada sitio web de internet, internacional y coreano, para luego poner el teléfono frente a los ojos de ese muchacho y repetirle que si era necesario formaría parte de una comisión experta de periodistas para sacar a la luz la verdad.


Y fue en ese momento que, cuando supo que las cosas iban a ponerse malditamente difíciles otra vez, que iba a tener que usar la fuerza desde donde no sabía que tenía para no dejarlo caer.


—Está bien señor —murmuró.


Cuando su jefe desapareció de su campo visual, Jungwoo se apoyó de lado contra una pared para no permitirse caer y golpearse contra el suelo. Abría la boca tratando de articular palabra pero estaba cayendo en un estado en el que le estaba costando respirar o pensar con coherencia.


Los títulos no estaban siendo objetivos, mierda, estaban siendo lapidarios.


Solo atinó a mirar hacia atrás, cuando supo que nadie estaba cerca, retrocedió un poco y corrió hacia donde su vehículo estaba estacionado. Si por esta acción de abandonar su trabajo iba a ser despedido, no le interesaba en absoluto ¡Yukhei necesitaba ser acompañado!


No era el único con ese tipo de pensamiento, las llamadas entrantes en su teléfono eran indicadores que otros pensaban como él.


Mierda, mierda… ¡Maldita sea!


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Dispatch había sido el primero en subir la noticia aclamando en su nota que fuentes anónimas, que se hacían llamar como testigos claves, afirmaban que Huang Xuxi era una mentira, que nadie era capaz de ver más allá de aquella aclamada figura y cuestionarse ¿Cuál era la razón por la que ese hombre abandonó Corea? ¿Nadie fue capaz de pensar que podía estar ocultando algo cuando tenían pruebas (y que mostraban en la nota) de que su nombre había sido Wong Yukhei y que salió del país con otra identidad?


Estos mismos testigos entregaron la única fotografía que tenían como evidencia de que efectivamente había estado en Boleumdal, sin embargo, Dispatch subiría una nota completa muy pronto con eso hasta confirmar con otras fuentes.


Pronto le siguieron otros portales de noticias coreanas, los internautas creaban foros de conversación con comentarios tan ácidos que incluso se alegraban por la muerte del pequeño Ramsés, maldecían su futuro y surgían las ideas de hacer una petición nacional para que fuera juzgado y devuelto a Alemania o Hong Kong.


Las redes sociales ardían, las páginas web internacionales traducían todo lo que podían exponiendo el gran problema que aquejaba: El aclamado autor Sexual Writer había ocultado su pasado oscuro, un pasado que tal pareciera que involucraba comercio sexual ilegal.


Jungwoo tuvo que apagar su teléfono porque recibía llamadas de colegas de otros países para averiguar lo que se estaba viviendo en Corea, no le interesaba poner una cuota a esta situación de mierda, todo lo que hacía era manejar rápidamente por las calles de Seúl para llegar a la casa del menor.


Al llegar allí el panorama no fue mejor, muy por el contrario puesto que cuando tocó el timbre la señora Wong salió a abrirle con los dedos torpes y las lágrimas de un llanto que no cesaba.


—Por favor corre, por favor… ¡Ya no sé qué hacer!


Comprendió sus palabras cuando subió corriendo la escalera y, al atravesar la puerta de su habitación vio a Xiao De Jun, Wong Kunhang y el señor Wong respirando agitados y observando a un Yukhei totalmente fuera de sí que empuñaba decidido un cuchillo para cortar carne.


Cada movimiento y cada sutil gesto como una respiración e incluso tragar saliva se hicieron evidentes ahora, mucho más.


Todos se dieron cuenta de su presencia, los ojitos del menor se llenaron de lágrimas al divisar su figura allí también con su tono de piel pálida y la preocupación evidente marcando sus rasgos.


—Salgan de acá ¡Dejen de preocuparse por mí!


—Yu… Yukhei, hijo por favor suelta eso, hijo, basta.


Se quiere suicidar” pensó Jungwoo con la garganta aún más estrecha dándose cuenta que aquel hombre estaba perdiéndose en la locura tal como él hace 6 años atrás.


Si no tomaba las riendas de esta situación no iba a tener un resultado bonito, no cuando su padre parecía no tener la capacidad de convencerlo de que desistiera, no cuando Kunhang parecía plantado sobre sus pies mientras lloraba o cuando Xiao De Jun tampoco había logrado algún avance.


Puso un paso al frente con las manos a la altura de su pecho.


—No te acerques Jungwoo, no te acerques más ¡Basta! —sus ojos que usualmente eran grandes, ahora estaban casi desorbitados.


El rubio tomó suficiente aire pero nunca se detuvo, los demás le pedían que se cuidara, que Yukhei podía dañarlo pero él sabía que no haría nada de eso, que solo era un hombre al que el deseo por querer dejar de existir le había ganado, alguien que no podía lidiar con una situación tan fuerte como la humillación mundial, no cuando no tenía las fuerzas para enfrentar el juicio o el regreso de un pasado que le había arruinado la vida.


—¿Te acuerdas ese día que me dejaste la carta para despedirte de mí? Intenté tirarme por la ventana del departamento de mis padres, pero… Fue Hellen la que me estrechó contra su cuerpo con mucha fuerza para que yo me detuviera, yo sé lo que es estar en su posición —murmuraba con un toque melancólico.


—Ya estoy cansado de todo Jungwoo, estoy cansado de sentirme ansioso, estoy cansado de creer que voy a poder estar tranquilo y que no sea así —apuntó hacia una dirección aleatoria— decidieron revelar la mierda de Boleumdal, ya todos saben lo que fui ¿Qué caso tiene seguir? Estoy cansado… ya no quiero más, no quiero más… —golpeó su propio pecho— dejen que lo haga.


Sus palabras dejaron de tener fuerza cuando Jungwoo se paró frente a él y apoyó su frente en la suya, ninguno había cerrado los ojos, simplemente descendieron la mirada al suelo donde solo se podían apreciar sus zapatos.


Me estoy hundiendo tanto que no sé si pueda salir de esto” susurró “Esa maldita cosa de club sexual acabó con lo que más amaba y ahora vuelve a surgir para no dejarme en paz, todos están hablando de esto”.


—En este momento la desesperación te está provocando dolor en los músculos del pecho, es como si te estuvieras cayendo literalmente en un pozo sin fondo, un pozo del que tratas de salir pero te hundes más y lo único que puede acabar con eso es quitándote la vida —Yukhei asintió lentamente, sus mejillas estaban empapándose de lágrimas— pero… tienes gente que te ama, quitarse la vida no es la solución a nada y deberías creerme porque te lo dice alguien que vivió gran parte de su vida en ansiedad constante —lo sintió gemir— no importa lo que estén diciendo ahora, ellos no saben parte de la verdad, pueden ladrar todo lo que quieran pero no conocen nada ¿Cómo podrás darle en el gusto a personas que viven del sufrimiento ajeno?


Mírame” le pidió al pelinegro y así lo hizo, levantó el rostro para observarlo mientras lloraba en silencio.


Jungwoo estiró la mano y acarició su mejilla con la calma que no tenía, se sentía jodidamente adrenalínico pero alguien inestable como Yukhei no necesitaba más inestabilidad para finalmente terminar colapsando de peor manera.


—Entrégale ese cuchillo a tu padre, eres un hombre demasiado increíble para dejarse derrotar por gente que no tiene corazón —todos se voltearon cuando escucharon la voz de Kim Dongyoung en la puerta de la habitación, estaba parado con la mirada preocupada— tú no quieres acabar con tu vida.


Fueron los segundos más largos de sus vidas, pero después de que el rubio le susurrara que lo hiciera, finalmente Wong Yukhei soltó el cuchillo de su mano derecha en las de su padre, hundió su rostro contra el hombro de Jungwoo mientras lloraba desconsolado pidiéndole que lo ayudara.


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Lunes 13 de octubre a las 17.40 de la tarde, la hora exacta en la que Wong Yukhei ingresó a la urgencia del hospital de Salud Mental para ser internado por un suicidio frustrado.


El rubio en ningún momento de desprendió de él, durante el camino a ese lugar el menor estuvo con el rostro escondido en su cuello mientras que este le hacía cariño en la cabellera y le decía que estaba orgulloso, porque admitir estar enfermo y pedir ayuda en el ámbito de la salud mental era difícil en un país como Corea, también le susurró que todo iba a estar bien porque tenía a la gente que lo amaba alrededor suyo mientras que allá afuera los cobardes se protegían tras un teléfono móvil para herirlo.


El señor Wong fue manejando el vehículo y a su lado su esposa, ambos escuchando todo lo que el rubio le decía ¿Cómo no iban a estar agradecidos de que se cruzara en la vida de este?


Si hubo un momento que tuvo que apartarse y fue cuando le pidieron a los que no eran familiares que se retiraran, el médico debía hablar personalmente con ellos después que el paciente fuera revisado minuciosamente.


Cuando dejó el box de atención vio a Dongyoung sentado en una sala de espera conversando delicadamente con un Xiao De Jun que tenía los ojitos llenos de lágrimas, Hendery se había sentado tras ellos pero observaba todo incómodo.


Se sentó al lado de ellos, eran los únicos en este lugar.


—Comprenderán que estamos en una situación muy crítica donde Wong Yukhei nos necesita más que nunca, pero para hacer esto tenemos que ser ordenados y no dejar que la emocionalidad nos consuma —miró a Jungwoo— a pesar de que siento que no van a creerme, no fui yo quien expuso a Yukhei con Dispatch, maldita sea, de haberlo hecho no lo haría con personas que disfrutan destruyendo a otros por dinero… pero tengo mis sospechas.


—¿Quiénes? —dijo Hendery, entre los 4 se formó como un círculo.


—Hay gente que necesita desviar la atención pública de lo que verdaderamente importa, estoy en un caso policial tan delicado que involucra menores de edad y la participación del alcalde de Seúl, como últimamente Sexual Writer es de lo que todos hablan, seguramente usó sus influencias para pagarle a algún colega y conseguir algo con lo que hundirlo, así todos se centrarían en eso dejando el camino despejado ¿Comprenden? —asintieron al mismo tiempo— apenas me enteré hice ciertas averiguaciones y fui a la casa de Yukhei…


Jungwoo observó a su alrededor con los ojitos húmedos, estar aquí era regresar 6 años en el pasado al peor período de su vida. El destino era caprichoso y cruel, lo suficiente para invertir los roles, que Wong Yukhei fuera ahora el paciente y él su apoyo más importante.


Han pasado 6 años ¿Cómo vamos a poder defender su imagen?” murmuró, se abrazaba a sí mismo como forma de consuelo.


—Cuando sabes la delicadeza de la situación, hay cosas que conservas y para las que te preparas, estaba claro que en algún punto alguien trataría de averiguar la vida de Huang Xuxi en Corea y por lo tanto empezaría esta seguidilla de cuestionamientos del por qué cambió su nombre, por qué su salida coincide cuando explotó el caso de Boleumdal, en fin —tragó saliva— la cosa es que… cuando te manejas en el área preparas cosas en caso de que algo así suceda así que quiero que estén tranquilos, tengo una coartada para esto.


—Doyoung —susurró Jungwoo que sollozaba.


—Pero no puedo hacer esto yo, nadie debe saber que soy la cara tras la redada a Boleumdal, no cuando aún estoy luchando para desbaratar una red de pedofilia donde el alcalde está involucrado así que —los miró a los 3— van a tener que hacer esto sigilosamente, como el movimiento de una serpiente en la arena, sin ruidos, sin que nadie lo sepa…


—Pero afuera el mundo está destruyendo a mi primo —masculló Hendery— ¿Tengo que quedarme de brazos cruzados?


Silenciaron por un par de segundos.


—Lo harás, será la mejor parte de eso, dejar que esto crezca solo un poco más —miró a Xiao De Jun— sabes que luché para que tú y Yukhei salieran limpios en el proceso judicial, saben que pedí favores para que pudieran otorgarles libertad a cambio de su participación y testimonios, a cambio solo del sentido de justicia, de hacer el bien, de entender que ustedes fueron víctimas de Yunho ¿Comprendes? Y no voy a dejar que eso los vuelva a perjudicar.


—Lo sé, Dongyoung —tragó saliva nuevamente, no podía dejar de llorar— es por eso que te llamé hoy, esto se descontroló, maldita sea, no me importa si por intereses personales te demoraste en decirnos que podíamos volver a Corea, solo quiero que seas capaz de sacarnos de esto.


Dongyoung miró el vacío dejando que su cabeza ideara muchas cosas, luego se paró de su asiento y caminó alrededor de la sala de espera observando cada rincón para descartar posibles intrusos.


Cuando se cercioró que el lugar estaba despejado, volvió a ellos


—Allá dentro está Yuhei, probablemente aun deseando morir, ansioso por atravesar otro periodo oscuro en su vida y lo único que necesita es que le den la tranquilidad de que todo va a estar bien, que saldrá de esto, que tomará tiempo pero es… eso, necesita enfocarse solamente en eso, para ello nos tiene a nosotros que lo ayudemos y no —miró a Hendery— ahora puedo decirte que hacer las cosas sigilosamente no es quedarse de brazos cruzados, es hacerlo paso a paso y bien.


—¿Qué vamos a hacer? —dijo Jungwoo observándolo fijamente.


—Lo que va a suceder es lo siguiente y tómenlo como el consejo de un policía que tiene experiencia —los miró a cada uno por igual— los medios allá afuera están distorsionando la situación al punto que se inventan cosas que no existen, pero solo pueden hacer eso, inventar, no tienen nada que probar más que Yukhei haya ejercido la prostitución… y nosotros le daremos eso, las pruebas ¿Quieren inventar que fue proxeneta? Que lo hagan ¿Quieren decir que fue drogadicto? Que lo hagan… mientras más inventen, más grande será la contrademanda así que —frunció el ceño— Xiao De Jun debe citar para la próxima semana una conferencia de prensa, pero necesitamos a alguien que lo apoye y no puedo ser yo así que… Jungwoo, probablemente debas ser la cara que presente la información desde el punto de vista periodístico, quizás este sí es uno de los trabajos más difíciles que debas asumir ¿Estarías dispuesto a perder tu puesto en KBS, por él?


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Nota autora:


Una defensa pública donde incluso el secreto de su sexualidad puede estar en juego, la jugada más importante de su carrera y también como persona.

El capítulo final será el sábado 31 de agosto, esperen por ello.

4 Comments


Elegui.
Elegui.
Aug 30, 2019

Mañana..

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mafer infantes
mafer infantes
Aug 29, 2019

MUCHA TENSION BASTAAAA

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pinky ru
pinky ru
Aug 26, 2019

🤠🔫

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👹
Aug 26, 2019

DIOS MIO CUANTA TENSIÓN TENGO MIEDO

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