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"Imposible" Capítulo 7: Provocación y descontrol

Actualizado: 1 jun 2019



Lunes 11 de septiembre 2017


Miró hacia atrás y la figura de aquel hombre había desaparecido por completo.


El asistente Choi Dong Ho manejó el vehículo hasta el campus Yeongeon donde quedaba la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Seúl, le había entregado su horario de clases con las respectivas salas y un par de consejos, sin embargo a partir de este momento las cosas dependían solo de su persona.


Después de verificar que estaba en el lugar correcto entró, fue increíble el peso de la mirada que sentía sobre su espalda ¿Estaría al menos la mitad del salón observándolo? Había llegado al límite de la hora por confiar que aquellos "5 minutos más" serían solo eso y no 40 minutos en realidad. La modalidad de ese salón de clases era en forma de escalinata y solo había un par de asientos vacíos en la última fila allá arriba ¿Cómo no? Era una lucha por quién tenía el asiento en primera fila.


—Ñoños —murmuró para si mismo.


Todos tenían un aspecto pulcro y vestían casi formal, representaban más de 18-19 años ¿Acaso ya se creían médicos? Por instinto tocó su cabello desteñido y aunque este estaba bien ordenado se sentía un vándalo de barrio bajo o algo por el estilo. Estaba claro que la mentalidad de un estudiante coreano y uno canadiense podría ser distinta, los aspectos duros de la sociedad les hacía creer de pequeños que estudiar más de 12 horas diarias era lo único importante.


Meneó la cabeza, era diferente, sí y bastante torpe para muchas cosas como la cocina, pero Mark Lee era un chico muy inteligente. Ya saboreaba la victoria en su boca y el deseo de demostrarles que no podían juzgarlo de esa manera. ¿Eran solo ideas paranoides? No, al subir la escalera escuchó el murmullo de alguien que decía "¿Y eso va a ser un médico? Dios salve a Corea".


—¿Tú eres el estudiante que Seo Shin Hyuk ha becado? —escuchó que alguien le preguntaba a su lado, al voltear se dio cuenta de quién le hablaba, solo por instinto—Daebak, no les hagas caso.


—Disculpa pero ¿Cómo lo supiste?


—No creo que lo sepas pero es primera vez que el dueño del grupo Keullobo otorga una beca de estudios, los demás han de estar celosos o pensar que vendría alguien extremadamente nerd para compensar tal acción —sonrió ante el rostro confundido del aludido—soy Yukhei, Wong Yukhei y también soy extranjero.


—¿Chino? —el muchacho asintió— Mark Lee, nací en Canadá


Después que los académicos dieran la bienvenida respectiva, la primera clase fue "Bases y fundamentos de la medicina" seguido de "Bioestadística". Para el canadiense no fue difícil adaptarse, si bien hablaba coreano habían algunas ocasiones en las que las personas hablaban con tantos modismos que no podía entender. Mas, estando en el ámbito educacional y formal la situación era positivamente distinta.


Almorzó en uno de los comedores principales junto a Yukhei y se llevó una grata sorpresa, el chico era realmente un cerebrito pero combinaba muy bien su tiempo de estudios con la vida social, era agradable y parecía no ser competitivo como los demás ¿Lo mejor? tenía el mismo horario que él. Ya sabía con quién podía compartir en adelante.




Miércoles 13 de septiembre, 2 días después


Cuando el otoño estaba a 1 semana de llegar ya podía sentirse el cambio de temperatura en el ambiente. Johnny se había desocupado relativamente temprano del trabajo y aunque después en la SNU algún compañeros de la maestría querían ir a cenar a un restaurante, él prefirió llegar a casa porque "estaba cansado y quería compartir con sus padres".


Bueno, no era una excusa porque en realidad quería tener una comida al menos en el día con ellos pero ¿Podía seguir mintiéndose a si mismo? Había estado pensando repetidas veces en Mark Lee y su imagen del día en que se hizo el cambio de apariencia, tanto brillo e inocencia en su rostro observando algo tan simple como una fuente de agua no podía ser normal.


Sintió entusiasmo cuando aparcó en el estacionamiento de su hogar ¿La razón? no quería pensar demasiado en ello. Escuchó una voz familiar que hizo desviar su mirada hacia la cancha de básquetbol que tenían, una sonrisa se dibujó en su rostro cuando reconoció su figura mientras jugaba con él.


—Pequeño idiota —murmuró.


Casi no habían hablado estos días, realmente quería saber que tal había sido la conversación con el idiota de Donghyuck, si el cambio de apariencia había servido, pero el muchacho parecía distanciarse y ocuparse de lleno en los estudios universitarios y él, bueno, debía preocuparse del trabajo y la maestría.


Se quedó un rato parado aún con las llaves en la mano, Mark no estaba solo, jugaba con otra persona.


—¿Sucede algo señor Seo? —la voz del asistente Choi lo sacó de su trance— ¿Está bien?


—¿Quién es ese que está con Mark.


—Ahhh, Wong Yukhei, un compañero del señor Lee, me llamó con anticipación para saber si podía estudiar con el muchacho acá —Johnny levantó una ceja— soy testigo que es cierto, han estado gran parte de la tarde, supongo que ahora solo están teniendo un tiempo libre.


Y realmente habían estudiado, el profesor de "Anatomía y embriología humana" había dejado en claro que sus clases no iban a ser una broma. Frunció el ceño pensando en el canadiense como alguien estudioso, a simple vista era fácil decir que era torpe y risueño pero estaba seguro que era solo una parte de su personalidad, su padre Seo Shin Hyuk no otorgaría una beca a alguien que no la mereciera.


—Me alegra que haga amigos —murmuró saliendo de allí para dirigirse su habitación— llámenme cuando la cena esté lista.


—Sí, señor.


Mark con disimulo miró hacia atrás antes que una sonrisa traviesa se formara en su boca, no había traído a Yukhei con malas intenciones pero se sentía satisfecho que Johnny estuviese pendiente de la escena ¿Creyó que no lo había visto? "Nada es mejor que la provocación cuando esta es sutil" le había dicho Ten "No le des todo fácil, enfócate en tus asuntos, de alguna manera la ausencia siempre llama la atención".


Fue el mismo señor Seo que había invitado a Wong Yukhei a cenar, se sentía genuinamente alegre que Mark estuviese haciendo amistades y que este fuese alguien realmente responsable. El muchacho dudó por un instante porque hace poco había conocido a Mark ¿No era demasiado pronto? De todas formas nadie podía rechazar la invitación del dueño de un gran conglomerado, se sentía honrado. El ambiente se volvió particularmente tenso para el canadiense cuando Johnny se acercó a la mesa, estaba peligrosamente silencioso.


—Ambos somos extranjeros, señor y no me agrada la idea de las personas conviviendo competitivamente en clases, escuché comentarios sobre Mark entre algunos de nuestros compañeros y vi su rostro avergonzado ¿No es eso una falta de respeto?


—Claramente, que bueno que alguien tenga criterio —sonrió Chae Rim percatándose de la manera en la que el muchacho nuevo comía, estaba rico en modales, sostenía los palillos con cuidado y no tenía apuro en tragar—¿Dices que vienes de China?


Johnny sintió vergüenza ¿Por qué sus padres parecían maravillados con cada persona nueva que conocían? ¿Acaso no conocían a los seres humanos? No, la mejor pregunta era ¿Volvería a estudiar con Mark en esta casa? con esa última pregunta sostuvo firmemente la cuchara e introdujo arroz en su boca, era conveniente que el canadiense fuese responsable pero no podía disponer de los espacios de esta casa como si fuese el dueño de ella. "No seas irracional" se dijo a si mismo ¿Por qué pensaba como un niño celoso? "Porque estás celoso ¿Quizás?" volvió a pensar.


—¿Se juntarán constantemente a estudiar? —cuando las palabras brotaron de su boca por voluntad propia, su rostro completo se volvió rojo. Mierda.


—Solo cuando sea estrictamente necesario —Mark sintió la necesidad de explicarlo aun cuando no tenía que hacerlo.


—De todas formas la universidad dispone de biblioteca y sala de computadores, apenas estamos iniciando el semestre, todo depende si hay que reunirnos con otros compañeros... si tenemos tiempo —tragó saliva— las clases no darán tiempo para mucho en verdad.


Al otro día


Johnny estaba sentado en medio de su cama con una sudadera blanca sin mangas y boxer ajustado negro, había salido hace poco de la ducha por lo que su cabello húmedo estaba descontrolado ¿La verdad? era una imagen bastante sexy y Han Eul estaba de acuerdo. Ambos se comunicaban a través de una videollamada y aunque al principio todo iba bien, la muchacha se daba cuenta de la mirada perdida, el rostro bañado de un sentimiento negativo, su chico no estaba bien.


Oppa ¿Te sucede algo? —solo tamborileaba los dedos sobre la suave superficie del cubrecama— Johnny...


—Lo siento tanto "cariño", me duele la cabeza, ni siquiera sé si vaya a ir a trabajar ¿Qué me estabas diciendo? "Hannie" —su sonrisa arrebatadora y su intento de "aegyo" podía hacer que cualquier persona olvidara lo que estaba diciendo, lo sabía y lo utiliza como un escape cuando no sabía qué decir.


—Que Karl Lagerfeld elogió mis diseños, incluso su representante me pidió las plataformas para contactarme en caso de que deseara ir a Corea... ¿Sabes el logro que significa eso? —asintió, lo sabía, Han Eul era una mujer increíblemente talentosa con el trazo y el sentido de la moda pero hoy no podía sentir su emoción, Johnny había amanecido enfermo.


Durante el resto de la conversación sintió incluso angustia por ella ¿Qué clase de novio fingía sonrisas y emociones cuando en realidad no sentía ni la mitad de aquello? Uno que pensaba en lo que no debía pensar y extrañaba lo que no debía extrañar.


—Queda tan poco para volver, pasado mañana tengo el vuelo... vamos a recuperar todo el tiempo perdido ¿Lo sabes? —asintió rápidamente—y oye... ¿Cómo te ha ido con ese niño de intercambio? La convivencia ha mejorado ¿No?... no sé si pueda verlo a la cara después que me viera desnuda.


El americano tuvo la necesidad de sonreír con sarcasmo y aclararle que sus ojos no estaban puestos en ella, más bien en él. Le conversó como si la situación no le preocupara pero la verdad era otra, Mark conversaba solo cuando debía conversar y eso le molestaba. ¿Quién se creía él para ignorarlo? Había reunido mucho valor para pedirle perdón, entonces aun no podía entender porque todo se volvía extraño.


Si todo era por culpa del encuentro con Donghyuck, si Mark Lee no había tenido la suficiente valentía para enfrentarlo o si ese enano se había atrevido a tratarle mal de nuevo, Johnny iba a intervenir porque era algo que Hansol hubiese esperado.


—Voy a dormir ahora "Hannie", no iré a trabajar —besó la cámara— te amo y espero ansioso tu regreso.


Después de un par de palabras llenas de cariño, Johnny cortó la llamada y se acomodó entre las sábanas, le dolía la cabeza, y estornudaba de vez en cuando. Anoche se había quedado en la terraza de su habitación mirando el cielo estrellado con un vaso de Whisky en mano y pensando en su mejor amigo fallecido. Cada día volvían esas imágenes pero no creía que fuese un castigo en realidad, los recuerdos parecían volver para que hiciera las cosas bien y no se portara como un crío. El frío y la humedad calaron hasta sus huesos, su estado actual solo era resultado de ello.


Casi adoptó la posición fetal cuando las primeras imágenes que le regalaba morfeo llegaron a su cabeza. No supo cuanto tiempo estuvo desvariando pero vio la figura de Ji Hansol sentada en un sofá con una sonrisa socarrona.


—Estoy delirando —Johnny rascó su cabello, las paredes eran borrosas, todo estaba más iluminado que de costumbre— ¿Qué haces aquí?


—Estoy muerto, puedo aparecer donde quiero... —se acercó y colocó una mano en su hombro—creo que estás volviendo a cometer un error importante Johnny y no es sobre los demás, es sobre ti mismo... —el abrazo que le dio se sintió jodidamente real, el americano lo disfrutó por un par de segundos— no te hagas más daño, estás acumulando cosas aquí —apuntó su frente.


—No sé a lo que te refieres.


—Si sigues mintiéndote solo terminarás siendo infeliz y no quiero ver eso desde donde estoy.


Pero no pudo seguir hablando, la figura del muchacho desapareció como vapor en el aire que lo rodeaba y solo había quedado el perfume que tanto le gustó estando en vida. Caminó hacia la salida en pasos que apenas rozaban el suelo, su cuerpo tenía la voluntad propia de dirigirse hasta la habitación de Mark Lee. "No, no, no" pensaba pero de su boca solo salía un canto en español ¿Era una ranchera? ¿Por qué no podía estar en pie?


Con dinero y sin dinerop... haaaago siempreee lo que quieroo


Corrió la puerta, todo se volvió confuso, se había sentado a llorar y hablar de Hansol junto a Mark pero después se acomodó a su lado y lo abrazó con tanta fuerza que su angustia había desaparecido. "Osito, cachorro de león" y otros sobrenombres brotaban de su boca, su dedo acariciando el rostro del muchacho, su deseo hambriento por tocarlo.


El canadiense le pedía que se fuera, no iba a recordar nada pero después de un intercambio de palabras colocó las manos en su nuca antes de besarlo. Fue una verdadera explosión en su boca.


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Mark estaba parado en medio del pasillo, la noche del día jueves había llegado pero no había visto a Johnny Seo, no había estado en la cena, no estaba en su habitación, las personas del servicio doméstico decían que durante el almuerzo se dirigió iracundo a su vehículo pero no tenía aspecto de haber ido a trabajar.


Ten y Taeyong los únicos gays en Corea del Sur con quienes podía hablar de lo que sentía, le habían aconsejado que la excesiva distancia podía traer consigo problemas, una cosa era hacerse el interesante, otra era ser orgulloso. ¿Se había excedido? Había pensado en hablar con él un poco el día de hoy pero el americano había desaparecido.


—Eres un pendejo —murmuró para sí mismo antes de volver a su habitación.


Era inexperto en la seducción, en el amor y sus derivados, se había alejado un poco para protegerse a sí mismo porque después de que tuvieran una tregua todo buen gesto del americano era un dardo de doble filo.


Cerró la puerta tras de sí, prendió la luz de toda la habitación pero tropezó con sus propios pies cuando vio a Johnny Seo parado con las manos en sus bolsillos. Tenía el ceño fruncido, sus manos temblaban.


Hyung ¿Qué haces aquí? —no le respondió, estaba como una piedra— si quieres hablar de algo...


—Mark Lee... pequeño Mark Lee, eres un infeliz —la sorpresa demacró su rostro— actúas como si todo a tu alrededor estuviese bien pero no es así ¿No?


—¿De qué hablas?


—Eres un hipócrita, un cerdo rubio, juguemos a pretender que nada ha pasado...


—¡Deja tu ataque de vieja menopáusica y sé más claro, yankee!


No supo como los brazos de ese hombre lo empujaron contra la cama, no parecía un ataque candente, Youngho estaba colérico. Sus manos sujetaban el cuello de su ropa, estaba encima suyo al borde de lanzar cualquier puñetazo, no estaba borracho, estaba muy sobrio.


—¡¿Cuál es tu maldita necesidad de alejarte y pretender que todo es normal?! ¿Quieres guardar secretos? ¡¿Por qué te aprovechaste de mí cuando estaba borracho?! —apretó su barbilla— eso es jugar sucio, pequeño mentiroso.


Mark tragó saliva asustado pero trató de ordenar sus pensamientos: Seo Youngho había recordado todo. Sintió la alarmante necesidad de llorar pero trató de aferrarse a sus sentidos, él no podía comportarse como un chiquillo de primaria. ¿Se podía dejar intimidar? la sucia necesidad de su cuerpo se apoderó y no le quedó otra que sonreír, este juego era de dos.


—Ohhh Johnny Seo ¿Aprovecharme? deja de joderte a ti mismo gran mentiroso —estiró sus manos y acarició los labios calientes del americano, sus rostros estaban muy cerca el uno del otro, su voz era un susurro exquisito— fuiste sincero al decir que te alejabas de mí por ser gay pero nadie que te quiere lejos se acerca gratuitamente a abrazarte o responder los besos con hambre... Hyung sé sincero contigo mismo, nadie heterosexual hace eso, nadie heterosexual me tendría apresado de esta manera contra una cama.


Asustado pero caliente, Johnny Seo se sentó de rodillas encima de la cama pero sujetó con fuerza el cabello rubio de Mark Lee en la zona de su nuca. El canadiense parecía su sumiso, estaba sentado observándolo hacia arriba con los ojos brillantes, sus labios separados, en ambos estaba el desafío más que explícito.


—Vamos, Hyung —lamió sus labios a propósito, susurró— deja de mentirte a ti mismo, estás deseando esto.


—Maldito cachorro de león.


Feroz y hambriento empujó su rostro desde la nuca y lo llevó a su propia boca para besarlo tan fuerte como podía, para demostrar que solo había sido el alcohol. Pero la ansia no acababa y solo aumentaba, sobre todo cuando ese muchachito 7 años menor enterraba sus uñas en la parte baja de su espalda y lo excitaba, lo excitaba como el diablo.


—¿Esto lo haría un heterosexual? —se separó un poco de su rostro solo para susurrarle— vamos, Johnny, te vuelvo loco sobre todo cuando este cachorro de león se volvió rubio.


—Al demonio, Lee... al demonio —tiró del cabello de su nuca hacia atrás, eso solo le podía dar una connotación mucho más sexual— no voy a detenerme... no lo voy a hacer.


—Entonces —acercó su rostro ¿Quién de los dos estaba más hormonal? Mark lamió lentamente el lóbulo de su oreja tal cuál Johnny lo había hecho con Han Eul, el pulso descontrolado era fascinante— ¿Quién te detiene?


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