"Imposible" Capítulo 32: Fin en Jeju
- TrinidadVictoria
- 3 jun 2019
- 17 Min. de lectura

Abrió los ojos de golpe después de una pesadilla horrorosa, toda su habitación estaba en una oscuridad donde solo el reloj electrónico de la mesilla de noche destacaba. Algo no estaba bien, no sabía qué exactamente pero estaba seguro que algo malo estaba sucediendo.
Siwon parpadeó un par de veces antes de levantarse de su cama con el cabello despeinado y pantalones deportivos holgados, quería ir a beber agua a la cocina pero cuando se dispuso a ello el timbre había sonado. Vio la hora en su teléfono ¿Quién tenía el descaro de visitarlo más allá de la 1 de la madrugada? Un escalofrío recorrió su espalda pero para estar seguro caminó hacia la pantalla electrónica que estaba apostada en una pared, allí podía ver quién estaba del otro lado gracias a una cámara de seguridad casi imperceptible al ojo humano. En temas de seguridad no escatimaba en gastos y tal vez gracias a ello podía salvar su propia vida.
Frunció el ceño al ver alguien vestido totalmente de negro que continuaba tocando el timbre y metía la mano sospechosamente en un bolsillo. Tenía un arma y de eso no había duda.
—Asalto —susurró.
Tenía varias opciones, podía llamar al conserje del edificio pero tenía la impresión que esto se trataba de algo contra su persona y no quería que otros salieran dañados. Respiró profundamente, colocó la mano en el picaporte y tan rápido como su cuerpo le daba a basto se abalanzó para sujetarle la muñeca e inmovilizarlo. Alcanzó a dar un par de tiros contra el techo pero nada lo había herido.
Con el movimiento de un experto pateó el arma de sus manos y la sostuvo entre las suyas. El hombre de rasgos toscos abrió sus ojos impresionado y cayó de rodillas, se había metido con la persona equivocada.
—¡¿Quién mierda eres?! —colocó el dedo en el gatillo, su figura era firme, había tenido lecciones con este tipo de objetos, era experto en defensa personal— ¡Habla o te parto el cráneo!
—Yo... —masculló— yo... tú no me conoces.
—Pero venías a matarme... —cuando dijo aquellas palabras las cosas poco a poco empezaron a tener sentido— ¡Han Eul te ha pagado!
—¡No diré nada hijo de puta! —escupió— sé cómo trabajan los de tu tipo, no sabes manejar eso gay de mierda.
Sus solas palabras habían sido suficientes para confirmar lo que pensaba, la desquiciada heredera de los Oh pagó a un sicario para acabar con su vida, lo que significaban varias cosas: cobraba venganza por exponerla ante los Seo, cobraba venganza por la alianza que tuvo con Mark para arruinarla, sabía de la relación amorosa entre Johnny y el rubio o las tres anteriores.
No le gustaba ser desafiado ni menoscabado por una condición sexual. Sostuvo la pistola y dio un tiro a solo milímetros de la rodilla del delincuente provocando que se encogiera mientras gritaba. Había sido suficiente para que de su boca la confesión brotara en un río interminable de palabras dolorosas.
2 horas más tarde Siwon había terminado de dar una declaración en la estación de policía junto con una grabación de lo acontecido, el sistema de vigilancia de su penthouse llegaba directamente a su teléfono y el involucrado había confesado todo ante la prueba irrefutable, si él iba a caer entonces la "niña rica" también. Él quedaría en prisión preventiva.
Siwon ansioso empezó a dar vueltas cerca de unos asientos, tal vez era el hecho que la situación lo había puesto muy enérgico pero ahora que las cosas empezaban a "cesar" pudo pensar con claridad sobre el alcance de este acto.
—Mark... Johnny
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Se paseaba de un lado a otro cual león enjaulado bajo la oscuridad de su habitación, hoy era ese tipo de noche en la que no puedes dormir porque algo más allá, algo que no se puede explicar, te invade el pecho. Estaba seguro que la ansiedad que le provocaba la idea de renunciar a los Seo era la causa, la decisión la tomó después de la conversación que tuvo con Youngho el día de ayer, no podía entregar su vida completa a personas que no demostraron la fidelidad que esperaba.
Creía en sí mismo, creía en su capacidad para buscar soluciones dentro de los problemas, gestionar y administrar, había estudiado en la universidad, ya había hecho su servicio militar, nada podía impedirle alguna cosa.
De pronto su teléfono comenzó a sonar, eran contadas las veces las que no estaba usando el bluetooth en la oreja. Era un hombre del equipo de seguridad.
—Señor Choi, hay un hombre que dice llamarse Choi Siwon acá en la puerta y solicita hablar con alguien de la familia, está ansioso, hubo un intento de asesinato en su contra y menciona temor por la integridad del señor Seo Youngho y Mark Lee.
—Hazlo pasar a la oficina personal del señor Youngho y no le quites los ojos de encima, iré de inmediato, gracias.
Las cosas siempre estaban conectadas de alguna u otra manera ¿Sería este el motivo de su inquietud? Con la gracia de alguien que llevaba años haciendo lo mismo, se vistió con una camisa y pantalones de tela negro en cosa de segundos. Cuando estuvo listo sostuvo su teléfono y caminó rápidamente por los pasillos y estancias de la mansión hacia el lugar donde tenían vigilado a esa "visita". El dolor en su estómago y pecho aumentaba, la ansiedad consumía su garganta, tenía mucho miedo.
Al abrir con torpeza la puerta de la oficina, aquellos mismos sentimientos vio en el hombre de complexión atlética que estaba apoyado en el escritorio. Lo reconocía ¡Era profesor de Mark Lee!
—No creo que sean necesarias muchas ceremonias, quiero ir directo al grano —su voz era inestable, estaba nervioso— soy Choi Siwon, profesor de Mark en la SNU, soy ex novio de Oh Han Eul.
—No se preocupe, sé el conflicto que tuvo el señor Seo con esa mujer, conozco sus intenciones... —apretó los dedos de sus pies.
—Hace unas horas un hombre fue a mi propiedad con la intención de asesinarme, confesó... confesó que la perra de Han Eul lo contrató para ello —la perplejidad en el rostro del "empresario" le dio a entender que estaba sacando las mismas conclusiones— no sé si usted esté enterado pero con Mark Lee trabajamos en conjunto para revelar sus intenciones ante Johnny y estoy seguro que algo más la motivó a querer acabar con mi vida —se acercó al secretario— pudo haber descubierto la relación que tanto Johnny y el muchacho mantenían en secreto, si a mí me quiso a quitar la vida...
—Pudo haber... —nuevamente el teléfono en su mano comenzó a sonar, esta vez el número no correspondía a alguno que fuese conocido. Frunció el ceño y bajo la expectante mirada del médico contestó— ¿Quién habla?
Siwon apretó la barbilla y sus puños pero todo movimiento en su cuerpo se esfumó cuando vio la expresión que surcaba el rostro de Choi Dong Ho. Había perdido todo el color de su piel, ni siquiera era capaz de hacer otra cosa que boquear como pez, asintió, terminó el llamado y levantó los ojos hacia él.
"Hay que hacer una denuncia ahora" balbuceó pero cuando sostuvo su teléfono sus dedos torpes provocaron la caída del aparato. Por suerte Siwon tenía reflejos extremos y lo sostuvo en el aire para evitar que estallara la pantalla.
—¿Quién era? —le devolvió el dispositivo colocándolo con cuidado sobre la palma de su mano, no confiaba en los reflejos del empresario. Los ojos llenos de lágrimas y la incapacidad para hablar no eran nada bueno— ¿Señor?
—La policía —jadeó afirmándose del escritorio para no perder el equilibrio. La historia de su hermano se estaba repitiendo— el señor Seo y el señor Lee están desaparecidos.
—Mierda...—gimió Siwon—¡Mierda!
Flash Back
El reloj en la oficina de aquel hombre marcaban las 3 de la madrugada, sus dedos impacientes tocaban la superficie de madera mientras trataba de pasar el frío junto a un buen sistema de calefacción. No era como si no pudiese sacar provecho de la situación en caso que el señor Seo se hubiera robado el yate, pero el mismo chaebol fue enfático cuando arrendó la embarcación hasta media noche, hora en la que regresaría con él al muelle.
La empresa que maneja se destacaba por darle un buen servicio a sus clientes V.I.P así como estos cumplen fehacientemente con la cantidad de horas que lo adquirían. No creía que Seo Youngho tuviese el atrevimiento de cometer una locura. Sintió un ruido muy bajo en el ambiente que le indicaba una cosa, estaban de vuelta.
Con un abrigo envolviendo su cuerpo caminó hacia la orilla del muelle, el vapor salía de su boca mientras trataba de conservar calor ¿Cómo era posible que la noche anterior nevara en Jeju con tal intensidad sin siquiera estar en invierno? Al ver el mar suspiró más tranquilo, el yate estaba allí sin embargo frunció el ceño cuando una mujer descendió de él caminando torpemente.
Tal vez el destino lo estaba salvando pero su cuerpo fue incapaz de moverse desde donde estaba parado haciéndolo casi invisible a los ojos de otro. El cabello de la mujer cubría parte de su rostro pero era evidente que no estaba bien, tenía los ojos inundados en lágrimas y no observaba un punto con claridad.
Al ver lo que tiró contra la madera del muelle le demostró que no era una víctima.¡¿Cómo había ingresado sin ser detectada?! Apenas pudo llamó a la policía, no quería perderla de vista pero era mucho más importante hacer otra cosa. Se subió al navío de dos pisos con la intención de prestar ayuda, todo estaba iluminado así que la visibilidad de cada rincón era correcta.
—¿Señor Seo? ¿Señor Seo? —buscó en la cabina principal, la habitación, ni él ni su acompañante estaban, sin embargo cuando fue a la cubierta lo que había en el suelo era la clara evidencia de lo sucedido— ohhh... santo cielo
Fin Flash Back
La noticia impactó a cada persona que era consciente de lo grave de la situación. No había portal de noticias o sitio web que no informara de la desaparición del famoso heredero Johnny Seo y su mejor amigo Mark Lee en las costas de la isla Jeju. La posibilidad de tener un ticket aéreo para llegar se reducía completamente cuando los medios iban en masa para cubrir lo que estaba pasando.
La policía de la isla estaba bajo una intensa búsqueda de Oh Han Eul, la heredera del grupo JKG, ex novia del chaebol, quien además había pagado para que se efectuara un asesinato contra Choi Siwon, destacado médico y profesor de la Universidad Nacional de Seúl, ex pareja de la muchacha y profesor de uno de los desaparecidos.
Los comentarios y las teorías iban y venían, la horda de periodistas se apostaba en todos los lugares donde pudieran obtener tan solo un par de palabras a las personas que conocían a los involucrados.
Seo Shin Hyuk y su esposa casi perdieron la cabeza cuando Choi Dong Ho y la policía les informaron en persona de lo que estaba sucediendo, no por dinero ni valor comercial, esta vez la gravedad era tanta que no importó nada más que la situación de Mark pero mucho más del único hijo que tenían.
—Yo no puedo seguir trabajando con ustedes —informó enfurecido el señor Choi bajo el llanto desesperado de Seo Chae Rim— dicen que todos tendrán el cierre que se merecen y ustedes definitivamente... definitivamente van a pagar por aquello, no seré yo quién les revele el secreto del señor Seo, lo harán solos, no puedo trabajar con personas que pudieron haber evitado esto ¡¿Saben la gravedad de todo?! Un hombre que siente apoyo de su familia muy probablemente no habría hecho ese viaje a Jeju a reflexionar, podía haber estado cobijado bajo su hogar... oh santo cielo, me rindo...
—Dong Ho —sollozó Shin Hyuk.
—Manejará el imperio Keullobo usted solo, no desperdiciaré mi vida trabajando para personas inconsecuentes —rechinó sus dientes, incluso él mismo también estaba llorando— si lo que temo que sucedió pasó en realidad, van a conocer el peor lado de mi persona porque es como si hubieran dañado a un hermano que yo amaba.
Dio un portazo en la entrada principal de la mansión mientras Seo Shin Hyuk caía de rodillas y sujetaba su rostro gritando desesperado. No podía creer que su único hijo estaba desaparecido, que el muchachito que había cobijado también, tenía una sospecha desagradable respecto a ello pero si todo se confirmaba no iba perdonarse nunca que viviera un calvario por esa razón.
Choi Dong Ho se subió al vehículo de lujo, había sido prudente guardar sus pertenencias más valiosas con anterioridad en la maletera porque así evitaba cualquier dificultad para abandonar la propiedad de los Seo. Necesitaba irse a Jeju y agilizar las cosas de la búsqueda pero antes tomaría contacto con los amigos y familiares de Mark Lee ¿Cómo reaccionarían sus padres cuando supieran que su único hijo había desaparecido como si lo hubiera tragado la tierra?
—Por favor, Hansol, hermano —sollozaba esquivando a la horda de periodistas que se lanzaban sobre los vidrios para tomar alguna declaración al respecto— por favor ayúdame... me voy a volver loco.
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Como una bala que pasa rápidamente en el aire, como un rayo o cualquier cosa que no se puede detener con simpleza, de esa manera Chittaphon ingresó al departamento de Jaedo. Tenía los ojos enrojecidos, las mejillas empapadas en lágrimas y los labios partidos. Taeyong trató de detenerlo al igual que Doyoung pero no hubo manera de evitar que el tailandés se abalanzara a la cama de "Hoyuelos" y le diera un puñetazo en la barbilla con tanta fuerza que todos en la habitación escucharon el impacto en seco.
Lo sostuvo del cuello de su camiseta antes que Taeyong lo abrazara por la espalda y le impidiera moverse de esa manera, Ten era un nudo de patadas y puñetazos en el aire sumado a un llanto desgarrador. Doyoung corrió a la cocina por un poco de hielo.
—¡Lo sabías infeliz! ¡Siempre lo supiste y no hiciste nada para detenerlos!... ¡AAAAAAAAAAA! —caía de rodillas al suelo sin poder controlar los espasmos— ¡Eres un hijo de puta!
—Basta, mi amor —balbuceó el peliblanco tras su espalda tratando de mantener la compostura, apenas podía conseguir estar vivo, él también quería desplomarse y sucumbiar ante los sentimientos más oscuros que lo invadían.
—Ahhhh¡ AAAAAAAHH! —lloraba a los cuatro vientos— ¡No puedo! ¡No puedo! ¡ERES UN ANIMAL JAEHYUN!
¿Era posible que el lazo de amistad fuera tan fuerte que en el fondo no eran necesarias las explicaciones? "Hoyuelos" apretó un puño sobre su pecho izquierdo pero el dolor no se desvanecía, la aflicción, el conflicto, la lucha interna entre lo que sabía versus lo que sentía, no había conseguido dormir durante toda la noche ni mucho menos tener bocado de algún alimento, simplemente adoptó una mirada perdida en la "nada" mientras hora tras hora caían lágrimas en sus mejillas.
No se había opuesto al golpe ni al lloriqueo de sus amigos, su actitud pasiva solo era reflejo de que maldecía en estos instantes tener un "don de mierda" para saber como acababan las cosas.
—¡¿Podrían calmarse?! —vociferó su pareja, Yukhei aún no llegaba para amenizar el ambiente— ¡Ustedes no saben lo que es tener en tu cabeza información que haría colapsar a cualquiera! ¡Nada es fácil para nadie! —apuntó a Chittaphon— ¡Te necesitamos! ¡Necesitamos a Taeyong! Y... ¡Y si Jaehyun no ha dicho nada es porque las cosas no son fáciles!
—¡ME IMPORTA UNA MIERDA! ¡YO QUIERO A MI MARK CONMIGO! ¡Han Eul hija de perraaaaaaaa! aaaaaahh ahhhh ¡Bastaaaa! —Taeyong lo volteó para que se desplomara en su pecho y se lamentara con todas sus fuerzas allí.
Él pensaba como el tailandés pero no era capaz de articular una palabra, tenía miedo de saber más de la cuenta. El impacto de enterarse de la desaparición por televisión anestesió sus reflejos ¿Qué podía hacer respecto a ello?
—Se siente como una daga —susurró "Hoyuelos", Ten levantó el rostro y ambos tuvieron contacto visual, el arrepentimiento estaba allí sin ser pronunciado o aceptado, solo allí esperando— una daga que te cruza el corazón a cada segundo, a cada momento, que se entierra en tu carne y se burla de ti recordándote que sigues siendo un ser humano... yo... —miró hacia su alrededor pero aquel ángel llamado Ji Hansol ya no estaba, la causa lo incitó a que terminara llorando con desazón— tengo un secreto con quién fue el mejor amigo de Johnny en Estados Unidos, es... —trató de secarse el rostro pero este volvía a descomponerse para terminar llorando— yo... yo no puedo estar de pie sintiendo la carga que llevo en mi alma ¡No es fácil tener toda esta mierda aquí! —prácticamente enterró su dedo índice en la frente— también necesito a Mark conmigo ¡Pero eso no va a suceder nunca más porque la codicia, maldad, egoísmo y homofobia de esta cultura debe terminar!
Chittaphon se secó las lágrimas del rostro con el dorso de su abrigo tan fuerte que sintió su piel herirse de alguna manera. Con determinación caminó hacia el muchacho sobre la cama esquivando cualquier intento de sus amigos por frenarlo. Sentía el estómago comprimido en algún lugar mientras el ácido subía por su garganta, él no había escuchado mal, nadie dentro de esas cuatro paredes lo había hecho.
"¡Pero eso no va a suceder nunca más porque la codicia, maldad, egoísmo y homofobia de esta cultura debe terminar!".
Lee Taeyong cayó de rodillas al suelo, escondió el rostro entre sus rodillas e hizo todo lo posible por tener control de su respiración, su piel sudaba, sus manos temblaban, su corazón estaba frenético, él sabía en el fondo lo que iba a decir y no sabía cómo lo iba a soportar. Doyoung miró hacia la ventana mientras lloraba desconsoladamente en silencio.
—Vas a decirnos toda la verdad ahora, Jung Yoon Oh, porque... porque yo le debo mi vida y la de Taeyong a Mark Lee, porque todos nosotros sabemos que Johnny Seo lo iba a hacer feliz —inspiró profundamente, su labio inferior temblaba como el inicio de un puchero, iba a llorar de nuevo— porque... porque supongo que nada va a cambiar ¿Cierto? —negó— por favor, Jaehyun, por favor ¡Comparte ese secreto!
Jaehyun tragó saliva y miró a cada uno en esa habitación, el ambiente había tomado una energía muy fuerte, cada uno empezaba su propio infierno, cada uno era la pieza clave para que el decreto del ángel se cumpliera.
—"Vas a ser importante para muchas personas" —susurró la verdad absoluta sobre el propósito de Johnny Seo y Mark Lee en esta vida— quiero que me hagan una promesa primero —todos asintieron lentamente con los ojos empapados— ninguno va a caer a partir de hoy —suspiró— van a ocurrir cosas que le darán el giro a la visión de este país pero nada ocurrirá si nosotros no luchamos por el amor que ambos se tenían y por el que le tenemos a los hombres que amamos, un amor que dejará registro en la historia de Corea del sur, nuestra propia lucha...
—Termina con esta tortura, por favor —susurró Taeyong.
Flash Back
La temperatura era muy baja, sus dedos temblaban, sus dientes castañeaban entre sí, las lágrimas en sus mejillas caían lentamente mientras esperaba oculta en ese lugar que todo fuera una mentira, sin embargo cuando asomó tan solo un rostro para ver la escena supo que las fotografías y las grabaciones eran ciertas.
La manera en la que acariciaba su rostro, el brillo en sus ojos, el momento en que capturó sus labios para entregarle un apasionado beso e incluso aquella propuesta para que fuera su novio, todo había sido lo suficiente para sentirse peor. Sí, su ex novio era bisexual y la había terminado por nada menos que Mark Lee, un muchacho que personalmente le había agradado bastante.
Antes de dar una respuesta a una propuesta tan maravillosa, ambos sintieron un escalofrío recorrer su espalda de lleno. Como el llamado de la muerte, como la entrada a las puertas de la pesadilla y el infierno.
Tal cual como una cámara lenta que capta el momento preciso de una escena, Johnny se dio cuenta del horror que desfiguraba todo el rostro de Mark Lee. Instintivamente se volteó tras su espalda para sentir como su alma se escapaba de la boca cuando vio allí a una mujer totalmente irreconocible. Ojos inyectados en ira animal, lágrimas empapando sus mejillas y algo que levantó en el aire como un signo claro de sus oscuras intenciones.
—Han Eul —dijeron al unísono presos del pánico.
—Por esto me dejaste —susurró— ¡¿Por un hombre?!
Ambos tragaron saliva, los ojos del americano no podían dejar de ver lo que traía en su mano y en ese momento muchas cosas empezaron a encajar respecto a actitudes de Jaehyun o mensajes subliminales de Ji Hansol. Tragó saliva, necesitaba persuadirla para que abandonara su locura antes que las cosas terminaran realmente mal pero por primera vez en su vida quería ser valiente y no esconder nada.
—Tú y yo no estamos juntos, Han Eul, tu familia seguirá siendo millonaria sin mí ¿Qué es lo que deseas?
—Podría haber pasado por alto que fuera una mujer pero... vamos ¡Eres un cerdo degenerado! ¡Estás con un hombre! —miró repetidamente uno a otro— ¡Metiste tu pene en ese niño y jugaste conmigo! ¡Me dan asco! ¡Humillas mi dignidad como mujer!
—Han Eul, podemos discutir esto en paz por favor suelta esa pistola —susurró— tú no quieres cometer una locura.
—¿Cómo crees que me siento cuando me entero que el hombre que yo he amado me dejó por otro hombre? has caído en lo más bajo... no es como si Mark pueda satisfacerte como yo lo hacía, no es como si pudieras tener hijos con él, no es como si fueras un verdadero hombre a su lado ¡No es como si tuvieran la posibilidad de ser aceptados!
—Es ahí donde te equivocas —sus ojos se llenaron de lágrimas, hacía fuerza para que Mark no se moviera tras su espalda, podía escucharlo llorar aterrado— amo a Mark como nunca amé a otra persona, con él aprendí el verdadero concepto del amor... he sido bisexual toda mi vida, no necesito tener hijos para ser feliz, mi masculinidad no se define por mi sexualidad, tampoco me importa ser aceptado por esta sociedad... yo quiero que él sea aceptado por su familia, con eso todo valdrá la pena —dio un paso hacia ella— deja la pistola a un lado, no hagas algo de lo cual puedas arrepentirte.
La media sonrisa de la mujer y el movimiento de su cabeza negaban cualquier oportunidad de que estuviera de acuerdo con sus palabras. Esto se sentía como una pesadilla salvo que, por el dolor que apretaba su pecho, le recordaba que esto era la cruel realidad.
Sin embargo, no le importaba lo bajas que fueran las posibilidades de salir ileso, su prioridad ante todo era la integridad del hombre que amaba. Solo en este momento era consciente de quién era Oh Han Eul y lo mentalmente enferma que estaba.
—Yo la distraigo y tú corres, bebé —susurró tan bajo que solo el rubio podía entenderle, sus dedos estaban entrelazados— vas a salvarte.
—No, mi amor, no... —gimoteó.
No esperó la respuesta de su cachorro. Con la cabeza nublada y la ira en su mirada, Johnny Seo se abalanzó hacia Oh Han Eul para poder derribarla contra el suelo, apenas pudo escuchar el grito desesperado de Mark tras su espalda antes que la coreana mascullara en su oído.
—Solo tendrás lo que te mereces.
Alcanzó a abrazarla pero antes de empujarla el sonido de 3 disparos consecutivos cortaron la fragilidad del aire. La respiración se le había cortado, solo atinó a mirar su propio abdomen para evidenciar algún tipo de herida de bala, mas, el estado de su piel estaba intacta. "Cachorro" susurró y en cámara lenta volteó a ver como el canadiense tocaba su abdomen con manos ensangrentadas.
Como la hoja más verde que se transforma en naranja en época de otoño, que se desprende y despide del árbol que lo había cobijado todo este tiempo, de esa manera Mark estaba perdiendo el color de su piel, el calor de su cuerpo y el brillo de sus ojos mientras trataba de afirmarse de las barandillas.
—¡CACHORROOOOOOOOOOOOOO! —gritó desesperado y lleno de la angustia más grande que había sentido en su vida— ¡Noooooooooo! ¡CACHORROOOOOOOO!
Torpemente se paró para ir en su ayuda pero lo siguiente fue muy confuso. Mark Lee sentía tanto dolor y mucho sueño que no se dio cuenta cuando perdió el equilibrio para terminar cayendo de espaldas hacia las frías aguas del mar de Jeju. La mano de John Seo fue insuficiente para sostenerlo, solo tuvo que conformarse con sentir su calor en el aire antes de verlo impactarse contra la superficie del agua.
En ese momento recordó una pesadilla en la que lo había visto hundirse bajo el mar sin la sola posibilidad de poder salvarlo. Esa pesadilla se estaba volviendo palpable, esas imágenes eran reales.
—Los homosexuales jamás tendrán un final feliz, enfermo de mierda.
Fue todo lo que pudo escuchar de Oh Han Eul tras su espalda antes de decidir cruzar la barandilla y lanzarse hacia el mar para rescatar a Mark Lee. No le importaba que la temperatura del agua estuviese muy baja o que la visibilidad fuese nula, mucho menos que nadar hacia la superficie fuese imposible.
Lo único que lo pudo hacer feliz en ese momento fue sostener el cuerpo del muchacho contra su pecho, sostener su mano tal cual se lo había prometido a Hansol y olvidarse de lo demás aún cuando las balas estuvieran atravesando su espalda tan fuerte que el agua y la sangre entraban en sus pulmones.
Oh Han Eul gritaba y lloraba mientras descargaba todas su impotencia a través de los disparos con la pistola en sus manos.
"Te amo... mi cachorrito de león".
Fin Flash Back
Lunes 4 de diciembre 2017, al otro día
Una multitud de periodistas rodeaban al vocero de la policía mientras los micrófonos se apostaban cerca de su cuello, cámaras se golpeaban entre sí, un mar de flashes disparaban al mismo tiempo. Quizás nunca antes un país se estaba paralizando completamente para escuchar la declaración oficial de la policía respecto a la desaparición de Johnny Seo y Mark Lee, una declaración convocada con motivo de urgencia dados los últimos sucesos de esta mañana.
Ninguno de los amigos de Mark y Johnny eran capaces de observar la pantalla en este momento porque con un poco de suerte conseguían estar viviendo, de todas maneras ya todos estaban al tanto de la verdad.
Choi Dong Ho estaba acostado en posición fetal sobre la cama de un hotel mientras se retorcía llorando y pidiéndole perdón a su hermano, no había podido salvar nuevamente a la gente que amaba.
Siwon Choi lloraba como un niño mientras destruía todo a su alrededor escuchando como las palabras del oficial salían cual sentencia a través del televisor. Seo Shin Hyuk y su esposa estaban hospitalizados tras un intento de suicidio frustrado.
Y los padres de Mark Lee estaban viajando hacia Corea del Sur para darle un fin a su único hijo.
"—Lo que se confirmó esta mañana —decía el policía— cuando sus cuerpos fueron encontrados sobre la orilla de la playa abrazados... y sin vida".
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