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"Imposible" Capítulo 1: La llegada

Actualizado: 31 may 2019




Lunes 21 de Agosto de 2017, Seúl, Corea del Sur.


"Te estaremos llamando constantemente, hazlo tú también".

"Usa Skype ¡No lo olvides!"

"¡Eres el orgullo de esta familia!"


Recordar todas las palabras que con tanto afecto sus familiares le dedicaron en el aeropuerto canadiense, le provocaba cierto grado de angustia. En ellos había una alta expectativa porque ganarse una beca era el reflejo de muchos años con la calificación perfecta, además nada era más gratificante que Mark fuese a vivir a Corea del Sur, el país al cuál pertenecían.


—Si supieran —murmuró con vergüenza mientras observaba la cinta por donde debía retirar sus pertenencias.


Por supuesto que había llegado a Corea con la intención de iniciar sus estudios universitarios, mas, estaba seguro que una sociedad cerrada a ciertas cosas ayudaría a que no practicara la "homosexualidad". ¿Se negaba a si mismo el hecho que fuese gay? no, lo tenía asumido, pero después de que su mejor amigo en Canadá le rompiese el corazón no tenía ánimos suficientes para pensar en su mismo sexo.


—DongHyuck.


Divisó las 2 enormes maletas que eran de su pertenencia y con dificultad las sacó de allí. Mientras caminaba hacia la salida estaba pensando en cómo iba a llegar al hogar que lo recibiría, no conocía la ciudad, no conocía el sistema de transporte, su coreano no era del todo perfecto ¡Iban a raptarlo para traficar sus órganos!


Estaba ensimismado en sus propios pensamientos cuando una mano se posó por sobre su hombro izquierdo.


—¿Señor Mark Lee? —el aludido volteó con rapidez y los labios entreabiertos al escuchar un perfecto inglés— soy Choi Dong Ho, trabajo para la familia Seo y he venido a buscarlo.


Lo observó rápidamente para evaluarlo, su traje completamente negro y el cabello perfecto le daban cierta validez a sus palabras. Como si hubiese leído sus pensamientos Dong Ho le mostró su licencia de conducir. No, no iban a vender su cuerpo.


—Disculpe, yo... sí, soy Mark Lee, no sabía que vendrían a buscarme —sonrió.


—El señor Seo no perdonaría a nadie si ocurriese lo contrario, por favor permítame sus cosas mientras nos dirigimos al vehículo... es por acá.


La beca no solo corría con los gastos de la universidad sino que además le brindaba para gastos personales y le aseguraba estadía en un buen lugar. Habían optado a becas que una sociedad de filántropos asiáticos daban por placer de ayudar a la "caridad", no tenía ni la más mínima idea que la beca que él había obtenido era de una familia que se pudría en dinero.


Demonios ¿Por qué sentía que esto se trataba de una historia típica de drama coreano? Meneó la cabeza y apoyó el rostro en el vidrio, tal vez si se quedaba dormido la espera sería más corta.


[Relata Mark]

No era como si mal agradeciera lo que tenía en Canadá pero fue inevitable no sentirme algo miserable cuando coloqué mis pies en la sala de estar de aquella casa. Cada exquisito detalle, cuadros que podían costar el salario de toda la vida de un hombre, el mobiliario, las paredes, lo elegante mezclando con la tecnología de punta ¡Diablos!


Alcé mis ojos hacia el techo cuando me di cuenta que en el hall principal había un candelabro quizás de mi tamaño el que brillaba gracias a los cientos de cristales que pendían de él. El asistente Choi me acompañó hasta el segundo piso y lo agradecí bastante, sin su presencia me hubiese perdido como ratón en un laberinto.


—Señor Lee, esta será su habitación mientras haga uso de esta beca, cualquier cosa que usted necesite o considere que puede mejorar por favor espero nos lo haga saber de forma inmediata.


Asentí antes que abriese la puerta en toda su extensión. Sentí un atisbo de sonrisa cuando el señor Choi pasó delante de mí con ambas maletas, segundos más tarde me di cuenta que tenía la boca abierta como un campesino conociendo la ciudad.


—Puede una de las asesoras del hogar desempacar sus cosas si así lo desea.


—Muchas gracias pero puedo hacerlo por mi cuenta.


—Entonces, bienvenido a casa... puede recorrer el lugar tanto como usted lo desee, a las 9 de la noche se servirá la cena en el comedor principal con los dueños de casa, están ansiosos por darle la bienvenida.


Sonreí antes que él cerrase la puerta y yo me diera la vuelta hacia "mi habitación". Holly shit! la cama de dos plazas estaba sobre una plataforma de madera oscura mientras que frente a ella una televisión curva con equipo de sonido y juegos electrónicos la acompañaban. Sofá de cuero, alfombras, sistema de iluminación inteligente.


Casi corrí al baño y reí como bobo, podía tener una sesión de baile desnudo y no tocaría absolutamente nada porque era espaciosa, ducha de vidrio, un jacuzzi y otras cosas que darían una experiencia novedosa.


Daebak.


Esto no era el cuento de la cenicienta pero se sentía como tal. Había sido premiado por mis calificaciones con una beca en la "Universidad Nacional de Seúl" y recibía más de lo que creía merecer.

----o----


¿Recorrer la casa? Después de desempacar sus cosas salió de la habitación, no sabía por donde empezar pero caminó por el mismo segundo piso y todas las estancias que creía que podía aparecer.

Habían puertas que sin necesidad de tocarlas sabía que estaban cerradas con llave, un don que el vándalo de Donghyuck le había otorgado, mientras que otras solo se trataban de lujosas habitaciones. ¿Tendrían una sala de cine en casa? ¿Una pista de bolos? la curiosidad le hizo doblar hacia el otro pasillo pero cuando sus pasos se adentraron demasiado en él, algo captó toda su atención.


La puerta estaba entreabierta y aunque sabía que no podía espiar a las personas bajo ningún punto de vista, el ruido que emitían atraía como abeja a la miel. Acercó sus ojos al espacio que había entre la puerta y la pared sin saber que había cometido el peor error de todos ¿O el mejor?


La imagen de una mujer posicionada en sus cuatro extremidades sobre una cama era una cosa que no llamaba en absoluto su atención, pero su rostro y la manera en la que gemía fueron cosas imposibles de ignorar. Inclinó un poco más la cabeza para saber quién era el dueño de aquellas manos tan firmes sobre el trasero de la muchacha.


—Mierda —susurró.


El cabello castaño de aquel hombre se pegaba a su frente gracias al sudor que brotaba en su piel, una gota de ella corría por su cuello lentamente como si la condenada supiera que la admiraba. Fue imposible no reparar en detalles.


Los músculos de él no eran excesivamente marcados pero se movían de manera exquisita con cada movimiento que hacía como si todo se tratara en cámara lenta. Era alto, sí, al menos mucho más que él, su barbilla afilada, la manera en la que mordía sus labios y cerraba los ojos al cielo fueron detalles que se adentraron en sus ojos, su mente y hasta su sangre. Incluso su respiración había cambiado de ritmo y la ropa interior le quedaba más apretada: Estaba excitado por un desconocido, un desconocido atractivo como el demonio.


—Yo sé que te gusta esto.


—Johnny, por favor... John... —casi sollozaba apretando sus manos en la almohada— ohh.


La penetraba tan fuerte con la gracia de alguien experto, fue imposible no observar la curvatura de su trasero o cómo sus muslos cubrían por completo a esa mujer. "Johnny" se inclinó hacia adelante para lamerle el lóbulo de la oreja derecha como si se tratara de un caramelo, su lengua se había curvado igual a la de un felino hambriento y en ese minuto Mark jadeó, quería ser ella.


Su propio cuerpo estaba tan débil y libinidoso por la escena que acontecía, que no pudo controlarlo cuando tropezó sobre sus propios pies y empujó la puerta hacia adelante. Cayó abruptamente sobre sus rodillas alcanzándose a afirmar con ambas manos.


El silencio absoluto reinó en aquella habitación, tuvo tanto miedo de levantar el rostro pero lo hizo a pesar que la vergüenza y el pánico se apoderaran de él. Solo en ese momento tan espantoso pudo ver el rostro completo del tal "Johnny". Su ceño extremadamente fruncido, los labios entreabiertos, su mandíbula tensa, el sudor corriendo en su cuello... sus ojos rasgados y penetrantes, ese hombre quería asesinarlo.


—Mierda ¡Johnny haz algo! —chilló ella cubriéndose con las toallas de una reciente ducha

Mark se dijo a sí mismo que no descendiera los ojos, no sabía cómo reaccionaría su cuerpo si veía su miembro erecto.


—Pero... pero ¡¿Quién diablos eres?! —el estruendo de su voz llenó cada espacio de la habitación. Mirándolo desde arriba le daba un aire de extrema superioridad.


—Lo siento tanto.


Fue lo único que pudo balbucear antes de pararse, cerrar la entrada de un solo portazo y correr a su habitación como si no hubiera un mañana. Asustado miró sus manos y como estas temblaban ¿Qué había sido eso? Miró sus pantalones y se maldijo a si mismo por la excitación que lo consumía, tal vez todo era culpa del hecho que no se hubiera corrido hace varios días, las hormonas reprimidas o ver un hombre en vivo teniendo sexo.


—¡Lo has jodido Mark! ¡Lo has jodido! —decía agitado dando vueltas en todos lados— me van a quitar la beca, me expulsarán... ¡Eres un idiota!


Cuando apoyó toda la extensión de su espalda en la cama pudo pensar en la extraña reacción que había tenido. Él no se excitaba con cualquier cosa ni pensaba en el sexo de forma habitual, no, pero jamás había visto alguien como ese hombre con un aura tan peculiar, con cada detalle que no era fácil ignorar como el hecho que dominaba por completo la escena sexual o la ira que emanaban sus ojos rasgados.


Joder, miró la puerta esperando asustado que ese hombre llegara para golpearle la cara. Después de todo ¿Cómo podía culparlo? A nadie le gustaba ser espiado por un extraño.

---


—Seo Shin Hyuk —su voz era grave pero su rostro muy amable.


Fue en ese momento que supo que estaba frente a quien había pagado su beca completa. Se inclinó repetidas veces antes de que este entre risitas le dijera que estaba bien. ¿Cuántas serían suficientes en realidad para compensar la amabilidad de su persona?


—Y yo soy Seo Chae Rim, su esposa —se inclinó hacia ella—estamos muy felices que hayas llegado a casa —la mujer era realmente elegante, su rostro era fino, con maquillaje pulcro y cada movimiento que hacía era con gracia.


—Y yo me siento demasiado agradecido y honrado con todo esto, realmente quiero aprender y cumplir sus expectativas, por favor edúqueme.


Ambos se observaron y sonrieron complacientes, no se habían equivocado en elegir al estudiante más brillante de su escuela, era bueno en modales y seguro tendría muchos más si le mostraban parte de su mundo. No, no sería difícil para él adaptarse a su nuevo hogar.


Tras un par de palabras Choi Dong Ho les indicó que podían acercarse al comedor principal para cenar. Con cada paso que Mark daba más se sorprendía del hogar de la familia Seo, todo era espacioso y bonito, evitó hacer cualquier gesto que lo delatara como abrir la boca o tener sus ojos desorbitados, sin embargo sus intentos fueron fallidos cuando vio la mesa llena de una infinidad de platillos. La gente rica sabía como comer.


—Dong Ho, si él no baja en los próximos 5 minutos, vas a tener que ir a buscarlo a...


—Ya estoy acá, papá.


Aquella voz resonó en su cabeza tan fuerte que fue imposible levantar la mirada, la vergüenza era mucho más grande.


—¿Y Han Eul? —murmuró una preocupada Chae Rim.


—Ha tenido que retirarse, lamenta no poder haberse quedado más tiempo para saludarlos en persona —sus mejillas se volvieron más rojas cuando escuchó la molestia en cada palabra, había sido su culpa.


Casi al borde de la taquicardia sostuvo los palillos de plata, de seguro la acusación sería escupida ahora mismo frente a todos, lo tildarían de pervertido y lo mandarían de vuelta a Canadá.


—Hijo, quiero presentarte a Mark Lee, el estudiante de Canadá del que habíamos estado hablando.


No iba a ser grosero, no acá. Temblando se paró de su asiento y levantó la mirada hacia el hombre parado en la silla del frente. Aguantó la respiración al verlo de otra manera, vestido con camisa blanca, corbata y pantalones negros, su cabello castaño estaba seco y bien peinado. ¡Diablos! era muy alto y emanaba tanta autoridad que se sintió miserable.


Un momento ¡Había visto desnudo y teniendo sexo al heredero de la familia Seo!


—Un gusto, Seo Youngho... —estiró la mano hacia él y antes de dudarla demasiado, Mark aceptó el saludo.


Una sonrisa forzada se formó en los labios de aquel hombre, solo la fuerza desmedida de su "apretón" delataba cuan enfurecido seguía estando.


—Gra... Gracias, soy Mark Lee —balbuceó aguantando una mueca de dolor.


La cena transcurrió con absoluta normalidad aunque para Mark representó todo un desafío, su estómago estaba hambriento pero no podía comer con tan intensidad. Observó con sutileza la manera en la que todos comían, sostener los palillos con gracia era un punto clave, no hacer ruido mucho más.


—Mark estará en la Universidad Nacional de Seúl (SNU) también, podrías enseñarle.


—¿Qué estudiarás, Mark Lee? —preguntó con una ceja alzada, su arrogancia era impresionante.


—Medicina —dijo casi en un murmullo, no le gustaba ser el centro de atención y tampoco quería ser carga para nadie, podía aprender a desenvolverse solo. Además, estaba seguro que Youngho no quería ser niñero suyo.


—Ni siquiera coincidimos en la misma facultad —dijo secamente antes de volver a mirar su plato, sus padres no se daban cuenta pero Mark sí, el tipo lo odiaba.


—Nuestro hijo es un prestigioso abogado de la Universidad de Harvard —Mark casi escupió el kimchi de su boca, el hombre al que había visto desnudo era un completo genio— en realidad casi toda su vida ha estado en Estados Unidos y ahora hará una maestría en negocios internacionales en la SNU, luego pretende volver a Harvard para hacer un Doctorado enfocado Business y... bueno, quiere enfocarse en la empresa.


—No creo que a Mark Lee le importe saber sobre mi vida, padre.


—El señor Seo solo es un padre orgulloso —murmuró el canadiense sin darse cuenta.


La mandíbula de Johnny se desencajó pero no dijo palabra alguna, estaba enojado, sus fosas nasales temblaban. Mierda ¡Ahora sí iba a acusarlo de depravado frente a todos! Gracias al cielo Choi Dong Ho llegó como un ángel guardián.


Le murmuró algo al oído a su jefe antes que el señor Seo y su mujer se retiraran "solo por unos minutos".


Con un grito en su mente Mark observó cómo desaparecieron por la puerta dejándolo a solas con Johnny. Tuvo miedo, sí, casi podía sentir en su rostro como los ojos de aquel hombre lo fulminaban, esta vez no iba a salvarse.


Tragó saliva y desvió los ojos hacia él, no quiso demostrar que tenía miedo así que le sostuvo la mirada un par de segundos antes que el "silencio de la muerte" se rompiera.


—Va a ser muy divertido contarle a mis padres que estuviste espiando, somos una familia muy disciplinada y rica en modales... eres un completo pervertido.


El canadiense aguantó la respiración cuando su mente decidió evocar la escena de Johnny penetrando con tanta fuerza y placer a la muchacha. La imagen animal de la habitación era discordante con la que tenía al frente, un hombre exquisitamente vestido y pulcro. Necesitaba continuar con la beca, tenía que ser de alguna manera el orgullo de sus padres.


—Pues... si hablas estás arruinado.


Los ojos de Johnny se abrieron sorprendidos ¿Un mocoso enano lo estaba amenazando? Se acomodó en el asiento y cruzó sus brazos, era abogado y no le gustaba perder ninguna discusión.


—¿Cómo vas a explicarle a tus padres que estuve espiando? fue un completo accidente —"Mentiroso" le dijo su consciencia, había disfrutado cada segundo de ello.


—Van a creer en las palabras de su hijo, no en las de un niño de intercambio.


—Pues ¿Cómo vas a explicar que estuve espiando? ¿Qué vas a decir? pues no creo que seas sincero diciendo que estuviste con tu novia teniendo sexo ¿O sí? solo unos segundos han bastado para darme cuenta que a tu familia está orgullosa de su reputación, de su religión y buenas costumbres —Johnny no sabía qué decir, odiaba a ese niño— solo hagamos de cuenta que esto nunca ha sucedido, pues estoy seguro que a tu chica no le gustaría perder el honor.


—Ni se te ocurra hablar una sola palabra de ello, mocoso —ambos estaban de pie con las manos sobre la mesa y los rostros inclinados al otro— y borra de tu memoria el cuerpo desnudo de mi mujer, puerco.


Casi escupió las palabras antes de salir del comedor para dejarlo absolutamente solo. Mark empezó a temblar de pies a cabeza después de tomar asiento una vez más, mas, de pronto una sonrisa traviesa cruzó su boca.


—Pero al menos me quedaré con la imagen de tu cuerpo, "abogadito" —aunque lo había dicho con sarcasmo sabía que no mentía. La mente de un adolescente virgen podía ser muy, muy traicionera.


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4 kommentarer


Magdalena Diana Mo
Magdalena Diana Mo
15. jan. 2020

Here we go again... Aquí releyendo

Lik

Daniela Cruz
Daniela Cruz
07. aug. 2019

Yo también lo estoy volviendo a leer. Cuando lo busque en Wattpad y no lo encontre crei que ya no lo volveria a leer de nuevo

Lik

Yari Rivaille
Yari Rivaille
22. juni 2019

Yo recien lo leeré y ya promete ser genial!

Lik

yixingbalance
yixingbalance
18. juni 2019

lo estoy releyendo, creo que voy a llorar 😫 y es solo el primer capítulo

Lik

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