"Imposible" capítulo 10: Celos, tengo celos
- TrinidadVictoria
- 31 may 2019
- 13 Min. de lectura
Actualizado: 1 jun 2019

Cuando el asistente Choi se acercó a la mesa para decirles que Mark estaba enfermo y que por eso no podría almorzar con ellos, Johnny trató de no hacer alguna gesticulación, mueca o algo que delatase su ira. ¿Enfermo? Claro, estaba seguro que había sido irresponsable con la cantidad de alcohol que había consumido anoche, lo que no tenía claro era si Mark estaba acostumbrado a ello.
Comió como si todo siguiera normal e incluso le habló a sus padres que Han Eul estaba de vuelta en Corea. Los ojos de ambos brillaban entusiasmados cuando les explicaba el éxito de su viaje y como otros diseñadores de renombre estaban interesados en sus ideas. Que lástima, pensaba, incluso ellos lucían mucho más contentos con el tema ¿Era un mal novio? ¿O la culpa era mucho más fuerte?
Anoche su fuerte fue la actuación, hacer uso de su autocontrol mucho más. La necesidad había sido imperiosa por abandonar a su novia en el bar y correr donde Mark Lee, no quería que tuviese ese tipo de pensamientos, no quería que se sintiera triste o pensara cosas de índole negativa, él no se lo merecía. Sin embargo ¿Con qué excusa dejaría a Han Eul? ¿Era necesario irrumpir una junta de amigos? Después el cuestionamiento había sido otro ¿Qué amigos?
—Johnny, como padres debemos decirte una cosa porque no queremos que nos malinterpretes —su madre parecía preocupada— pero el próximo viernes vamos a realizar algo así como una fiesta, queremos una velada donde aprovechemos las estancias de la casa y afuera, queremos invitar también a los padres de Han Eul.
—¿Por qué lo malinterpretaría? —frunció el ceño.
—Al grano, mi hijo también participa en la empresa —lo apuntó Shin Hyuk— porque estamos interesados en asociarnos con los padres de ella, la sociedad JKG es líder en el área de la construcción... estábamos pensando en una cadena hotelera, queremos emprender los horizontes de Keullobo y creo que no hay nada mejor que con la familia de tu novia.
—Por supuesto ese momento no podía tardar en llegar ¿No? —la espalda de Johnny se puso rígida, sus palabras fueron dichas sin una gota de felicidad— pueden hacer los negocios que estimen necesarios siempre y cuando eso no implique que puedan manejar mi vida amorosa.
—Sabes que jamás nos hemos entrometido en ello —Chae Rim suspiró— pero me interesa que tengas claro que debe estar dentro de los márgenes del respeto, la moral, cualquier cosa fuera de lugar como padres nos preocupará.
"Si supieran" pensó apretando la servilla con el puño, tuvo un presentimiento negativo respecto al tema y es que al menos en los dramas siempre ocurría algo desagradable entre las asociaciones familiares. Amaba a Han Eul o eso creía él, pero no estaba preparado para casarse a su edad, mucho menos cuando había aceptado frente a Mark Lee ser un bisexual.
Limpió sus comisuras labiales, les hizo una breve reverencia y caminó hacia su habitación. Podía ser independiente si lo deseaba pero ese era el problema, aún no lo deseaba y mucho menos ahora. Miró a su alrededor y solo cuando se dio cuenta que estaba completamente solo en ese pasillo, caminó hacia la otra ala de la mansión donde estaba la habitación de Mark.
Colocó la oreja en la puerta cuando estuvo contra ella pero al no escuchar alguna cosa la abrió con cautela. De inmediato sus ojos se fueron hacia la figura que estaba acostada en posición fetal, temblando sin usar algo que la cubriera.
—Cachorro —murmuró preocupado, se acercó rápidamente para tocar su piel— estás muy blanco, Mark.
—Aléjate, estoy con resaca... me siento... fatal —pero era evidente que no lo quería afuera, la manera en la que había suspirado cuando colocó la mano en su mejilla lo delataba.
—Trata de moverte solo un poco.
Fue suficiente un movimiento para que Johnny Seo lo cubriera con todas las ropas de la cama hasta su cuello, el clima ya no era caluroso como antes y su estado post alcohol tenía el termostato averiado.
—Acércate a mí —susurró, Mark le obedeció de inmediato y es que nada era más delicioso en este momento que John se hubiese quitado los zapatos y se introdujera dentro de la cama para él— estás muy frío.
Con dificultad abrió los ojos e inclinó el rostro hacia arriba para verlo, al americano le sorprendía el brillo que tenían los ojos del muchacho ¿Cómo podía agradarlo con cosas tan sencillas como una mirada? bajó su rostro y acarició con su nariz y labios el cabello rubio de Mark, un gesto que el aludido respondió suspirando profundamente.
—Creo que tu abrazo se está volviendo mi lugar favorito en todo el mundo —murmuró contra su camiseta— no me sueltes, gigante.
"Your hair smells like chamomile" (tu cabello huele como manzanilla), susurró, incluso estaba seguro que se había bañado hace poco. Había venido con intenciones de reprenderlo pero verlo débil fue suficiente como para conmoverlo, no le gustaba ver al torpe de Mark tan lánguido contra una cama.
—¿Con quién y cuánto alcohol bebiste? —levantó una ceja esperando su respuesta.
—Con Taeyong y Ten, se supone que iba a parar pero lo hice igual... créeme que lo necesitaba —tenía las mejillas realmente rojas, tampoco ayudaba el hecho que respirara descansando sobre el pecho del americano— desperté solo con dolor de cabeza, creo que además me resfrié.
—Para ser un futuro médico creo que no te cuidas bien.
Le sostuvo la barbilla con sutileza, ambos se miraban sabiendo que deseaban esto ¿Eran 2 días sin besarse lo suficiente como para morir de hambre? Podía sentir al rubio respirar agitado, incluso había recuperado el color en su rostro. ¿Era correcto? ¿No era correcto? Al demonio, deseaba probarlo.
Sujetó su nuca y asaltó su boca mientras escuchaba el gemido satisfactorio de Mark Lee ahogarse en el beso, sus labios estaban tan calientes y su lengua tan húmeda que no podía parar el contacto, la manera en la que se entregaba, incluso la desesperación y el ruido que hacían ¡Joder! era utópico creer que podía resistirse a esto.
Sus manos con vida propia sujetaron la cadera del muchacho bajo su camiseta y lo atrajo a la suya. ¿Podía sentirlo? ambos miembros estaban duros como una piedra anhelando un poco de contacto, incluso más que todo lo permitido.
—Eres un maldito cachorro adictivo —jadeó contra su oreja, la otra parte suspiró con los ojos cerrados— te quiero comer, te quiero morder... argg —empujaba su nuca para profundizar otro beso y para lamerle el labio inferior como la miel más sabrosa. Las manos del canadiense rasguñaban toda la zona bajo su ombligo para excitarlo más.
—Mierda, Johnny ¿Quién te detiene? —se frotó necesitado contra su pantalón, él estaba encima del gigante esta vez— estoy caliente —El "gringo" mordió su barbilla con avidez para dejar en claro que él también.
Sin embargo el golpe en la puerta provocó un salto instantáneo del americano hacia el piso, nunca había sido experto en las artes ninja, pero esta vez fueron menos de 10 segundos los necesarios para esconderse bajo la cama. El tamaño de esta no era apta para alguien de sus proporciones, fue imposible no golpearse la cabeza ¡Mierda!. Era el asistente Choi.
—Señor Lee ¿No quiere que lo lleve al hospital? —se acercó con una bandeja que traía el almuerzo— está ardiendo en fiebre.
—En serio no es necesario llevarme por esto —sintió que la temperatura aumentaba, la sola ansiedad de ser descubierto hacía crecer la lujuria— comeré y trataré de dormir, de verdad muchas gracias.
Choi Dong Ho agachó la cabeza y se fue cerrando la puerta con cuidado. Mark esperó un par de segundos antes de sujetar su vientre y reír de forma escandalosa. Estaba nervioso, estaba excitado y escuchar los golpes que se daba Johnny bajo la cama le llenaba de alegría.
A pesar que la escena hace poco había sido muy candente, por cosas de seguridad el americano optó por sentarse solo a su lado y ayudarle a comer como si fuese un niño. No tocaron el tema de Ha Neul, no tocaron el tema de Hansol ni el alcohol, simplemente quisieron disfrutar de aquel pequeño momento tan íntimo.
Ver la pequeña sonrisa del muchacho y la forma que adoptaba mientras se quedaba dormido contra él le hacia cuestionar muchas cosas a Youngho, pero de algo estaba seguro: Mark Lee no era como todos los demás, era mejor.
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Viernes 22 de septiembre 2017, 5 días después
Mark caminaba de un lado a otro ansioso, esta noche no estaría solo pero sabía que en el preciso momento en el que viese a esa mujer frente a frente las emociones podían ser contradictorias. Entre ambos ¿Quién era el malo de la historia? él, por desear cada día más al hombre que tenía por novio o al menos eso creía.
Analizó su reflejo en el espejo, creía sentirse conforme con su apariencia pero la inseguridad volvía cada vez que pensaba que estaría frente a tantas personas de clase alta. ¿Su cabello no era un acto de rebeldía? Estaba un poco rizado y aunque parecía un rammyeon le gustaba pero no sabía si las personas con las que estaría rodeado opinarían lo mismo. Vivir en la gran casa (o mansión) de los Seo tenía sus pro y sus contra, no podía escapar de alguna cena o fiesta que hicieran sin que se preguntaran que le estaba pasando.
Las personas habían empezado a llegar, podía escuchar algunas voces en el gran terreno que rodeaba a la propiedad, miró su teléfono un par de veces esperando que alguna notificación de "Taeten" o Yukhei llegase. Sí, el señor Seo los había invitado para que compartieran, con una sonrisa de disculpa Shin Hyuk le había dicho que seguramente podía aburrirse en la velada así que podía invitar a los chicos honestos que había visto en el hospital y su amigo de la universidad.
JackFrost: estamos por llegar ¿Decimos nuestros nombres en la entrada? 22:04
Sí, de todas formas los iré a esperar :D 22:04 ✓✓
Les daría todas las comodidades a sus amigos porque sabía lo incómodo que podía ser estar en este lugar y fingir que no eran pareja. No lo hacían por ellos, no sentían vergüenza de ser gay, lo hacían solamente por él y para evitar futuros problemas con el que lidiar en esa familia. ¡Vaya!
Johnny sujetaba la cintura de Han Eul cuando vio pasar alguien de cabello rubio muy rápido y desde lejos. Su corazón empezó a acelerarse porque sabía que era el canadiense. Tenía miedo, tenía angustia, no quería someterlo a estas cosas, no quería que viese la cara de su novia y él no quería sentirse dividido. Era increíble lo mucho que en tan poco Mark Lee estaba haciendo en su persona. Ambos debían hablar esto, no podían atrasarlo más tiempo.
—¿Sucede algo mi amor? —murmuró su novia— ¿Estás bien?
—Estoy excelente —miró a los padres de la chica y habló de los planes que tenía una vez terminara la maestría.
Por primera vez sintió desagrado ¿Por qué las conversaciones tenían que ser tan vacías? El brillo en los padres de ella no le gustó para nada porque había una gran diferencia entre los suyos y los de Han Eul, los Seo le daban espacio para manejar su vida, los Oh ejercían un gran influencia.
Junto a la chica caminaron e intentaron interactuar con otras personas, siendo hijos de grandes empresarios estaban acostumbrados a algunos protocolos. Johnny sabía muy bien que la intención de esta "fiesta" era con el fin de darles un momento grato a sus "suegros" con intereses económicos de por medio.
Miró hacia un costado y pudo ver allí a Mark Lee riendo mientras bebía soda, el brillo de las luces blancas combinaba tan bien con su cabello y su rostro blanco que fue difícil pretender que no le afectaba. Vestido tan correctamente parecía un muñeco, un muñeco que él quería tener siempre.
—No puede ser —tragó saliva ansioso el tailandés— el chaebol viene para acá.
El muchachito se sentía como un fanático frente a su idol, lo había visto esa vez en el hospital pero ahora quería explotar de la emoción, Johnny Seo era arrebatador. Taeyong le dio una mirada con la ceja levantada y luego tocó el hombro del canadiense. "Viene con llavero" susurró con desagrado.
—Mark, hola —el aludido cerró los ojos, apretó los puños y se volteó con la mejor de las sonrisas fingidas— quería tener la oportunidad de presentarte a Han Eul, mi novia.
—Buenas noches ¿Eres Oh Han Eul? —la miró de arriba hacia abajo, era una mujer realmente guapa, su cabello largo y sedoso, su rostro fino, figura perfecta. Era todo lo que un hombre quisiera— es un gusto conocerte de esta manera.
—Yo... Dios, lo de la otra vez —sus mejillas se habían puesto rojas.
—No te preocupes, fue un error mío —ambos inclinaron la cabeza. Pobre mujer, si supiera que su cuerpo desnudo no despertaba ni dos segundos su pene— hacen... linda pareja.
—¿Te han tratado bien en Corea? Espero Johnny no te haya hecho todo tan difícil.
Ambos se quedaron callados, el americano quería salir corriendo tan lejos como pudiese ser posible. Observó los ojos del muchacho pidiendo perdón, era evidente que ambos debían poner las cartas sobre la mesa en una conversación. El canadiense miró a sus amigos y los presentó uno a uno, ambos inclinaron sus cuerpos aunque para Youngho la amabilidad del muchacho de cabello blanco no era real.
—Son mis amigos, Ten es de Tailandia —era una masa temblorosa cuando John le dirigió la mirada, tan solo un roce de su parte sería suficiente para que estallara como bomba de agua.
Taeyong se dio cuenta del ambiente hostil que se había formado, para ayudar a su amigo lo abrazó de forma tan posesiva que la otra parte frunció el ceño ¡¿Qué era eso?! "mío" le moduló a John Seo solo con el afán de provocarlo y sí, lo había logrado.
—Creo que el que viene hacia acá es Yukhei —el ceño del "gigante" se espesó más cuando volteó y vio al muchacho alto y delgado caminar hacia ellos. ¿Otro más? quiso gemir.
Cuando estuvo frente a ellos se inclinó a cada uno y se presentó como el compañero de Mark Lee en la universidad, Han Eul estaba impresionada de sus modales y se preguntó si era hijo de algún empresario de los que habían asistido.
—Ellos son mis amigos, Taeyong y Ten, ya conoces a Johnny, ella es Han Eul, su... novia.
Durante el resto de la velada el americano tuvo que cumplir las funciones de anfitrión. Saludó y habló con distintos empresarios en los idiomas que fuese necesario, con sus hijos, incluso un par de muchachas no dejaban de suspirar cuando él les dirigía la mirada. Han Eeul hacía lo mismo, sentía a la familia Seo como suya y quería que los invitados estuviesen cómodos, de alguna manera aquel acto desinteresado ganaba el corazón de los Seo.
Las personas bebían, comían los aperitivos que el servicio de banquetería les ofrecía, los amigos de Mark contra todo pronóstico congeniaron muy bien.
Para Yukhei no fue sorprendente cuando Ten le contó que era pareja de Taeyong, la forma en la que se miraban, el anhelo de un contacto que no podía llevarse a cabo en este lugar, habían cosas que no podían disimularse. Frente a los 3 se declaró como un asiático heterosexual de mente abierta, el amor era amor sin importar el origen.
—Es solo que no hacemos nada de esto en este lugar, si tú ves a estas personas de alto nivel ¿Cuántos serían capaces de aceptar un hijo o una hija que no están dentro de lo "establecido"?
—Ninguno o probablemente solo el 1% —indicó a su alrededor— vine aquí al igual que ustedes porque el señor Seo me invitó pero no soy de esta clase social, muchos creen que por tener educación vengo de una familia con dinero cuando en realidad mis padres son unos campesinos del pueblo de Wuyuan en la provincia de Jiangxi.
Mark los observaba con atención, estaba orgulloso de los amigos que se había ganado, dicen que las personalidades se atraen, que nada es al azar y podía comprobarlo ahora. Estaban reunidos los cuatro bajo una pérgola sentados en unos sofás blancos, el señor Seo tenía muy en claro que esta fiesta no del interés de jóvenes como ellos, sin embargo los había invitado para que compartieran en casa.
Una risa captó su atención, miró hacia atrás y vio allí a Han Eul abrazando el cuello de Johnny mientras ambos bailaban algo parecido a un vals, parecían hechos uno para el otro y eso le dolía mucho. Quería estar entre los brazos de ese hombre, quería que nada ni nadie pudiese juzgarlos, quería conocer cada aspecto de su vida, quería estar a su lado, lo quería a él.
—Iré adentro y regreso, esperen un momento.
Caminó en dirección a la casa sintiendo el peso de la mirada de Johnny sobre él, había sido así toda la noche, ninguno de los dos podía ignorar al otro y pretender que tanta complicidad con la compañía a su lado no les causaba algo.
Saludó a una que otra persona que se encontró por el camino, pero aceleró los pasos una vez estuvo solo. Logró identificar la puerta de su habitación y se abalanzó sobre ella para abrirla. Necesitaba privacidad, necesitaba un momento que fuese solo él y su cabeza, sus pensamientos, la angustia.
Miró el techo una vez se acostó en la cama, apenas era la segunda vez que veía cara a cara a esa mujer
¿Cómo podría soportar el resto de los días sin que nada le afectara? No podía ser caprichoso, no podía obtener las cosas ahora y eso debía metérselo en la cabeza. Jadeó, se iba a volver loco.
De pronto y abruptamente la puerta de su habitación se abrió dando paso a la imagen enfurecida de Seo Youngho. Cerró con peligroso cuidado y caminó hasta quedar de pie junto a al cama. Alarmado
Mark se paró quedando a la altura que le correspondía.
—¿Qué te sucede? ¿Te sientes mal?
—Eso a ti no te interesa, en serio quiero estar solo unos momentos.
—Claro que me interesa Mark Lee porque tú me interesas —extendió la mano pero se detuvo a medio camino cuando el muchacho sonrió con sarcasmo— ¿Qué?
—¡No puedes decir que te intereso cuando tienes el descaro de presentarme a tu novia! ¿Qué crees que soy? ¿De papel?
—¡Estás celoso! ¡Lo sabía! —lo sujetó del cuello de la camisa— lamento tratar de aparentar las cosas pero no puedes ser ambicioso creyendo que todo será un cuento de hadas cuando hasta hace poco estamos en "algo", cuando sabes la complicada situación en la que estoy... no soy cualquiera de la esquina, soy Johnny Seo, el heredero de Keullobo, necesito tiempo —lo apretó aún más— además ni siquiera hemos sido capaces de hablar sobre esto.
Mark se sintió un completo zoquete en ese momento, no sabía si eran las hormonas, la situación complicada en la que se encontraba, el hecho que llevaba lejos de Canadá más de 1 mes o todo junto. El nudo en su garganta explotó en pequeñas lágrimas que llenaban sus ojos.
—Lamento ser tan infantil, pero te recuerdo Johnny Seo que te has fijado en alguien que hasta hace poco salió de la adolescencia, alguien 7 años menor —su voz se quebró en medio de la oración— entre nosotros dos ¿A quién debieses exigir más madurez?... y por favor, no pretendas decir que estoy celoso cuando no has sido capaz de quitarme los ojos de encima mientras estoy con mis amigos... sí, yo estoy jodidamente celoso de Han Eul ¿Y tú qué? —le miró los labios hambriento— ahora vete
—A la mierda, Mark.
Lo soltó y caminó directamente a la puerta, sin embargo gruñó, giró sobre sus zapatos y caminó de vuelta donde estaba el rubio parado. En cosa de segundos enterró ambas manos contra su trasero y lo atrajo hacia si mismo para devorarle la boca con el hambre y la excitación más fuerte que había sentido.
—Tengo celos, sí, tengo celos de ellos —gruñó tirando del labio inferior del rubio— y tengo miedo de cómo me haces sentir.
Tiró del pelo ondulado cerca de su nuca y lo atrajo hacia su boca, al introducir la lengua en ella jadeó tan profundamente que casi perdió la estabilidad de sus pies. Mark se entregaba con tanta confianza hacia él, apretaba sus brazos en la parte baja de su espalda con seguridad y deseo. Mientras más lo besaba más duros sus penes se ponían, más apetito y más ambicioso se sentía.
Quería joderlo, quería morderlo en cada rincón, quería penetrarlo tan fuerte contra la pared que aquella idea sucia fue la chispa para despertar el animal masoquista e insaciable que llevaba adentro.
Y el muchachito parecía desear lo mismo, la forma en la jadeaba y se frotaba contra su miembro solo era señal de que quería llevar esto mucho más allá de lo que habían hecho.
No, esta vez no había vuelta atrás, esta vez ninguno iba a parar
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