"Imposible" Capítulo 14: Drogas.
- TrinidadVictoria
- 1 jun 2019
- 12 Min. de lectura

Verlo parado frente suyo le provocaba ira, la suficiente como para quitarle el teléfono de las manos y estrellarlo contra el suelo, bueno, en realidad no lo había hecho pero el deseo era muy fuerte. Había creído que no lo vería después de lo que había ocurrido, que podía estar tranquilo pero su sola presencia le inquietaba.
—Pensé que te había quedado muy en claro que no quería volver a verte.
—No sabía que Johnny Seo era dueño de Corea del Sur, lo siento su majestad —agachó la figura con burla antes de bañar su rostro en seriedad absoluta— ¿Crees que volví de Japón por ustedes? Terminé mi doctorado en ciencias biomédicas, me han contratado en la mejor universidad del país, soy un médico de 31 años que no está preocupado de críos.
—Pues no parecía importarte la edad hace un tiempo atrás, mucho menos cuando no la dejabas en paz... acosador.
—Te recuerdo una cosa, infeliz—sostuvo al americano por el borde de su sudadera, ambos parecían del mismo tamaño cuando en realidad Youngho era 3 centímetros más alto— fuiste tú quién se metió en nuestra relación.
—En ese entonces lo tuyo no era una relación sana —masculló agitado— con ella eramos amigos.
—A la niña caprichosa de Han Eul siempre le gustó contar su versión de la historia —soltó a Johnny y retrocedió, las zapatillas hacían ruido al pisar piedras pequeñas—pero después de todo como no han de verse mejor juntos cuando ambos nacieron en cuna de oro y vienen de familias que creen que todo el mundo gira alrededor de ellos.
—Vete a la mierda, Choi.
—Pequeño Seo ¿Se te olvida que ahora estoy frente a ella?
Sonrió complacido cuando vio el cabello sudado del americano crisparse por la ira. Sin prestarle mayor atención a su presencia siguió trotando cuesta arriba del monte Namsan mientras Johnny se quedó parado con los puños a sus lados y los vasos sanguíneos resaltando en sus brazos.
Bebió agua de su botella de manera incontrolable antes de correr con energía impulsada por la rabia de los recuerdos y de este encuentro. Quería creer que no le afectaba ver a ese hombre cuando en realidad el deseo por golpearlo era enorme.
¿Pero de donde nacía tanto rechazo?
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Yoon Oh observaba cada gesto que Mark Lee tenía, mierda, apenas lo conocía hace algunos minutos y quería protegerlo con todo lo que estuviese a mano. No se consideraba brujo porque no realizaba algún tipo de ritual, hechizo o algo que interfiriera con el curso natural de las cosas, sin embargo las personas que lo rodeaban sentían un aura especial de su parte.
Había un hecho indiscutible y es que ninguno de ellos, salvo por los amigos más íntimos, creían realmente en su don. No le molestaba que creyesen que bromeaba pero la verdad era que desde pequeño Jung Yoon Oh podía saber el pasado y futuro de una persona con solo observarla a los ojos, además tenía revelaciones a través de los sueños y podía ver gente muerta.
—No es que crea en eso —el rubio apuntó las cartas que Jaehyun guardó en su bolsillo— pero tengo cierta curiosidad para saber que podrías decirme ¿De verdad funcionan?
—Utiliza las cartas solo para no asustar a las personas, en realidad "Hoyuelos" ni siquiera les presta atención, todo está en su mente —murmuró Taeyong con una sonrisa.
Sin dar fe de sus palabras, Mark observó a Jaehyun con una ceja alzada mientras este asentía. No, no iba a leerle las cartas porque incluso estas podrían ser traicioneras y revelar lo que no quería que ese niño supiera.
Durante la noche no volvió a tocar el tema, se centraron en otras cosas como saludar a Doyoung, conversar la manera en la que tanto Mark como ellos habían conocido a "Taeten". Bebieron cervezas, sodas y le hablaron al canadiense de las anécdotas más sórdidas que habían presenciado en las reuniones LGBT.
El volumen de la música aumentó, la vibración, el juego de las luces y el humo artificial creaban un ambiente propicio para incitar a cualquiera a bailar. Ambas parejas se pararon hacia la pista y aunque no estaban dispuestos a dejar a Mark de lado, este se excusó diciendo que necesitaba ir al baño con urgencia pero que los llamaría para encontrarse con ellos apenas saliera.
—No estoy dispuesto a ser mal tercio de nadie —masculló viendo su reflejo en el espejo.
Entrecerró los ojos y volteó disimuladamente cuando escuchó dos personas teniendo sexo en un cubículo, por el tono de los gemidos podía deducir dos cosas: eran mujeres y la estaban pasando increíblemente bien.
De pronto sintió el deseo arder en su entrepierna y una fantasía formarse en su cabeza ¿Podía tener sexo con Johnny Seo en lugar público? La sola idea de que lo penetrara en un espacio tan reducido con la emoción picando en el ambiente por no ser descubiertos, le encendía.
Llenó ambas manos con agua para lavarse el rostro, sin embargo mientras más jadeaban esas muchachitas, más quería tener a Johnny cerca. Era el baño de hombres pero en una fiesta LGBT no importaba donde fueses a entrar. Lamió su labio inferior y salió de allí, no sabía donde dirigirse, no quería bailar entre sus amigos que ya tenían pareja así que caminó a la barra donde pidió un vaso de soda.
—¿Tan solo muchachito? —dijo el barman— la gente se está divirtiendo.
—¿Has sentido alguna vez que estás ocupando espacio? solo... solo en este momento no quiero ser mal tercio.
Le entregaron el vaso con hielo picado y la soda servida pero se distrajo observando a su alrededor. Sí, estaba sorprendido con la diversidad y no solo habían asiáticos, una fiesta llena de colores como la bandera que los representaba.
Por el humo no podía percatarse donde estaban sus amigos bailando y es que realmente quería verlos, "Taeten" podían ser jodidamente calientes si se les ocurría friccionar sus cuerpos en una danza ¿Como sería Doyoung y Jaehyun?
Volvió a mirar su vaso pero esta vez había un hombre sentado a su lado bebiendo whisky, su mirada estaba fija en el líquido color caramelo, le pareció increíble el cabello peinado de forma rebelde a un costado, el primer botón de su camisa abierta y un cigarro en su mano.
—¿Vas a dejar de mirarme así? —su voz era tan grave que fue imposible no jadear— ¿Estás solo?
—No lo sé —balbuceó torpe.
—Soy Seung... ¿Gay? ¿Bisexual? ¿Heterocurioso?
—Gay, absolutamente.
Sin pensarlo por mucho tiempo, aquel hombre estiró su mano y acarició la nuca del muchacho de forma circular. Mark aún tenía el cuerpo caliente y sensible por los gemidos del baño, tan solo se permitió cerrar los ojos un par de segundos y combinar ambas cosas para terminar jadeando. Pensó en Johnny, mierda, quería a "su gigante" más que nunca.
—Que perceptivo... —acercó sus labios a la oreja del muchacho, su cabello rubio y ondulado semiocultado por la gorra negra le seducía, se veía indefenso pero caliente— podría comerte cada rincón del cuerpo hasta que pidieras agua, tengo un departamento de lujo y una cama tan grande... podría abrirte de piernas y enterrar mi pene hasta el fondo.
Su voz se volvió inusualmente deslumbrante, incluso el sonido exterior parecía haber disminuido. Sintió la necesidad boba de reír y dejar que él lo siguiera tocando, no puso resistencia cuando el desconocido acercó la mano a su miembro por debajo de la ropa interior y lo sujetó con decisión.
El primer signo de alarma fue cuando sintió que su corazón empezó a latir más rápido y no por la emoción, era una taquicardia inusual. Los ojos de aquel hombre se dilataron cuando lo vio más letárgico, sí, ya era suyo.
—Taeyong —Jaehyun interrumpió el fogoso baile de su amigo y su pareja— Mark no ha llamado y no tengo buen presentimiento al respecto.
Ninguno cuestionó aquello, si Jung Yoon Oh decía que tenía un presentimiento era porque este se volvía real. Hicieron su propio camino entre las personas empujándolas sin siquiera pedir perdón, "Hoyuelos" cerró sus ojos y los abrió de golpe.
—Lo drogaron.
Taeyong gimió asustado, el miedo se anuló de inmediato y solo enfocó sus sentidos en observarlo todo ¿Dónde estaba? Le había prometido estar a su lado para cuidarlo, la gente enferma abundaba y Mark Lee era lo suficientemente guapo como para que un gay quisiera follarlo.
—¿Te gusta? —murmuró el hombre en la oreja del muchacho, estaba sentado con Mark sobre sus piernas en un sofá de cuero blanco, a su alrededor solo un par de luces de neón azules iluminaban.
Había escogido el lugar más alejado del local.
El canadiense estaba lánguido sobre su cuerpo, sus brazos y piernas no le obedecían pero parecían estar a merced de ese hombre. Quería pensar, quería correr pero estaba inhabilitado de todo ello,
Seung quería desnudarlo allí mismo para penetrarlo y él no quería, por supuesto que no quería. Esto era violación.
—Ahora ricitos de oro, voy bajarte los pantalones para que disfrutes.
"No... por favor no, no" alcanzó a pensar con un nudo en la garganta antes que desde muy lejos unas voces familiares gritaran enfurecidas.
—¡Saca tus manos encima grandísimo hijo de puta! — Taeyong golpeó la fosas nasales de aquel hombre con tanta fuerza mientras Doyoung se encargaba de sacar a Mark de allí.
—¡Pedazo de mierda! —escupió Yoon Oh sujetando su rostro y golpeando su entrepierna certeramente con la rodilla.
—ARGHHH! —gritó cayendo al suelo buscando un poco de aire. Se retorcía, mierda, esto dolía. ¡Dolía!
—¡Cerdo! —"Jack Frost" utilizó la punta de su zapato para darle en los dientes, incluso así puedo sentir como más de alguna pieza dental se quebraba— Vete antes que llame a la policía ¡Vete!
Con sangre escurriendo de sus comisuras labiales aquel hombre de grandes proporciones corrió despavorido a la salida.
Chittaphon lloraba aterrado mientras sus dedos con torpeza ordenaban la ropa de Mark Lee. Doyoung acostó al muchacho delicadamente sobre el sofá y evaluó sus reflejos, no seguía la luz con la mirada, no apretaba sus manos, su corazón estaba agitado,su voluntad parecía reducida a nada . En realidad era un cuerpo dispuesto a que cualquier persona con poco criterio abusara de él.
Sintiéndose profundamente culpable, de los ojos de Taeyong caían lágrimas mientras acariciaba el rostro del canadiense para que lo observara, mas, solo recibió palabras incoherentes entre el inglés y el coreano.
No había duda que lo drogaron pero ¿Cómo y con qué sustancia?
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Siendo las 2:30 de la mañana, Johnny se dijo que debía calmarse o terminaría matándose por conducir histérico en las pistas de Seúl. Alguien de nombre Yoon Oh lo había contactado desde el teléfono de Mark diciéndole que fuera hasta el Centro Médico Asan ("서울아산병원") porque lo llevaban a la Urgencia tras sufrir una intoxicación. De forma inmediata y para no sufrir un mal entendido, aquel muchacho le dijo que alguien inescrupuloso lo había drogado en la fiesta.
Sus manos temblaban, poco y nada le importó estacionar mal la primera vez. Entró corriendo preguntando donde estaba la urgencia, sin embargo como aquel hospital era el más grande del país, con más de 5 edificios distintos y una superficie total de 280.300 cuadrados, se había equivocado de lugar. Cuando mencionó su nombre un guardia gentilmente lo guió con exactitud al edificio correspondiente.
—Resiste, cachorro... resiste —balbuceó.
Volvió a recibir una llamada desde el teléfono de Mark, era el mismo muchacho dándole instrucciones de donde estaban ellos. Corrió como nunca antes lo había hecho, el solo pensar a Mark indefenso frente a las manos de un hombre, le dolía, mucho más pensar que no estaba allí para cuidarlo y haberle partido la cara al desgraciado que había osado tocarlo.
Giró hacia un pasillo cuando vio a cuatro muchachos sentados en el suelo. Identificó a dos de ellos, Ten lloraba desesperado mientras el peliblanco acariciaba su cabello. Sintió náuseas, el suelo parecía moverse bajo sus pies. Antes de perder el equilibrio se apoyó en una pared, momento preciso en el que ellos dieron cuenta de su presencia.
—Seo Youngho —le hablaba alguien con sudadera negra y ojos con leve sombra del mismo color— fui yo quien te ha llamado.
—¡¿Pueden decirme que le pasó a Mark?!
—Trata de no elevar la voz —indicó un letrero donde se pedía estricto silencio— alguien lo drogó en la fiesta, el barman nos dijo que solo lo vio beber de su vaso...
—¿Y qué estaba haciendo en la barra? ¿Estaba solo? —miró con los ojos entrecerrados a Taeyong, este no tenía energía para discutir— si algo le sucede voy a matarlos... ¡¿Dónde está el culpable?!
—Huyó —murmuró Doyoung.
—Me tomará menos de 1 hora tenerlo encerrado en la cárcel.
—Si fuera tú no haría eso —Yoon Oh lo observó fijamente, al igual que a Mark con tan solo una mirada ya podía leer su pasado y futuro, definitivamente ambas personas estaban entrelazadas— ¿Bajo qué tipo de cargos vas a encerrarlo? claro, intento de violación, homicidio frustrado, te preguntarán donde estuvo, se sabrá que Mark Lee es homosexual y no es malo, pero toda la información llegará a los oídos de tus padres y le quitarán la beca... terminarás arruinando todo así que, si realmente lo quieres no hagas nada mal.
Evidentemente fastidiado, el americano se deslizó por la pared hasta sentarse en el suelo como ellos. Observó sus manos, pensó en el muchacho y cubrió su rostro con ellas evitando desesperarse más de la cuenta. Sus palabras tenían razón y le molestaba que fuera cierto ¿Por qué no se podía hacer justicia? Enfadado miró de nuevo a Taeyong, su instinto le decía una cosa: Mark había quedado solo.
3 horas más tarde el médico tratante se acercó a ellos, Johnny Seo se identificó como tutor de Mark para que le diera toda la información necesaria.
Le habían hecho un examen toxicológico a Mark Lee a través de una muestra sanguínea con un motivo específico, saber si había alguna sustancia en ella. Efectivamente habían encontrado un nivel de alcohol mínimo pero confirmaron lo que podía dar respuesta a su estado.
—Los análisis de sangre demuestran una dosis pequeña pero muy poderosa de Escopolamina, un alcaloide que actúa sobre las zonas del cerebro que se relacionan con la memoria y la cognición... los efectos son variados pero el señor Lee cumple con varios de ellos, taquicardia, parálisis, aumento de la temperatura, somnolencia.
—¿Qué sucederá a partir de ahora? —John tragó saliva.
—Se le va a realizar un monitoreo electrocardiográfico contínuo, oxigenoterapia, administración endovenosa de suero, medidas físicas para bajar la temperatura... por ahora no administraremos fármacos que contrarresten el efecto de la Escopolamina puesto que vamos a esperar la respuesta al tratamiento inicial.
—¿Cuánto tiempo va estar hospitalizado? —balbuceó Ten angustiado.
—Hasta que los exámenes de sangre y orina demuestren que ha eliminado la droga completamente y... por supuesto, los efectos hayan desaparecido.
La figura desapareció dejando el pasillo bajo un silencio sepulcral, por suerte Mark Lee estaba estable pero eso no quería decir que lo que había sucedido no hubiese sido grave. Casi eran las 6 de la mañana y todos allí estaban agotados, Johnny no estaba preocupado por lo que pensaran en su casa puesto que sus padres habían ido hoy a un viaje por latinoamérica para reunirse con inversionistas hispanohablantes de Keullobo.
Mark sería trasladado a la unidad de tratamientos intensivos.
—Señor Seo —al escuchar aquella voz tan familiar sus sentidos se pusieron en alerta. Sabía quien era pero de todas formas quería confirmarlo observándolo cara a cara.
Los ojos de Ten y Taeyong se abrieron de par en par al ver allí parado al asistente Choi Dong Ho con una bandeja en una mano y una bolsa en la otra. ¡De seguro lo sabía todo!
—Señor Choi —dijo torpemente Johnny, quería parecer casual pero ¿Qué tan casual podías ser cuando estaban en un pasillo de la unidad de Urgencias de un hospital?— puedo explicarlo.
—No debe explicar nada, todo está bien —murmuró con el rostro sin expresiones, como siempre, sin embargo era evidente que hablaba en serio— he traído café y algunos pasteles para ustedes... si no hubiera sido por los amigos del señor Lee, tal vez ni siquiera tendría la suerte de decir que lo encontraron vivo.
Sí, él lo había escuchado todo pero ¿Sabría que Johnny Seo era bisexual? en silencio todos caminaron a la cafetería más cercana y comieron lo que el asistente les había traído. "Me encargaré de hacer los papeles de hospital a mi nombre, señor, es más fácil pasar el anonimato del señor Lee que si está en los registros su nombre".
Claro, más encima los ayudaba.
—Él lo sabe, de seguro lo sabe todo —murmuró Taeyong agotado bebiendo el café vainilla, tenía frío pero aquel líquido le ayudaba— Johnny Seo, nosotros...
—No quiero saber que hicieron en esa reunión porque estaré enojado —miró los pasteles por un par de segundos, no tenía apetito— gracias por traerlo, es todo lo que puedo decir por el momento.
Lo único positivo del asunto era que, como sus padres no estaban siquiera en Asia, esto podía pasar inadvertido. Lo malo era pensar que Mark Lee había sido tocado contra su voluntad por alguien realmente sucio. Imaginarlo boca abajo con las piernas abiertas y un hombre atacando su vulnerabilidad le provocaba náuseas, no había llegado a eso gracias el cielo.
Solo quería tenerlo entre sus brazos, acariciar su espalda y decirle que todo estaría bien, sí, también agregar que lo perdonara por no estar allí para protegerlo como lo había prometido.
"Cachorro" pensó, realmente extrañaba a su cachorro de león.
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Martes 3 de octubre, 2 días después.
—Realmente no es necesario que me cargues así, ya estoy bien —por el tono de su voz cualquiera podía decir que en realidad le gustaba esto.
En la mañana del día de hoy había sido dado de alta y desde que puso un pie de nuevo en la casa, Johnny Seo no se despegaba de su lado. Para su tranquilidad fue el mismo señor Choi quien notificó a Yukhei de su estado y quien llevó la justificación respectiva a la secretaria de estudios. Volvería a clases el jueves, sí, tendría que ver al nuevo profesor.
—Eres un mentiroso descarado —susurró en su oreja mientras lo rodeaba con sus brazos.
Johnny estaba solo con ropa interior y las piernas un poco extendidas para que el cuerpo del muchachito cupiera entre ellas. Mark apoyaba toda su espalda en el torso de aquel hombre mientras este lo abrazaba y lo atraía a sí mismo, ambos tapados con las sábanas, ambos disfrutando del ruido de la lluvia y la oscuridad de la habitación que pertenecía al americano.
—No quiero que seas rudo con Taeyong y Ten, incluso con la otra pareja que viste, fui yo quien quiso apartarse un momento de ellos...
—El solo pensar que te hubiesen hecho daño... el verte hospitalizado —hundió la nariz en su cabellera y aspiró el perfume de manzanilla que tenía— me estaba volviendo loco, Mark... creo que no podría soportarlo.
Para Mark fue imposible no tener una sonrisa bobalicona en el rostro, para su suerte Johnny no podía verla. La mano de su "gigante" acarició su brazo derecho lentamente, luego el costado de su cuello, parte de sus risos, unas caricias lentas, calientes y jodidamente persuasivas. No supo en que momento cerró los ojos y perdió el contacto con lo que lo rodeaba.
Cuando el americano se dio cuenta que el muchachito se había quedado profundamente dormido, lo acomodó de tal forma para abrazarlo en forma "cucharita". En este momento nadie podría interrumpirlos, nadie podía decirles que esto estaba mal cuando se sentía realmente bien, se sentía jodidamente normal.
—Me gustas, cachorro... me gustas —lo afirmó, besó su nuca, hundió el rostro en su cabello y dejó que Morfeo se lo llevara también a la tierra de los sueños— me gustas mucho.
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