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"Imposible" Capítulo 19: El lado explosivo de Mark

Actualizado: 2 jun 2019












Jueves 2 de noviembre 2017, Gran Canaria


Agua turquesa, cristalina, los turistas descansaban bajo la fresca sombra que sus quitasoles les hacía llegar escuchando de fondo las pequeñas olas romper en la orilla. Hoy habían llegado temprano para disfrutar todo el día de Gran Canaria, otra isla del Archipiélago.


Johnny abrió los ojos cuando escuchó la risa contagiosa de Mark, con disimulo quitó las gafas de sol para tener una mejor vista de su cuerpo. Allí un poco más lejos de ellos jugaba con Somi a tenis de playa mientras él y Han Eul dormían.


Se permitió por un par de segundos bañarse con la imagen de aquel hombre, tal vez las latinas preferían alguien que fuese demasiado marcado, moreno y de voz tosca pero Mark Lee tenía la belleza que John Seo podía admirar: alguien más bajo que él, blanco, con el cuerpo levemente marcado, hombros anchos, cintura firme, ojos brillantes y sonrisa pequeña.

—¿Quieres ir a jugar? —murmuró somnolienta Han Eul— ¿Eres bueno?


—No en realidad, estaba admirando como esos dos se divierten —tragó saliva asustado pero se obligó a sonreírle a su novia— además ¿Cómo podría dejarte si los hombres te están devorando con la mirada?


—Mis ojos están solo para ti, de qué te preocupas —la culpa pateó su estómago con firmeza.


"Preocúpate tú, mis ojos están con Mark" pensó, el único lugar seguro del mundo era su mente.

Mark caminó de vuelta a las reposeras empujando suavemente los hombros de Somi. A los ojos de la diseñadora de moda ambos hacían una pareja perfecta, en cambio, Johnny sentía lástima, el canadiense era un muchacho que tenía tendencia a hacer amigos de forma "inocente", en cambio esa chica estaba interesada sentimentalmente a él.


Cuando se acomodaron un hombre les acercó jugos naturales ricos en hielo picado, era parte del servicio que los atendía de manera exclusiva.


—No gracias, yo... paso —el rubio observó el vaso con desconfianza, después de haber sido drogado en la reunión LGBT no tenía intenciones de beber al menos que estuviesen dentro de un restaurante.


—¿Estás enfermo? —murmuró preocupada Somi.


—Nunca sabes cuando te quieran drogar —respondió con firmeza el americano bajo la risa de su novia ¿Estaba exagerando? ellas creían que sí, aunque podía perdonarles pues bajo su ignorancia no tenían conocimientos del accidente que había tenido Mark Lee.


Cuando era hora de ir a almorzar, Johnny se levantó de su reposera estirando cada músculo de su cuerpo. Mark agradeció las gafas de sol ¡El hambre en sus ojos lo hubiese delatado! Han Eul con gracia observó a su alrededor mientras su novio quitaba algunas partículas de arena que tenía en la piel, más de alguna mujer occidental observaba a Youngho y es que aquel hombre no era el típico prototipo de asiático.


No tenía los músculos tan marcados como otros en la playa, pero su altura combinada con la forma en la que tocaba su cabellera castaña y su sonrisa podían infartar a cualquiera.


Almorzaron y visitaron el "Jardín botánico Viera y Clavijo", fotografiaron sus alrededores y a ellos mismos riendo pero no pudieron disponer de toda la tarde, había que volver a la isla Tenerife.


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Con una voz muy persuasiva, Han Eul le pidió a Johnny que subiera la cremallera de su vestido negro. Sonriendo de forma torcida lo hizo y de paso regó un par de besos en su cuello mientras la abrazaba, era triste darse cuenta que si bien lo provocaba no era lo mismo de antes, la llama con la cual la tocaba con anterioridad se había apagado y esperaba que ella no se diera cuenta.


Mientras Youngho abotonaba su camisa escuchaba a su novia hablar sobre lo mucho que hoy quería disfrutar y que se mediría con el alcohol para no arruinar los panoramas del día de mañana, el último que podrían disfrutar completamente antes de volver a Seúl. ¿Era conveniente que estuviesen tan sobrias? No, pero era lo que cualquier novio normal esperaría de su chica.


El americano dio una última mirada a su reflejo, no se preparaba para las mujeres, más bien quería asegurarse que estaba bien para otra persona. Aplicó un poco de loción en su barbilla, sujetó la cintura de su novia y salió de allí.


—Luces muy linda —murmuró Mark a Somi cuando se encontraron en el pasillo, la puerta de su habitación estaban una frente a la otra. Avergonzada la muchacha dio un pequeño giro antes de que sus mejillas estuvieran muy rojas— ¿Prometerás cuidar la forma en la que bebes alcohol?


—No lo sé, con un poco de ello puedo atreverme a hacer cosas que sobria no hago —le dio una mirada significativa.


Ansioso el rubio miró hacia el lado, en estos momentos odiaba ser gay, de lo contrario tendría la oportunidad de disfrutar frente a los ojos de Johnny Seo y provocar algo de celos. La miró un par de segundos de nuevo para ver si su cuerpo encendía algún instinto bisexual dormido, tal vez no era consciente pero Somi empezó a respirar agitada y acercar su mano a la mejilla de este para tocarlo.


—¿Interrumpimos algo?


La voz ronca del americano golpeó su pecho al instante. Ambos dieron un respingo antes de voltear a verlos y hacer de cuenta que nada pasaba. Han Eul le sonreía a su amiga, Johnny en cambio estaba serio pero sabía en el fondo que no eran celos ¿Entonces a qué se debía?


—Nada ¿Vamos? —no quería ser maleducado pero como Youngho sujetaba la cintura de Han Eul él haría lo mismo con Somi, joder, no quería darle falsas esperanzas pero era una forma de no levantar sospechas y no hacerla sentir sola.


El Hotel Gran Bahía del Duque tenía un salón enorme que disponían para hacer fiestas nocturnas, sus terrazas, juegos de luces, humo y otras cosas encendían a cualquiera, incluso aquellas personas que se jactaban de no bailar.


Tener hospedaje premium les daba la oportunidad de adquirir una mesa cuando ellos quisieran aun cuando estuviera atestado de personas. Un guía los llevó a un sector reservado para tomar su pedido, las mujeres consideraban una prohibición absoluta ponerse a beber sin tener algo en su estómago.


Mark miró a su alrededor y por un segundo sintió culpa, la situación económica de su familia no le permitía darse ese tipo de lujos ¿Quién era él para disfrutarlo aún cuando era a costa de la novia del hombre que estaba enamorado? sí, estaba enamorado y no podía negarlo, ya no podía dar paso atrás.


—¿Ustedes están acostumbrados a hospedar en lugares tan exclusivos? —los tres asintieron— vaya —el mozo les acercó los trozos de pizza y los refrescos exóticos.


—Cuando termine con esto que tengo en el plato, juro solemnemente que iremos a bailar a la pista, tienen prohibido negarse —Han Eul le advirtió a todos en la mesa cuando levantaba su copa.


El canadiense asintió antes de mirar su trozo de pizza con los puños cerrados, había aceptado salir porque era un sacrilegio estar acostado en un lugar de esta envergadura pero en el fondo deseaba estarlo, quería disfrutar del silencio y la privacidad de su habitación. Mark Lee disfrutaba de varias instancias que estas pequeñas vacaciones le brindaban, pero había un punto en el que tolerar y fingir lo agotaban.


Alzó por un instante la mirada a Johnny, el americano sonreía y dejaba que aquella preciosa mujer apoyara el rostro en su hombro ¿Bajo qué punto tenía derecho a exigirle algo? Han Eul se mordía los labios, pestañeaba con gracia, sonreía como un ángel. "Todo se les da tan fácil, maldita sea" pensó angustiado. Mierda, eso eran celos, eso era desesperación. Bebió cerveza hasta que el vaso llegó al fondo, los 3 lo observaron extrañados. Al menos eran 600 cc de golpe.


—Al parecer vamos a tener que cuidar a Mark mañana —bromeó la diseñadora.


—Ten cuidado ¿Sí? —susurró dulcemente Somi.


John se quedó callado inclinando el rostro de forma indagatoria. Mark miró su pizza mientras respiraba agitado ¿Era justo que viviese un pequeño infierno? "Es el precio que debes pagar por no decirle nada a Han Eul" pensó para sí mismo. No se reconocía a sí mismo, no era normal sentir celos que brotaban espontáneamente, no estaba en sus días porque no era mujer ¿Qué guerra hormonal se desataba en su cuerpo? Sintió deseos de llorar.


La verdad era una: había soportado hasta el día de hoy, pero llegaba un punto donde no quería seguir fingiendo, no quería sentirse obligado para compartir, no deseaba ver a Somi a los ojos y lamentarse por no atender el evidente interés que tenía hacia él, no quería observar la complicidad y perfección que tenía Johnny con Han Eul, no quería desear con tanto ímpetu a ese hombre en silencio mientras la coreana lo hacía con libertad.


Tenía celos, lo quería para él, no era feliz viviendo los sentimientos desde el anonimato. "Si tú no eres feliz ¿Ella tampoco?" se preguntó a sí mismo. ¡¿Qué clase de pensamiento era aquel?! ¡Pensaba como celópata! Aunque nada de eso era cierto, solo era un muchachito de 18 años llevando una guerra en silencio, una que un adulto normal no sabría conducir.


—Solo recordé una cosa —mordió su mejilla por dentro, era como si tuviera un diablo y un ángel a cada lado de su hombro susurrando sugerencias. Sí, escuchó al diablo— es increíble que esté acá un día jueves, la semana pasada el panorama era diferente... mi profesor de biofísica, un médico, es algo tirano con las pruebas —Johnny abrió sus ojos perplejo, él no lo haría— se llama Siwon Choi.

La preciosa sonrisa de esa mujer se desvaneció lentamente hasta obtener el aspecto duro cual piedra. Somi pestañeó confundida ¿Qué le sucedía a su amiga? Johnny por su lado apretó los puños con deseo de estrangularlo ¡¿Qué estaba haciendo?! De inmediato colocó una mano en el hombro de su novia, mujer que respiraba agitada.


—¿Siwon Choi? ¿Conoces a ese hombre?


—Sí, es mi profesor... y puedo decir que uno muy bueno —levantó las cejas con sugestión— los alumnos le temen pero lo respetan, los pacientes tienen muy buenas referencias de su persona... pero no hablemos de él, no tiene importancia, estamos aquí disfrutando los cuatro.


—Mark —la diseñadora apretó una servilleta, su mandíbula estaba tensa— Siwon Choi es la peor escoria, ni siquiera sé por qué un hombre como él puede estar al cuidado de las personas.

—A veces tenemos que tener mucho cuidado por cómo juzgamos a las personas —susurró antes de morder su pizza— la facilidad con la que las palabras salen de nuestra boca puede ser un arma de doble filo, agradezco tu advertencia... pero tomaré mis propias referencias, gracias.


—¿Crees que hablo porque sí? —cruzó los brazos bajo su pecho, si antes hubo dulzura en su rostro ahora no quedaba rastro de ella— Mark, te aprecio bastante porque sé que eres un chico esforzado, inteligente, me importa tu estabilidad, pero eres menor y no sabes de todas las cosas que te rodean, no te acerques demasiado a ese hombre, solo mantén una relación de profesor alumno... —su frente sudaba, sus expresiones eran reflejo de la ansiedad que tenía en su pecho— no puedo entender la calidad a la que ha bajado la SNU por tener un médico de su categoría... la universidad solía tener estándares bastante altos hasta que creyó que incorporar personas de todo tipo le hacía bien a su educación.


La mandíbula de Mark se desencajó, sus fosas nasales se abrieron y la rabia fluyó junto a su sangre para dirigirse a distintas zonas de su cuerpo. De forma instintiva se paró de la silla para mirarla desde su altura.


—¿Podemos dejar ese tema de lado? Mark, vuelve a sentarte por favor —murmuró Johnny con el ceño fruncido, sus palabras sonaron más como una orden que una sugerencia— de todas formas Han Eul no merece escuchar de nuevo el nombre de ese hombre, no significa nada positivo para nuestras vidas.


—Señorita Oh Han Eul —habló cuidadosamente Mark Lee, su cuerpo completo temblaba como una olla a presión, sus palabras sonaban a susurros peligrosos— desconozco la razón por la que tú y ese hombre no tienen buena relación —mentira, si lo sabía, a medias pero lo sabía— pero no creo que sea necesario hacer énfasis en mi edad para decir que no sé de las cosas que me rodean, segundo —la apuntó— no sé si te has dado cuenta pero como médico y profesor Siwon Choi es excelente, no me interesa como se haya comportado con ustedes dos, eso a mí no me compete —miró lleno de ira a Johnny por un par de segundos antes de dirigir su mirada a la aludida— y tercero, no sé si te pudiste escuchar pero decir que la SNU tenía estándares altos hasta que incorporó personas de todo tipo implica de cierta manera que desde que los becados entraron, aquellos que no podemos costear la educación, arruinamos el estándar... de verdad, muchísimas gracias porque sé que quieres mi bienestar, pero como ya dije, me haré mi propia opinión respecto a ese hombre... Siwon Choi, eso haría cualquier persona madura.


Han Eul se paró de su silla y lo miró con los ojos llenos de lágrimas. Su respiración estaba acelerada, de su frente, cuello y manos brotaba sudor. Johnny colocó un brazo a su alrededor para evitar que perdiera el equilibrio pero la muchacha esquivó el contacto.


—No tienes idea de cómo ha arruinado nuestra vida, solo... ten cuidado —miró a Johnny con las lágrimas cayendo silenciosas por sus mejillas— yo ya... no, no puedo disfrutar esta noche, no... —tragó saliva— ese maldito canalla de Siwon —negó con la cabeza mientras acomodaba su cabello— me iré a la habitación, no quiero que tengan que soportar un ataque de ansiedad aquí, buenas noches.


Somi pestañeó un par de veces confundida, Oh Han Eul se caracterizaba por tener un temperamento dócil y alegre todo el tiempo ¿Que había sido eso? ¿Quién era Siwon Choi? Ni siquiera tenía tiempo para juzgar quién tenía razón o si los comentarios habían tenido segundas lecturas, sólo meneó la cabeza, pidió perdón y salió caminando rápido para contener a su amiga. Johnny repasó sus manos por su cabellera mientras contenía toda palabra que pudiese salir de su boca, sus respiración era agitada, su mirada a Mark había sido letal.


—Hija de perra —mordió sus labios antes de salir caminando por una dirección totalmente contraria a la que Han Eul se había ido.


Desconcertado Johnny dejó un par de billetes en la mesa antes de seguirlo. Esto era una broma ¡Esto debía ser una broma! una escena que no pensó que se podía desencadenar en lo que prometía ser una noche divertida y todo por salir a flote el nombre de Choi Siwon. El americano no era bobo, eso había sido con intencionalidad de parte de Mark lo que le sorprendía aún más, él no actuaba así, él no era así.


Ni siquiera se cuestionó si lo que estaba haciendo era normal, su cuerpo involuntariamente corrió donde el canadiense, Han Eul al menos tenía a Somi para que evitara un repentino ataque de pánico/ansiedad.


—¡Mark! ¡Mark regresa!


Parecía no escucharlo, corrió a través de largas estancias en el resort y no, no se detuvo en la piscina monumental ni en los jardines, el muchacho siguió corriendo hasta buscar un camino que lo condujera a... la playa. Incluso dando grandes zancadas fue imposible alcanzarlo, solo cuando sus pies tocaron la arena, Mark Lee tropezó y cayó de rodillas en ella.


—¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! —golpeó con sus puños la arena antes de voltearse y mirarlo, sus ojos estaban cristalinos pero no se escuchaba su llanto, las lágrimas caían en silencio donde fuese— ¡¿Es que no te cansas?! fingir, aguantar, esto es una locura que me está matando.


—No tenías por qué hablar de Siwon, Mark, eso fue una jugada sucia ¿Querías poner a prueba a Han Eul?


El canadiense miró su puño y luego el mentón de Johnny, por supuesto que quería golpearlo pero no actuaba de esa manera, al menos que fuese un enemigo el rubio no lo consideraba necesario, si no se puede golpear a una mujer ¿Por qué a un hombre sí? Se mordió los labios conteniendo el deseo de llorar desesperado.


—¿Han Eul? ¿Te has preguntado cómo me siento yo? todo... todo el mundo gira alrededor de ella pero yo, Johnny, me estoy enfermando por dentro —miró sus manos— agota fingir el deseo, hiere en lo más profundo actuar algo que no eres y darle falsas esperanzas a otra persona —apenas veía a su alrededor, las lágrimas nublaban la vista, se había convertido en una masita temblorosa— han sido días increíbles pero estoy aquí casi por obligación.


—Sus intenciones fueron buenas —murmuró inquieto.


—Me meto por el culo sus intenciones —el americano quedó boquiabierto ¡¿Qué especie de vándalo se había apoderado de su cachorro?— yo no soy un hormonal desesperado celópata pero... ver día tras día la manera en la que interactúan, en la que te besa, se acurruca a tu lado, callarme, callarme... callarme... hiere anhelar en silencio, duele llevar una guerra de forma anónima ¡¿Crees que es justo que te quiera tanto pero no lo pueda expresar?! Maldición John, yo también quiero abrazarte, quiero besarte pero soy un gay.... ese es mi pecado, ser gay.


El nudo que había estado ahogando la garganta de Johnny Seo se reveló provocando que también sus ojos derramaran lágrimas. Quería besarlo, quería protegerlo, quería ser su todo para que no se sintiera abandonado pero el canadiense merecía vomitar todo el daño hacia afuera.


—No es pecado, Mark ¿Quién te dijo eso? ¿Donghyuck?


—Todo se le da tan fácil a San Han Eul, incluso pareciera que es ella quien puede decir que termina una velada dejando una conversación a medias ¿Puedo yo decir que no quiero participar en ninguna mierda? ¡Aaaaah! —pateó la arena— perra... menciona mi edad como si de forma indirecta quisiera reducir mis opiniones a nada...


Johnny estiró su mano hacia el muchacho y acarició su mejilla empapada, no se daba cuenta pero estaba llorando y él, como alguien que se empezaba a sentir un victimario, también. Había prometido no hacerle daño como lo hizo con Hansol, pero sus temores se hicieron realidad y toda la conversación con el secretario Choi y Taeyong tomó forma, de alguna u otra manera aunque fuese indirecta le producía daño al hombre que él quería.


—Va a tener que pedirte perdón, Mark, por eso y por el comentario de la Universidad —dijo con firmeza— eso no tiene que ver con que seas gay, tiene que ver que te ha pasado a llevar como persona, se lo haré saber... no lo dudes.


No dijo nada, solo agachó la cabeza y dejó que los brazos de aquel hombre lo rodearan por completo. Escondió su rostro en el cuello y permitió que todas esas frustraciones salieran a través de un llanto desesperado. No quería que Johnny Seo lo viese como a un niño pero era inevitable que llegase a un punto donde no podía controlar sus emociones.


Las manos de ese hombre acariciaban su espalda de arriba hacia abajo mientras susurraba en su oído cosas que no podía entender, enterró sus uñas en la zona baja de su espalda y lloró más fuerte. ¿Podía escapar a un lugar mejor y más tranquilo?


—Perdóname por no poder protegerte más de lo que yo quisiera o pudiera, cachorro —sostuvo su rostro y besó su frente una y otra vez— pero soy un cobarde... entre nosotros dos eres quién debe soportar más, pero por mi parte me estoy partiendo la cabeza pensando como abrir un camino sin tener que herir a tantas personas... puedo, créeme que puedo ser feliz sin el dinero de la familia Seo y trabajar como abogado por mi propia cuenta lejos de este país si es necesario pero me cuesta creer que soy capaz de arruinar la maravillosa oportunidad de que te recibas de Medicina en la SNU.


Mark tragó saliva tratando de calmar su angustia pero no podía, oírlo producía suficiente daño porque era la verdad.


—La única solución sería que termináramos esto de una vez John Seo —su rostro se descomponía al decirlo— y si lo hiciera no solucionaría nada porque seguiré deseándote con tanta fuerza que terminaría volviendo a Canadá para no verte ¿Acaso no terminaría perdiendo todo de igual manera? John... no me interesa si estudio medicina aquí o en Canadá, sé que seré bueno donde sea ¿Sabes por qué acepté la beca en primer lugar? —apretó los puños— porque creí que en Corea dejaría de ser gay, que la sociedad restrictiva me haría cuestionar esta orientación y me llevaría por un camino "correcto"... pero no, ya ves, soy amigo de 2 parejas gay que son el ejemplo perfecto de la lucha por lo que aman y estoy enamorado de nada más ni menos que un reconocido chaebol.


—¿Entonces eso es todo? —sostuvo su barbilla con un aire dominante, mas su toque era suave, Mark y él seguían llorando en silencio— ¿Estarías de acuerdo con dejar todo atrás y contarle la verdad a tus padres?


—Tanto los tuyos como los míos sufrirían, pero no estoy dispuesto a vivir sus frustraciones —lamió sus labios sediento— sé que apenas puedo soportar esta lucha y que necesitaba explotar mis emociones, pero tampoco voy a pedirte que cortes todo acá... yo necesito seguridad de que una decisión tan importante es porque realmente valgo la pena para ti, no por un arranque emocional, no voy a enfrentarme a una guerra sin tener la seguridad de que más adelante no me recriminarás por esas decisiones —meneó el rostro con una sonrisa torcida, aún estaba luchando por no derrumbarse, otra vez— sé que eres capaz de abandonar todo por la persona que amas John Seo, pero tú no me amas y es muy pronto para decirlo, esto que tenemos aún sigue siendo insuficiente.


—Mark —masculló.


—Está bien y lo entiendo, porque de mi boca tampoco podrás escuchar un "te amo" en este momento.


—¿Debería tomar como algo positivo el hecho que sus palabras le dolieran? Johnny tragó saliva disgustado— seguiré luchando sin embargo pondré condiciones.


Johnny miró el cielo pero no dijo palabra alguna, Mark tenía todo el derecho de poner las condiciones que quisiera ¿Quién era él para detenerlo? era lo mínimo que se merecía si querían continuar creando lazos y luchando por esos sentimientos. Demonios, ese muchachito lo volvía loco ¿Estaría bien si se iba en este momento? No, para nada, porque ya no estaba en condiciones de ir por la vida sin saber que estaba a su lado.


—Ninguno de ustedes dos me dirá qué hacer respecto a Choi Siwon, no me involucren en sus problemas del pasado, soy un hombre y no un niño que ella cree que puede darle órdenes... como le dije a tu noviecita antes que perdiera sus estribos, me formaré mi propia opinión porque, no te lo dije esa noche Johnny —colocó ambas manos en su cuerpo—a diferencia tuya yo no le creo ninguna palabra a San Oh Han Eul.



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