"Imposible" Capítulo 26: Deseo y consejo
- TrinidadVictoria
- 3 jun 2019
- 14 Min. de lectura

Un gemido de Mark Lee contra su boca fue suficiente para que Siwon rodeara la base de su columna y con su brazo lo sujetara contra su cuerpo. Solía ser muy racional para sus cosas pero ese muchachito había captado su atención desde el primer día hasta volverse una locura.
Con la fuerza que tenía lo levantó del suelo y lo empotró contra una pared y sus piernas. Delicioso, sublime. El muchachito lo abrazó por el cuello mientras respondía sediento a sus besos, había besado a mujeres, muy pocas veces a un hombre y entre todas esas opciones jamás unos labios le parecieron tan dulces y calientes como los de su alumno.
Su pene se volvió loco contra la ropa interior cuando la lengua de Mark entró en su boca y lo chupó como si su vida dependiera de ello. Si tenía una técnica excepcional para besar de esa manera, no quería imaginar cómo podía trabajar allí abajo. Contuvo la respiración, mierda.
—Pequeño rufián —susurró caliente mientras mordisqueaba su labio inferior— ¿Qué tienes que no puedo contenerme?
El canadiense jadeaba mientras sus manos se metían bajo la camisa de aquel médico, su cuerpo estaba trabajado, su piel era suave pero caliente, tuvo la necesidad de abrirle los botones y apreciarlo porque una maravilla como esa no podía estar escondida. Siwon sintió fallecerse cuando sus pupilas se dilataron, estar bajo el escrutinio del muchacho, sentir la necesidad en su rostro. Santo Cristo.
—¿Cómo puede tener un cuerpo así y solo ser un médico? —masajeó sobre sus pectorales en forma circular, Choi gruñía excitado y rogando que no se detuviera, sus dedos necesitados parecían estar hechos para cada relieve de sus músculos.
—Ohhh Lee, cállate.
Como un Koala el muchachito estaba aferrado a su cuerpo sin darse cuenta que su profesor lo llevaba a la habitación, solo cuando lo depositó sobre una cómoda manta supo que estaba sobre su cama. Él como un ser dominante, con una camisa abierta y con una mirada lobuna, él, un hombre 13 años mayor ya no estaba preocupado de asuntos morales.
Apoyó una mano sobre el colchón justo un poco más arriba de su rostro, con calma lo admiró desde su altura un par de segundos mientras su pene palpitaba ansioso.
Inclinó el rostro hacia adelante y ávido le dio un mordisco suave en la curvatura del cuello de Mark, una mordida que fue seguida de un juego increíble que hacían sus labios y su lengua. Quería chuparlo, quería probarlo una y otra vez. Sonrió malvadamente contra su piel mientras Mark Lee gemía desesperado.
—Los muchachitos insolentes merecen ser castigados —susurró con un tono meloso mientras volvía a chuparle el cuello— los alumnos insolentes son un dolor en el culo... pero también pueden ser jodidamente excitantes.
—Señor Choi —balbuceó apenas.
Aquel hombre se separó de su cuello porque sabía que podía dejarle una marca muy oscura, una marca que gritaría a cientos de kilómetros que alguien había tomado su piel para deleitarse y llevarlo a la locura. Con calma acarició su labio inferior.
—Esa boquita que solo sabe provocar a los mayores —murmuró— esos labios rojos, húmedos y calientes, esa boca —Mark volvió a chupar su pulgar necesitado— esa boca tiene fijación oral... mierda Lee, esa boquita alrededor de mi pene chuparía como el infierno ¿No?
Asintió antes que Siwon con un movimiento de experto se sentara en el borde de la cama y lo llevara a él sobre sus muslos, el canadiense tenía las piernas cruzadas en la base de su espalda y las brazos sobre sus hombros. La diferencia de proporciones era interesante pero a pesar que fuese más bajo, Mark era increíblemente precioso y con una personalidad desbordante que fue la clave para que Siwon se fijara en él.
Lo sostuvo con calma desde su nuca para atraerlo y volver a besarlo, la textura de su cabello era increíble, a veces desordenado, otras como ahora con bucles perfectos. "Precioso" jadeó Siwon contra su frente antes de llevar sus manos grandes dentro de su pantalón y apretar con fuerza su redondo y bien formado trasero.
Con cada movimiento cadencioso más sus caderas se acoplaban, más jadeos salían, más besos se mezclaban. Las manos torpes de Mark Lee viajaban por su espalda ancha sintiendo aquellos músculos moverse con perfección.
La sensación de un cuerpo más pequeño contra el suyo lo calentaba mucho más. Tiró de la cabeza del canadiense hacia atrás para probar jadeante su garganta, podía sentir contra su lengua la vibración que emitían sus jadeos.
—Estás tan caliente como yo —susurró contra su piel, el pantalón deportivo facilitaba el contacto con el otro y no dejaba mucho a la imaginación. Mark estaba duro como una piedra y aunque por cosas de proporciones sabía que le ganaba, quería tomarlo en su boca y hacerle rogar por esa follada— vas a pedir más, pequeño.
—¿Tu forma de tener sexo son tan rudas como tus pruebas?
—Las pruebas... —decía candente mientras sostenía su barbilla— quedan categoría jardín de infantes comparado con lo rudo que puedo ser cuando estoy caliente... te jodería de todas las formas y posiciones posibles pequeño —chupó el lóbulo de su oreja provocando que Mark rozara intensamente su entrepierna con la de él, debía calmar el calor y la necesidad de saciar la excitación de su pene— ¿Y que tal terminar aquí?
Volvió a acariciar con sus manos su trasero, inmiscuyendo dos dedos que tocaban su cavidad trasera. Sudando y jadeante el rubio mordió el cuello de su profesor para saborearlo, la fuerza, la testosterona, Siwon Choi tenía a favor años de experiencia, la madurez y el conocimiento anatómico para saber qué hacer.
Sin pedirle permiso aquel hombre volvió a depositarlo sobre la cama pero cuando se quitó la camisa con violencia y fue hacia el pantalón del muchachito, vio una mirada extraña, un brillo que llamó profundamente su atención. Lee no supo porque Siwon sostuvo su barbilla con los dedos suaves y lo analizó como si quisiera meterse en sus pensamientos. Tragó saliva hasta que la boca del médico depositó un profundo beso en su frente, un beso que transmitía más que cientos de palabras, un gesto cargado de afecto.
Como si luchara consigo mismo, la mano de Choi temblaba mientras rozaba su mejilla derecha, la piel se volvía roja con el contacto que él le daba. ¿Qué estaba esperando? ¿No iba a follarlo? Mark hizo un intento inútil por arrancarle el pantalón deportivo pero cerrando los ojos aquel hombre negó el contacto.
—Señor Choi... ¿Sucede algo? —se sentó inquieto de rodillas sobre la cama— ¿Hay algún problema conmigo? —tocó su propio cuerpo— ¿Es por la diferencia de edad?
—Mark Lee, podríamos hacer muchas cosas como no te imaginas —susurró acariciando su cabello ondulado— no me importa la diferencia de edad y está claro que te deseo, cabrón y que tú estarías dispuesto a entregarte a mí pero... hay cosas que no puedes ocultar —inclinó el rostro hacia él— y no creo sentirme bien si tengo sexo contigo cuando incluso en este momento no puedes quitarte a Johnny Seo de la cabeza.
—No estoy haciendo esto por despecho —sus ojos brillaron al instante, se estaban llenando de lágrimas y su voz se quebraba— no lo es.
—Estás caliente —rozó su entrepierna con una mano— y estoy dispuesto a satisfacerte pero no creo ser lo suficientemente "hijo de puta" para tocarte como yo quiero cuando en el fondo de tu corazón desearías estar con Johnny —tocó su pectoral— no soy él, puedo apremiarte pero no llenarte como él sí lo haría... —con un solo movimiento lo tomó de su mano, lo paró y lo llevó contra su cuerpo para darle un abrazo, Mark se sentía tan destruido que no hizo gesto alguno para detenerlo, dejó que lo contuviera mientras acariciaba su espalda una y otra vez— no puedo creer que diga esto, pequeño, pero el amor es así... si vamos luchar para destruir a Han Eul no hagamos lo mismo con tu relación... es mejor que hables con Johnny y sepas su versión ¿Le habrá dicho que sí para ganar tiempo?
—Yo lo amo —sollozó roncamente.
—Entonces no hagamos algo de lo cual te puedas arrepentir más adelante —sostuvo su barbilla y lo besó mientras se deleitaba con esa boca— ¿Ves? no soy el personaje malo de esta historia, aunque no lo parezca sé dónde detenerme... y por favor, solo... solo llora conmigo si así lo quieres.
Y como si le hubieran quitado un enorme peso de encima, Mark Lee se desmoronó mientras lloraba desesperado contra el cuerpo de su profesor. Aquel hombre que parecía tirano, aquel hombre que una mujer despechada había dibujado hacia la sociedad como un enfermo, no era más que alguien dispuesto a ayudar sin recibir realmente nada a cambio. Solo una persona que había sufrido por amor podía entender mensajes implícitos.
Al igual que un cuento de Disney, cuando el reloj marcó las 12 de la noche el muchachito apareció de nuevo en la propiedad. Choi Dong Ho salió a su encuentro cuando este surcaba el camino de piedra desde la gran entrada en el jardín hacia la puerta principal de la mansión, sus pasos eran acelerados e incluso su usual rostro de piedra había sido reemplazado por evidente preocupación.
—Señor Lee, estuve a punto de contactar a algunos hombres de seguridad para encontrarlo ¿Está usted bien?
—Yo... solo quiero dormir ¿Sí?
Tragó saliva nervioso cuando en la puerta principal de la mansión apareció Johnny respirando agitado como si hubiese corrido una maratón. El señor Choi observó la escena con cierta desconfianza pero antes de retirarse para que ambos conversaran, Mark lo observó.
—Gracias por la preocupación señor Choi pero quiero descansar.
—Mark —la voz de Johnny golpeó su espalda, con lentitud se giró hacia él— ¿Qué ha pasado? no contestas tu teléfono, no me avisas que volverás más tarde ¡No me pidas que no me preocupe por ti!
—¿Acaso no fuiste tú mismo el que dijo que si acaso podía llegar más tarde? —caminó hacia él y le frunció el ceño a milímetros de su rostro— felicidades por tu compromiso, Johnny Seo, avísame donde puedo enviar mi regalo de bodas.
Siwon lo había escuchado, lo había calmado y después de darle de cenar lo trajo hasta este lugar con la idea fija en la cabeza que no armaría escándalo por lo que había escuchado, sin embargo allí estaba él, soltando por despecho las primeras palabras que se le venían a la cabeza.
Golpeó el costado derecho del gigante con su cuerpo antes de caminar rápidamente hacia su habitación, no quería ser alcanzado y tenía suerte, la estupefacción en el americano era tan grande que seguía en el gran jardín con la boca abierta, Mark Lee lo había escuchado todo.
—Tengo que aclarar este malentendido, yo...
Pero las palabras se perdieron en el vacío cuando se dio cuenta que si lo seguía podía desatar algún tipo de crisis emocional.
Oscuridad, miedo, aquella noche había sido difícil de llevar y Johnny Seo podía dar fe de ello. Las pesadillas habían sido una constante, en algunas escenas podía verse parado junto al altar mirando hacia la entrada de la iglesia católica mientras Han eul avanzaba hacia él con una sonrisa radiante, asedio periodístico, una multitud de más de 400 personas admirando todo.
También se veía sentado en su escritorio llorando de manera constante porque la manipulación de sus padres superaba todas sus expectativas. Quería creer que solo eran pesadillas pero estas podían ser perfectamente un reflejo a futuro si no tomaba decisiones correctas.
Cuando fue imposible volver a conciliar el sueño, caminó con cautela hacia el pasillo para darse cuenta que la oscuridad era su mejor amiga. Con los pies descalzos para no emitir ruido alguno fue hasta la habitación de Mark y abrió la puerta, le sorprendió que esta no estuviese con llave como un signo claro de evasión hacia realidad.
Las cortinas estaban abiertas de par en par por lo que la luz de la luna iluminaba un poco. Solo cuando estuvo al lado de la cama se dio cuenta que el muchachito estaba hecho un ovillo entre las sábanas y mantas para protegerse del frío y quizás otro tipo de tormentos.
—Mi pequeño cachorro —balbuceó angustiado.
Contó cada segundo que demoró en meterse bajo la ropa porque sabía que en algún punto el muchacho se despertaría y le gritaría que se fuera de aquí. Mas, para su sorpresa Mark se volteó somnoliento, acomodó el rostro en la curvatura del cuello de Johnny y lo abrazó fuertemente con brazos y piernas como si el gigante fuese el oso más suave del mundo. El suspiro brotó de la boca de ambos de manera instantánea.
—Este será siempre mi lugar favorito del mundo, Mark —besó su frente— tu abrazo, tu cariño, tú y solo tú —susurró.
El aludido no dijo cosa alguna pero asintió mientras dejaba que el perfume y el calor de Johnny lo envolviera en la oscuridad. No sintió culpa por lo que había sucedido hace horas con su profesor, la vida le daba oportunidades y esta misma le mostraba los caminos correctos.
Tal vez algunos podían creerlo un idiota por haber perdido la oportunidad de acostarse con un hombre de 31 años candente como el infierno, mas, la decisión había sido completamente correcta. El único hombre que podía satisfacerlo de todas las maneras posibles era el que regaba su rostro con pequeños besos aquí y ahora mientras susurraba palabras bonitas para hacerlo dormir.
Amaba a Johnny Seo y por ese mismo amor le daría la oportunidad el día de mañana de explicar por qué había aceptado la propuesta de matrimonio de Oh Han Eul.
—Te amo, Mark, te amo como no tienes idea —susurró con la esperanza que él lo escuchara, sin embargo Mark Lee se había quedado completamente dormido contra su cuello y prácticamente encima de él antes de hacerlo.
Y una vez más John Seo comprobaba que el contacto con ese hombre podía hacer desaparecer cualquier pesadilla y temor. Iba a luchar porque siempre fuese de esa manera.
Al otro día
Todos se acomodaron sobre sus rodillas mientras rodeaban una mesa variada en platillos. Reunieron sus manos, agradecieron por la comida y sostuvieron sus palillos para probar las delicias que Jaehyun, Yukhei y Taeyong habían hecho en la cocina.
Mark dibujó una pequeña sonrisa, Wong Yukhei no tenía problemas para iniciar una conversación o resultarle agradable a los demás, podía encajar bien en cualquier lugar y el hecho que no se sintiera intimidado por estar rodeado de personas "gay" lo hacía aún mejor, había conocido una buena persona.
—Yo no veo el alcohol para que te emborraches, mi amor —murmuró Taeyong contra la mejilla de Ten mientras este reía sonrojado— ¿Acaso no dijiste que no le ibas a pedir permiso a nadie?
—Primero hay que comer, después viene la diversión —susurró a centímetros de sus labios pero se enfocó en los platos. No quería hacer un show o entusiasmarse frente a sus amigos, porque cuando Ten estaba caliente realmente podía ser muy distinto.
—La comida está deliciosa, en serio muchas gracias chicos —murmuró el canadiense— ¿Qué es esto?
—El plato de aquí son fideos "Lo Mein" —murmuró orgulloso Yukhei— nadie lo hace mejor que mi mamá, bueno, excepto yo tal vez.
Comieron pero por sobre todas las cosas rieron. En el fondo de su corazón Mark Lee tenía el deseo de que Johnny pudiese venir alguna vez y compartiera con todos, si ellos tenían su pareja al lado ¿Cuál era la diferencia con el suyo? ¿Podían sentirse intimidados por el magnate? Quería que ambos bandos se conocieran desde otro punto de vista, eso llenaría su corazón con creces.
Johnny Seo, sí, su Johnny Seo. Cuando despertó esta mañana en sus brazos no había querido tocar el tema del día de ayer ni saber qué había pasado, no quería arruinar aquellas suaves caricias contra su cuerpo, sin embargo manifestó que el día de mañana se sentaría uno frente a otro para que pudiese darle las explicaciones respectivas. John no parecía contento con la idea de retrasar las cosas pero respetaba el hecho que Mark quisiera tener su propio espacio por el día de hoy.
Después de terminar la comida y lavar lo que habían ocupado, juntos frente a la chimenea se acomodaron en costosos sofás mullidos, el alcohol y las otras bebidas estaban sobre una mesa de centro más baja.
—Fui aceptado en Estados Unidos, voy a poder desarrollarme de manera completa como cantante —dijo Doyoung con cierta emoción en su voz, los demás tuvieron emociones ambivalentes— la parte más fuerte viene ahora... he amasado mi pequeña fortuna a escondidas de mis padres y la he transferido a un banco en Estados Unidos, el dinero me pertenece de forma absoluta pero...
—Él debe decirles a sus padres que es gay —intervino Jaehyun preocupado— solo para quedarse tranquilo que alguna vez lo ha manifestado, es inevitable que no nos sintamos ansiosos con eso... quiero decir, si para alguien como yo fue difícil, creo que para un hijo de familia rica lo es mucho más.
Yukhei dio un largo trago a su cerveza mientras los observaba. Tenía la oportunidad increíble de conocer de cerca el drama que podía tener un homosexual y sentía molestia que otros no fuesen igualmente tolerantes como él.
—Quiero revelar la verdad después de navidad, podrían ser las últimas fiestas que tenga con mi familia —murmuró el muchacho de ojos brillantes— ya hemos comprado los pasajes.
—Eso quiero decir que no los volveremos a ver, nunca más ¿No? —la voz quebrada de Ten conmovió a la pareja, había dicho lo que nadie quería pronunciar pero que Jaehyun en el fondo de su corazón sospechaba.
—Siempre y de alguna manera estaremos en contacto, tal vez no podamos vernos de la misma manera que antes pero no pasarán más de 6 meses en los que nosotros o ustedes viajen... estamos luchando por ser felices —Doyoung miró angustiado al peliblanco— no todos tenemos la gran bendición de contar con el apoyo de nuestros padres como Taeyong.
Haciendo todo el esfuerzo por no romperse a llorar, Ten se acercó con sus labios temblando y los ojos brillantes hacia Yoon Oh para abrazarlo en silencio. Mark se hundió aún más en el sofá mientras bebía cerveza y pensaba en su propia situación, pero su meditación fue sorprendida por la presencia de Jaehyun a su lado que lo observaba con un brillo extraño en los ojos. Sintió una necesidad extraña de acomodar el rostro en su hombro y dejar que su mano acariciara su cabello por un par de segundos, aquel hombre quería cuidarlo pero ¿De qué?
—Yo también tengo cosas que contar —murmuró el canadiense cuando se atrevió a hacerlo, la muestra de afecto de su amigo "el brujo" había sido importante para motivarse. Todos guardaron silencio y con respeto lo observaron— puede ser que las cosas cambien demasiado y muy pronto, yo... yo tengo las pruebas necesarias para revelar la verdadera forma de ser de Han Eul y sé que cuando eso ocurra Johnny va a desatar un caos en su familia... yo no quiero que la deje solo por mí, quiero que la deje por un sentido de amor propio... en serio yo —tragó saliva— yo creo que cuando se sepa la verdad muchas cosas van a cambiar, incluso que mi profesor pierda su trabajo... —Yukhei parpadeó sorprendido un par de veces— estoy jugando con fuego pero ya empecé y debo finalizarlo.
—Podría decirte, Mark, que no te metas en problemas que no se relacionan contigo —"JackFrost" rompió el repentino silencio que se había creado tras sus palabras— pero creo que haría lo mismo por Ten si la situación se diera así, todos somos bobos e insensatos en el amor pero como he escuchado por ahí que quién no lucha no come... ¿Sabes que estás arriesgando demasiado? —asintió sollozando—si estás de acuerdo con eso entonces debes continuar.
Jaehyun apretó los labios y acomodó el costado de su rostro contra el de Mark Lee. Quería protegerlo a toda costa y todo lo que podía hacer en este minuto por su pequeño amigo era abrazarlo y llenarlo de consejos que lo guiaran a lo que estaba destinado ser. Sus ojos se llenaron de lágrimas, a veces desearía no tener la capacidad especial de saber el pasado y futuro de las personas porque consideraba mejor vivir en la ignorancia.
—Estás haciendo lo que tienes que hacer, Mark —susurró Hoyuelos— y Johnny hará lo que debe hacer por su cuenta... —giró el rostro hacia el otro lado del sofá, todos hicieron lo mismo incluso el canadiense. Su voz tomó un tono especial, uno mucho más lleno de amor— Hansol no quiere que te detengas, quiere recordarte que serás especial para muchas personas y que solo de esa manera podrás ser feliz.
Mark, al igual que todos a excepción de Yoon Oh, no tenía la capacidad para observar a aquel muchachito que lo cuidaba como su ángel guardián. "Cierra los ojos y concéntrate en su brazo derecho" susurró el "brujo". No sabía a qué quería llegar pero cuando siguió sus instrucciones un calor exquisito se apoyó en su hombro. Sus ojitos derramaron lágrimas al instante, sus amigos se miraban curiosos pero respetuosos, a excepción de Yukhei que temblaba como un corderito. "Ese es Hansol y te pide que confíes en él" finalizó.
Los ojitos del "ángel" se cruzaron con los de Yoon Oh, ambos guardaban un secreto.
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Encerrado en una oficina personal que tenía en la mansión. Leer era la única manera de distraerse en este momento, la ansiedad picaba cada punto de su cuerpo y solo gracias a los documentos de su maestría era que tenía la oportunidad de desviar el pensamiento hacia otras direcciones. Tenía todo, todo lo necesario para plantearse frente a Mark y hablar con la más absoluta sinceridad pero ¿Por qué tenía que esperar hasta mañana?
Por supuesto, asuntos de espacio personal. Gimió exasperado y dejó los documentos hacia un lado. Podría beber una cerveza mirando la chimenea y dejar que el sueño lo venciera pero antes de pararse para buscar una botella, el señor Choi hizo su acto de presencia.
—Señor Seo ¿Está muy ocupado?
—Voy a beber y dormir, mierda, eso sonó como un abuelo —meneó la cabeza mientras sonreía— ¿Qué es lo que necesitas?
—Soy yo el que debe hablar contigo Johnny Seo —no esperó que el secretario lo presentara de manera formal, solo entró y se paró erguido al lado de Dong Ho. El rostro completo del americano cambió a uno lleno de ira. Todos sus sentidos estaban en alerta.
—¿Qué haces aquí Siwon Choi? —indicó la puerta con el puño apretado— ¡Vete!
—Sé que quieres golpearme y el sentimiento es mutuo —la puerta se cerró tras su espalda cuando el secretario les dio el espacio para hablar a solas— pero necesito ver en persona tu rostro infeliz cuando escuches y veas todo lo que hay aquí dentro —le mostró un pendrive con malicia— Cabrón ¿Cuánto tardarás en pedirme perdón?
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