top of page

"Imposible" Capítulo 27: Te amo





Un poco nauseoso observó la botella de cerveza vacía junto a una sonrisa bobalicona, había bebido tanto que no sabía cuántos litros tenía en el cuerpo pero era feliz porque estaba rodeado de gente que quería.


Su mirada se desvió hacia Chittaphon que estaba besando lentamente el cuello de Taeyong mientras este mantenía sus ojos cerrados disfrutando del contacto ¿Creían que por estar en una esquina oscura de la sala de estar nadie los iba a ver? Un borracho "Hoyuelos" le explicaba a otro borracho "Yukhei" el cómo había sido su día a día teniendo la capacidad de comunicarse con los muertos además de saber todo sobre las personas. El muchacho de ascendencia china temblaba pasmado y agradecía internamente por ser un ente "ignorante" respecto al destino.


—Debe... serrr algo agob... agobiante —acotó Wong Yukhei, Yoon Oh solo le dio una larga mirada a Mark antes de asentir.


—Lo... lo es y demasi... demasiado.


Doyoung no había resistido toda la noche así que había ido a acostarse en la cama matrimonial que compartía con su pareja con la esperanza de que, en algún momento, él fuera a acostarse a su lado.

Estaba tranquilo, sí, porque sus amigos podían descansar en las otras dos habitaciones en cómodas camas cuando la juerga terminase (ventajas de tener un departamento de lujo).


El canadiense reclinó la espalda hacia atrás en el mullido sofá sintiendo un vacío en su pecho, tenía la opción de ir a la cama o quedarse aquí observando a los demás. Miró hacia un lado, no, no estaba realmente solo ¿O sí? Un muchacho fallecido lo cuidaba día y noche donde fuera que fuese y mientras no interrumpiera un momento "privado", mas, ahora necesitaba el contacto físico de alguien en específico. Poco a poco fue acomodando su rostro sobre su hombro derecho pero una llamada entrante hacía vibrar su teléfono celular.


Al ver quién lo hacía frunció el ceño. ¿Acaso no había pedido espacio para sí mismo? Sin embargo el hecho que hubiesen 7 llamadas perdidas anteriores de Johnny podían decir algo.


—Da... Daddy? —balbuceó pestañeando con dificultad. Sintió una respiración entrecortada al otro lado de la línea.


—No digas eso, porque lo único en lo que puedo pensar es en hacerte el amor —sus palabras calientes sonaron más como una petición agónica. Esperen ¿Estaba sollozando?— necesito hablar ahora, cachorrito mío, te necesito.


Una sola petición de aquel hombre fue suficiente para que Mark Lee se pusiera en alerta. Con cuidado se levantó del sofá y se acercó a Jaehyun para decirle que iba a irse, no podía permanecer más tiempo acá. Pensó que sería reprendido por no pasar la noche en el lugar pero los ojos del muchacho y su rostro fueron muy dulces. "Voy a acompañarte" dijo con dificultad y aunque estaba borracho no tuvo problemas para equilibrarse mientras se mantenía en pie.


—No, no te preocupes por favor quédate aquí, el secretario de la familia me está esperando allá abajo

"Hoyuelos" estiró la mano para acariciar su cabello mientras sonreía.


—Va a... a es... estar todo bien —ambos giraron el rostro hacia la esquina donde estaban sus amigos.

Ten besaba, mordía y lamía caliente el cuello de Taeyong mientras este jadeaba y acariciaba la parte baja de su espalda en busca de su trasero. Yukhei no pudo contener su risa nerviosa antes de despedirse de Mark y caminar hacia una habitación para dormir— ¡Tengan algo de pudor! —meneó la cabeza— vam... vamos a pasar mucho tiempo juntos dee de ah... ahora en... en adelante Markeuu.


No se debía ser un experto para darse cuenta que el muchachito canadiense estaba borracho, el señor Choi frunció el ceño cuando le abrió la puerta del vehículo, incluso tuvo que ayudarlo para que se acomodara en su interior. Trató de no emitir juicio alguno respecto a ello, una junta con amigos era un ambiente propicio para dejar todo el estrés atrás que podía llevar la universidad y una relación a escondidas con el señor Seo. Mark tampoco quiso preguntar sobre qué estaba sucediendo con Johnny ¿Por qué esa necesidad imperiosa por tenerlo frente suyo?


Un escalofrío recorrió su espalda y no sabía si era un mal presentimiento. No tardaron demasiado pero fueron minutos suficientes para que, junto al viento que llegó directo a su rostro, despertara de la borrachera. La mansión parecía en silencio y es que el hecho que fuesen las 2 de la mañana podía decir algo, los dueños de casa dormían, el servicio descansaba. Miró al señor Choi ¿Acaso Johnny lo había hecho levantarse?


—Tranquilo, fui yo quien se opuso a la idea de que el señor Seo manejara por usted, las cosas no están bien... —indicó una escalera de la mansión cuando estuvieron adentro, el tono de su voz era bajo— señor Lee, ambos se deben una conversación extremadamente sincera así que espero que se escuchen con la debida paciencia, el señor Seo lo espera en su habitación para ello.


Asintió, miró los peldaños de la escalera y los fue subiendo con calma porque la fuerza de su cuerpo no le permitía para más. Gracias a las tantas veces que se había fugado a su habitación por las noches y en las oscuridad, no había necesitado encender alguna voz, además, discreción debía ser su mejor compañía en este momento. Con cuidado presionó el picaporte y abrió la puerta sólo lo suficiente para que cupiera su cuerpo y la cerrara tras su espalda.


La lujosa habitación apenas era iluminada por una luz proveniente de un mueble al lado de la cama de Johnny, el color tenue plasmaba el sentimiento del ambiente. Se le apretó el estómago cuando lo vio sentado, con las rodillas cruzadas, el rostro entre sus manos y toda su atención enfocada en la pantalla de un computador portátil. Lleno de temor fue caminando sobre el suelo, tal vez sus pasos eran demasiado ligeros pero el americano no se daba cuenta que estaba aquí.


En el preciso momento en el que estuvo a su lado, sus ojos fueron a la pantalla del computador reconociendo las imágenes. ¡Mierda!


—Johnny —susurró angustiado— cómo.... yo...


—Tú lo sabías y no dijiste cosa alguna —habló con calma. Desvió la mirada hacia él evidenciando la existencia de lágrimas que aún quedaban en sus ojos, sus mejillas estaban húmedas— Siwon Choi estuvo aquí —estar rígido no pasó desapercibido para el americano pero por el contrario de lo que pensaba el canadiense, no estaba enterado de lo que sucedió la noche anterior— ¿Crees que ese niño hubiese sido mío? yo... hija de perra ¡Hija de perra! —cerró el computador de golpe.


—Dije que iba a darte motivos suficientes para que terminaras la relación con ella así que trabajé con Siwon a escondidas para obtener todo esto —retorció los dedos de sus manos ansiosamente, su voz temblaba y no por el alcohol en la sangre— lo lamento tanto.


—Todo este tiempo defiendo a quién no debía, todo... todo este tiempo yo —apretó el puño como si contuviera una fuerza mayor— mierda, me siento el ser más patético del mundo —Mark se sentó a su lado como un corderito asustado— he estado desperdiciando tanto tiempo con ella, me siento utilizado, humillado, insultado y pisoteado de maneras en las que cuesta creerlo ¡Esa perra ha estado manipulando todo a su alrededor! —tragó saliva pero se contuvo cuando sintió que el muchachito apoyaba un rostro en su hombro, incluso un simple contacto podía llevarlo a la locura.


—¿Puedes contarme qué sucedió con Siwon hace unos momentos?


Sintiendo su corazón apretarse, Johnny Seo escupió lleno de dolor cada palabra que salía de su boca. Siwon le había entregado el pendrive y le dio la libertad absoluta de averiguar qué había en su interior, no se quedó demasiado tiempo, solo murmuró que no estaba interesado en conseguir un perdón y lo que estaba haciendo era por un motivo mucho más fuerte que solo la venganza hacia Han Eul.


Estuvo solo en aquella oficina cuando conectó el pendrive al computador y vio cada uno de los archivos que este contenía: desde imágenes de Han Eul besando a otros hombres, hasta orgías, sexo, videos y mails de la persona que le entregaba absolutamente todo el material a Siwon. ¿Lo más fuerte todo? la grabación de la pelea en su oficina, hasta una fotografía en la que la muchacha besaba candente a un caucásico en un hotel en aquel viaje cuando se codeó con grandes diseñadores de moda hace unos meses atrás.


—Me sentí tan patético que no supe que hacer más que llorar lleno de ira.


—Habla todo lo que quieras conmigo —murmuró angustiado ¡Qué quisiera que no pasara por eso!


—No, no lo haré y ¿Sabes por qué? —negó— porque, a pesar que he estado llorando, no ha sido la reacción que un hombre enamorado debe tener, las lágrimas que han caído no han sido porque no la tendré más, han sido porque sé todo el tiempo que he desperdiciado a su lado... mierda, ni siquiera estoy enamorado o interesado en recuperarla —giró el rostro hacia el lado para besar la frente de Mark, el muchacho estaba algo borracho todavía pero muy atento a sus palabras— he estado haciendo cosas por mi propia cuenta ¿Vamos a tener esa charla que nos debemos?


—Pero... Johnny, acabas de enterarte de todo lo que ha hecho Han Eul ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! Pensé que explotarías, que harías algo más, que... ¡Dios!


—Bebé —sostuvo sus mejillas sonrojadas por el alcohol— esa es la respuesta que un hombre enamorado de su mujer tendría pero yo, Seo Youngho, no me interesa en absoluto Oh Han Eul — susurraba mientras el muchachito hacía todo el esfuerzo por no derrumbarse y ponerse a llorar allí mismo. Estaba agotado de muchas maneras— además ¿Crees que no haré algo con todo ese material que me ha entregado el cabrón de Choi Siwon?


Johnny ayudó al canadiense a quitarse los zapatos y el abrigo que llevaba puesto antes de tirar de su mano y meterlo bajo las mantas y las sábanas de cama, no le importaba si ambos estaban con ropa pero la necesidad de abrazarlo era muy fuerte. Era verdad, incluso cuando tuvo toda la evidencia frente a sus ojos no sintió esa irritación que hubiese esperado tener, su reacción había sido un lamento hacia consigo mismo y el hombre que tenía entre sus brazos ¿Qué prueba más clara que esta como para darse cuenta que Han Eul debía estar lejos de su vida?


Las lágrimas aparecieron en los ojitos de Mark Lee, su cabeza estaba apoyada en la almohada a solo milímetros del rostro de John mientras este acariciaba lleno de amor su mejilla, su tristeza caló hondo provocando que el americano también derramar lágrimas, aunque esta vez los motivos eran diferentes.


—¿Recuerdas Canarias? no merecías sentirte de esa manera... mierda, no merecías explotar ni tener consideración de esa mujer —decía Seo con dificultad— nunca fue justo que sufrieras a escondidas ni que vieras como desperdiciaba mi tiempo con ella, lo lamento tanto...


—Solo fuiste engañado como Siwon, tu familia y quizás tantas otras personas, no quisiera llorar pero... me siento agotado John, aunque sé que lo que cuesta es lo que más se disfruta no soy capaz de resistirlo con facilidad, cada día se hace más difícil —asintió porque comprendía sus palabras— y ayer cuando escuché que aceptabas el compromiso me hirió tan profundamente, sé que debí esperar para pedirte explicaciones pero... todo está a favor de que dude y piense que no cumpliremos nuestras promesas.


Johnny secó primero las lágrimas de Mark con su propia boca, no quería ver angustia, no quería ver atisbo de dudas en ese rostro, quería ver confianza y felicidad. Sonrió con sarcasmo, la actitud descuidada e inútil de Han Eul solo estaba facilitando las cosas, limpiando el camino para que la salida fuese más rápida.


Con un movimiento rápido agachó el rostro, movió su barbilla y besó aquellos labios que había estado añorando todo el maldito día. Pareciera que Mark anhelaba lo mismo porque apretó su nuca para hacer el contacto mucho más profundo, era una caricia desesperada, hambrienta y él no podía sentirse mejor que ahora.


La lengua de su cachorro era suave, caliente y la mezcla con un suave toque de alcohol hacía del beso algo aún más delicioso. Llevó una mano para inmiscuirse bajo la camisa que llevaba puesta y tocar de esa manera la piel de su espalda, un solo contacto fue suficiente para que el canadiense levantara un poco la pierna y la colara sobre la cadera derecha de John.


—Si me negaba en ese momento la reacción iba a ser algo violenta, estaba ganando tiempo Mark, yo no voy a casarme con Han Eul porque idiota no soy ¿O acaso no crees que esto del matrimonio no se lo mencionó a sus padres? pequeña mierda manipuladora.


—¿Entonces? —preguntó con la voz más ronca.


—Entonces te pido que no dejes de confiar en mí, he estado haciendo mis propios movimientos ¿Sabes? y... —se sentía nervioso— son solo una muestra de que lo que hay entre nosotros es real, solo espero estés de acuerdo con esto.


Frunció el ceño ¿A dónde quería llegar? Johnny deshizo el contacto cuando volteó hacia el lado derecho de su cama en busca de algo, estaba visiblemente nervioso y eso preocupó en demasía al muchachito.


Con cuidado sostuvo una carpeta que tenía en el suelo y se sentó erguido sobre el respaldo de la cama, Mark imitó la postura después de encender la luz al otro costado de la cama. El americano mordió sus propios labios antes de abrir y dejar a la vista los archivos que tenía impresos, solo esperaba una respuesta aprobatoria.


—El señor Choi ha sido una pieza fundamental para que lo que hay aquí entre mis manos se haya hecho realidad, así que en primer lugar las gracias se las doy a él —sacó una hoja— una vez me dijiste que habías venido a Corea con el fin de reprimir tu "instinto gay" o algo por el estilo y que en realidad eras capaz de estudiar Medicina en cualquier universidad ¿Serás feliz si no te gradúas de la SNU?


—Mi sueño es ser médico, no puedo mentirte, pero estando estos meses en Corea me he dado cuenta que tengo potencial académico para estar en cualquier lugar, donde sea que esté seré bueno —la ansiedad picaba su nuca, como si de arte de magia se tratara, Mark ya no se sentía borracho.


—Y yo te dije que era capaz de abandonar todo, yo... yo no necesito esto, el dinero, los lujos extremos, quiero desarrollarme por mi propia cuenta y lo que sucedió el viernes fue una demostración que mi vida sigue y seguirá siendo manipulada si no me mantengo firme así que, paso por paso —indicó la hoja— Mark, ya no necesitas seguir dependiendo de la beca de mi padre para estudiar Medicina y yo no puedo seguir viviendo en Corea del Sur... —le entregó la fotocopia del mail— hemos conseguido que la Universidad de Toronto te de una beca completa dada tu excelencia académica.

Asustado el muchacho sostuvo la hoja y leyó cada una de las palabras que contenían el mensaje. Esto no era cierto ¿O sí? al terminar de leer el mensaje vio a Johnny pidiendo una explicación, sus ojitos estaban llenos de lágrimas y ansiaban una respuesta más clara ¿Seguía incrédulo?


—Dime que es cierto —balbuceó— dímelo mirando a los ojos.


—Es absolutamente cierto, Mark, el próximo año iniciarías de nuevo la carrera de medicina pero sin depender de un hombre rico y no lo hice para deshacerme de ti —sostuvo sus manos, ambos temblaban inquietos.


—¿Entonces por qué? —miró la cama, todo a su alrededor se ponía borroso. Aunque el gesto duró muy poco porque las enormes manos del americano rodearon su rostro, si debía seguir hablando quería que fuera viendo sus ojos.


—Dijiste una vez que lo que teníamos era insuficiente como para que yo lo dejara todo, pero no lo es, ya no lo es —el muchachito tragó saliva, los ojos rasgados de Johnny Seo eran preciosos y algo claros en este momento— esto que está pasando tiene 3 razones: quiero que estudies sin depender de nadie más que de tu propia casa de estudios, quiero vivir mi propia vida como abogado y lejos de todo lo que implica ser un Seo y... quiero que lo que está pasando sea real, sin esconderse, sin tener miedo, poder hacer todo lo que hace una pareja... —descansó su frente con la de Mark, su sollozo estaba emocionando a su alma—y eso, cachorrito de león, es porque yo te amo.


Las lágrimas explotaron de sus ojos de forma compulsiva antes de que se escondiera en su cuello. Johnny sabía que el llanto de Mark Lee era porque necesitaba un escape para todo lo que había estado acumulado por días, prefería que fuera de esta manera entre sus brazos y contra su cuerpo que algo peligroso como lo que había ocurrido en Canarias. El rubio no era pequeño ni tampoco ligero en peso, mas, aún así le gustaba tenerlo sobre su cuerpo para abrazarlo con toda la fuerza que podía.


Emocionado, Youngho aspiró de su nuca todo el perfume que amaba, el calor de su piel, los espasmos en sus extremidades, lo amaba cuando reía con su risa indiscutible, lo amaba cuando lloraba, lo amaba y no podía negarle esas palabras más tiempo.


—Te amo Mark Lee, te amo... te amo tanto que necesito repetirlo tantas veces para que te lo creas, te amo —quitó el rostro del muchacho que estaba en cuello para tenerlo frente a frente, besó sus lágrimas y de paso cada detalle en este— eres tan hermoso, maldita sea, tan hermoso por dentro y por fuera que sólo mereces que te den lo mejor.


—¿Estabas haciendo todo esto antes de saber la verdad de Han Eul? —asintió— Dio.


—Lo que reuniste con Siwon solo servirá para salir de manera limpia, todo se está dando para que salgamos de este país de mierda, voy a estar a tu lado apoyándote en cada paso que des... incluso cuando debas contarles a tus padres lo que eres vas a poder aferrarte a mí —Mark cerró los ojos y se mordió los labios— lo que digo es cierto, cachorrito, el señor Choi está preparando todo para que antes de dos semanas podamos irnos a Canadá.


Lee descansó su frente en los labios calientes de Johnny para recobrar un poco la respiración y la calma, mierda ¡De verdad estaba luchando por él! Todos los temores e incertidumbres se hacían realidad como una rápida bofetada, lo que había anhelado desde hace tiempo estaba ocurriendo y no sabía cómo actuar. El famoso chaebol Johnny Seo lo amaba y no había atisbo de inseguridad en sus palabras, incluso sus ojos brillaban con el mismo anhelo que había visto en los ojos de sus amigos hacia sus parejas.


Johnny lo acostó sobre la cama y lo observó durante varios segundos. "Yo también te amo" murmuró Mark Lee antes de sentir los labios del gigante sobre su frente y las manos sobre su ropa. Le quitó la ropa una por una para dejarlo únicamente con una camiseta blanca y un boxer gris, no le permitió colocarle un dedo encima mientras él también se deshacía de la suya casi encima suyo como un espectáculo privado. Llevó su cabello suave y castaño hacia atrás bajo la mirada hambrienta de su cachorrito, estaba excitado pero había algo cierto en todo esto.


—A partir de ahora, tú y yo vamos a aprender una cosa —las mejillas del canadiense se enrojecieron al instante, miraba a aquel hombre hacia arriba en una posición que consideraba increíble. Amaba sentirse observado como un tesoro tendido en una bandeja de plata, más aún cuando los brazos fornidos de John estaban a cada lado de su rostro gritándole que era imposible escapar. Ambos respiraban agitados pero con un sentimiento fuerte en el pecho— voy a besar cada rincón de tu cuerpo y me voy a dar todo el tiempo del mundo para eso, bebé... porque esta será la primera de muchas veces en las que te haré el amor.


~~~~~


Comments


Suscribirse

  • twitter

©2019 by Novelas NCT. Proudly created with Wix.com

bottom of page