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"Imposible" Capítulo 28: Un enfrentamiento de 3




Las mejillas de Mark enrojecieron con vigor pero a diferencia de antes, esto no tenía que ver con el alcohol, esto era por la anticipación y la emoción que le causaban sus palabras. No podía juzgarlo, habían tenido con anterioridad el sexo más delicioso pero ahora que admitían ante el otro la intensidad de sus sentimientos, esto recién podría calificarse como "hacer el amor".


Johnny tragó saliva, el canadiense lo imitó, cada uno respiraba agitado levantando de manera irregular el tórax en un intento vano por tener algo de oxígeno. Inclinó el rostro hacia abajo y con paciencia capturó su labio inferior como el manjar más bello de todos los tiempos. Para Mark fue imposible no dar un largo gemido atrapado en su garganta y responder con hambre al contacto, lo sostuvo por el cuello de la camiseta para poder apretar con más fuerza sus labios en esa boca.


Quería tocarlo por cada rincón de su cuerpo pero el gigante no parecía estar de acuerdo.


—No, cachorro insolente, solo espera un poco —murmuró contra sus labios antes de extender los brazos de Mark hacia atrás y observarlo emocionado— tengo tanto que hacer primero.


Como un salvaje apasionado rompió su camiseta como si esta estuviese hecha de aire, se le estaba volviendo una costumbre y al canadiense no le molestaba, muy por el contrario, lo excitaba. Lo admiró desde distintos ángulos hasta que decidió volver a inclinar su rostro y beber de su cuello como un vampiro sediento por sangre caliente. Mark balbuceó incoherencias y aunque de nuevo quería tocarlo no pudo, no supo como él había atrapado sus muñecas por sobre su cabeza con las esposas.


¿Es que acaso hacía arte de magia?


Estaba expuesto sobre la cama, su gigante arrastró los labios y dientes despacio por todo el valle de su cuello hasta llegar a su clavícula, sus pequeños mordiscos provocaron espasmos en su entre pierna, estaba siendo devorado bajo el cuerpo de John Seo, atrapado por un brazo fornido al lado de su rostro mientras que la otra mano de ese hombre lo sostenía de su cabello rubio y alborotado.


—¿Por qué sabes tan bien maldita sea? —hincó sus dientes en la manzana de Adán del muchacho, recibió un gruñido como respuesta. Se mordió los labios fascinado por ello— ohh Mark, MI Mark...


Continuó con su Oda al canadiense mientras repartía besos en su tórax y mordisqueaba los pezones de sus pectorales. Pálido, tembloroso, sensible, la emoción de hacer todo con cariño y mesura superaba con creces a lo que había creído antes ¿Hacer el amor con Han Eul? a la mierda, esto era nuevo, era precioso, amaba al muchacho que tenía bajo su cuerpo ¡Esto era amor!


Cuando llegó a la zona de su ombligo sonrió diabólico, los pocos pelillos que había en el "camino de la felicidad" fueron tirados por sus labios mientras Mark Lee gemía y se sacudía desesperado. Lamió esa zona para llevarlo al límite, su cabeza cada segundo se llenaba con más ideas y posiciones.


—Si no... si no puedo tocarte quiero besarte, da... daddy cabrón —dijo protestando. Por ahora no era una guerra de igual a igual y es que John quería cumplir la promesa de probar cada rincón de su cuerpo.


—Esa boquita, esa fijación oral... —susurró antes de introducir la lengua en su boca y que se llenara con ella, Mark de inmediato empezó a chupar como si no hubiese un mañana y a morder los labios de Seo como una gota de oxígeno en tiempos de crisis.


El pene de Youngho quería merecer la misma atención que la lengua, la desesperación de la caricia, el sonido y humedad del beso, los gemidos ahogados, todo aquello le daba vida para ponerse más duro.


—Johnny —se lamió los labios, estaban húmedos con el reciente beso— necesito tocarte.


—No, Mark, primero déjame a mí hacerlo como te lo mereces.


Retrocedió un poco, lo miró con malicia y bajó lo suficiente para besarle lentamente la cara interior de su muslo izquierdo. El rubio cerró los ojos de golpe, el roce de los labios de Johnny en una zona tan sensible podían ser un tormento en el que quería hundirse todo el tiempo. Continuó bajando por la pierna hasta llegar a su tobillo, recordó cuando el cuerpo de Mark estaba lleno de golpes y hematomas cuando decidió defender a quienes hoy eran sus amigos.


—Quiero hacer el esfuerzo por merecer tu corazón —susurró antes de besar sin despegar su boca del tobillo— quiero hacerte feliz.


Con cuidado lo volteó para que quedara boca abajo aún con las muñecas esposadas arriba de su cabeza, se mordió los labios al ver sus hombros anchos y su espalda que terminaba en un bonito trasero cubierto por su ropa interior.


Con cuidado se acostó encima suyo para no aplastarlo con su peso, rozó su entrepierna profunda y lentamente allí en su trasero mientras lo escuchaba jadear con el mismo deseo que él tenía. El canadiense podía sentirlo duro y caliente a pesar que también llevara ropa interior ¿Por qué extendía esta agonía? John mordisqueó su nuca antes de bajar regando besos por su columna vertebral, todo su cuerpo respondió al contacto y al afecto.


—Retuerces tu espalda como un gatito... eso me encanta —Mark jadeaba contra la sábana, él hincaba sus dientes por toda la extensión de su piel, incluso en los hombros antes de susurrarle al oído más palabras— exquisito.


Hundía su nariz en el alborotado cabello del muchachito mientras se acostaba encima suyo, extendía los brazos por sobre los de Mark y rozaba su entrepierna en todo el monte de sus nalgas para que se diera cuenta de lo que causaba en su cuerpo.


—Desnúdame, por favor...


—Bebé, tus deseos son órdenes.


Lo dejó boca arriba para volver a deleitarse con su boca mientras le quitaba las esposas y las lanzaba lejos, las manos inquietas de Mark arañaron su espalda para buscar el consuelo que tanto quería, necesitaba tocarlo y él no iba a negarse, no esta vez. Le quitó el boxer sin dejar de comerle la boca pero tuvo que separarse cuando gruñó excitado ¿Cómo no hacerlo? El pene duro y caliente de Mark Lee rozaba su marcado abdomen.


Dejó que el canadiense lo empujara para que ahora él quedase boca arriba y Mark se sentara encima suyo. Sintió que sus mejillas se sonrojaron cuando ese muchachito le dio una sonrisa tan bella, ambos se contagiaron de una alegría inusual, una alegría y brillo que solo las personas enamoradas poseen.


Desde su posición Mark acarició sus pectorales y abdominales de arriba hacia abajo con respeto, la respiración de Johnny se volvía cada segundo más irregular.


—Te amo, Seo Youngho —susurró sobre su frente, sobre su boca y luego en el lóbulo de su oreja antes de chuparlo. Las manos del aludido apretaron con firmeza su trasero para que se frotara encima de su pene.


"Yo también" respondió con vehemencia dejando que hiciera lo que quisiera con su cuerpo. De pronto sonrió tímido.


—¿Qué sucede cachorro?


—¿Podemos ir al baño? agua caliente, ducha... tú y yo porque... ¡Aaaaaaaaahh! ¡John! —protestó sorprendido.


Johnny lo levantó sobre su hombro como pudo y así lo llevó al baño de lujo que tenía, no le importaba que un hombre estuviese protestando mientras intentaba liberarse, ambos sabían que disfrutaban este tipo de cosas. Con el arte de un stripper mandó lejos su ropa interior y lo empotró contra la baldosa de vidrio, el amor y la pasión que sentía por ese muchacho era sorprendente. Sus besos se volvieron ardientes tanto como el agua que caía sobre ambos, el ambiente y las luces eran tan cálidas que todo se volvía más irresistible.


—Podría marcar todo tu cuerpo con mis dientes y labios, mío... mío —decía cuando hacía lo que decía, tiró de la nuca de Mark hacia atrás con delicadeza para exponer su cuello— ¿Hay alguna forma de adentrarme en tu piel? creo que no existe manera de poder calmarme o saciarme de ti... Mark Lee.


El canadiense lo miró y estiró la mano para retirar todo el cabello mojado que caía en su rostro, estaba tan enamorado que fue imposible no suspirar cuando el americano movió la cabeza hacia el lado con tal de besar la mano que usó para ello. Él lo ama. ¡Lo amaba! ¿Era posible tatuarse esa idea en el cerebro y tomar en cuenta que eso sí era cierto? Oh Dios, ambos eran una parejita cursi pero incluso con eso se sentía increíble.


—Necesito chuparte eso, Johnny... por favor —el americano no quería faltarle el respeto o algo por el estilo pero la necesidad era latente y palpable en los ojos del muchachito— sabes que me encanta chupar las cosas.


Sus palabras lo había dejado anonadado, solo atinó a mirar a su pareja cuando se puso de rodillas y lo miró con una sonrisa perversa a través del agua. "Dios mío" balbuceó antes que Mark lo introdujera completo en su boca. Tuvo que afirmarse de la llave superior por donde caía el agua para no resbalarse, Mark endiablado y con los ojos cerrados gozaba chuparlo desde la base de su pene hasta la punta de su glande.


—Mierda ahhhhh —fue todo lo que salió de su boca antes de apoyar la cabeza en la pared de vidrio y ponerse a boquear como pez.


Utilizó la mano libre que le quedaba para echar hacia atrás todo el cabello mojado de su muchachito, se sentía perverso y dominante de esa manera cuando en realidad sabía que era el canadiense quien lo tenía en sus manos. Cada segundo sus piernas se sentían más flojas y sin fuerza, si se caía todo sería la culpa del cachorro.


—Voy a chupártela hasta exprimir cada maldita gota de ti —acarició sus testículos, John apretó la mandíbula para no morir.


Con vigor cumplía su palabra pero John no quería correrse dentro de su boca aún cuando la imagen del muchachito tragándoselo todo le pareciera candente como el infierno. Con cuidado salió de allí, sostuvo los hombros de Mark pero de forma inmediata este se volteó contra la pared.


—Vamos a hacer que esto sea un goce total, cachorrito.

Automáticamente se inclinó hacia adelante para darle todo el espacio que necesitara, su voluntad y aquel gesto en el que su trasero quedaba tan expuesto fue la gota que Johnny no pudo soportar. Separó sus piernas y con atrevimiento introdujo la punta de su pene donde tanto quería meterlo.


Fuck, sí —balbuceó Mark— más fuerte, John, no esperes.


—Impaciente... por eso te amo —lamió su nuca antes de hacer pequeños movimientos para que entrara, con cada empuje ambos daban un largo jadeo.


Poco a poco su ano se fue acostumbrando al contacto hasta que se dilató lo suficiente para que entrara todo su pene. Sí, la calidez de Mark lo envolvía por completo y eso le fascinaba. El pene del canadiense exigía la misma pasión en su atención y como si leyera los movimientos de su cuerpo Johnny lo envolvió con su mano. El agua caliente dejaba la piel sensible, cada roce era recibido como un regalo al líbido que tenían.


—Johnny —trató de mirarlo hacia atrás mientras jadeaba y sonreía perverso.


Dicho y hecho, el rubio tuvo que afirmarse porque Johnny lo penetraba una y otra vez, dejando una mano en la base de su columna y la otra masturbando de arriba hacia abajo. Los gemidos y jadeos eran altos, varoniles pero callados entre el sonido del agua, de todas formas ¿Qué importaba? Nadie podía escucharlos y con esa idea más fuerte Johnny se hundía hasta la profundidad de su trasero.


—No voy a correrme así, bebé, no... ven


Salió de su ano bajo la protesta del muchacho pero Youngho lo dio vuelta para que ambos se vieran cara a cara, en este momento los 10 cm de diferencia que tenían en su altura se notaba. Las manos firmes de Seo lo sostuvieron por su cadera y lo volvió a empotrar contra la pared, Mark abrazó las caderas de John con sus piernas.


El ángulo fue perfecto para darle la estocada una y otra vez, agradecían el hecho que estuviesen contra una pared de baldosas porque, si esto fuese la cama, tal vez la hubiesen roto, Youngho no tenía piedad para usar la fuerza en su pene y Mark no le preocupaba en lo absoluto recibir todo aquello, los sonidos que salían de su garganta eran ininteligibles.


—Vas a correrte para mí, cachorrito, vamos... —Mark casi chilló, se acercó para comerle a boca a besos y perderse en el contacto de su lengua. Toda una fuerza y corrientes se concentraron en su trasero y su pene— mi amor.


Sus palabras fueron suficientes para que hundiera el rostro en el cuello de Johnny Seo y compulsivamente se moviera, no sabía si estaba "acumulado" o demasiado emocionado pero dispara muchas gotas de semen en el abdomen de su pareja, las cuales no duraban mucho tiempo porque el agua se las llevaba para siempre.


—Te amo, te amo tanto John.

El aludido se recargó contra su cuerpo y la pared antes de explotar dentro de su ano, explotaba semen con tanta fuerza que hizo un esfuerzo sobre humano por no derrumbarse en el piso.


No supo cuánto tiempo estuvieron abrazados de esa manera pero cuando lo vio directamente a los ojos pudo ver reflejado un brillo especial, uno que era el reflejo claro de lo que hacía presión en su corazón. Sí, esto era solamente amor.


Miércoles 29 de noviembre 2017, 3 días después


Han Eul había conversado anoche con Johnny, ambos habían quedado de acuerdo que hoy irían a ver los anillos de compromiso y la idea no podía hacerla más feliz. Miró a su alrededor en la oficina cuando vio a su secretaria sonriendo emocionada ¿Qué era lo que estaba pasando?


La mujer se hizo la desentendida, apretó los labios y continuó observando la pantalla del computador, esperaba de todo corazón que la sorpresa de su novio y aquel enorme ramo de flores le gustara. ¡Amaba a esa pareja!


Al abrir la puerta de su oficina una sonrisa se extendió en su rostro, un rostro que las personas consideraban como uno de los más bellos del mundo, una belleza que solo alcanzaba la parte física.


—¡Mi amor! Pero... no pensé... —Johnny Seo la esperaba parado con un precioso ramo de rosas rojas junto a una sonrisa especial— pensé que nos reuniríamos en el centro comercial.


—He ansiado este momento como no tienes idea, no pude esperar para ello, salí de mis clases de la maestría así que acá estoy —la sostuvo de la cintura y besó sus labios con entusiasmo, la diseñadora se paró de puntillas, lo abrazó por el cuello e hizo la presión suficiente para que el beso fuera más profundo, había anhelado esas muestras de afecto.


—¿Rosas?


—¿Por qué no podría darte rosas? —se las entregó antes de sentarse en un cómo asiento de cuero negro giratorio— te las mereces, daremos un paso muy importante... de hecho tengo un regalo más y sé que te va a gustar.


—¿Estás hablando en serio? —preguntó emocionada.


En ese momento se escucharon un par de gritos afuera de la oficina, Han Eul saltó en su propio eje cuando la puerta de la oficina se abrió de golpe y apareció aquel hombre que tanto detestaba con una caja en sus manos, una caja envuelta con una cinta de regalo. Perdió todo el color de su rostro y antes que pudiese hacer algo Siwon Choi cerró la puerta en la cara de la secretaria asegurándola para que no hiciera algo estúpido.


¡¿Pero qué estaba haciendo ese hombre aquí?! Dio media vuelta para buscar consuelo con su novio pero este simplemente había perdido toda la felicidad en sus expresiones, de hecho estaba de brazos cruzados como si esperara algo más.


—Johnny, mi amor porque no.... —tragó saliva, las palpitaciones en su pecho estaban siendo jodidamente molestas— No puede ser.


Siwon se acercó paso a paso con el ceño fruncido y la caja entre sus manos, la situación era molesta pero si quería terminar con todo tenía que aliarse con John Seo aunque fuese solo por unos minutos. Disfrutó del pánico de esa mujer, de la manera en la que se mordía el labio y temblaba contra su escritorio.


—Este es mi regalo de bodas, Oh Han Eul pero supongo que Johnny también merece abrirlo.


El aludido asintió, aceptó la caja y desató la cinta antes que Han Eul perdiera el equilibrio y se cayera sobre el asiento de cuero. Para respetar el momento, el médico retrocedió y se apoyó en la puerta, iba a intervenir solo cuando fuese necesario y aunque consideraba que este momento debía ser solo entre el americano y la coreana, estaba aquí porque precisamente Seo se lo había pedido.


—¿Te gustan estas fotos "mi amor"? —dijo con sarcasmo extendiendo las imágenes en la superficie— al principio cuando las vi creí que no debía importarme si era el pasado, sin embargo recordé que estuviste engañándome todo este tiempo mostrando una realidad que no era ¿Con qué fin Oh Han Eul?


—No... eso no es cierto ¡¿Cómo puedes creerle a Choi Siwon?! esas cosas no tienen valor ahora, era una muchacha inmadura, ya no soy la de antes ¡Aférrate a eso y nuestro amor! —la voz salió desesperada y muy aguda, la garganta se le apretaba y hablar era difícil. Esto no podía estar pasando.


—¡¿Cómo voy a aferrarme a eso cuando no hay amor?! —le lanzó la foto en la cara, Han Eul jamás había visto tan enojado a ese hombre, no por causa suya. Quitó la imagen y pudo verse allí besando a un alemán cuando estuvo en su viaje con los diseñadores— eso fue en agosto ¡¿Dónde está tu amor?!

—Siwon miró la escena con lamento, era increíble que mintiera hasta última instancia— se me cae la cara de vergüenza estar frente al hombre a quién culpaste de agresor, de psicópata y mal novio ¿Cómo puedo creerte? lo engañaste todo su noviazgo, has hecho lo mismo conmigo ¿Y crees que estaré defendiéndote?


—Nosotros estamos comprometidos, el bienestar de nuestras familias —susurró.


Johnny tuvo que ponerse una mano en la boca para no ponerse a carcajear pero fue imposible, la impotencia y la rabia se manifestó en una risa ronca y sarcástica hasta que sus ojos se llenaron de lágrimas. Por un momento recordó a Mark Lee y todo lo que había estado sufriendo cuando llevaba su amor y tormento dentro de sí mismo. Mierda, las lágrimas eran de verdad.


—No puedo casarme con una mujer que no me respeta y no pongas como excusa eso de las familias ¿Acaso no manipulaste a mis padres esa noche del viernes para que estuvieran de acuerdo con la boda? —meneó la cabeza, sentía las gotas caer en su mejilla— puede ser costumbre de las familias ricas pero no aceptaré que me vean la cara de idiota a cambio de prosperidad económica, no puedo tranzar con ese tipo de valores... —apoyó las manos en la superficie del escritorio— pero no es solo tu infidelidad y poca vergüenza lo que me motiva a estar aquí para ponerle un fin a todo...


Siwon sostuvo con calma el teléfono entre sus manos y después de unos segundos le dio play a la grabación. Han Eul no soportó la presión de verse encerrada cuando reventó en un llanto desesperado entre sus manos, sus lágrimas, su lamento, la manera en la que compulsivamente golpeaba la superficie de su escritorio, nada de eso servía para que aquellos hombres sintieran lástima por ella.


Ambos habían sido dañados de manera distinta, ambos observaban la escena con rabia. Estaban jugando con un fuego realmente peligroso, pero un juego necesario.


—¿Creíste que sería lo suficientemente estúpido para dejar que arruinaras la evidencia? —masculló el asiático.


—Sabes, Han Eul, creo que admiro la capacidad de Siwon de haber querido perdonarte por lo de los engaños... pero —empezó a pasearse por la oficina, Siwon caminó hacia otra dirección y apoyó su espalda contra una pared, el tema era demasiado sensible para él— pude haber sido papá de ese bebé ¡Pero ni tú misma lo sabías! mierda, comprendo que sea tu cuerpo, que sea tu decisión, que no hayas querido engordar o que no te sentías prepara para ser mamá ¡Lo comprendo! ¡No me molesta el aborto en sí porque eres dueña de ti misma! pero... Mierda —se le quebró la voz— ¡¿Por qué esperar hasta que esa criatura tuviera 5 meses? ¡Puedo apostar mi fortuna que lo sabías desde mucho antes! Han Eul, 5 meses, un bebé de 5 meses siente y se mueve ¡Podrías haberlo hecho muchísimo antes y facilitarte la vida!

—¡Basta! malditos sean ¡Basta!


—Te molesta porque sabes que tenemos razón Oh Han Eul —apoyó ambas manos en la superficie del escritorio, todo sus músculos tensaban aquel traje Armani, su rostro sudaba por la ira corriendo en su sangre— no pudiste tener una relación estable con ninguno de nosotros porque tu capacidad por desear más y más es enorme, pero adivina... yo no me voy a casar contigo y mis padres estarán al tanto de la situación, no voy a tener tapujos para que sepan quién eres


—Deja de manipular a las personas que te rodean, pequeña mierda —masculló Siwon— porque solo vas a tener que pagar por ello.


Johnny sostuvo las fotos que había impreso y las lanzó al aire junto con la caja que las llevaba. Quería alegar que no la amaba, podía decirle que había planeado dejarla desde mucho antes pero ¿Con qué fin? No quería exponer los planes que tenía con Mark Lee ni siquiera por insinuaciones baratas.


Con el poco orgullo que le quedaba, Han Eul indicó con su dedo la salida mientras murmuraba que se retiraran de inmediato antes que llamara a la policía. Johnny retrocedió lentamente.


"No me busques, no vas a volver a tenerme" masculló el americano antes de girar en sus propios zapatos y salir de allí junto a Choi Siwon. Cerraron los ojos cuando ya afuera de la oficina la escucharon gritar desesperada junto al ruido de cosas que se rompían contra el suelo, no era divertido, era una situación dolorosa.


La coreana arañó su rostro angustiada con gritos desgarradores, las uñas decoradas con una costosa manicure dejaban marcas poco disimuladas en la superficie de sus pómulos. La secretaria había querido entrar pero la diseñadora le respondió enérgica que no pusiera un pie dentro porque la despediría de inmediato. No era el recordatorio del aborto lo que lamentaba, eran los planes a futuro destruidos en un segundo, planes destruidos por sus propios errores.


—No... no ¡Malditos hijos de puta! ¡Maldita sea!—sostuvo el computador portátil y lo lanzó contra el suelo donde una fotografía de ella teniendo sexo se encontraba tirada. La pantalla se volvió negro— no... —escupió— no saben quién soy yo, ellos no me conocen —hizo sus tacones resonar cuando se acercó a un mueble donde tenía una fotografía de ella y Johnny Seo sonriendo abrazados. Sacó la foto del marco antes de tomar una tijera y cortar la mitad del rostro del americano— definitivamente no me conocen.


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