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"Imposible" Capítulo 29: Decepción total




—Cuidate la espalda Johnny Seo, una mujer despechada puede ser un jodido dolor en el culo —murmuró Siwon mirando hacia el frente, ambos estaban en el auto del abogado afuera del edificio donde vivía el médico.


—¿Qué tan lejos puede llegar Han Eul? ahora... ahora siento que no la conozco en absoluto.


—Nunca terminas de conocer a las personas pero —apretó la mano sobre su pantalón— esa pequeña mierda debe ser tan peligrosa como la punta de una aguja sobre la superficie de un globo.


No era como si de la noche a la mañana aquellos hombres se hubiesen convertido en mejores amigos o algo por el estilo, simplemente coincidían en su deseo de hacerle ver a Han Eul que ambos se habían dado cuenta de su verdadero yo.


Sin mucho más que decir, Choi salió del vehículo pero cuando fue a cerrar la puerta Johnny le preguntó qué otra razón tenía para haber hecho todo esto. ¿Cuál era esa otra razón de exponer a Han Eul más allá de la venganza? quedó con el deseo de escucharlo porque Siwon simplemente metió las manos a sus bolsillos y caminó con calma hacia otra dirección.


"Lo estoy haciendo por Mark" susurró con un dolor en el pecho que le disgustaba porque sabía el significado. El médico Siwon Choi se había enamorado de su alumno.


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Mark observó atentamente al secretario Choi en la oficina que tenía en la mansión, ambos estaban frente a un computador porque tenía algunas cosas que mostrarle. Era extraño pero habían emociones en el rostro de aquel hombre, parecía inquieto, ansioso, levemente emocionado, cosas que trataba de camuflar de vez en cuando cuando se acordaba que debía mantener un rostro neutral como siempre, para el canadiense era algo novedoso.


—Supongo que ambos vivirán juntos en Toronto —murmuró— así que adquirí un departamento para que eso se haga realidad, está cerca de su futura universidad, aquí están las fotografías —fue pasando las imágenes mientras el rubio abría la boca sorprendido, era amplio, precioso, con un leve toque lujoso— tiene 3 habitaciones, 4 baños, una cocina amplia, sala de estar, comedor, sala de estudio... una vista de la ciudad importante con un pequeño jardín, se encuentra en el piso 18 que es el último del edificio, tiene derecho a dos estacionamientos, hay más especificaciones que puede leer —lo miró fijamente— lo único que debe importarle es que si bien el dinero para comprarlo fue con el del señor Seo Youngho, este lugar está a nombre mío con el fin de no levantar sospechas solo hasta que ambos lleguen al lugar.


—No sé que van a decir mis padres de esto —se le apretó el estómago con solo imaginarlo, después de todo aún no sabían que era gay.


—Dudo que reaccionen como lo hicieron mis padres con Hansol, de todas maneras tiene a un hombre como el señor Seo a su lado que estará apoyándolo y... —le sonrió con respeto— en Canadá usted ya es mayor de edad, no pueden apelar a nada legal para sabotearlo.


Eso era verdad y necesitaba asimilarlo para disfrutar de esto, ya tenía donde vivir, tenía asegurada una beca en la mejor universidad de su país que solo debía llegar a firmar estando en la ciudad, Johnny lo amaba ¿Qué podía ser mejor? Pero la conversación no llegó solo allí, el señor Choi le entregó una carpeta para que viese un par de documentos.


—Pa... pasajes.


—Son una fotocopia no válida pero sí, cuando usted llegue al aeropuerto podrá hacer impresión de los originales —bajó el tono de su voz aún más— son los pasajes para que ambos puedan irse del país, ya todo está listo.


—¿Cuándo? —toda su espalda tuvo un escalofrío.


—En exactamente una semana más, miércoles 6 de diciembre, así que debería disfrutar de sus amigos y contarles todo lo que ha pasado desde el fin de semana.

Cuando tocaron la puerta el único que se sorprendió fue Mark, ambos miraron hacia la entrada de la "oficina" para ver allí a Johnny Seo con los brazos cruzados pero con un rostro tranquilo. El secretario se paró de su asiento y salió de allí para darle espacio a ambos de conversar, había mucha información dando vueltas que se debía aclarar.


Las mejillas del menor empezaron a enrojecerse antes que pudiese hacer algo más, sus ojitos brillaban inocentes y aquel par de detalles se aferraron al corazón del más grande. ¿Cómo podía ganarse su corazón con tan poco? Suspiró y caminó hacia él lentamente, se sentía agotado, un poco herido pero nada era más grato que ver el rostro de Mark Lee para saber que todo estaría bien a partir de hoy.


El canadiense se irguió por completo y abrió sus brazos para capturar a aquel abogado tanto como pudiese, amaba la diferencia de proporciones y el sentirse protegido por alguien un poco más alto, aunque sabía que en este minuto él, Mark Lee, era quién estaba jugando el rol de protector.


—Idiota, no tienes idea de lo mucho que me gusta cuando usas tus trajes formales —las manos del muchacho acariciaron toda la amplitud de su espalda— es como si los 7 años y medio que nos separan se vieran mucho más sucios —murmuró con lujuria.


Johnny tragó saliva, una sucia imagen mental apareció en ese momento y no supo cómo Mark leyó sus pensamientos al evidenciarlo con una sonrisa perversa. Es cierto cuando dicen que los hombres siempre andan candentes ¿Y qué mejor que mezclar eso con el toque de amor que ambos tenían por el otro? No supo cómo pero cayó bruscamente en el gran asiento de cuero giratorio que estaba tras el escritorio, en esa posición parecía el despiadado CEO de un gran imperio.


Mark de inmediato se sentó sobre sus muslos dejando a cada lado una pierna, de esa manera él quedaba levemente más alto que Youngho. Descansó su frente en la del americano, lo abrazó por el cuello y con suma calma fue haciendo movimientos cadenciosos con su entrepierna mientras sus labios y los de su pareja estaban abiertos. Gracias al cielo la puerta estaba cerrada con seguro y ninguno de los dos emitían ruido lo suficientemente alto como para ser escuchados.


Las manos del muchachito tocaron los pectorales de Seo por sobre su camisa, era impresionante la manera en la que la tela estaba tensada ¿Por qué no probar su piel? Quitó con lentitud la corbata oscura que traía puesta y con la misma calma desabrochó los primeros botones de su camisa para devorar la superficie de su tórax.


—Cachorrito —jadeó excitado con ambas manos apretado con fuerza el trasero del muchacho para hacer de sus movimientos cadenciosos más duros.


—¿No te excita pensar en que eres un abogado con un muchachito 7 años menor tocando tu cuerpo? Hay cierta perversión si lo decimos de esa manera ¿No lo crees? —jadeando asintió— suena mucho más caliente si piensas en someterme para cumplir todas tus fantasías sexuales como si lo hicieras con un chiquillo inexperto... bueno, hasta antes de conocerte lo era.

—Cállate y bésame —masculló desesperado buscando la boca del canadiense— oye...


Mark había impedido que los labios de Youngho y su lengua asaltaran su boca, estaba fascinado viéndolo exasperado porque era una forma clara que lo deseaba. No tenían mucho tiempo así que fue directo al grano.


—Señor Seo —jadeó en el borde de su pantalón, había adoptado una postura casi sumisa cuando se sentó de rodillas bajo el escritorio y entre sus piernas, el pene de Youngho lloraba de alegría— ¿Hay algo que quiera de este humilde cachorro?


Para Johnny y su sanidad mental no era bueno ver los ojitos de Mark allí abajo ni mucho menos su sonrisa perversa. Era cierto, si el canadiense no hubiese viajado a Corea seguiría siendo un muchacho torpe con fantasías sexuales que lo avergonzarían, mas, ahora era un pequeño diablo que pasaba de ser dulce con las caricias a un hombre con habilidades sorprendentes. El americano estiró su mano y acarició su el cabello rubio ondulado. Lo amaba con todos los matices de su personalidad.


—El señor Seo desea lo que su cachorrito pueda y quiera brindarle.


Una invitación, unas palabras que podían ser lanzadas al viento y ser tomadas ¿Con facilidad? Mark inspiró bastante aire para calmar un ataque de lujuria, quería hacer las cosas con calma. Desde su ángulo era excitante ver la mirada de Johnny, era una mezcla perfecta de sufrimiento, deseo y autoridad.


Abrió un poco más las rodillas del gigante para inmiscuirse entre sus muslos e inclinarse para morder con cuidado el bulto que su pantalón custodiaba. Ese pequeño movimiento fue suficiente para que Johnny Seo tirara de su nuca, de verdad quería romperle la boca a besos pero el muchachito no se dejaba.


—Ma... Mark —gruñó.


—Disfrute esto señor Seo —descendió la cremallera con calma y bajó el pantalón hasta el suelo, amaba la forma de sus muslos y la firmeza de sus pantorrillas, pero le encantaba más la erección oculta por el boxer azul oscuro que traía puesto.


Mordisqueó los vellos que formaban un camino bajo su ombligo, podía sentir lo inquieto que se sentía el abogado y lo hambriento que estaba porque llegara a su pene. ¿Cómo podía hacerlo sufrir de esa manera? Descendió la pretina del boxer y junto a este llegó hasta sus tobillos, fue exquisito ver su miembro erecto al aire con un pequeño brillo en el glande. Sí, lo estaba esperando en gloria y majestad.


"Pon tu mano en mi nuca, folla mi boca y garganta, por favor" susurró el cachorro antes que un atolondrado Seo le hiciera caso. Mark no le quitó la vista de encima cuando introdujo el pene en su boca tanto como le diera a vasto, sin gesto de arcadas, completo, caliente, delicioso e incluso emitiendo un sonido gutural de satisfacción absoluta.


"Fuck" fue todo lo que salió de la boca de John Seo antes imaginar que realmente estaban en su oficina de la empresa y follaba a una especie de estudiante con pasantía inocente e inexperto. El contacto era húmedo, satisfactorio y cuando parecía joderse en la excitación, hundía su entrepierna en la cavidad oral del hombre que amaba.


—Ohhh sí... Mark... ohhhh.


Lal palpitaciones en su pene y la parte baja del abdomen le decían que estaba por correrse. ¿Cómo no? Mark Lee lo chupaba con voracidad utilizando su lengua en movimientos viperinos, una lengua que incluso tocaba sus testículos. Después de unos minutos Mark lo soltó haciendo un sonido exquisito, el americano apenas podía sentir sus piernas, estaba en el límite y admirar los labios rojizos y brillantes del muchacho no ayudaba mucho.


—Cuando te corras no te asustes, lo quiero todo aquí —tocó su manzana de Adán— pero adentro ¿Sabes?


1 hora más tarde y cuando el silencio reinaba en esa "oficina", Mark sentía como Johnny colocaba la parte superior de su traje sobre su espalda para que no pescara un resfriado. Ambos estaban completamente desnudos, jadeando, con la piel y el cabello húmedos, abrazados y sentados sobre el asiento de cuero giratorio. El contacto no había quedado en un buen sexo oral de parte del rubio, no, el calor y la excitación rendía para que terminaran haciendo el amor encima del escritorio mientras se decían palabras perversas.


—Yo venía a conversar contigo, no a esto —susurró entre risitas contra el costado de la frente del cachorro, aún no salía de su trasero y el aludido parecía no querer que eso ocurriera— solo quería decirte cómo me había ido con Siwon y Han Eul, todo ha acabado... perra de mierda.


—¿Fue difícil? —murmuró agotado pero con un toque de angustia— para ti y el señor Choi, ya saben, sobre todo con lo del aborto. son temas personales.


—Incluso quiso mentir hasta el último minuto, no fue fácil, no, pero el alivio que siento con quitármela de encima por sus propios errores es enorme... —inclinó el rostro de Mark hacia atrás para verlo directamente a los ojos— no le dije lo nuestro solo porque no quiero que todo se arruine antes que podamos irnos, a partir del próximo miércoles todo va a cambiar en nuestra vida —acarició su cabello con amor, era evidente el miedo en el muchachito— el departamento que adquirió el señor Choi fue con mi propio dinero, tengo una fortuna que me pertenece por derecho al haber invertido en varias cosas, seré un "pequeño rico" que nos dará una vida próspera mientras trabajamos en lo que nos gusta.


—No me interesa el dinero, Johnny, no, hay cosas más importantes que eso.


—Pero servirá al menos para que tus amigos puedan viajar constantemente a verte a Canadá —besó sus labios un momento para que dejara de estar tenso— eso te hará muy feliz, amor.


Jueves 30 de noviembre, al otro día


Seo Shin Hyuk y su esposa Seo Chae Rim se pararon del sofá donde habían estado cómodamente sentados cuando vieron a su hijo entrar, tenía la mirada extremadamente seria y caminaba erguido seguido detrás por secretario Choi Dong Ho.


Johnny les había pedido una reunión de urgencia pero esta no podía efectuarse en la empresa, tenía que ser entre las paredes seguras que solo la mansión podía brindarles. Youngho agradecía que Mark decidiera ir a la universidad pues lo que se venía a continuación era algo molesto pero debía hacerlo, la única manera de respaldar su decisión.


—¿Estás bien hijo? ¿Qué ha sucedido? —la mujer estiró la mano para acariciar su mejilla, por un breve segundo tuvo deseos de llorar ¿Por qué se sentía como un niño pequeño? No, no iba a dar un pie atrás.


—Cosas importantes y espero lo entiendan —se sentó con la misma rigidez que ellos, Shin Hyuk frunció el ceño porque intuía por donde iba la cosa— el fin de semana pasado se me ha hecho llegar información importante de algunos movimientos y cosas sospechosas, lo que el señor Choi tiene entre sus manos es la prueba de que yo y Oh Han Eul no podemos contraer matrimonio.


El aludido entregó la carpeta al magnate para que, junto a su esposa, viesen el contenido. Johnny tenía ciertos valores que no le gustaba romper, pero incluso estos debían ser rotos para lograr su objetivo.


Allí estaban incluso las fotos más específicas de Han Eul, desde las más antiguas hasta las más recientes. Chae Rim llevó una mano a sus labios emitiendo un sonido de sorpresa mientras su esposo apretaba la mandíbula, algo no estaba bien con él.


—Espero entiendan que no puedo contraer matrimonio con una mujer que me ha sido infiel durante el noviazgo, ustedes que se jactan de ser católicos y los valores ¿Acaso no piensan lo mismo que yo? —Johnny sabía que él había sido infiel también pero no le importaba, cualquier excusa con tal de quitarse a esa mujer encima valía— no me da seguridad tener ese tipo de relación con ella, creo que el respeto por uno mismo vale más que todo lo demás, pero no es solo eso, todo este tiempo desde que fuimos amigos en Estados Unidos ha estado mintiendo respecto a su relación anterior, culpó a una persona que no lo merecía y lo extorsionó para que no dijera su lado de la historia ¿Qué especie de mujer merezco?


Ambos guardaron silencio y en ese momento el americano tuvo que hacer todo el esfuerzo por no romper a llorar, en sus ojos veía ambigüedades, no el apoyo inmediato que esperó tener. Dong Ho le hizo una señal de que contaba con él y que debía guardar la cama.


—Si el señor Youngho me permite hacer una acotación —dijo con su tono neutral— estar casado con la señorita Oh Han Eul también es sinónimo de peligro para la familia Seo, mi experiencia laboral me dice que muchas parejas son capaces de hacer intervenciones tras sus espaldas con tal de desviar dinero ¿No lo piensan así?


—¿Te das cuenta que la gran inversión de la cadena hotelera con el grupo JKG se irá a la basura? —masculló Shin Hyuk— ¿No podrías haber esperado a que todo estuviese listo para deshacerte de ella?


De forma inmediata Johnny se paró frente al hombre que era su padre, destilaba ira pero hacía todo el esfuerzo posible para no hacer algún acto de violencia contra él. Ambos prácticamente del mismo tamaño, dos personas casi idénticas, uno con más años que el otro, ambos estaban preparados para una batalla verbal. Chae Rim estaba sentada aún mirando los archivos de Han Eul.


—¿Quieres que ponga en sacrificio mi felicidad por el bien de la familia? ¡Eso no era lo que tú me inculcaste! ¿Es que acaso la sed de poder cegó tus ojos? —bramó enfurecido— la familia de Han Eul tiene una reputación dudosa ¿En serio estás de parte de la empresa en vez de tu propio hijo?


—Todo lo que tienes ha sido gracias a los sacrificios que he hecho por el bien de la familia ¿No eres capaz de poner un poco de esfuerzo tú también? —miró de reojo la carpeta con las fotografías— incluso si es una niñita malcriada y de valores bajos, bastaba tan solo unos meses para que los trabajos avanzaran lo suficiente y no pudieran retroceder.


—No necesito tu dinero para vivir, padre —enfatizó la última palabra casi con sarcasmo— de todas formas el título de abogado que tengo me lo gané gracias al esfuerzo que puse, a diferencia de otros chaebol yo no soy un zángano inútil chupa sangre ¡Puedo sobrevivir por mi propio esfuerzo! —Choi hizo un gesto dentro de su campo visual para pedirle que guardara la calma— olvídate que voy a contraer matrimonio, he terminado mi relación con ella... de todas formas gracias por relevar ante mi persona tu verdadero yo, era cierto, todas las familias ricas terminan siendo una mierda.


Empujó el hombro de su padre con fuerza antes de caminar lejos de la situación. Choi Dong Ho observó la escena haciendo un esfuerzo sobre humano para no relevar las emociones que lo embargaban. Aunque no le sorprendía, con el pasar de los meses trabajando había visto un cambio actitudinal de parte de sus jefes con el proyecto ambicioso que se traían entre manos.


Sentía rabia, angustia, decepción. Ni quieran sabían la mitad de la verdad de su hijo y podía poner sus manos al fuego que tendrían la misma actitud que sus padres tuvieron con Hansol, incluso cuando miles de millones de wones separaran la realidad de ambas familias.


Definitivamente Johnny Seo había tomado la decisión correcta con desligarse de su familia, pensar en su felicidad y la de Mark Lee debía ser su única prioridad.


Por otra parte, Mark cerraba el cuaderno después de anotar los apuntes de la clase del profesor Choi. Nadie se había dado cuenta pero el hombre había estado tenso mientras hablaba. ¿Habría sido por lo de ayer? Después que la clase terminó todos se pararon de sus asientos y se fueron a la salida, Yukhei le dio una mirada significativa a su amigo, se verían a la noche, el canadiense debía resolver unos asuntos.


—¿Tiene tiempo para hablar señor Choi? —dijo cuando entró en su oficina, no le importaba las siguientes clases que venían, después de todo iba a desertar su carrera aquí en Corea.


—¿Qué deseas Mark? —dijo agotado, se quitó las gafas y acarició con mesura el contorno de sus ojos.


—Quería saber cómo se siente después de lo de ayer, no creo que haya sido fácil... y tengo que hablar ciertas cosas.


—¿Te vas de Corea? —¿Cómo se había enterado? ¿Johnny habría sido capaz de confesarle algo de sus planes? tal vez la intuición de un alma herida era realmente poderosa— había creído que Johnny Seo no era capaz de amar así pero me equivoqué y me alegra por ti que eso sea así, al menos tu cuento debe tener un final feliz.


El canadiense no supo qué hacer con esas palabras, no había esperado un significado profundo de su profesor ni mucho menos que admitiese que se había equivocado. Se sintió vació por un par de segundos, no sabía cómo despedirse de Choi Siwon, no sabía si debía ser aquí u otro día ni mucho menos que le doliera.


—Ven, quiero que me acompañes a un lugar —le murmuró.


Juntos caminaron en silencio por las estancias de la universidad, el canadiense solo seguía porque no sabía dónde quería llegar aunque suponía que no debía ser tan lejos, no se había desviado para buscar su automóvil. Algunas personas que conocían a Mark lo reconocieron y saludaron, más de alguno se extrañó de verlo caminar con un profesor conocido por ser autoritario en la carrera de Medicina.


El sol que irradiaba la ciudad no alcanzaba a ser suficiente para calentar el ambiente de otoño, las hojas caían con calma desde los árboles creando un ambiente de fotografía. El silencio no era incómodo, cada uno disfrutaba la presencia del otro por la mera razón de estar allí. Mark se dio cuenta que estaban cerca del hospital de la universidad ¿Qué sucedía?


—¿Señor? No creo que pueda entrar sin ser visita de alguien.


—Lee ¿Se te olvida que trabajo aquí? eres mi alumno, no pueden decirte algo si estoy aquí con "fines académicos" —hizo la comilla con los dedos.


Mark sabía que este era el ambiente en el cual quería desarrollarse, poner en práctica sus conocimientos y buscar soluciones para los pacientes mientras veía cada desarrollo de su intervención en ellos a través de los días. Choi Siwon saludó cordialmente a un par de personas y explicó que con "fines académicos" querían evaluar algunos casos clínicos.


Entraron en la unidad de cuidados intensivos y se pararon tras una puerta de vidrio al ver al equipo de salud trabajar, el muchacho se percató que el paciente que había estado grave ya no estaba allí.


—Me llamó profundamente la atención que te quedaras parado viéndolo ese día que vinieron todos —lo miró— el muchacho finalmente falleció así que descansa en paz ¿Qué dirías como médico al respecto? —lo interr...


—Muchos se sentirían fracasados y puede que en un principio yo también —murmuraba bajito— pero en el fondo estaría tranquilo de que está descansando ¿Cuál es el fin de prolongar una vida que no es vida?


Siwon contuvo el suspiro que iba a brotar de sus labios, mas solo se quedó mirando el suelo mientras asentía. Mark era incapaz de darse cuenta el poder de sus palabras y lo mucho que podía causar en una persona con el brillo de sus ojos.


—A diferencia de la gran mayoría de tus compañeros, tú tienes algo Mark que ellos no y es que naciste para ayudar a otras personas, tienes un valor y visión de la vida distinto —indicó a su alrededor— eres de esas personas que valdría la pena tener como colega, ayudarías a otros incluso si tu horario de trabajo ha terminado, es una lástima que apenas vayas en primer año de Medicina, es una lástima que tengas que volver a empezar en Canadá y que los médicos debamos esperar por tenerte como colega... pero estoy seguro que dónde sea y cómo sea, serás bueno como tal.


—¿Es esta una despedida señor?


Siwon tragó saliva y abrió los brazos para estrecharlo contra su cuerpo sin decirle más, había visto en los ojos de su alumno que hoy sería la última vez que pisaría la universidad y lo lamentaba profundamente por muchas razones.


—Espero nos despidamos antes que tomes ese vuelo a Canadá, Mark, porque si no es así lo lamentaré el resto de mi vida —Si realmente no estuviera enamorado de Johnny, Mark sabía que Siwon Choi hubiese sido la carta perfecta. Después de unos minutos lo observó— debo irme, tengo alumnos citados a mi oficina.


—Y yo debo reunirme con un amigo —suspiró lamentando el separarse del abrazo, el cuerpo de ese hombre y su perfume era un poema— ¿Podré contactarlo por una llamada? también lamentaría no decirle adiós.


Asintió con el rostro endurecido y la garganta apretada, odiaba los días previos a una despedida o cuando el ambiente se ponía extraño. No podía decirle lo que sentía porque las cosas podían ponerse más difíciles. Después de hacerle adiós con una mano, Siwon se volteó y caminó por los pasillos del hospital hacia la universidad mientras que Mark observó con lamento cada lugar que tenía que atravesar en el recinto hospitalario para salir.


Algo en el ambiente estaba extraño, tanto que se volteó para ver si la figura de su profesor estaba allí pero no había una figura conocida ¿Por qué se le apretaba el corazón?


—Vamos a tener tiempo para despedirnos, señor Choi Siwon.



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