"Imposible" Capítulo 4: Ese borracho adorable
- TrinidadVictoria
- 31 may 2019
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 1 jun 2019

Viernes 1 de septiembre 2017
Las promesas son fáciles de cumplir cuando ambas partes respetan el acuerdo. Mark Lee solo había interactuado con Johnny Seo durante la cena y es que la razón se debía a los dueños de casa. La vida laboral y social de ambos era tan atareada que solo podían tener contacto con su hijo y el muchacho en aquel momento del día, claro, siempre y cuando no tuvieran que reunirse por intereses en común con algún empresario.
Durante la semana el movimiento en casa básicamente fue así: Johnny trabajaba y dirigía muchas cosas desde la oficina de su padre en la mansión, en otro momento salía a reunirse con el staff de abogados de Keullobo para evaluar algunos puntos legales que implicaran al conglomerado, almorzaba en costosos restaurantes y evitaba a toda costa al canadiense.
Mark por su parte mataba el tiempo leyendo libros de medicina en algún punto de la mansión como el borde de la piscina, la biblioteca, la sala de estar. Bueno, a decir verdad ponía de su esfuerzo por introducirse en la lectura porque no alcanzaba a estar más de 10 minutos sin distraerse con cualquier cosa.
Cuando llegaba a un punto imposible ocupaba su teléfono para comunicarse con algunos amigos en Canadá, su familia y la pareja que había conocido, Taeyong y Ten. Veía películas en la sala de cine de la casa e incluso había adoptado otra linda costumbre.
—En serio quiero aprender —miraba curioso como el chef de la casa preparaba el almuerzo de hoy— eso se ve delicioso señor Yu.
Él no era millonario, a él solo se le había obsequiado una beca ¿Por qué mirar a las personas desde arriba cuando sus padres podían estar en ese lugar? Conversar con los trabajadores en casa era su última costumbre y ellos lo agradecían, Mark Lee era un muchacho de rostro bonito, divertido, algo torpe pero sincero y agradable, su voz llenaba los espacios de una casa tan grande.
—Esto es tteokbokki ¿En serio quiere ayudarme a cocinarlo?
—Ahhh... conmigo no usen honoríficos por favor —mostró sus manos— totalmente limpias ¿Ahora sí podría enseñarme?
—Debería estar descansando señor Lee, por favor permítanos a nosotros darle las atenciones.
Fue imposible para ellos negarse cuando el muchacho con cara de cachorro sonreía de forma inocente, incluso los acompañó durante el almuerzo pero solo lo permitieron bajo la promesa de que volviese a la cama a descansar, no querían arriesgar su salud.
----
Sabía que la estaba abrazando fuerte pero no quería desprenderse de ella ¿Por qué debía irse? Sí, claro, Ha Neul era dueña de una marca de ropa de alta costura y estaban expandiéndose de forma internacional. Una semana en Norteamérica los iba a separar pero seguramente mientras se distrajera con sus amigos y el trabajo todo iba a pasar de manera rápida.
Sonrió cuando vio sus zapatos en puntillas para alcanzar a besarlo, amaba ser mucho más alto que ella porque la sensación de abrazar un cuerpo pequeño le encantaba.
—Aún no entiendo porque no puedo dejarte en el aeropuerto —susurró contra su oreja.
—Sabes que odio las despedidas ¿Aunque podrías darme un beso otra vez? eso me encanta.
Se mordió los labios cuando sintió sus delicadas manos apretar su nuca para atraerlo, él no se quedó atrás cuando la sujetó de la cintura y la apretó contra una pared, estaban en la sala de estar principal pero el deseo era más fuerte.
Susurró palabras bonitas contra su cuello para derretirla pero cuando se le ocurrió levantar solo un poco la cara, pudo ver como Mark Lee caminaba con dificultad por los peldaños de la escalera.
—¿Sucede algo mi amor? —murmuró preocupada cuando el americano había quedado estático en una sola posición— Johnny ¿Estás bien?
—Sí... sí, claro.
Pero no lo estaba, claro que no lo estaba. Sabía que lo evitaba a toda costa porque no tenía intenciones de ser su niñero ¿Pero era posible que lo evitara porque sabía que ese "mocoso" era gay? ¿No se había excedido con su notoria ausencia en la mansión? Meneó la cabeza y observó de nuevo a su novia, no era su bufón, no era su asistente, Mark podía disponer de toda la mansión en su estricto descanso ¿O no?
"Habías prometido evitar comportarte como lo hiciste con Hansol" le susurró su propia consciencia "Pero no mientas... eres homofóbico, un homofóbico descarado".
----
Lo empujó contra la pared de vidrio de aquella ducha, tenía totalmente prohibido voltearse porque recibiría un castigo que él determinarse como correcto. El agua caliente salpicaba contra su espalda hasta que su acompañante decidió acercarse por detrás para besar su nuca, un beso, luego dos, caricias que aplicaba tortuosamente con sus labios mientras descendía tan lentamente que sufría.
—No tiembles, no voy a hacerte daño "pequeño" —el apodo que usaba sonaba tan sucio que lo excitaba más, el "imbécil" lo sabía—pero no puedo evitar perderme en tu espalda, es bonita, es blanca... y tu trasero, tus nalgas redondas... esas nalgas que quiero morder.
—¿Qué te lo impide?
—No necesito tu aprobación para hacer esto.
Desesperado arañó con sus dedos la pared de vidrio mientras Johnny le daba pequeños mordiscos en su trasero y aunque había estado deseando que lo tomara pronto, Mark no había pensado que el americano lo giraría para tenerlo de frente.
—Aléjate de ahí, no lo toques o voy a correrme en tu cara.
—Markeuuu, Markeuuu... cada centímetro de tu cuerpo me pertenece —rozó aquella resbaladiza y suave punta de su miembro con la lengua solo para verlo temblar, solo para ver como sus ojos se cerraban mientras hacía el esfuerzo de no caer en el orgasmo— este caramelo me lo como yo.
Johnny Seo gruñó cuando apretó con brusquedad una de sus nalgas para atraer el pene de Mark a su boca, todo el juego previo, los susurros al oído, el torturarlo con las mordidas en su cuello y desnudarlo en la ducha los había puesto duro a ambos. Sostuvo la base de su miembro con seguridad mientras lo introducía en su boca tanto como pudo, apretó con los labios y pasó su lengua con tanta hambre solo para lamer su cabeza otra vez.
—Pequeño, no tienes idea de lo adorable que te ves jadeando con la boca así... ¿De nuevo?
—Umfff ammm.
Tomó aquello como un sí antes de introducirlo y sacarlo continuamente de su boca. Mark tenía que agachar las rodillas para no perder el equilibrio, necesitaba apretar el cabello mojado de Johnny Seo para darle una connotación más sucia a la escena.
Se le ocurrió mirar hacia abajo topándose con los ojos lobunos y hambrientos de aquel americano, sus labios estaban rojos y aunque casi gemía por besarlo su pene pensaba que era mejor que volviera a follarle su boca, que no parase, que no se burlara.
—Tú tienes el control ahora —besó bajo su ombligo antes de dar pequeños mordiscos que lo hacían gemir— mi boca y lengua están calientes, maldita sea...
—Por favor, tómalo, tómalo ahora... por favor.
—Pero a cambio me darás esto, cuando te corras esto de aquí será completamente mío, voy a acostarte en cuatro en la cama y te voy a follar tan fuerte que desearás que no pare —acariciaba en forma circular su cavidad trasera. Mark abría la boca sin emitir ruido alguno, la sorpresa era grande pero el dedo pulgar del castaño mucho más— ¿Te parece?
—Sí, sí... sí...
Sin embargo cuando Johnny Seo decidió introducirlo en su boca, Mark se sentó de golpe en medio de su cama.
Su corazón latía a tal punto que le dolía, todo su rostro y cuerpo sudaba como si hubiese ocurrido una maratón. Ni siquiera tenía que mirar su ropa interior para saber que la había manchado completa con los rastros de un orgasmo provocado solo por el poder de su mente. Desesperado miró el techo sintiendo los espasmos en su miembro, había soñado una breve escena donde el americano le daba un increíble sexo oral, se había sentido tan jodidamente caliente al despertar pero a medida que su mente se enfriaba la sensación era distinta.
—Eres un puerco degenerado.
Culpable caminó hacia el baño para darse una ducha pero cuando miró la pared de vidrio se mordió los labios, mierda, todo se había sentido tan real. Llenó de jabón su cuerpo evitando gemir por dos razones: 1, todavía tenia la piel sensible después del sueño. 2, algunas zonas de su cuerpo dolían por la simple razón que el accidente había sido hace una semana atrás, los hematomas solo cambiaron un poco de color.
—Eres ridículo ¿No viste como él la besaba? —miró su reflejo tras salir de la ducha, solo podía haber tristeza en su expresión— estás repitiendo la misma historia que con Donghyuck ¡¿No vas a aprender?!
El reloj marcaba las 2:15 de la madrugada y él no había vuelto a dormir. Una cosa era correrse de forma consciente, la otra era que su mente jugara con sus sentimientos y explosiones hormonales solo para recordarle lo patético que podía llegar a ser. Encendió la luz cálida, caminó hacia el frigobar y sacó de allí una lata de Coca-Cola.
Se sentó al borde de su enorme cama, bebió la soda hasta que el silencio de la noche se vio interrumpido por un canto contra la puerta de su habitación.
—Con dinero y sin... dineropp.. hago siempre lo que quiero mmm y mi palabra es la leeeey... —Abrió los ojos de golpe sin poder creer cuando la puerta se corrió y apareció el norteamericano cantando algo en español que él al menos no podía entender— no tengo trono ni reeeina, ni nadie que me comprendappp... pero sigo sieeeeeeeeeendo el reeeeeyg.
—Maldita sea Johnny ¿Te puedes callar? —corrió a la puerta— vete, sal de mi habitación.
—Markeeeuu, venía a verte markeuuu.
El canadiense lo miró con atención, Johnny Seo tenía su abrigo algo desordenado como su cabello, apenas podía mantenerse en pie y el olor a alcohol era fuerte. Johnny estaba borracho. Maldijo hacia sus adentros pero cuando decidió sacarlo el gigante se resistía mientras reía y caminaba de vuelta al borde de la cama.
—Mark, yo... yo solo estoy un poco borracho —apenas enfocaba sus ojos en él— celebraba con mis amicos mi futurrro inicio de clases en... en... digo la mestriahhh —sonrió tan abiertamente que para Mark fue imposible no sonrojarse, sus ojos brillantes y sus dientes perfectos le daban una imagen adorable, algo imposible con lo que enojarse— venía a ver a mi amigo Mark... Maaaarkeeeeuuu.
—Estás enfermo de borracho, si no sales de acá llamaré al asistente Choi, en serio vete.
Johnny mordió sus labios mientras negaba y se acostaba con toda su espalda hacia atrás, apenas tenía sensibilidad en su cuerpo pero no le interesaba, estaba tan alcoholizado. Inquieto el muchacho se acercó a él y le quitó los zapatos, si decidía dormir aquí Mark estaba decidido a dormir en alguna habitación de visitas, no pondría en juego su autocontrol.
—Tenía que hablar contigo —respiraba profundamente, el muchacho a su lado se dio cuenta cómo las emociones en Johnny fueron cambiando hasta ponerse tristes— lo siento Markeuuu, pero te he estado evitandooh tan... tanto y apooron... apropósito... yo, yo tenía un amigo, mi mejor amigo Ji Hansol y le hice tanto dañoooh dañoooh hasta verlo iorar...
Sentado uno al lado del otro era una escena muy interesante, el americano era de proporciones más grandes pero estaba casi doblado hacia adelante, con los ojos brillantes de angustia y la boca torcida mientras que el canadiense que era un poco más bajo estaba sentado contra el respaldo de la cama y abrazando sus rodillas.
—Yo tuuvveh un amigo gay mmmm Hansol era uno, se confesó hacia mi.... yo... y me asusté, me burleeee, le dije "—Mark frunció el ceño— jugué con sus sentimientos, perooo un día recibió un ataque y quedó en estado vegetal... soportó 2 meses hasta que un día dejó de respiraaaar, fue... —miró su mano, las lágrimas que había soportado caían en silencio hasta su barbilla— fue cuando sostuve su mano... soy monstruo.
—Lo fuiste —Johnny secó su rostro y lo miró mientras movía su cuerpo— pero de seguro tenías mi edad, eras joven e inexperto, tenías miedo —pensó en Donghyuck, solo que a él no tenía ánimos de justificar algo.
Johnny sacó su abrigo, lo dejó caer y como pudo trepó por la cama hasta acostarse al lado contrario de donde estaba el muchacho. Espantado Mark alcanzó a observar tan solo unos breves segundos antes que los brazos de aquel "gigante" lo atrajeran así mismo como un pulpo lleno de amor. "Mierda, mierda, mierda" pensó, su corazón estaba raudo, su boca seca y el aroma del perfume que aún seguía impregnado en su ropa parecía hechizarle.
—Mark, eres como un osito —susurraba contra su cabello oscuro, su nariz aspiraba el aroma de un cabello recién lavado— eres suaveee, eres bonito, eres chiquito —no era capaz de responderle, los brazos del americano lo envolvían por completo contra si, sonreía bobaliconamente- estás calmando mi angustiaaah en este momentop... no voy a repetir la historia, voy a ser bueno.
—El día de mañana ni siquiera recordarás lo que estás diciendo —susurró y levantó el rostro, tenía tan cerca de sus propios labios la boca de ese hombre, sus ojos estaban aún más rasgados, estaba sonriendo perdido en el alcohol. Mierda, así de cerca era aún más hermoso y era real, toda esta escena aunque parecía un sueño era tan real como el hecho que quería besarlo— mejor vete... por favor, me voy a volver loco.
—Markeeeuu —acarició la punta de su nariz suavemente— en serio tienes cara de un cachorro de león, un león con cabello negro.
—Basta —casi gimió, todo su cuerpo templaba cuando ni siquiera podía moverse demasiado— estás borracho, mejor vete —susurraba de forma aguda algo que ni siquiera quería que ocurriera.
No entendía que sucedía, no entendía porque él lo abrazaba ¿Por culpa?
Pero Johnny no parecía querer moverse, no cuando había encontrado algo que lo calmara, no cuando alguien lo miraba de esa manera. Estaba borracho, sí, demasiado, pero se sentía tan bien abrazando a ese "osito" humano después de una noche de solo beber con amigos, ruido, recuerdos y culpa.
Mark inspiró profundamente antes de decidir colocar una mano en la nuca, tragar saliva y acercar solo unos centímetros su boca para poder besarlo. La vida le colocaba el premio en bandeja de oro, descortés sería no aprovecharse de la situación.
Sintió que iba a perder el autocontrol pues nada se asemejaba a cómo los había imaginado, los labios del gigante eran suaves, calientes y perfectos. Sintió miedo, estaba besando a una estatua, Johnny estaba quieto como una piedra pero cuando decidió desprenderse y dejar de hacer el ridículo la respuesta fue distinta.
Solo fue en esa fracción de segundo que Mark Lee había comprendido una cosa, nadie lo suficientemente heterosexual respondía un beso de esa manera, nadie lo suficientemente heterosexual succionaría su labio con tanta hambre ni aferraría su nuca como si la vida de ambos dependiera de ello.
Johnny Seo había dejado revelar uno de sus más grandes secretos: era bisexual.
~~~~~
Morí otra vez...