top of page

"Imposible" Capítulo 8: Sexo con un bisexual

Actualizado: 1 jun 2019



Le dio otro beso profundo donde solo sus labios se apretaron con demasía, un beso que le robó el aliento por completo y que solo le permitió respirar cuando el americano se separó y caminó hacia la puerta.


Cuando la cerró con llave y se dio vuelta su mirada se volvió perversa al igual que su sonrisa. Mark tragó saliva ¿Qué podía hacer? ¿Escapar? Johnny parecía el cazador y él su víctima, con la sola idea le dieron ganas de morderse sus labios, esto era jodidamente exquisito.


—Es tu primera vez —susurró, no era una pregunta, eso fue una afirmación absoluta— ¿Realmente quieres que continúe? Me viste teniendo sexo, cuando me caliento no hay forma de que me detenga.


—Pero eso... ha sido con una mujer —se sonrojó.


—Cachorro —susurró, la caricia del dorso de su mano por sobre su mejilla izquierda fue estimulante— me vuelves loco.


Y contra todo pronóstico Johnny Seo fue extremadamente cuidadoso cuando empujó el cuerpo de Mark hacia atrás para que descansara sobre las almohadas, lo miró con afecto un par de segundos antes de quitarse los zapatos y la chaqueta, el canadiense jadeó imperceptiblemente cuando vio la camiseta blanca sin mangas que llevaba puesta y como sus brazos parecían dotados de mucha fuerza.

El corazón le latía tanto que se sentía como un ratoncito, uno nervioso pero expectante a quién tenía frente suyo sentado de rodillas sobre la cama y él, bueno, él debajo como un plato para ser servido.


—Voy a repetir lo mismo que dije estando ebrio, Mark Lee, eres muy bonito —sus mejillas podían iluminar por voluntad propia toda la habitación en un matiz rojo— no voy a hacerte daño.


Se inclinó hacia él capturando sus labios otra vez pero no se concentró allí más que 2 segundos, su boca y su rostro bebían del cuello del muchacho menor, sus pequeños besos justo donde podía sentir el pulso encendían todas las células de Mark enviando corrientes eléctricas en su entrepierna. Pero fueron sus dientes que, cuando sostuvieron un trozo de su piel para atraerlo a su boca y chuparlo con ansias, que provocaron un gemido en su "víctima". Para Mark era excitante tener 1.86 metros encima suyo.


No decía nada, parecía tan concentrado en acariciarlo y descubrirlo como si fuese su propio tesoro.


—Necesito quitarme la camiseta —susurró fastidiado el canadiense— dame... solo un segundo.


—Ni hablar, de eso me encargo yo —lo miró de arriba hacia abajo con una sonrisa encantadora— quiero disfrutar la experiencia de hacerlo con un hombre... no, quiero descubrir la experiencia de hacerlo con Mark Lee.


La camiseta del muchacho era del equipo de béisbol "Vancouver Canadians", John Seo no dudó en arrancársela partiendo el genero en dos. "Oye" se quejó el dueño.


—Puedo comprarte un jodido camión de esas, cachorro —asintió— tienes hombros anchos y unas caderas muy bonitas... vaya.


Colocó una mano en la parte baja de su espalda para atraerlo a si mismo, pero la ansiedad era más grande así que él también hizo el esfuerzo de inclinar el rostro hacia adelante y besar hambriento todo el sector que rodeaba la parte baja del ombligo. Escucharlo gemir era estimulante, saber que era motivo de su lascivia lo dejaba a él peor, quería besar y morder más, quería tocar cada rincón de su cuerpo, quería saciarse pero no podía, nada era suficiente.


El americano abrió más los ojos cuando vio su "camino de la felicidad" pero sonrió cuando sus dedos acariciaron alguno que otro cabello pequeño allí. La verdad: todo esto era algo extraño para él pero no iba a negar que lo prohibido, que el hecho que fuese 7 años menor y que se entregara con tanta voluntad a él lo excitaba como el demonio.


—Voy a...


—No, yo también quiero tocar —respiraba agitado pero antes que Johnny pudiese apresarlo contra la cama, Mark se sentó de rodillas— mierda, John... quiero tocar.


Sin decir algo el americano cedió ante su petición, quitó por sobre su cabeza la camiseta blanca y dejó a solo unos centímetros de su rostro su cuerpo. Aguantó la risa, los ojitos de Mark Lee se dilataron al verlo tan cerca, se sentía satisfecho sabiendo que era de su agrado.


—Mierda —murmuró famélico.


Había soñado y se había corrido recordando su cuerpo teniendo sexo, pero teniendo tan cerca toda su presencia era de alguna manera choqueante. Acercó su boca temblorosa y lo besó, besó y lamió primero su pectoral derecho, Johnny cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás mordiéndose los labios, no quería que se escucharan sus jadeos.


El canadiense se sentía como un niño en fiesta, el cuerpo del americano era hermoso. No era tan marcado pero no era delgado, era tan perfectamente proporcional que descansar sobre él se había anotado en su lista de los deseos. Miró hacia abajo y colocó las manos en su pantalón, ni siquiera quiso preguntarle si tenía permiso, solo lo desabrochó y lo bajó hasta sus rodillas.


Daebak.


El boxer negro se ajustaba tan bien a su anatomía que no dejaba espacio a la imaginación. Rosó la prominencia de su miembro por sobre la tela, era caliente, firme, duro, no se dio cuenta de la imagen excitante que le dio al americano cuando lamió sus labios.


—Acuéstate —le dijo en su tono dominante cuando el líbido no le daba espacio a arrepentirse, él asintió y volvió a la posición del principio— vas a disfrutar cachorro, esta vez eres el protagonista.


Con dedos expertos bajó la cremallera, lo arrancó y lo lanzó tan lejos como pudo. Iba decir algo pero se quedó callado cuando observó sus piernas, su ropa interior, su rostro. No quería hacerle daño, realmente esto debía ir con calma. Lo primero que pensaba cuando tenía a Haneul desnuda era joderla disfrutando tanto junto a ella pero Mark era otra cosa, Mark era gay, él.... él era bisexual y esto era su primera vez.


Al ver la indecisión de sus ojos el rubio se sintió atemorizado, no era lo que él deseaba, no era lo suficientemente bueno, no era una mujer. Pero Johnny había visto el cambio de sus emociones.


—Lo que sea que estés pensando, no —sostuvo su barbilla— mírame y escucha, Mark... esto también es como nuevo para mí ¿Sí? lo que menos quiero es hacerte daño.


—Demonios ¿Me ves como un niño? —frunció el ceño— maldita sea.


—No eres un niño Mark —susurró, sostuvo su mano y la colocó sobre su miembro, solo la tela separaba el contacto— ¿Crees que alguien que no fuese lo suficiente atractivo me excitaría de esta manera? ¿Quieres escuchar todo lo que te haría? quiero probarte de forma completa —susurraba a su oído— me vuelves loco, cachorro, al punto que reviviste algo que quería guardar.


Lentamente retiró su ropa interior, las mejillas de Mark estaban tan rojas que le ardían, exponerse de esa manera frente a un experto del sexo era algo... extraño. Johnny llevó su mano a la zona entre sus testículos, la forma circular con la que usaba su pulgar provocó que el muchacho mordiera su mano, las olas de calor iban dirigidas de forma directa a su miembro.


—Lindo... pene —incluso para Johnny Seo esto era algo, particular, él también estaba sonrojado pero estaba hambriento.


Mark se sentía orgulloso de ello, tenía un tamaño bueno, se había hecho un rebaje como si su alma le gritara que esto iba a ocurrir. Sonrió de lado pero abrió los ojos con las pupilas dilatadas cuando Seo Youngho sostuvo su miembro con una mano y lo fue introduciendo en su boca sin quitarle la vista de la suya, era un desafío, iba a hacerlo.


La calidez y la humedad de su boca lo envolvieron hasta su base ¡¿Qué clase de "heterosexual" podía introducirlo todo?! Los ojos cerró de golpe, silenció sus gemidos mordiendo el dorso de su mano mientras Youngho le hacía sexo oral.


—Dios.... Dios... John.


—¿Te gusta verdad? pues a mí también... mierda, a mi también me fascina —entusiasmado ante el sabor de Mark en su boca continuó lamiendo desde el glande hasta la base de su miembro, era su helado, era su caramelo favorito.


Pero no era la primera vez de Johnny haciendo esto, no, la única vez que había tenido sexo con un hombre fue años atrás con su mejor amigo Ji Hansol.


Su lengua era peligrosa, acariciaba con fuerza pero lentamente todo su pene para torturarlo. La frente y el cuerpo completo de Mark Lee sudaba, se retorcía entre las sábanas buscando calmarse pero no podía, estaba subiendo cada vez más, se sentía animal.


—Espera un poco.


Johnny observó a su alrededor como si buscara algo, confundido el canadiense siguió su mirada hasta que la fijó en uno de sus muebles. El "gigante" caminó y abrió uno de los cajones, dio una pequeña risilla cuando sostuvo un envase diminuto con vaselina. No dijo nada pero el mensaje había sido claro.


—No es lo que crees —negó repetidas veces.


—Soy hombre... ¿Qué haría vaselina en la habitación de uno? —travieso lo sostuvo y cerró el cajón— es hora de seguir jugando.


Colocó una porción entre sus manos y las frotó con suavidad, Mark iba a perder la paciencia en cualquier momento, Johnny Seo parecía el demonio y maestro del sexo, su confianza era arrebatadora. Sostuvo el miembro con la mano derecha y con la mano izquierda el rostro del muchacho, se apoderó de la boca para besar como le gustaba hacerlo, sí, haciendo uso de la lengua.


El rubio lo recibió gustoso, frotó su lengua contra la suya a medida que los jadeos iban aumentando, con el mismo ritmo el americano tomaba su pene y lo frotaba de arriba hacia abajo, cada vez lo sentía más caliente, más delicioso. De forma instintiva Johnny movía su cadera, quería frotarse desnudo también pero este era momento de su "cachorro".


—No pienses demasiado, solo libérate —chupó el lóbulo de su oreja rítmicamente, Mark jadeaba cada vez más fuerte— eso... sí.


—Más rápido...


—Perverso, lo agradecerás —frotaba su pene más rápido, era fascinante sentir al muchacho desesperado por liberarse, la textura contra su mano, la sensación resbaladiza de la vaselina. "Voy a correrme, voy a hacerlo John" balbuceó excitado— espera, abre tus ojos.


Cuando lo hizo el americano descendió su rostro sin quitarle los ojos de encima, sostuvo el miembro en su boca tanto como pudo y lo folló suavemente de arriba hacia abajo, jugaba con su lengua en el suave glande. La imagen era tan erótica que fue imposible no caer al abismo en un orgasmo explosivo. Mierda, Johnny Seo se estaba tragando todo el semen sin hacer alguna morisqueta más que lamerse los labios en un gesto diabólico.


—¿Será muy guarro si digo que sabes muy bien? —Mark se movió rápidamente para darse cuenta que Johnny aun seguía con su erección firme bajo la ropa interior, su mente apenas podía pensar, se sentía nublado por la excitación.


—Eres un... idiota —tuvo la imperiosa necesidad de abrazarlo por el cuello y besarlo, la sensación más increíble era cuando Youngho le devolvía el gesto con sus brazos firmes. Ese hombre estando caliente emanaba mucha testosterona— Johnny, cuando... cuando será por...


El norteamericano comprendió lo que quería decir, sus manos las dirigió de forma inmediata a su trasero y apretó firme sus nalgas redondas, era un muchachito bonito por todos lados. Pero no hoy, le explicaba, era demasiado para una primera vez, incluso para él. Regó lleno de cariño su rostro con besos, al contrario de otra reacción que hubiese esperado Johnny sentía su pecho lleno de calor y sentimiento.


—Ven —murmuró el rubio contra sus labios— sígueme.


Le gustaban las personas con actitud y Mark Lee parecía haberse desprendido, además de la ropa, de sus inhibiciones. Dejó que lo guiara hasta el baño donde mucha agua burbujeaba en el jacuzzi, él le decía que iba a tomar un baño antes que llegase a invadir su habitación. Qué coincidencia más "conveniente".


No supo cómo fue que el canadiense le dijo "quítatelos", pero no se veía adorable con su orden, se veía provocador. Con la gracia casi de un stripper y con absoluta comodidad lo hizo, lo lanzó hacia un lado y se cruzó de brazos, el desafío estaba en entre ambos.


—Me vas a enseñar a hacer un jodido y buen sexo oral, así que vamos al agua ahora.


Johnny Seo se consideraba admirador del buen sexo e innovador en muchos sentidos, todo lo que hacía con Han Eul era bajo completa aceptación por parte de ambos, esto era completamente diferente y sin embargo sentía que la lujuria le pedía a gritos practicarlo una vez más. ¿Por qué no dejarse llevar por lo que su cuerpo le pedía?


Ambos se acostaron en el jacuzzi, el agua burbujeaba entre ellos, el cabello de Johnny humedecido era lo suficientemente sexy para provocar un orgasmo solo con su imagen. Mark lo miró casi endiablado antes de aguantar la respiración y desaparecer bajo el agua, el americano perdió la sonrisa pero cerró los ojos de golpe cuando su pene fue capturado por la boca de ese chico.


Fuck it —jadeó, estaba caliente, necesitaba correrse, se había contenido cuando escuchó como sus jadeos se mezclaban ¿Qué podía esperar ahora?— Mark.


Pero lo follaba con su boca tan rápido y delicioso que sujetó sus manos en su nuca, sí, así, rápido, fuerte, sabroso. Buscó oxígeno "en la superficie" antes de robarle un beso y volver a follarlo. Llevó su pene más allá de su garganta, la forma en la que solo sus manos salían a la superficie y rasguñaban sus abdominales fue un gesto infernalmente provocador.


—Mierda.... mierda sí... cachorro, sí —ahora fueron las manos de Mark las que se fueron a sus testículos y acariciaron una y otra vez con el mismo ritmo de su boca— ¡Ah! Markeeuu.


Mark lo dejó en la cima del orgasmo, allí, estaba probando sus límites de manera cruel. Tan solo un roce y John Seo se iba al carajo. El rubio se sentó sobre su cuerpo con una pierna a cada lado , lo abrazó por el cuello, le devoraba la boca con un beso fogoso pero lo que más habían anhelado, se frotó contra su pene de forma repetida hasta que gimiendo roncamente le robó el grito del orgasmo contra su boca para que nadie pudiese oírlos.


—Mark... Mark que fue eso Mark —sus frentes unidas, sus cuerpos y cabellos mojados, sus respiraciones al compás— ¿En serio es tu primera vez?


—Nunca subestimes a alguien que ha anhelado esto por tanto tiempo, gigante.


----


El americano desocupó el secador cuando sintió su cabellera bien, sentía su corazón latir muy fuerte, después de toda la emoción y el torbellino hormonal la realidad lo golpeaba con fuerza, debía hablar, debía ser sincero, una sinceridad que podía dañar.


Se volteó hacia la cama y vio allí a Mark Lee con los brazos bajo su nuca mirando el techo, él también estaba pensativo, estaba preocupado. ¿Sería imbécil si se iba ahora mismo? sí, porque en realidad más allá del buen sexo oral quería abrazarlo por mucho rato.


Se acomodó en el lado derecho de la cama y lo observó en silencio, Mark Lee realmente era un chico atractivo, de sonrisa inocente, risa fácil, torpe pero esforzado y con valores bien puestos.


—¿Te arrepientes? —lo interrumpió el canadiense— podría entenderlo... incluso si crees que fue un impulso egoísta de mi parte.


—¿Puedes darme un abrazo? —murmuró tímido. El rostro con el que lo había dicho emocionó a Mark ¿Quién era el menor acá? Tomándose su tiempo dejó de sujetar sus rodillas y rodó hasta él, dejando que John escondiera el rostro contra su cuello— es incluso mejor que lo que recordé de mi borrachera.


Aquel contacto que aparentaba ser simple, en realidad fue extraordinario. John Seo estaba pasmado, su corazón no podía latir de esa manera ni sus brazos sentir la necesidad animal de envolver a Mark

¿Qué pasaba con Han Eul?


—¿Estás arrepentido? —preguntó.


—No, no lo estoy y eso me asusta —se inclinó hacia atrás para verle el rostro, quería que le creyera— porque tengo novia, ella está lejos y yo estoy contigo.... y deseo estar contigo más.


—No quiero que creas que soy un malcriado, pero la verdad es que me gustas Johnny... —el aludido respiró profundo— puedes vivir con eso ¿No? lo que... lo que no entiendo es ¿Por qué no admites que eres Bisexual?


—Porque admitirlo sería cruzar la línea de lo que se me ha educado toda la vida —su voz se quebró solo un poco— pero lo soy Mark, soy bisexual, los únicos hombres que me hicieron cuestionar mi identidad fueron Hansol y ahora tú... no —su mirada estaba perdida en el vacío— no es algo fácil de admitirlo, soy una figura importante dentro de una sociedad cerrada, mis padres son católicos hasta la médula, soy abogado heredero de un conglomerado muy importante... la sociedad me tiene en una encrucijada, mi espalda está cargada con responsabilidades que no elegí.


—¿Entonces por qué decidiste todo esto? —miró a su alrededor— ¿Por qué yo?


—Es cierto ¿Por qué tú? —sonrió casi con pena— ¿Por qué no tú? no sé que estás haciendo Mark Lee pero te estás adentrando en mí de una manera que llega a dar miedo, a veces y aunque no te des cuenta me puedo llegar a comportar como un crío a mis 25 años y solo por tu culpa.... sí, soy bisexual —sus ojos estaban humedecidos— ¿Qué puedo hacer con eso? vivir como siempre lo he hecho, seguir negando todo.


El rubio de cabello desordenado acarició su rostro de forma compresiva, la noche de hoy estaba cargada de muchas emociones ¿Era correcto hacer los cuestionamientos ahora? No, además por una parte no tenía derecho a cuestionar la posición del gigante, él siendo absolutamente gay había viajado a Corea para reprimir su identidad. La sociedad asiática no estaba preparada para los cambios, no mientras los adultos no pusieran de su parte.


Johnny Seo estaba asustado porque hoy había mordido la manzana prohibida, había evitado a Mark Lee a toda costa porque sabía que si se aproximaba demasiado caería en la tentación. Ya no había marcha atrás y el no tener un plan le aterraba. El canadiense se movió para taparlo con las sábanas hasta la cintura y abrazarlo fuertemente.


—Mañana será otro día, ahora debes descansar —besó sus labios con suavidad, sus palabras eran emitidas dentro de la oscuridad absoluta de la habitación— buenas noches Johnny.


—Buenas noches, cachorro —susurró en sus labios antes de responderle el beso de a trocitos, voltearlo y abrazarlo por su espalda como "el pulpo lleno de cariño" que se sentía.


No cuestionamientos, sin angustias, por esta noche no recordaría nada que lo responsabilizara y disfrutaría de esto, disfrutaría de su nuevo, inocente y hermoso pecado.


~~~~~


1 Comment


Magdalena Diana Mo
Magdalena Diana Mo
Jan 16, 2020

Quien no quiere los 1.86 sobre uno y con ese hombre tssss

Like

Suscribirse

  • twitter

©2019 by Novelas NCT. Proudly created with Wix.com

bottom of page