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"Más allá del mar" Cap 3: Nuevo trabajo



4 días después, Lunes 30 de septiembre 2019, Heraklion, Creta, Grecia.


Flash Back


La imagen a su alrededor empezó a tomar nitidez después de un par de segundos tratando de pestañear después de ¿Dormir?


Movió los ojos hacia el lado derecho, luego el izquierdo y frunció el ceño ¿Por qué estaba internado en un hospital? Se dijo que no debía perder la calma, que debía mantenerse concentrado en idear un plan para pasar desapercibido, pero cuando tenía ciertas ideas sobre cómo lo haría, la puerta de la habitación se abrió dando paso a la figura de una mujer menuda, de estatura mediana-baja y cabello atado tras su cabeza en una coleta.


Sus ojos eran rasgados y su piel muy hermosa.


—Hola señor, soy la enfermera Son y vengo a evaluarlo.


Jungwoo notó que tenía instalado algo en el antebrazo derecho, algo que conectaba a una bolsa con un líquido y con cosas escritas en ella.


“Disculpe que pregunte, pero ¿Cuál es su nombre?” su voz interrumpió el tren de sus pensamientos.


—Jungwoo… Kim Jungwoo —Sí, había pensado en uno junto a sus amigos para cuando decidiera andar en el mundo de tierra firme humana.


La muchacha asintió antes de tomarle los signos vitales y pedirle que hiciera un par de cosas como abrir la boca, seguir la luz con la mirada y repetir ciertos patrones de palabras.


No sabía que quería lograr con eso, pero con tal de no ocasionar alguna escena patética, era capaz de seguir lo que sea que fuera que le pidieran.


Lo último que recordaba era tratar de despertar de algo, no sabía siquiera donde estaba, solo que escuchaba olas romper contra alguna roca, aquellos vehículos aéreos llamados helicópteros entre otras cosas.


Rascó su barbilla mientras sus ojos captaban algo a su alrededor que le indicara el lugar donde se encontraba ¿Quién lo había traído hasta acá? ¿Tan mal estaba?


La enfermera dio una mirada sospechosa hacia atrás antes de cerrar la puerta de la habitación, acercarse a él, tomar asiento a su lado y sostener su mano.


—Este es el Hospital General de Heraklion, usted está en Creta… una isla de Grecia y Heraklion es su capital —frunció el ceño, no entendía el porqué del contacto con él, pero solo se dejó guiar— yo sé que su nombre solo es Jungwoo, una criatura como usted no posee apellido, eso es cosa de humanos.


Fue instantánea la manera en la que su cuerpo se tensó cuando escuchó aquello, incluso la frecuencia cardíaca aumentó con la insinuación de su verdad.


Al menos que lo hayan arrojado al agua fría dulce o encontrado en agua de mar, eso podía explicar que mencionara sobre su origen. Mierda ¡¿Qué?!


—Pero… pero ¿Cómo?


La mujer extendió la mano para acariciar su rostro, no era una insinuación sexual, más bien parecía haber en ella algo de compasión hacia su persona.


—La belleza de sus rasgos no son humanos, la pureza de su esencia es… usted es muy guapo para este mundo tan cruel —esbozó una sonrisa— usted viene del mundo marino, una criatura mitológica, un sireno —Jungwoo quiso retirar la mano, pero ella se la sujetó con firmeza— no tenga miedo, estoy casada con uno… apenas lo vi llegar a esta unidad supe que lo era, su aura no es humana, su corazón es muy bueno.


Jungwoo tragó saliva antes de gemir.


—¿Qué hago aquí? —fue todo lo que pudo decir.


En ese momento, la muchacha le fue explicando las cosas.


Jungwoo fue encontrado por el grupo de Marines americanos, su cuerpo estaba abrazado a una roca más lejos de lo que las olas llegan, por lo que su identidad como “sireno” estaba resguardada.


Presentaba signos de deshidratación, su piel estaba un poco seca y rojiza por el escozor del sol, sus labios partidos, su cabello sucio, sus ciclos respiratorios eran más lentos.


Llegó hace 2 días atrás a la unidad de Urgencias del hospital y recién hoy es que había despertado, desorientado y sin saber qué podía hacer de ahora en adelante.


El muchacho juntó sus manos sobre su regazo, mierda, en realidad no sabía qué podía hacer ¿Dinero? ¿Identidad? ¿Un propósito aquí en tierra firme?


Tenía ropa de hospital, pero estaba seguro que para salir de acá esto no le serviría en absoluto, podía sentir sobre su piel y dentro de su pecho la ira de las aguas del mar anunciando su prohibición para que ingresara a ellas de forma completa.


Estaba encerrado en esta isla y no podía salir para buscar a sus amigos.


—Su mirada y facciones me dicen algo ¿Qué es lo que le sucede?


—Todo… yo no debería estar acá —murmuró angustiado— quiero decir, no soy una especie de humano antiguo que no sabe nada de la sociedad actual pero, no es mi mundo, no me rijo por las mismas leyes, me faltan muchas cosas… no quiero ir por la calle desnudo buscando respuestas porque a nuestro Dios se le ha antojado.


Ella esbozó una sonrisa pequeña antes de inclinar un rostro hacia un lado.


Yo lo puedo ayudar, señor Jungwoo, usted no está solo”.


Fin Flash Back


Después de ser dado de alta del hospital, la muchacha lo llevó a su casa donde pudo conocer a Nicodemus Katsaros. Y aunque no lo dijo en voz alta, Jungwoo suspiró porque eran los ojos más azules que había visto alguna vez y el cabello rubio natural más hermoso que recordaba, porque claro, ciertas cosas no lucían de la misma manera bajo el mar.


Nicodemus lo invitó a sentarse en unas reposaderas de su terraza junto a una vista privilegiada del Mediterráneo en la lejanía, el brillo del sol en las aguas incluso se podía apreciar desde esa distancia.


El suave viento sobre sus brazos y una pequeña dosis de retsina (un vino griego) era ideal para que los recuerdos y la melancolía los envolviera.


—Decidí entregar mi identidad como sireno a Poseidón para poder vivir con la humana que me conquistó, y aunque fue una decisión de la cual jamás me arrepentiré, si puedo decirte que extraño nadar en el mar, que la forma en la que los rayos de sol atraviesan mi cola luce como una cortina mágica… todo era hermoso, pero nada supera a la mujer que está allá dentro cantando felizmente con el cabello tomado con una coleta —sonrió— la amo.


—¿El gran Poseidón no se ha molestado por ello?


—A veces, cuando algo debe ser ocurre y estoy seguro que él mismo destina ciertas criaturas a puntos específicos.


Mientras miraba hacia fuera por la ventana del vehículo que lo trasladaba, Jungwoo recordó todas las cosas que compartió en 2 días con esa mujer y aquel “ex sireno”. La manera en la que resolvieron sus diferencias lo conquistó de sobre manera, pero también se sintió conmovido, Nicodemus quería ayudarlo en esta travesía para insertarse en el mundo humano mientras resolvía como volver al mar.


“Puedes quedarte aquí como gustes, pero si quieres empezar a obtener una identidad yo te puedo ayudar”.


¿Esa era razón por la que le entregó dinero en efectivo y le compró varios atuendos de ropa con artículos de aseo necesarios? Sí, porque entre criaturas mitológicas incomprendidas siempre debían ayudarse y porque sabía que era uno de los guardianes del hijo de Poseidón.


—¿Ustedes dónde están?


Murmuró pensando en sus mejores amigos, casi podía estar seguro que no se habían muerto, pero quería que ellos supieran que él estaba vivo y que no dejaría de luchar para poder verlos otra vez.


—Señor Kim como puede ver a la derecha por la ventana, allá en un par de metros se encuentra la base militar del cuerpo de marines de Estados Unidos.


Salió de sus pensamientos cuando aquellas palabras lo interrumpieron abruptamente. ¿Mirar qué?


Levantó la mirada hacia el lugar donde el conductor le indicaba y en ese momento recordó lo que el ex sireno había hecho por él. Nicodemus era una de las personas más conocidas en Heraklion y gran parte de Creta por sus constantes campañas de recaudación de fondos para preservar las atracciones turísticas e históricas de la isla.


Como era un referente, el gobierno de Grecia solicitó su ayuda para cooperar con el escuadrón del ejército que le tocaba realizar la misión de ayuda en la Isla, sin embargo, dado que tenía mucho trabajo y como podía confiar en alguien que conocía hace muchos años Creta, además de saber griego como un nativo, es que podía conferirle esta tarea a “Kim Jungwoo”.


Nicodemus sabía muchas cosas y podía ser su gran referente para conseguir adentrarse en los humanos, después de todo, tener miles de años de existencia había valido la pena.


El vehículo de la municipalidad de Heraklion se detuvo frente a una puerta y después de que verificaran su identidad los hicieron pasar.


14 hombres con rasgos americanos, de piel oscura y piel muy pálida, pero en su mayoría de contextura fibrosa e uniformados. Todos se formaron en una línea recta ante ellos esperando a un hombre que caminaba por el suelo de tierra seca con el ceño fruncido y lentes de sol que lo protegían.


—Atención… ¡Saludo!


Todos llevaron la mano a la cabeza en el saludo marcial.


Jungwoo tragó saliva, se sentía absolutamente intimidado por el hombre parado delante de él, porque, aunque lo veía de espaldas, su físico y su voz emanaba autoridad, no por nada los hombres le habían hecho caso ¿Cierto?


Y sí, pudo comprobarlo cuando el aludido se giró sobre su eje hacia él. El ceño fruncido se acentuó y aquella línea recta en la que tenía su boca parecía haberse aplanado más todavía. Tardó un par de segundos en iniciar el saludo para él como si hubiera ocupado ese tiempo en mirar alguna cosa, sus ojos eran grandes e intimidadores.


—Soy el Sargento Wong a cargo del escuadrón… —habló un poco del número de su escuadrón y de que división exacta del cuerpo de Marines venía.


Jungwoo estiró la mano hacia él ¿Acaso así no saludaban los humanos unos a otros?


El sargento descendió los ojos antes de sostener sus manos y darle un apretón firme, sus alturas eran similares pero sus contexturas eran contrarias, el saludo parecía la unión del ying y el yang, uno era moreno, el otro pálido como nieve, uno era más musculoso y el otro solo un poco marcado pero delgado y esbelto, uno tenía manos fuertes, el otro tenía dedos delgados y aparentemente delicados.


—Mi nombre es Kim Jungwoo, señor Wong y estoy aquí dispuesto a ayudarlo en lo que sea que el ejército de Estados Unidos necesite, tanto en la interpretación, la traducción y como guía para ciertas áreas de la Isla Creta.


Hablaba en un inglés fluido.


Lucas asintió escuetamente antes de hacerse a un lado y mirar a sus propios hombres.


—A partir de hoy trabajaremos en conjunto con el señor Kim por lo que le debemos nuestros respetos. Es el intérprete, traductor y guía que el gobierno de Grecia nos ha entregado…


A pesar de que los militares estaban acostumbrados a mantener rostros de piedra, ninguno pasó por alto la forma en la que perdió el hilo de sus palabras cuando el Sargento Wong observó el rostro y los ojos rasgados de Kim.


—Lo lamento, he recordado algo, pero cualquier cosa realizaremos los trabajos en conjunto con el gobierno griego y este hombre, por lo tanto, esperemos tengamos frutos positivos de aquello en pro de las personas que más nos necesitan —cargó más la voz— pueden romper fila y retirarse a almorzar.


—¡Sí señor Wong!


Jungwoo tragó saliva ansioso, había aceptado esto porque ganaría aún más dinero del que Nicodemus le había dado, podría desplazarse, estudiar de más cerca a los humanos y tratar de entender la razón por la que había sido arrojado a Creta como los huesos de un pescado recién devorado.


Pero ahora que veía hacia el frente al Sargento Wong, dentro de la base militar, tenía miedo de ser descubierto por fraude o algo por el estilo y ser castigado por ello sin posibilidad de volver al mar y a su forma original.


El tren de sus pensamientos se detuvo cuando el Sargento le pidió que lo siguiera para mostrarle el lugar puesto que estaría aquí con bastante regularidad.


Asintió, caminó siguiendo sus pasos, pero nunca estuvo a su lado ¿Cuál era el protocolo correcto para estos casos? Se detuvo inmediatamente cuando el Sargento miró hacia atrás y se giró hacia él para no darle la espalda.


—Señor Kim hace unos minutos no dije absolutamente nada, pero recuerdo su rostro, hace un par de días, 4 para ser exactos, parte de mis hombres y yo lo encontramos sobre una gran roca inconsciente… ahora sé su nombre, pero —bajó el tono de su voz— ¿Podría permitirme saber si se encuentra bien?


Casi estaba seguro que el humano quería saber la razón por la que estuvo allí abandonado, pero no, no podía pararse y decirle con tanta casualidad que era una criatura mitológica, a punto de deshidratarse esperando ayuda.


—Me encuentro bien señor Wong, muchas gracias.


—Entiendo…


Continuó mostrándole la base militar, el comedor y la cocina. Ocupaban las inmediaciones que les había prestado el ejército griego con algunas adaptaciones de último minuto, pero todo en condiciones mucho más que excelentes.


Después de ello entraron a lo que era su oficina, solo se sentó cuando el Sargento Wong le indicó que lo hiciera, había quedado claro que la autoridad era parte de su carrera.


—Señor Kim, supongo que las autoridades griegas, específicamente del municipio de Heraklion, le han explicado las condiciones de su trabajo y por lo tanto las razones por la cual usted ha aceptado ayudarnos.


Miró sus propias manos sujetando parte del pantalón, sus pómulos rojos al igual que el borde de sus orejas indicaban vergüenza de sí mismo. No, no sabía a ciencia cierta las condiciones porque esto lo había aceptado apenas hace 3 días, sin embargo, el hombre confiaba en su persona y la responsabilidad al tomar el puesto.


—Sé mis tareas, pero no el cómo proceder, señor.


El “Marine” lo estaba observando con disimulo de arriba hacia abajo, quizás más específicamente la forma en la que sostenía su ropa o parecía pedir que lo tragara la tierra.


Por supuesto el ayudante no sabía o no deducía lo obvio, Lucas Wong era un militar, por lo tanto, sabía leer muy bien el lenguaje corporal de las personas a tal punto que los otros casi creían que leía la mente.


Kim Jungwoo se estaba avergonzando por alguna razón, ahora que estaban a solas casi parecía carecer de personalidad fuerte y, sí, algo en él le inquietaba, pero no sabía qué.


—Nuestro escuadrón tiene la misión de ayudar en reconstrucción, otorgar protección en los sitios arqueológicos de la isla, protección a los ciudadanos en las comunidades más vulneradas, entregar provisiones, etc, y no podemos hacerlo sin alguien que nos ayude a comunicarnos en griego… esa es su tarea, por lo tanto, debe entregarnos también conocimientos del lenguaje —al ver sorpresa en sus cejas, frunció el ceño y enderezó la espalda— señor Kim ¿Hay algo que le esté molestando?


—No, no es eso, por favor no me malinterprete, pero —tragó saliva y puso las manos sobre la superficie del escritorio— ¿De cuántas horas semanales estamos hablando?


Hubo un silencio repentino ¿Tan bobo era lo que había dicho? ¿Iban a sacarlo de aquí por no comportarse bajo sus estándares? ¡Apenas sabía cómo lidiar viviendo cual humano!


—Es una ayuda constante señor y por las horas que requiere, de la cual no estamos seguros puesto que es una misión con altos y bajos, usted debe permanecer con nosotros de forma constante y solo retirarse cuando le den autorización de ello —volvió a fruncir las cejas, parecía un hombre seco y un tanto difícil.


—Eso… quiere decir que… ¿No podré ver a mi familia?


—Eso quiere decir que va a tener que comer con nosotros y dormir de ser necesario en nuestras inmediaciones, tal como dije, solo salir si recibe autorización de ello —miró una carpeta— eso lo sabría de haber firmado con conocimiento… —indicó la puerta—debe presentarse aquí mañana, a las 0800 en punto empezará su jornada señor, mientras tanto puede retirarse a preparar sus pertenencias para mañana, un cabo lo escoltará a la salida.


Jungwoo enderezó la barbilla antes de pararse, hacer una pequeña reverencia y retirarse cuando un uniformado abrió la puerta.


¿Por qué tenía esa maldita sensación desagradable en su pecho? ¿Por qué tenía deseo de llorar? No entendía la forma en la que se desenvolvía este sistema militar humano, pero era sensible a emociones y casi podía estar seguro que tendría problemas con estos hombres, incluido el hombre que los lideraba, el Sargento Wong.


Atenas, Grecia.


Las lágrimas descendían lentamente por su rostro cuando en su cabeza pasaban imágenes de lo que había sucedido antes. No era como si añorara el pasado porque gracias a eso estaba en esta condición inútil cuando adoptaba la forma humana, sin embargo, aún si fuera la época más oscura de su vida, había cosas que podía rescatar como la capacidad de tener piernas funcionales, de hablar y cantar e incluso de ser que alguien lo amara por un breve lapso de tiempo.


Donghyuck secó su rostro y miró lo traslúcida que se veía la cola. Este era él, el gran hijo de Poseidón y Anfítrite dentro de una bañera con agua dulce, atrapado entre 4 paredes, con aire hostil.


¿Era lo que un Dios se merecía?


Sonrió con sarcasmo antes de gruñir enfadado ¡Como Dios no le quedaba nada! Miró hacia el costado, Mark estaba allí parado con un rostro afligido, seguramente había sido poco precavido y sus pensamientos se escaparon a través de la telepatía.


—Ya no le volverá a hacer daño, mi señor, encontraré la manera de sacarnos de aquí aunque… —apretó los labios— hoy es el último día que el señor Mouskouri nos obsequió de estadía con su dinero, así que probablemente mañana tengamos que irnos de acá.


Es lo más sensato” le dijo Donghyuck.


—¿Pero qué es lo que usted quiere? He hecho lo posible por conseguir formas de obtener dinero de manera legal y también mientras más lo he pensado, más creo que la respuesta a nuestra estadía en este mundo se debe a los conflictos que no ha resuelto con su pasado.


“¿En serio tú lo crees Mark? Mi padre no deja de recordarme lo inútil que soy después de entregar todo lo que fui por amor a ese hombre. ¡Poseidón no querría que estuviera cerca de Moon Taeil!”.


Incluso si fuera por telepatía, su voz sonaba más que enfadada.


Sonaba bastante lógico, pero ¿Acaso podía llamar coincidencia al hecho de hospedarse en un hotel, en el cual él era prácticamente el dueño? ¿Quedarse a razón de que Poseidón los arrojó a tierra firme y que amenazaba con ser más violento si volvían al mar?


—Quizás solo quiere venganza, no lo sé.


“¿Y qué sucede contigo? ¿Me vas a decir que no estás tentado de marcar al número que ese hombre te ha dado?”.


Mark levantó la barbilla, amaba a su mejor amigo y sabía que no podía faltarle el respeto siendo hijo directo de Dioses, pero ahora se sentía molesto con él por usarlo de distractor.


—Bien, señor, usted depende de mí y estoy seguro que el gran Poseidón está de acuerdo con eso así que incluso si me humillo voy a buscar la manera de seguir mi instinto, aún si quiero venganza.


Cerró la puerta del baño con fuerza antes de voltear hacia la cama y sentarse en la orilla para colocarse algún calzado.


Flash Back


Y aunque no sabía a ciencia exacta el valor monetario del ser humano, sí podía decir que servía como un método para obtener cosas, cosas que él no tenía en este momento y por las que el señor Mouskouri estaba pagando con su tarjeta de crédito.


Mark había vivido lo suficiente y se había inmiscuido en la tierra bastante como para entender ciertas cosas sin parecer un idiota transportado desde otro siglo al presente. Comprendía el uso de vehículos, teléfonos, computadores y electricidad, conocía un poco el modo de vida actual, pero… lo que había construido con su mejor amigo Jungwoo, el dinero, la cuenta bancaria, nada de eso servía ahora.


Estaban frente a la caja registradora, una de las pocas tiendas comerciales que estaba abierta en esta época de catástrofe.


Casi no tenían espacio suficiente para cargar las bolsas con sus propias manos, de no haber estado tan necesitado, no habría aceptado que les comprara tantas prendas de vestir, de zapatos e incluso artículos de limpieza humana como cepillo de dientes, pasta y afeitadoras manuales.


—Señor Mouskouri —gimió cuando salieron de la tienda, el fin estaba cerca— apenas nos hemos visto 1 vez antes de hoy ¿Por qué actúa con tanta solidaridad?


—Porque si alguien de mi familia pasara por esta situación, me gustaría que alguien los ayudase con las cosas mínimas —hizo un gesto a un punto en el aire—aunque no me creas, estuve en ese mismo hotel porque estaba en una conferencia tratando asuntos de mi área, tuve la oportunidad de ver lo sucedido, no debe ser coincidencia —movió los hombros— además cuento con los recursos económicos.


Lee Donghyuck estaba sonrojado, quizás avergonzado, pero cuando le entregó las bolsas para cargarlas en su regazo, le sonrió de una manera especial.


No quería preguntar, pero tenía la sospecha de que era sordo o había algún problema neurológico que le impidiera comunicarse o… ¿Era extremadamente tímido? Porque no, ni una sola palabra salía de su boca.


Mark miró hacia los costados ¿Y ahora qué? Ya no había nada para retener a ese humano, no podía hacerlo, incluso si la Diosa Afrodita le había advertido de su existencia.


—Bueno yo… señor Mouskouri, estoy avergonzado, pero también estaré infinitamente agradecido por lo que ha hecho —movió la bolsa en su mano— es… espero que pueda cuidar las piezas de alto valor histórico del museo y que resuelva cualquier problema posterior al terremoto y tsunami.


Donghyuck tensó la mandíbula ¡¿Por qué lo dejaba ir con tanta facilidad?! Aunque luego inclinó la cabeza en señal de respeto a Youngho, antes de mover su mano para decir adiós.


Mark hizo lo mismo y después de susurrar “adiós”, se volteó hacia su espalda dispuesto a caminar por todo el centro de Atenas hasta llegar al hotel donde se estaban hospedando.


Quizás solo caminó una cuadra completa antes de escuchar la voz de ese hombre, otra vez.

—¡Mark Lee!


Colocó una mano en su hombro para detenerlo antes que este lo rodeara y le entregara una tarjeta blanca en su mano derecha.


—Este es mi tarjeta de presentación, ahí está mi teléfono de contacto y mi correo electrónico, cualquier cosa que tú y tu amigo necesiten pueden llamarme ¿Sí?


Y aunque su voz y su rostro no eran muy expresivos, las intenciones bondadosas desbordaban su corazón.


Fin Flash Back


De eso había pasado 4 días, y aunque cada día observaba aquella tarjeta de presentación, se negaba a sí mismo a llamarlo.


De esta situación tenían que salir solos.


Tomó una gran bocanada de aire, le dio una última mirada a la puerta del baño pensando en Donghyuck y luego salió de allí erguido hacia el elevador. Para cuando llegó al mesón de la recepción, la seguridad en sí mismo estaba aumentada ¿De qué iba a temer? Tampoco era como si se humillara pidiendo un favor.


—Necesito hablar con el señor Moon Taeil, sé que se encuentra en este hotel… dígale que Mark Lee, el chico que lo encaró la otra vez está aquí.


La mujer de la recepción frunció el ceño, pero ¿Qué le impedía contactarlo? El gran jefe no había dejado alguna prohibición de que lo hiciera.


El sireno se apoyó de lado y con su mano tamborileó la superficie mientras observaba a su alrededor. El Hotel Palace era increíblemente magnífico, no terminaba de acostumbrarse a las pinturas, las alfombras, las esculturas similares a las de Grecia Antigua. Sonrió con sarcasmo, incluso en esta vida ese hombre nació con “una cuchara de oro” en la mano.


—El señor Moon dice que puede pasar a la oficina que se encuentra en el segundo piso, al fondo y a mano izquierda, podrá darse cuenta, está con guardias de seguridad afuera.


Y fue cierto, lo identificó de forma inmediata por los guardias de seguridad. No era una oficina definitiva pero sí parte de las inmediaciones del hotel que se ocupaban para casos como reuniones de empresas, entre otras cosas.


Los guardias le abrieron la puerta y la cerrar tras su espalda cuando él se volteó al hombre sentado solo en una mesa enorme, solo, con rostro de pocos amigos, con brazos cruzados sobre su pecho y una mirada prácticamente siniestra.


La maldad lo persigue” pensó con molestia acordándose del pasado y las desgracias secundarias a su encuentro con Donghyuck.


—¿Mark Lee? ¿En serio sigues aquí?


—Buenos tardes para usted también señor Moon —podía golpearlo, mierda, realmente podía hacerlo y las consecuencias serían graves— y sí, sigo aquí.


El hombre de pelo teñido rojizo, ajustó su corbata y movió la mano sobre la mesa.


—Voy a ser paciente, tengo asuntos importantes que resolver esta tarde y cuento con solo unos minutos para atenderte. Dime qué quieres.


No, esto no era humillarse ni algo por el estilo así que podía hacerlo.


—Repetir lo que dije la última vez, necesito que pueda ayudarme respecto a mi solicitud de trabajo.


De la embajada no me han dado respuestas, han dicho que no pueden ayudarme —una mentira como esa era muy blanca comparado con la de ocultar su existencia como sireno.


Frunció el ceño y luego sonrió con sarcasmo mientras meneaba la cabeza, pero ¿Qué le pasaba?


—Necesitas trabajo y tienes el atrevimiento de hospedarte en el Hotel Palace donde sus precios son elevados, que sus atenciones son para personas con poder adquisitivo, no te parece ¿Redundante?


Mark apretó los dientes, se sentía humillado y es que ¿Cómo rebatirle aquello? ¿Cómo decirle que necesitaba tenerlo cerca para no dejar que se escapara esta vez? ¡¿Cómo?!


—Los motivos por los cuales estoy acá no son su problema, señor Moon, sin embargo, no quiero que suceda un accidente como la última vez, incluso si es en otra parte, necesito ingresos monetarios para poder pagar mi estadía, no es algo que será eterno.


Moon Taeil tomó una gran bocanada de aire y contó hasta 10 antes de enderezarse más y observar con su mejor rostro al extraño muchacho Mark Lee. Ambos se estaban comunicando en coreano.


—Lamento que mis palabras puedan sonar groseras muchacho, pero mi experiencia administrando el negocio de la familia que es la hostelería, me dice que estás haciendo las cosas mal y… no quise darte falsas esperanzas ese día, pero no puedo darte trabajo, no tienes visa para trabajar ¿Cierto? Cualquier procedimiento es ilegal bajo ese punto.


El pelinegro rodeó la mesa hasta acomodarse en la silla más cercana a ese hombre, casi parecía que iba a escupir ácido por la boca o algo parecido al veneno, sus puños estaban inquietos, emanaba peligro.


—No quiero sonar vulgar, señor Moon, pero estoy seguro que en su trabajo como empresario usted ha realizado labores que no son del todo legales, quizás pagar para que les cedieran la autorización de realizar algún hotel por aquí o por allá, etc… ¿Qué mancharía en su imagen, que le dé un poco de trabajo simple a un hombre que ha perdido mucho y que está atrapado en un país que no le corresponde?


Gruñó.


—¡¿Es que acaso no te rindes?! Eres obstinado, te hospedas en nuestro hotel con tu amigo a pesar de no tener dinero, quieres tener un pedazo de lo que es la vida de los ricos y por eso insistes en estar acá, pero —movió la ceja con la mandíbula torcida— parte de nuestro staff que hace la limpieza y servicio de mucama no puede venir por el terremoto, es lo único que te podría ofrecer —contuvo la burla aunque en realidad era muy notoria— lo único que hay es eso ¿Quieres limpiar baños sucios y tomar el desastre de otros?


No lo golpees, no lo golpees”.

Se dijo a sí mismo antes de sonreír con la mejor sonrisa que tenía para estos casos.


Grandísimo hijo de puta.


Se acercó a Moon Taeil y con la mano estirada sostuvo la suya como si cerrara el trato más importante de su vida.


—No hay trabajo indigno señor, solo personas sucias de corazón así que, muchas gracias, yo y mi amigo empezamos a trabajar desde mañana.


Y antes que pudiera rebatirle alguna cosa, salió de la oficina con una sonrisa que quitó de su rostro apenas la puerta se cerró en su espalda.


¿Trabajo sucio? ¿Burla? Ese hombre no sabía lo que le esperaba, iba a hacer que se tragara sus asquerosas palabras.


~~~~~


Nota autora:


A partir de este momento es cuando las cosas se ponen mucho más que interesantes.


¿Será que los 3 humanos sacaran a flote su lado difícil?

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