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"Más allá del mar" Cap 4: Pequeño incidente





Martes 1 de octubre 2019, Atenas, al otro día


La asignación de tareas había sido clara desde hoy temprano en la mañana cuando les entregaron sus uniformes y los implementos necesarios para llevar a cabo el trabajo. Se encargarían de limpiar el hall del hotel, el área de la piscina principal, la entrada y algunos de los baños disponibles en la primera planta. 


Pero eso sería después de almuerzo porque en la mañana tenían que encargarse del orden y limpieza de las habitaciones del primer piso dado que Donghyuck se desplazaba en silla de ruedas.


Si todo estaba listo antes de las 5 de la tarde, podían continuar trabajando los siguientes días, hoy era la gran prueba para comprobar que su insistencia no había sido en vano, pero un día que sería pagado.


Donghyuck tensó la mandíbula cuando entraron en la primera habitación, las personas tenían sus atuendos tirados en el suelo, algunos productos que no sabía para que servían esparcidos en un mueble, colillas de cigarros fuera del bote de basura y lo más sorprendente fue ver un preservativo usado.


"No digo que hacer aseo sea indigno, pero ¿Por qué los humanos tienen que ser tan desconsiderados?".


Mark torció la boca, no podía rebatir algo porque era cierto, muchos humanos carecían del sentido del respeto, de la responsabilidad personal y hacia el otro, de creer que porque hay alguien que lo hará por ti tú puedes ser tan desordenado como puedas.


Con lo que no contaban los dueños del hotel era que ellos como sirenos contaban con habilidades especiales que se potenciaban en tierra, como Donghyuck, que, si bien nadaba veloz como ningún otro, en la silla de ruedas podía desplazarse con agilidad y alcanzar distancias que otros no podrían.

Como Mark, que tenía algo así como súper fuerza, por lo que tomar muebles y levantarlos para aspirar debajo de ellos era pan comido.


Sin embargo, quizás eran dones otorgados por Poseidón, pero tanto su hijo Donghyuck como sus dos mejores amigos y guardianes (Jungwoo y Mark), los 3 podían atraer cosas desde la distancia solo estirando un poco la mano.


Limpiaron los baños, tendieron las camas y ordenaron cada objeto donde creían que debía ir puesto, revisaron los inventarios y que todo estuviera en su sitio, que nada hubiera sido robado o que si se consumían productos del frigobar se cobraran.


La primera habitación les tomó 10 minutos y así fue con el resto de las habitaciones del ala oeste de la primera planta, la zona que les había sido asignada.


Cuando terminaron, 2 horas antes de lo acordado, la supervisora frunció el ceño totalmente incrédula a lo que los muchachos habían hecho ¡Casi podía estar segura de que no hicieron las cosas como correspondían!


Sin embargo, la sorpresa fue mayor cuando se paró en un par de habitaciones descubriendo que lucían incluso mejor que cuando los clientes se hospedaban por primera vez.


—¿Qué clase de truco sucio hicieron?


—¿Nosotros? —tragó saliva, no había cámaras de seguridad dentro, no tenían como descubrir lo que hicieron— nada, simplemente es el deseo de querer destacar...


—El señor Moon Taeil se enterará de esto, los observará de cerca, ténganlo por seguro.


La mano de Mark fue de inmediato al respaldo de la silla de ruedas de Donghyuck para que supiera que estaba a su lado para protegerlo, y aunque este no comunicaba todas las cosas, estaba claro que sufría por tener su presencia tan cerca.


—Pues que tome asiento para contemplar, estamos haciendo un trabajo honesto —le hizo un gesto al otro para continuar— con su permiso, adelantaremos trabajo...


----


"Todo lo que podía sentir en aquel momento era miedo, el miedo más apabullante del que alguna vez tuvo. No eran esos tipos de temores cuando el monstruo se aparece dentro de un armario o cuando sientes que tienes una gran responsabilidad, no, este miedo era mucho mayor porque sabes que tu vida está literalmente en peligro.


¿Dónde estaban sus guardianes? ¿Habían sido asesinados? ¿Había sido mala idea ir de casería nocturna en los montes más lejanos de Hanseong?


Un grupo de pueblerinos rebeldes, de la calaña más baja, estaban tras él y por su garganta para cobrar vida ¿Los motivos? Los desconocía totalmente, aunque siendo miembro de la realeza no debía estar tan sorprendido, mucho menos si era el primero en línea de sucesión al trono, primogénito del Rey Moon Yoo.


El caballo que montaba percibía los miedos de su jinete y sí, fue demasiado tarde para frenar algo puesto que cuando el príncipe Moon miró hacia el frente, todo lo que pudo ver fue su propia caída en cámara lenta y sin ninguna posibilidad de caer hacia el costado, ya estaba en medio del aire con las aguas del río bajo sus pies como únicos testigos


—¡Aahhhhh!


El aparente silencio de aquel sector fue rasgado por el grito desesperado que salió desde lo más profundo de su garganta, antes de caer de lleno y sumergirse dentro de las aguas.


Su fiel compañero, su querido caballo Namji, cayó 3 metros lejos a su costado y por el peso de los implementos en su cuerpo le fue imposible salir a flote, el líquido entraba a sus pulmones, los movimientos de sus patas eran más lentos. Namji estaba muriendo.


Las imágenes empezaron a tornarse borrosas, el esfuerzo para nadar a la superficie se hacía en vano. Moon Taeil sabía que se estaba muriendo, sin embargo, antes que perdiera la consciencia, pudo ver la sombra de algo anteponerse sobre él en contraste con la luz de la luna, eran unos brazos, una criatura, una enorme y gran cola de... ¿Sirena?".


Abrió los ojos de golpe, pero cuando trató de obtener las últimas imágenes de su sueño, estas desaparecieron al igual que el vapor en el aire. No podía recordar una sola cosa, nada, salvo por la sensación de ansiedad que lo embargaba y que se reflejaba a través de la taquicardia.


Miró a su alrededor, como era prácticamente el dueño de la cadena hotelera se estaba quedando en la suite presidencial.


Tanteó con la mano a un costado, sostuvo el teléfono y se dio cuenta que era medio día ¿Tanto había dormido ya? Decidido se levantó, fue a su baño y se tomó el tiempo para asearse completamente.


Disfrutaba de las sales, el olor a champú y jabón caro, pero no todo en la vida era esto, había venido a lidiar con la situación de los empleados y el terremoto, tenía que ir a unas reuniones, solo le quedaban un par de días en Grecia.


La llamada a su teléfono coincidió cuando estuvo listo, por supuesto contestó. Era una de las trabajadoras principales del hotel con quién tenía mayor contacto, una de las supervisoras quien necesitaba de su presencia en el vestíbulo.


Sí, tiempo le quedaba, solo faltaba 1 hora para el almuerzo y casi 2 para la reunión con los inversionistas.


Frunció el ceño al ver el rostro de la mujer, sus ojos claros estaban entrecerrados y su mandíbula un poco elevada, parecía tensa. Lo estaba.


—Perdóneme señor Moon, pero creo que su idea de contratar a unos turistas es... incómoda.


Cruzó los brazos y la observó, si tenía la excusa perfecta podría decirle en la cara a Mark Lee que se había equivocado y que podía retirarse de este lugar.


Caminó a su lado recibiendo el saludo de algunos turistas y trabajadores, solo les hizo una breve inclinación de cabeza antes de acercarse al sector donde estaba la piscina principal en el exterior.


—¿Puede decirme qué hay de incómodo? Realmente quiero una excusa válida —hablaba en inglés.


—Señor Moon, aquellos hombres que usted ve allí tardaron 2 horas menos en hacer sus trabajos de la jornada matutina.


—Y... ¿Eso implica...?


Bien, en algún momento podía ser "razonable" y en realidad que un trabajador tardara menos en cumplir no debiese suponer un problema, al menos que...


—Pues no genera la confianza suficiente para mantener un contrato señor ¿Qué tal si la tarea empleada fue en malas condiciones? ¿En serio un hombre puede tardar tan poco? Ni que decir del otro muchacho, señor ¿Cómo es posible que un hombre en silla de ruedas tenga las mismas capacidades? —tosió— no quiero sonar mal, pero es sospechoso.


Levantó la mirada hacia ellos, y se sintió profundamente molesto porque debería estar alegre que esto generara molestia, mas, como trabajador él no era incompetente, personalmente tenía una vida un poco despilfarrada, sin embargo, como "empresario" se tomaba las cosas muy en serio.


"Y supongo que bajo esa acusación fue a ver las áreas que le fueron otorgadas ¿Alguna anomalía en las habitaciones?".


Abrió la boca para decir algo, pero se quedó callada porque no tenía con qué defenderse, nada con lo que poder sustentar sus preocupaciones. Lo habían hecho excelente incluso y tuvo que ser honesta con el señor Moon, que, mientras más hablaba sobre el tema más reflejaba en su rostro la molestia por perder el tiempo en algo que no tenía fundamentos.


Levantó la mirada a la orilla más cercana de la piscina, allí estaba el chico de la silla de ruedas con el ceño fruncido, concentrado en tratar de limpiar quien sabe qué cosa en el agua.


No podía entender el afán de su amigo y él por quedarse. La curiosidad picaba su piel mientras más lo observaba, la manera en la que estiraba la parte superior de su cuerpo para alcanzar una hoja que nadaba en la superficie, la manera en la que un humano se esforzaba más de la cuenta cuando era impedido por una falla en su cuerpo.


Por instinto propio bajó más la vista, una de las ruedas de la silla se estaba acercando peligrosamente mucho más al borde de la piscina ¡Pero que muchachito tan estúpido!


—¡Oye! ¡Tú!


Donghyuck escuchó aquella voz tan clara y fuerte que la red que usaba para limpiar el agua se cayó de sus manos. Su corazón se disparó hacia las nubes y la ansiedad que sentía fue peor, cada uno de aquellos dolorosos recuerdos lo hicieron sentirse peor, tanto que no podía controlar la silla por sí mismo.


La silla empezó a moverse hacia adelante, pero ¿Podía gritar? Nada, ni siquiera se escucharía el mínimo gemido. ¡Su identidad como sireno sería descubierta cuando sumergiera las piernas en el agua! ¡Mark lo había dejado solo haciendo esta tarea!


Todo pasó muy rápido, ni siquiera supo cómo sucedieron las cosas, solo que una fuerza mayor tiró de su brazo, que su cuerpo cayó encima de otro y que la silla de ruedas terminó por irse hacia adelante hasta sumergirse en el agua.


—¡Podrías tener más cuidado! ¡No puedes hacer este tipo de cosas si no puedes salvarte a ti mismo!


Masculló Taeil, pero el muchacho estaba encogido contra su torso, sin moverse, como si un gatito hubiera sido salvado de ser devorado por una manada de coyotes o algo por el estilo. ¿Se había desmayado? ¿Estaba vivo?


Trató de sentarse en el suelo, su costoso traje se había mojado con la salpicadura de la silla ¿Estaba arruinado? No estaba preocupado de eso, solo de sentar al muchacho y sostenerlo por los hombros y tratar de hacerlo entrar en razón.


—No tienes la fuerza suficiente para nadar, tus piernas no funcionan de manera correcta ¿Crees que es prudente que hayas estado haciendo esta tarea?


Donghyuck se dijo que no debía ponerse a llorar, que no podía ceder ante las emociones, pero allí estaba, con los labios apretados, con los ojos húmedos y tratando de comunicarse a la distancia con Mark para que lo sacara de esta humillante situación.


"Tu trabajadora me obligó a hacer esto".


Pensó levantando la mirada hacia la supervisora.


No había hablado en absoluto, pero al parecer el humano Moon comprendió su mirada.


—Voy a acostarte en la reposadera y te quedarás allí hasta que saquen tu silla de ruedas del agua, mientras tanto puedes utilizar una de las que tenemos en el hotel.


Iba a protestar ante eso, pero ya era demasiado tarde, Taeil lo sostuvo entre sus brazos y lo acostó en la reposadera más cercana, justo bajo la exquisita sombra.


En aquel momento Mark apareció corriendo, había estado limpiando algunas cosas en el hall del hotel cuando sintió su cuerpo vibrar más de la cuenta, la sensación de alerta al tope, el miedo tocando cada fibra de su cuerpo.


—¡Donghyuck! ¡¿Donghyuck estás bien?!


Asintió rápidamente.


—¿Por qué tu amigo estaba solo limpiando cerca del área de la piscina? ¿Tanto es tu afán de abarcar las cosas en poco tiempo que lo pusiste en riesgo?


Mark desvió la mirada rápidamente a ese hombre, con los dientes apretados tanto como sus puños.


Había desafío, había molestia ¿Con qué derecho hablaba cuando cada una de las desgracias que le sucedían a su mejor amigo eran por culpa suya?


Meneó la cabeza, claro, él no podía recordar nada de eso.


—Aquella supervisora lo obligó a estar en este lugar bajo la afirmación de que usted lo había solicitado, le insistí que no podía, pero aun así lo obligaron a estar aquí... no diga que es mi afán de abarcar las cosas —cruzó los brazos— usted no nos conoce, pero, ya que está aquí puede verlo todo

¿Acaso estamos haciendo mal las cosas solo por tardarnos poco?


Taeil vio como el muchacho de piel más morena, tocaba sus piernas con la barbilla temblando y, sí, se sintió miserable por un segundo.


Estiró la chaqueta de su traje y avanzó un poco, se detuvo lo suficiente para mirar a su alrededor, las cosas estaban impecables, todo en orden ¿Qué podía recriminarles?


Absolutamente nada.


—Señor Moon... —dijo la supervisora, algunas hebras rubias de su cabello caían a los costados de su rostro.


—Procure no dar órdenes en mi nombre cuando no las he dicho, si ellos están haciendo el trabajo bien, entonces no importa lo mucho o poco que se demoren ¿Está bien? No me hagas perder el tiempo en este tipo de... nimiedades.


Estiró la parte de su traje antes de dirigirse rápidamente hacia el lugar donde se reuniría con otras personas para comer tratando de pensar en otra cosa que no fuera la imagen del muchacho tocando con miseria sus pobres e inútiles piernas de tez morena.


Heraklion, Creta, Grecia.


Ayer después del primer encuentro en la base militar americana, Jungwoo volvió a la casa donde conversó ampliamente tanto con Nicodemus Katsaros y su amable esposa.


El fingir ser humano no era fácil y generaba variadas preocupaciones, incluso esta "misión" era riesgosa puesto que no eran ciudadanos comunes con los que se enfrentaba, eran militares, gente con instrucción y conocimientos superiores, tenían técnicas que otras personas pasarían por alto, sabían leer el lenguaje corporal y detectar cuando alguien estaba mintiendo.


¿Cómo podía ayudarlos entonces?


La vasta experiencia de Nicodemus le decía que no era fácil, pero se podía, que con el paso de los años aprendió a introducirse en la población y que ahora, que finalmente entregó su existencia mitológica al gran Poseidón para convertirse en humano, es que había ingresado al sistema de Grecia como un griego más, con identificación real ante la ley, ya nadie podía asediarlo más.


Pero Jungwoo que por algún infortunio estaba atrapado en tierra firme, debía empezar como él usando técnicas simples. Por suerte, al ser guardián de un hijo de Dios, es que les habían otorgado el poder de hablar todas las lenguas humanas, por suerte, que había existido lo suficiente y que había estado curioseando en la población griega, es que sabía su historia.


Tenía lo suficiente para cumplir con lo que el gobierno Americano quería, servir de interprete, traductor, guiar por la isla Creta y también educarlos en la cultura griega.


Después de esas conversaciones en las que se acompañaron de un delicioso alcohol y aperitivos mediterráneos, en los que se perdió ante la abrumación de la admiración que sentía por aquel hombre y sus ojos claros, por la admiración hacia el amor que tuvo para sacrificarlo todo, es que pudo ir a dormirse tranquilo.


Entonces ¿Por qué ahora, que estaba bajándose de vehículo de la municipalidad, tenía tanto miedo?


Quizás porque cargaba una maleta con suficiente ropa para hospedarse, quizás porque era ignorante respecto a muchas cosas militares o, tal vez porque tenía miedo de que lo descubrieran de todas maneras.


Estaba caminando cuando prestó su atención hacia el frente, uno de los militares se paró delante de él para hacerle el saludo marcial.


—Procederemos a mostrarle la habitación donde va a hospedarse señor Kim.


Siguió el camino tras ese hombre, sintiéndose profundamente intimidado por la manera en la que caminaba o la violencia que significaba el arma que cargaba a un costado.


Después de desplazarse unos cuantos metros dentro del recinto llegaron a una "edificación" y tras ingresar por uno de los pasillos, terminaron parados frente a una puerta con el número 25 en ella.


Al abrirla todos sus miedos se disiparon, puesto que las imágenes de dormir dentro de una tienda de campaña o en una habitación de 1 metro por 1 metro fueron falsas. La habitación era espaciosa, con una cama de plaza y media, con un armario, un mueble, una mesilla de noche al costado de la cama y un escritorio que contaba con computador y la lámpara.


Todo era pulcro, de colores verde, beige, blanco y café. Contaba con baño propio.


—Esperemos se sienta cómodo, señor Kim.


—Es bonita, muchas gracias —arrastró la maleta y la dejó a un costado antes de voltearse— Y... ahora ¿Qué sucederá?


----


Entrar en aquel salón de clases improvisado se sintió como entrar a una jaula con leones, cada uno de esos hombres, 14 subordinados para ser exacto, estaban siguiendo su figura después de que saludaran con la mano izquierda a un costado y la derecha sobre la frente.


Se desplazó un poco más, solo lo suficiente hasta que aquella espalda ancha desapareció de su vista para convertirse en un hombre que se quitaba los lentes de sol para observarlo con el ceño fruncido de desaprobación.


¿Cuál era el problema del Sargento Wong? ¿Seguía cuestionando la poca profesionalidad por firmar un contrato sin leer los términos?


Jungwoo tragó saliva y se miró brevemente a sí mismo, sus zapatos eran de cuero café, traía pantalón color beige y una camisa color melocotón que no se ceñía del todo a su torso pero que combinaba con sus mejillas según la apreciación de Nicodemus y su esposa.


Regresó los ojos al Sargento, pero este frunció el ceño aún más antes de tomar una gran inspiración y elevar el tono de su grave voz.


—A partir de ahora el señor Kim formará parte de nuestro grupo, es prudente que mantengamos atención a lo que deba enseñarnos puesto que esto será nuestra base para la ayuda que ofreceremos a las comunidades aquí en la isla Creta ¿Comprendieron?


"¡Si señor!" manifestaron al unísono.


Todos silenciaron y se quedaron viendo al muchacho de piel de porcelana que parecía como si no supiera lo que estaba haciendo allí.


—¿Señor Kim?


La voz grave de ese hombre lo sacó de trance y lo hizo volver a la realidad.


—Bien, primero, para entender a la sociedad que estamos hablando deben saber cosas básicas —tomó un plumón y escribió con una bella caligrafía— La civilización Griega data desde alrededor del 3200 A.C y...


Explicó a grandes rasgos cosas históricas y, mientras lo hacía, se justificaba diciendo que era para que entendieran el valor que Grecia sentía por todas los tesoros y sitios arqueológicos de su antigua civilización, cuna de otras civilizaciones occidentales.


Todos anotaban, todos estaban muy pendiente de lo que Jungwoo hablaba y aunque ahora se explayaba con seguridad sobre las cosas, por dentro sentía que se estaba muriendo.


Cuando hubo un momento de pausa, un militar levantó su mano con cautela.


—Señor Kim, tengo duda, sin afán de sonar xenofóbico e ignorante, admiro su conocimiento con respecto a la cultura griega pero ¿Cómo usted sabe tanto respecto a ello? —todos devolvieron la mirada al "profesor"— lo digo por el origen de su nombre ¿Usted es coreano?


"Mierda" pensó. ¿Era eso relevante? Mas no lo consideró una falta de respeto, el humano tenía curiosidad y debía saciarla con una respuesta ¿Cuál?


Con sus ojitos barrió la sala completa hasta concentrarse en el único hombre que parecía diferente al resto y quien no dejaba de mirarlo con tanta seriedad que erizaba el cabello de su nuca.


—¿Esa misma pregunta le hicieron al Sargento Wong cuando se presentó en el ejército americano? ¿Es realmente importante? —Y aunque su voz sonó sin ningún deje negativo, todos se quedaron callados, pero luego él meneó la cabeza y levantó la barbilla— nací en Corea, pero he vivido prácticamente toda mi vida en esta nación...


Estuvieron toda la mañana dedicándose básicamente a lo que ellos más les importaba: palabras y métodos de comunicación en griego, el cómo se pronunciaba, el cómo se escribía, cosas sencillas que reforzarían cada día.


—Entonces para hacer un resumen de lo que hemos visto, es bueno que consideren la importancia histórica con la cual Grecia se toma sus cosas, muchas de ellas fueron afectadas por el terremoto y el tsunami, muchas de ellas son las que ustedes cuidarán... y también por supuesto que se queden con las palabras básicas que han aprendido, cosas que vamos a recordar a cada momento y que vamos a profundizar más adelante para que puedan comunicarse con mayor fluidez... como por ejemplo si yo les digo "hola", ustedes deben decir..


"Yiá su"( Γειά σου) dijeron al unísono.


—Hola ¿Qué tal?


"Yiá su, ti kánis?" (γεια σου τι κανεις) respondieron.


—Mientras esté con ustedes voy a preparar una hoja con las frases más comunes, el cómo se escriben en la caligrafía griega y vamos a practicar... mientras no lo dominen no deben preocuparse, estaré trabajando codo a codo con ustedes para interpretar y traducir lo que necesiten.


----


¡Dios! Estaba tan sediento que la paciencia no era su mejor compañera en este momento, la máquina expendedora de agua parecía tener problemas al respecto ¿Alguna obstrucción en el paso de aquel preciado líquido?


Jungwoo tragó saliva instintivamente ¿Y si se encerraba en un baño y abría la boca bajo la llave para que el agua llenara todo su estómago como correspondía?


Cuando al fin tuvo el vaso de agua fría completamente lleno, lo sacó mordiéndose los labios. Los humanos lo veían como algo poco valioso, optando por bebidas o refrescos de otra categoría sin ser conscientes que el agua significaba vida y era suficiente para todo lo demás.


Estar fuera del mar lo llevaba a la necesidad de hidratarse con agua dulce a cada momento.


—Señor Kim.


Aquel tono grave de voz provocó que el vaso se deslizara de sus dedos hacia el suelo derramándose completamente, mucho más rápido de lo que él pudiera reaccionar.


—σκατά! (mierda!) —se agachó rápidamente, mas, al recordar que no contaba con algo para secar, se paró sonrojado mirando preocupado al uniformado frente suyo— se... señor Wong.


El hombre miró el charco, luego al muchacho que temblaba con el cabello despeinado y con mejillas sonrojadas que hacía de juego con su camiseta melocotón. Un aspecto irritante.


¿Dónde estaba la seguridad del hombre que hablaba con tanta elocuencia en la sala de clases y que se había atrevido a responder la pregunta de un soldado, usándolo a él de ejemplo?


—Discúlpeme por tomarlo desprevenido, pero en realidad debo entregarle información respecto a las normas que deben cumplirse dentro de un recinto militar, así como usted nos está educando sobre Grecia, su cultura y el idioma, nosotros debemos darle una visión militar y así mantener una relación de cooperación correcta.


Asintió lentamente, por alguna razón se sentía totalmente estúpido, pero en el fondo estaría agradecido, era ignorante respecto al tema.


—Y eso... ¿Cuándo sería?


—Después de almuerzo vaya a mi oficina, lo estaré esperando señor Kim.


Asintió como un obediente cachorro.


Lucas también asintió, pero de manera seca y escueta antes de dirigirse con una postura rígida hacia el comedor donde los ayudantes, que habían viajado con ellos, servirían el almuerzo.


Se permitió mirar hacia atrás con disimulo para terminar encontrándose con aquel muchacho que secaba con un poco de papel el agua que había tirado, y luego, que se paraba de nuevo con un rostro afligido para llenar el mismo vaso en la máquina.


¿Y ese hombre iba a guiarlos por la isla?


Sí, una completa e inconveniente apariencia irritante.


Atenas.


Con Donghyuck reposando en la bañera llena de agua dentro del baño de la habitación que usaban, con el día de trabajo llegando a su fin, Mark Lee miraba desde una distancia prudente el teléfono que descansaba en la superficie de la recepción.


Sabía que no debía entusiasmarse ni anticiparse a nada, pero era malditamente inevitable querer tomar el teléfono y llamar al señor Mouskouri para contarle como le estaba yendo. No debía rendirle cuentas de manera obligatoria, pero sentía el deber moral de hacerlo porque él les había obsequiado prendas de vestir y hasta calzados nuevos. No importaba si era jodidamente rico o algo por el estilo, era la actitud desinteresada por ello.


Su corazón daba ese tipo extraño de latido con pensar en su mirada de ojos rasgados, a veces dudaba del oráculo de Afrodita ¿Con qué excusas iban a verse de nuevo?


Miró hacia los lados. Mierda. ¿Qué quería Poseidón realmente? Ni siquiera había excusas válidas para interactuar con Moon Taeil.


—Si quieres venganza entonces planea algo mejor que esto —gruñó.


Y movió tan rápido la escoba que terminó golpeando un barril con agua y líquido para limpiar el suelo. El barril se derramó hacia el costado salpicando la pierna de un hombre que hablaba sobre quien sabe qué cosa por teléfono.


—¡Lo siento mucho señor! —cerró los ojos esperando algún gruñido de enfado, una acusación a la supervisora, pero el silencio de unos segundos hizo que abriera los ojos.


Al hacerlo se dio cuenta que el hombre tenía en las manos la escoba junto al trapo y que, para su mayor sorpresa, secaba el charco que había dejado en el suelo.


"¡Señor por favor eso es tarea de los empleados!", exclamó la supervisora que no había parado de estar tras sus espaldas en toda la jornada laboral. "No ensucie sus manos de esa forma".


—Están limpias —esbozó una sonrisa de oreja a oreja, bañada con un tinte de falsa inocencia.


—De... de todas maneras eso es tarea de nuestros empleados, por favor ¿Hay alguna forma de poder compensar este infortunio?


Frunció el ceño pensativo con una mano bajo su barbilla, pero luego el rostro adoptó una seriedad que podía intimidar a cualquiera.


—La postura del joven habla por sí solo, quizás... no, no quizás... usted debería mejorar su tono de voz con los trabajadores, esto fue un error, demonios, a cualquiera puede sucederle —estiró el tobillo, sus pantalones y zapatos gritaban la posesión de dinero a gritos— solo es limpiador.


Le guiñó un ojo al muchacho de cabello oscuro para que comprendiera que estaba de su lado, sin saber que sus mejillas e incluso sus orejas estarían rojas en respuesta a un gesto que él consideraba sutil.


La apariencia de cachorro mojado captó de inmediato su atención, tenía miedo, estaba avergonzado o ambas dos.


—Yo debo retirarme, tengo que ayudar a un amigo mío a ordenar todo esto —indicó con su dedo alrededor haciendo referencia al hotel— trata de mirar hacia el frente de ahora en adelante, muchacho —estiró su mano para despedirse, el menor la aceptó con cautela— pero cualquier cosa que te parezca fuera de lugar solo pregunta en este hotel por mí, el señor Kim Jongin.


----


—Te amo, tú lo sabes ¿Verdad? —no recibía respuesta del otro lado de la línea pero él sabía que estaba siendo escuchado con el corazón más puro que alguien pudiera tener— voy a regresar pronto.

Se escuchó un ruido extraño, sabía que su madre estaba sosteniendo el teléfono nuevamente para finalizar la llamada.


—Youngho, no te atormentes, nosotros sabemos que estás en Atenas por tus sueños.


—Mis sueños no son más grandes que Andreus, solo estoy aquí ahora por el maldito terremoto, nada más, todo lo que hago es por él.


—Hijo —con su voz y su calma sabía que podía influir para que la ansiedad de disminuyera lo suficiente, solo había una persona que podía poner su monótono estado en una tormenta de emociones fuertes— lo que haces tiene un alcance de importancia incluso para el gobierno de este país, solo persevera... Andreus sabe que su padre lo ama.

~~~~~


Nota autora:


Youngho tiene un secreto que le duele en lo más profundo de su corazón.


Por otra parte ya llegó un nuevo personaje para hacer más interesante este asunto.

1 Comment


Catalina O. Garín
Catalina O. Garín
Oct 08, 2019

CTM QOFKDLDKID APARECIÓ JONGIN ME MUERO AAAA

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