"Más allá del mar" Cap 12: Cuando él te protege
- TrinidadVictoria
- 3 dic 2019
- 19 Min. de lectura

Flash Back
No sería capaz de soportar despertar, en unas horas, en la cama de su habitación, acompañado por un hombre de piel suave, que olía maravillosamente, que observara con esos ojos brillantes ni mostrara disgusto con esos labios damasco.
Lo había follado, rápido y un poco duro y mierda, sí había tenido un orgasmo dentro de su cuerpo, un orgasmo que rasgó el poco orgullo que le quedaba.
Necesitaba una solución incluso si esta era desmedida, pero, para problemas recientes, medidas desesperadas.
A pesar de que Jungwoo Kim fuera casi tan alto como él, pudo sostenerlo entre sus brazos y salir fuera de su habitación. Sabía dónde llevarlo, sabía muy bien donde hacerlo, no había sido ciego ante las señales, ni las tendencias de Alan Cooper por ayudarle, habían llegado juntos al segundo piso de la residencial y estuvieron a punto de besarse al inicio de la escalera.
Miró por ambos lados del pasillo, todos estaban durmiendo profundamente por lo que no iban a ser descubiertos.
Con una mano abrió con cuidado la puerta de la habitación de Alan Cooper. Levantó una ceja con cierta incredulidad ¿En serio este hombre pretendió insinuarse a Jungwoo, para tener relaciones sexuales? ¡Estaba profundamente dormido solo en ropa interior!
Lentamente depositó al muchacho a su lado y lo observó bajo la luz tenue de la lámpara a su costado.
Esto no era ético, esto era enfermo, incriminar el acto sexual a otro porque él empezaba a sentirse aterrado. Estaba arriesgándose lo suficiente haciendo esto ¿Y qué tal si Alan lo descubría? ¿Qué tal si Alan recordaba haberse quedado dormido sin tocarlo?
Lucas Wong también estaba borracho por lo que no pensaba claramente. Mierda y otro se llevaría el crédito por esos gemidos y ese orgasmo. No ¿Acaso querían que supieran que se había comportado como un maricón?
Salió de allí cerrando la puerta tras su espalda. El crimen estaba hecho y él podía retorcerse en la cama de su habitación con la ansiedad que carcomía su pecho, como una gota de tinta negra esparciéndose en una bañera llena de agua.
Fin Flash Back
1 semana después y unos días después, Lunes 4 de noviembre 2019, Atenas.
Con una sonrisa observaba el cielo y a su alrededor, una de las calles principales de Atenas era decorada con flores, varios puestos de comida, con personas comprando productos, algunos turistas sacando fotografías, todos inmersos en un ambiente ¿Tranquilo?
Había pasado ya más de 1 mes desde la tragedia y la ciudad cobraba vida, muchos locales estaban siendo abiertos de nuevo, las construcciones habían empezado, algunas terminaron, las cosas parecían mejorar.
Jongin observó a su alrededor en busca de "algo" hasta que vio un puesto de comida ¡No pudo evitar acercarse con entusiasmo!
Mark Lee lo seguía para explicarle de lo que se trataba.
—Es una empanada de queso feta, se llama "tiropita".
—Dios bendiga la comida griega —estiró un par de billetes para comprar una para cada uno y se volteó para entregarle una a Mark— provecho.
Con las mejillas rojas, el muchacho mordió la comida ¿Cómo decirle a ese hombre que en realidad llevaba cientos y cientos de años comiendo de la gastronomía griega cuando estaba en tierra firme?
Jongin pestañeó aturdido, quería entender la razón por la que el muchacho siempre se enrojecía cuando recibía un cumplido y o él le daba algún "obsequio", aunque claro, no estaba quejándose.
—Creo que en 2 semanas tendría que volver a Corea, como mucho —dijo de repente.
¿Qué?
Mark Lee se volteó con los ojos prácticamente desorbitados ¡¿Ya se iría?!
—Señor Kim.
—Hemos hecho gran parte del trabajo de manera rápida, hemos avanzado lo suficiente, el hotel ha recuperado las perdidas tras el terremoto y los inversionistas se mantendrán... no tendremos que despedir a nadie, la temporada de turismo está regresando... las actividades empresariales también por lo que las salas de conferencias serán ocupadas para reuniones o eventos como seminarios de investigación.
—Comprendo —miró la empanada a medio morder, si él regresaba las cosas se complicarían, porque no habría motivos para quedarse en el Hotel Palace y porque el dinero ahorrado se acabaría en poco tiempo ¡Ni siquiera podía entender su verdadera misión en tierra!— sería inútil quedarse más tiempo.
Jongin estiró la mano y retiró un mechón de cabello que se asomaba en la frente del muchacho.
—Puedo conseguirte un trabajo hasta que te sientas seguro de volver a donde perteneces —dicho aquello, el sireno lo miró en un estado de alerta máxima, no estaba diciendo algo entre líneas ¿Cierto? Jongin levantó imperceptiblemente su ceja derecha antes de continuar— me refiero a Corea.
—No señor Kim, la verdad es que no necesito la ayuda de nadie, no es su responsabilidad y... —tembló ¿Por qué los Dioses no movían los hilos del destino para darle una identidad legal ante el mundo humano? — terminemos este trabajo de la mejor manera posible, solo le pido que me avise con anticipación.
El "coreano" se limpió las comisuras labiales con la servilleta, la idea de dejarlo a la deriva no le gusta en absoluto, porque a pesar de las misiones por las que realmente estaba en esta nación, le había tomado "cariño" al muchacho o quizás algo más que eso.
Mark miró su teléfono antes de suspirar y mirar hacia el frente. El paseo de la mañana había acabado y sabía que sería liberado después de esto.
—Debo retirarme señor Kim Jongin, si necesita de mis servicios sabe que estoy a una llamada de distancia.
—Hoy no necesito de tu interpretación muchacho, volveré al hotel y coordinaré con Corea la situación, seré honesto contigo para decirte hasta que fecha realmente cuento contigo.
El sireno se inclinó un par de veces antes de despedirse con la mano y caminar con las manos en los bolsillos de manera tensa hacia otra parte, sin saber que Jongin lo seguía como quien sigue a una presa.
Tenía que ser rápido, porque el instinto le decía que con ese muchacho la respuesta a su búsqueda era correcta, pero no podía actuar como realmente debiera. Kai sabía que Mark era un sireno, sabía que su lealtad estaba con Poseidón y su hijo. ¿Cómo sacarle información sin que se diera cuenta?
Se miró sus propios zapatos, encerrado en este cuerpo difícilmente podría hacerlo.
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Y cuando lo vio tan afanado hablando frente un grupo de al menos 50 estudiantes, el muchacho sintió sus mejillas ponerse intensamente rojas.
Aquí estaba él, Mark, viendo aquella figura alta enfundada en un traje formal mientras dictaba una cátedra en la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas. Porque sí, esta semana y después de 1 mes, los alumnos podían volver a clases y Youngho Mouskouri tenía que cumplir con su labor docente.
Mark se sentó al fondo del auditorio sin que nadie se diera cuenta, no estaba infringiendo alguna ley o algo por el estilo, pero ese hombre de cabellera negra y ojos rasgados le había dicho que podía asistir a sus clases si lo deseaba, como una manera de compartir el gusto que ambos tenían por la historia de la civilización griega.
Tenía tanta gracia para hablar, el tono de su voz un poco profundo, podía decir que era de los humanos que más lindo hablaban el lenguaje griego, y claro, el sireno había escuchado a miles en toda su existencia.
Miró a un grupo de chicas que murmuraban entre ellas.
"¿Es idea mía o el señor Mouskouri volvió más guapo? Su novia debe ser una mujer privilegiada".
No quería sentirse celoso, porque no le pertenecía en nada, pero se sintió alarmado por solo ponerse a pensar en él observando a una chica (o un chico) con tanto afecto que le dolía.
—No me pertenece —murmuró apagado.
A pesar de eso se habían vuelto más ¿Cercanos?
La mañana siguiente de ese día viernes, Mark se despertó acurrucado contra ese hombre como si hubiesen sido el anclaje perfecto, sabía que se había quedado dormido de golpe porque su cuerpo no soportó todo el alcohol que había bebido, pero amanecer así, abrazándolo y apoyando su frente contra esos labios, se sentía tan... inadecuado.
Mentiría si dijera que no tuvo la sensación de besarlo y entender porque Afrodita se lo había llevado a su vida, pero lo respetaba lo suficiente para no hacer algo sin su consentimiento. Esa fue la razón por la que dejó una nota agradeciendo por aceptarlo en su casa antes de irse.
Desde ese día, hace casi 2 semanas atrás, es que a veces se comunicaban escribiendo por mensajería. Quizás estuvo muy borracho para darse cuenta que ambos intercambiaron números.
—Si hubiese sabido que mi clase te aburriría, te habría traído una almohada.
Sobresaltado, Mark miró hacia los lados antes de dar con la figura de ese hombre a su lado, Youngho estaba sentado como un alumno más, con los brazos cruzados y una mirada menos monótona que de costumbre.
Nadie quedaba en el auditorio ¡La clase había terminado!
—Señor Mouskouri, no lo interprete mal, ni siquiera me di cuenta que me quedé dormido.
Y era cierto, como una criatura que estaba viviendo en un mundo que no le correspondía, y a pesar de que dormía todas las noches dentro de la bañera llena de agua, su cuerpo se agotaba más que de costumbre.
—Tranquilo, solo bromeaba ¿Vamos?
Después de dejar archivos donde correspondía y despedirse de algunos colegas, entraron al vehículo para dirigirse camino al Museo.
Como Youngho tenía que hacer durante la tarde su trabajo en dicho lugar, pensó que podía invitar al muchacho, era extraño que a su edad supiera tanto, además él podía hacer que entrara gratis.
Juntos caminaron por algunos salones y apreciaron algunas obras de este mientras el griego murmuraba descripciones históricas atingentes a ellos, algunos turistas se acercaban curiosos para escucharlo. Mark se sintió emocionado, sabía mucho sobre cada una de las cosas porque había sido testigo de varias en realidad, pero escucharlo, orgulloso de la tierra que lo crío y su historia, hacía sentir que sus mejillas enrojecieran.
Le estaba prestando atención a él, incluso si no era lo que Mark creía, esto se sentía... bien.
Al cabo de unos minutos se dirigieron a una cafetería, el griego lo invitaría.
—Esto está delicioso —olfateó el café entre sus manos antes de darle unos sorbos, eran las 5 de la tarde— debe pensar que soy un nerd o algo por el estilo, tampoco es normal que un chico de 22 sea tan aficionado a esto.
En una conversación Mark le había dicho que estudiaría pedagogía el próximo año, pero que estos años se dedicó a otras cosas en Corea, no hablaba mucho de su vida privada y lo respetaba ¿Había algún pecado en sentirse curioso respecto a ello?
—No lo pienso, porque he alcanzado un nivel más alto en lo que crees que es nerd, soy doctor en historia, manejo un museo y hago clases, wow...
Mark sintió sus mejillas volver a enrojecerse con intensidad antes de beber callado su café, él muchacho no tenía idea, pero Youngho no estaba acostumbrado a emplear sarcasmo o hacer otras cosas, pero a veces tenía deseos de sonreír aunque sea muy poco.
Como darles vida a sus expresiones.
Y no habían hablado del asunto, pero Mark Lee le había ofrecido su amistad mientras estuviera en este país, eso era algo fresco, agradable y novedoso.
Iba a responderle algo, pero su teléfono comenzó a sonar. Cuando miró la pantalla vio que se trataba de una videollamada, Evadine, una de las trillizas, se estaba comunicando.
—Hola hermanito ¿Cómo has estado? —era 10 años menor que él.
—Estoy descansando, hoy volví a hacer clases y ahora estoy dentro de una cafetería del museo para comer algo ¿Cómo están en casa?
—Alejandrópolis está tan divertido como siempre —movió los ojos— llegué de clases y adivina con quién estoy viendo una película —sostuvo el teléfono en otro ángulo para que su hermano pudiera apreciarlo— con este bombón hermoso de 4 años que se ha robado mi corazón.
Mark, que comía un trozo de pastel, vio el cambio de emociones instantáneo en Youngho, se mordió brevemente el labio inferior antes de que sus ojos brillaran con anhelo.
Entre los brazos de esa hermosa chica de ojos azules y cabello rubio, estaba Andreus, comiéndose una galleta y tratando de enfocar la mirada a la pantalla.
"Saluda a papá... está ahí en el teléfono".
—No lo obligues, quizás no se acuerda de mí —murmuró ansioso.
Pero el niño, dentro de su condición, lo hizo. Y una pequeña sonrisa brotó de sus labios porque reconocía ese rostro.
"Ha tenido ciertos avances con la terapia, parece mucho más conectado a su alrededor, y cada día se pone más bonito...".
Hablaba con tanto amor de su sobrino que el sireno quedó embelesado con ello, es más, se inclinó un poco para poder ver la imagen del teléfono, de manera inconsciente.
La muchacha se percató que en la pantalla apareció un muchacho de ojos rasgados y mejillas prominentes.
—No sabía que estabas acompañado de un chico tan guapo... ¡Hola!
Youngho miró hacia el lado, Mark Lee contuvo la respiración alarmado ¿Qué podía hacer? No quería parecer un intruso, pero mucho menos quería lucir como un maleducado, movió la mano murmurando hola en griego.
Evadine quedó fascinada.
—Parece un muñeco, es guapo, lo apruebo para que esté contigo.
El griego abrió la boca sorprendido ¡Su hermana era una descarada!
Mark no sabía dónde esconderse, no quería que sus orejas rojas lo delataran, que pudiera ver cuánto su corazón latía con las palabras de aquella muchacha ¿Estaba insinuando que Youngho Mouskouri le gustaban los hombres? ¡Ni siquiera sabía si aquel griego estaba disgustado con eso!
Solo rompió a reír tapándose la boca, no quería herir sensibilidades, no sabía si esto era un tema o no para aquel hombre, pero reía, reía de nervios mientras el otro tragaba saliva pestañeando confundido
¿Qué le había hecho parecer a su hermana eso?
Y lo más bonito sucedió, lo suficientemente bonito para no dejarlo pasar. Andreus, que era abrazado por su tía, y a pesar de su discapacidad intelectual, identificó aquel rostro nuevo y tuvo una pequeña risita haciendo brillar sus ojos rasgados y claros con mayor intensidad.
—Oh Dios ¡Andreus acaba de reír con eso! Incluso a tu hijo le agrada —la muchacha sonreía emocionada— hola chico desconocido... gracias por haber hecho sonreír a mi sobrino, él te aprueba también.
No quería decirle que estaba confundida, que no era el novio de su hermano, en cambio se enfocó en observar a aquel niño hermoso y luego a Youngho, que se secaba secretamente las lágrimas.
"Debo cortarte, solo quería saber cómo estabas, y para decirte que nuestros padres salieron a ver a la familia, por lo que Andreus se queda al cuidado de sus tías... para que sepas que es muy importante para nosotros, que lo amamos y que te amamos a ti... espero que puedas venir a vernos pronto, te extrañamos, él te extraña".
"Yo también lo hago y lo saben, para navidad... me daré unos días, iré para navidad". Respondió él respirando descoordinadamente.
—Lo llevaré con Selene a terapia, solo quiero que estés tranquilo, lo cuidamos en cada aspecto, te esperaremos en diciembre —miró a Mark, aquel muchacho que miraba su plato, le dirigió los ojos a la chica de la pantalla— Chao hermanito... disculpa ¿Tu nombre es...?
—Mark Lee, soy... amigo de tu hermano.
La muchacha sonrió.
—Adiós para ti Mark, amigo de mi hermano... gracias por estar para él, es muy importante para todos nosotros.
Después de un intercambio entre hermanos y que el pequeño Andreus dijera la palabra papá, cortó la video llamada dejando a ese hombre un poco tenso, lleno de emociones que hervían dentro de su cuerpo, emociones que reprimía todo el tiempo y que solo salían a flote con su familia y su pequeño hijo.
—Gracias —susurró mirando hacia el frente, no quería que Mark Lee lo viera derramar lágrimas— gracias por hacer reír a mi hijo, él... él apenas frecuenta interactuar emocionalmente con las personas —volteó a ver al muchacho directamente a los ojos— gracias, de verdad.
—A pesar de lo que hace unas semanas dijo, que no merecía recibir consuelo, aun desconociendo lo que sucedió con su hijo y las implicancias de un accidente, permítame decirle que es un niño hermoso y que parece tener una familia cálida, a ellos les preocupa, lo quieren ¿Con qué objetivo se niega a vivir emociones señor? —descendió los ojos a su plato vacío— sé que nos conocemos desde hace poco, pero... no se haga daño negándose a vivir o culpándose por lo que pasó, su familia lo ama, su hijo también... ellos no lo querrían así.
No iba a pasarle una servilleta para que dejara de derramar lágrimas, no quería que reaccionara mal, pero no podía quedarse callado.
Youngho Mouskouri estaba profundamente herido y podía imaginarse porque era tan frío consigo mismo, porque no tenía amigos, etc.
No se daba la oportunidad de vivir.
¡Esa era su misión! Hacer que viviera ¡Qué se conectara con el mundo de las emociones!
El griego solo podía mirar a ese muchacho con incredulidad, como si alguien se lo hubiera enviado a propósito para que le dijera lo que otros no hacían.
"Debo irme señor, pero muchas gracias por permitirme disfrutar de esto... realmente me hizo feliz".
Youngho se sentía incapaz de responder, de decir o hacer algo, las llamadas con su hijo lo dejaban flotando entre la alegría y la tristeza, pero lo de hoy fue inesperado. No había escuchado reír a su hijo en meses, y lo había hecho con la risa nerviosa de Mark.
Todo lo que podía ver ahora era la espalda ancha del muchacho mientras se alejaba de la cafetería, había dejado el dinero total sobre la mesa más una generosa propina.
Heraklión, Grecia.
Hasta la fecha y después de más de 1 mes de ayuda humanitaria, el ejército americano podía decir que había entregado provisiones a todas las localidades de la isla Creta, por lo que ahora pasarían a la fase de cuidar los sitios arqueológicos mientras trabajan en su restauración.
Los grupos de ayuda del gobierno americano se repartían por todo el país y la retirada de todos se tenía prevista para fin de año.
Lucas, que había estado encerrado en su oficina leyendo o comunicándose para coordinar con los que estaban al mando de los otros escuadrones en Grecia, ahora caminaba con una toalla a mano y ropa deportiva.
La base militar contaba con un pequeño gimnasio que usaba todas las noches cuando los demás se habían ido, sin embargo hoy, siendo las 6 de la tarde, quería un poco de ejercicio, distraer la cabeza, ordenar sus pensamientos, no volverse loco porque extrañaba Estados Unidos.
Al abrir la puerta del gimnasio se dio cuenta que ya había alguien haciendo flexiones de brazos en una barra, un hombre de piel color crema que sudaba un poco y jadeaba.
Jungwoo Kim estaba aquí.
Durante estos días y todos después ocurrido lo de esa noche, ambos no se habían hablado salvo para cuando salían a realizar ayuda humanitaria y requería de su interpretación.
Lo odiaba, odiaba que lo ignorara porque él debía ser el primero en anunciarle que lo iba a ignorar. Pero no le daría en el gusto retirándose de este lugar, no, solo un "maricón cobarde" huiría y él no lo era... No.
Jungwoo se soltó de la barra y miró hacia atrás, Lucas Wong estaba con short deportivo y el torso desnudo, con músculos que marcaban su piel color café con leche, miraba con el ceño fruncido la barra de pesas seguramente pensando cuanto peso iba a ponerle.
—Sé que te gusta lo que ves, pero no es necesario que me observes tanto, no voy a responderte.
—¿Es todo lo que puede salir de su boca? —Jungwoo movió los hombros, luego se volteó hacia la barra para seguir haciendo flexiones de brazos— ya le dije que mis gustos no son bajos, solo... pensaba que su cuerpo es patético al lado del de Cooper.
—Y supongo que también es bueno follando, felicidades por ti... deberías preocuparte de tu cuerpo ¿Crees que con eso despertarás el pene de un hombre?
Jungwoo abrió su boca sorprendido ¡¿Por qué la conversación se había transformado así?!
Instintivamente bajó la mirada a su cuerpo, estaba claro que no era el mismo que el de estos hombres ni que tenía músculos así de marcados, era más bien delgado, de hombros anchos y cintura estrecha, pero no era un flacucho y de eso estaba seguro ¡¿Y qué problema había con los delgados?!
Maldito macho superficial.
Sin hacer caso pasó a la trotadora donde presionó un par de botones para que la velocidad de la cinta fuera prudente, todo lo que quería era sudar y botar la ira a través del cuerpo.
Se le ocurrió mirar hacia el frente a los espejos, pudo notar que el sargento lo observaba con el ceño fruncido.
—Al menos que sepa lanzar rayos láser por los ojos, no creo que tenga sentido observarme ¿Acaso eso no es de maricones?
Decidido, Lucas quiso poner la barra de peso en la máquina, pero esta pasó de largo por lo que terminó obstruyendo su garganta.
Jungwoo vio todo y se hubiera mofado de su torpeza, de no ser porque el color de la piel de ese hombre estaba cambiando ¡Se estaba ahogando!
Asustado saltó de la trotadora y sin pensarlo mucho sostuvo con una mano aquella barra, la acción suficiente para que Lucas Wong pudiera volver a respirar tocándose la garganta mientras jadeaba.
—¿Se siente mejor? —la preocupación genuina de aquel hombre de apariencia irritable, lo noqueó, pero mucho más cuando desvió la mirada hacia su brazo y vio como sostenía con tanta facilidad ¡Una barra de 80 kilos! — ¿Sucede algo?
No dijo nada, solo se sentó recorriendo las manos en su cuello y tragando saliva, lejos de distraerse, lo sucedido había sido peligroso y el miedo por no poder moverse mucho más.
Jungwoo realmente tendría material para burlarse, pero sería caer bajo y él no quería comportarse sucio. Sabía que podía verse sospechoso que tuviera una fuerza tan inusual, pero esto le había salvado la vida. Dejó la barra en la máquina, le acercó una botella con agua y se sentó a su lado, con una distancia suficiente entre ambos cuerpos.
—Todavía estoy esperando unas disculpas por lo sucedido —susurró.
—No puedo... —masculló— no puedo.
Jungwoo tragó el nudo en su garganta, había miedo en Lucas Wong.
Y de pronto aquel hombre rompió el silencio: "vamos a ir al centro de Heraklion, ahora, le prometí una cena a mi escuadrón, pasaremos a otra etapa, co... correrá por cuenta mía".
El aviso era claro, necesitaba que Jungwoo Kim lo acompañara porque no podía valerse por sí mismo en un territorio que no conocía del todo ni del lenguaje que no dominaba.
Estaba demasiado avergonzado y molesto consigo mismo como para hacerlo, pero el sireno había entendido.
—Solo... deme 15 minutos y estaré listo.
Lucas asintió escuetamente antes de salir disparado del gimnasio tocando su garganta. ¡Por poco muere!
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Ningún subordinado los acompañó al centro de la ciudad, de hecho, el sargento Lucas Wong fue quien manejó el vehículo táctico siguiendo las direcciones de Jungwoo Kim.
Pero no es que nadie se hubiera ofrecido, es que Lucas realmente quería encargarse de ellos, porque a pesar de mostrarse frío e imparcial, no era idiota, sabía que estaban cercanos a la mitad de la ayuda humanitaria y aunque estaban preparados para alejarse por meses de sus familias, eran humanos, con sentimientos y deseos.
Dentro del vehículo no se refirieron al accidente del gimnasio, el sireno no lo querría así, había expuesto la sobrenaturalidad de su fuerza, rasgos que compartía con Donghyuck y Mark y que ningún ser humano intentar entender.
Cuando aparcaron fuera de un supermercado, bajo la oscuridad de la noche, algunas personas voltearon con asombro ¿Qué hacía un vehículo militar aquí? Mas, luego recordaron que había militares en la isla.
—¿Vinos? En este pasillo hay —Lucas llevaba el carrito, el sireno estaba a su lado viendo la estantería— hay de todo, sobre todo vinos europeos.
—Puedes elegir el que sea, llevaremos al menos 10 botellas de vino tinto.
No estaba seguro si con un carro iba a ser suficiente, habían recorrido el lugar en busca de todo, la carne más costosa, cosas para acompañarla, snacks, algunos cigarrillos incluso.
Los "vicios" solo se permitían cuando el sargento lo autorizaba.
Al llegar donde la cajera, esta tomó una cantidad de aire adecuada para no jadear sorprendida, dos hombres de rasgos asiáticos, uno militar, otro más blanco celestial, la observaron esperando que pasara los productos que iban poniendo ¡Que atractivos santo cielo!
¿Eran pareja?
—¿Dinero en efectivo o con tarjeta?
—Dile que con esto, es de crédito —Jungwoo le respondió en griego lo que el sargento quiso comunicar.
Tener un puesto "importante" le daba el poder de portar ciertas cosas como blackcards que entregaban las fuerzas armadas.
Jungwoo fue tímido para sostener las bolsas y dejarlas en los asientos de atrás, podía tomar el carro con una mano y vaciarlo todo ¿Acaso no despertaría más sospechas de las que ya había?
Cuando cerró las puertas lo miró desde afuera ¿Cómo no iban a llamar la atención si el vehículo era muy grande?
"¡Las manos en alto!".
Alguien había gritado en griego, cuando se volteó contuvo el gemido al ver un cuchillo tan cerca del cuello del señor Wong que si respiraba rápido, seguramente este se enterraría sobre su piel.
Estaban siendo asaltados.
—No nos importa que sean militares, entréganos las armas ahora o lo matamos.
Lucas trataba de entender, pero era griego ¡No comprendía en lo absoluto!
Jungwoo negó lentamente, no debía actuar incluso siendo un militar tan preparado para enfrentar estas cosas. Los hombres estaban drogados y no temían a nada.
—¿Te sirve el dinero? Tenemos mucho dinero adentro, incluso una tarjeta de crédito de las Fuerzas Armadas Estadounidenses.
Eran 3 griegos, todos de la misma altura de ellos. Se miraron pensando la situación. "Señor Wong, por favor no haga un movimiento estúpido, tienen drogas" habló en inglés para que no le entendieran, pero había sido inútil, los delincuentes sabían el idioma inglés.
—Sí, hazle caso a este maricón, mejor entrega el dinero o te atravieso la garganta.
Lucas Wong en el mejor estado podía arreglárselas solo con los 3, era un militar, estas cosas eran pan comido, sabía defensa personal, sin embargo, cuando escuchó aquella palabra dentro de tantas otras emitidas con locura, se sintió paralizado.
Uno de los delincuentes se acercó a Jungwoo, observándolo arriba hacia abajo y esbozando una sonrisa descaradamente burlona.
—Este es maricón, se le nota desde lejos... ¿El que está a tu lado es tu noviecito?
—No necesitas insultarme, si me dejas moverme puedo entregarles lo que quieren —miró hacia el lado, Lucas estaba pálido como si hubiera tragado veneno— Señor Wong.
—¡Todos deberían ser exterminados! Maricones de mierda ¡Entreguen el dinero!
No temerle a un militar y un vehículo blindado a su lado, era estar en el punto más bajo de la droga donde esta cambia las percepciones de las personas. Los del supermercado parecían ajenos a la situación que se vivía afuera, ni siquiera había cámaras de seguridad.
Lucas apoyó la espalda en el auto, buscando con las manos temblando la tarjeta de las F.F.A.A., pero las imágenes del pasado parecían cobrar vida en el presente, debilitándolo, exponiéndolo en su parte más sensible.
Jungwoo supo leerlo y de alguna manera sacar conclusiones.
Sin pensarlo dos veces, sostuvo el cuello de uno de los griegos y lo apretó a los costados para cortar la circulación, lo derribó al suelo antes de acercarse a otro y darle un puñetazo en la parte baja del vientre, al otro lo golpeó con la rodilla en la entrepierna, y así se metió en una pelea de 1 VS 3.
Como vio de reojo que Lucas, con sus manos temblando, trató de sacar el arma que estaba autorizado a portar, corrió a su lado y se la quitó de las manos antes de apuntarla al cielo y dar 3 tiros.
—¡Váyanse maldita sea!
—Dan asco... ¡Dan asco como hombres! —escupió uno de ellos, el aparente líder, antes de correr con los demás.
El sireno se secó el sudor de la frente antes de voltearse y ver al sargento, su espalda en la parte trasera del vehículo militar, respirando agitadamente, mirando el suelo y también sus propias manos.
No podía sentirse molesto por no verlo actuar o por dejarle a él todo el peligro.
—Señor Wong, ya todo pasó —susurró dejando una mano en su hombro, él levantó el rostro respirando por la boca— creo que a uno le fracturé una costilla —pudo haberlos matado con facilidad, pero no estaba dispuesto a ver perecer con sus propias manos a los humanos— ¿Se siente muy mal?
—Ol... olvida lo que has visto, yo no actúo así ¡Yo no soy así! ¡Yo no soy un...
—¿Un maricón? ¿Un gay? —Lucas jadeó observando el suelo, negando lentamente tratando de componerse.
Jungwoo sostuvo el rostro de ese hombre con ambas manos y lo observó con clemencia.
"Yo solo estoy viendo a un hombre que tiene miedo de lo que hay dentro de él".
Susurró acariciando sus rasgos faciales.
"Yo solo escucho a un hombre que utiliza los mismos términos por los que fue insultado cuando pequeño ¿O me estoy equivocando?".
Lucas frunció el ceño y lo miró así, inquieto, intimidado por lo transparente que podía verse frente a ese hombre. ¡No, no, no!
—Lo importante es que está bien, es... segunda vez en el día que estoy salvando su vida, a pesar de... ser ofendido de manera constante por su cuenta.
El sireno no podía dejar de ver esos labios, odiarse por desearlo, odiarse por querer besarlo y provocarle todas esas reacciones a las que aparentemente Lucas Wong se negaba a sentir.
Pero cuando lo intentó, cuando un totalmente alarmado sargento colocó las manos en la cintura de este, cuando sus labios estuvieron a solo milímetros de rozarse, los rasgos se desplomaron en el americano.
Descendió la mirada y jadeó al ver una mancha de sangre sobre el suelo del estacionamiento.
—Jungwoo... Jungwoo.
El aludido bajó la mirada y se dio cuenta que su propia camisa estaba manchada. ¡¿Pero qué demonios?! Lucas la levantó para ver su vientre con dos puñaladas de las que brotaba sangre, profundas y a la altura del hígado y del ombligo.
La adrenalina en el muchacho frente suyo le impidió darse cuenta de lo sucedido, del dolor y el ataque, y el sargento se sintió miserable, porque la ansiedad le impidió actuar como se esperaba que lo hiciera, porque su "cobardía" cobraba una víctima que lo había defendido en su lugar.
El sireno tocó su propia sangre antes de sentir que todo se estaba enmudeciendo.
No, no, no.
—Jungwoo ¡Jungwoo! ¡Jungwoo!
Alcanzó a esbozar una suave sonrisa antes de perder el conocimiento contra su pecho y ser abarcado por los brazos de un hombre que jadeaba.
Si él no reaccionaba, sería demasiado tarde, incluso para los propios Dioses sería difícil componer un corazón que estaba dejando de latir.
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Nota autora:
Jungwoo ya lo entendió ¿Lo entendieron ustedes?
Andreus Mouskouri está más ligado a Mark Lee de lo que ustedes imaginan.
ME MUERO