"Sexual Writer" Capítulo 12: Favor

Flash Back

Sus ojos barrieron con lascivia cada centímetro de aquel cuerpo, de aquella piel con un tinte moreno, aquellos músculos que empezaban a formarse con horas de esfuerzo. Era evidente el deseo que aquel adolescente emanaba, un deseo por querer ingresar en "El círculo" privilegiado, en un mundo donde en lo sexual las cosas más duras estaban permitidas y donde la elite compartía.

Yunho tamborileó las yemas de sus dedos sobre la superficie de madera del escritorio de caoba, estaban en la oficina especial que aquel dominante ocupaba para reclutar nuevos o tener las charlas más íntimas de negocios.

¿Esto contaba como una reunión de negocios? Había conocido a Wong Yukhei cuando un día pidió comida a la cadena de restaurantes de su familia, su forma de ser, el aura que lo rodeaba, había sido imposible no pedir más seguido comida incluso para sus amigos con tal de verlo más de cerca.

Un día empezaron a hacerse más cercanos, incluso se habían seguido en redes sociales, una cosa llevó a la otra y en poco tiempo el menor empezó a confiarle algunas cosas como que gustaba mucho de hacer escritos y que pronto soñaba con convertirse en escritor. Aunque sin duda la confesión ¿más interesante fue cuando le contó lo muy interesado que estaba en retratar el ámbito sexual en las páginas de un libro.

"¿Por qué tener una fantasía cuando puedes hacerlo realidad?" dijo hasta hace poco y sin saber a qué se refería, lo cito para el día de hoy.

—Yo sé lo que hace, no trate de ocultarlo.

—No estoy tratando de ocultártelo a ti —se paró irguiéndose en su totalidad. Yunho medía 1.84 metros mientras que él hasta hace poco medía 1.77. Caminó hacia él lentamente— pero tienes 16 años ¿Qué tienes para ofrecer?

—D... ¿Disculpe?

Jung Yunho caminaba a su alrededor como quien evalúa al diamante más grande y más valioso, sonrió con una comisura labial levemente elevada ¿Acaso Yukhei creía que era bobo? Sus zapatos de cuero italiano sonaban mucho más fuerte sobre la superficie del suelo de madera, la respiración intensa del muchacho era agradable porque sabía que algo le estaba afectando y ese algo eran las hormonas que se secretaban en respuesta a su presencia. Se detuvo cuando se paró detrás de él y hundió el rostro en el cuello del muchachito, lo sintió quejarse... de placer.

—No creas que no me he dado cuenta de lo mucho que me observaste, pequeño, pero no puedo tocarte, eres menor de edad.

—Señor Jung —gruñó, sus tobillos se movieron inquietos, sus dedos eran un caos para mantener el autocontrol.

Quería decirle que representaba más edad, que se estaba ejercitando para que su cuerpo se viera mejor, que no lo subestimara y todo tipo de cosas, pero era incapaz. Yunho hincó sus dientes para empezar a lamer más profundo su piel, olía exquisito, estaba temblando, estaba caliente por un poco de contacto.

—Puedes querer hacerte el valiente, cariño —decía arrogante, no por nada parte de los considerados "amos"— pero no lo eres, eres un adolescente virgen con muchas ganas de aprender pero torpe como un cachorro gigante.

Su cabello desordenado, su voz que empezaba a ser aún más ronca, sus hombros caídos cuando no sabía cómo pararse totalmente erguido, sus ojos brillantes o su sonrisa gigante, era un caos en un muchacho pero un caos que lo llamaba. Era todo lo que un "dominante" podría querer.

Volvió a lamer su cuello pero esta vez metió su mano bajo la camiseta que llevaba puesta tocando los relieves de un abdomen que empezaba a marcarse. Lo escuchó gemir muy despacio.

—¿Qué tanto tienes para ofrecer? —susurró, podía sentir su propio pantalón incomodarlo en demasía.

Casi serpenteó su mano sobre el abdomen para introducirla bajo la ropa interior, Yukhei mordió sus labios, Yunho jadeó caliente contra su oreja cuando sintió lo hinchado y duro que estaba su pene. Y él que conocía muy bien todo lo relacionado a la parte sexual, podía asegurar que estaba dotado lo suficiente para ser parte de los dominantes.

Sin embargo ¿Cómo podía dejarlo entrar así como así? Lo masturbó lo suficiente para que el muchacho se cayera de rodillas al suelo, soltó su miembro, se quitó la parte superior de su traje formal, la lanzó al asiento de cuero negro y lo miró con el ceño fruncido. Acá mandaba él.

—Pequeña mierda, acá las reglas las pongo yo —sí, también estaba caliente y también quería saciarse con Wong Yukhei, aquel adolescente alto, torpe y curioso— y vas a tragarte esto porque lo estás pidiendo a gritos.

Bajó la cremallera de su pantalón y llevó al exterior su pene erecto, estaba húmedo con el glande anticipando un contacto que lo satisfaciera. "No soy gay" murmuró confundido el menor pero la mirada autoritaria de Yunho lo hizo callar.

—No me has probado cariño, puedo voltear al más heterosexual del planeta —tiró de su cabello hacia atrás hasta escucharlo quejarse, los ojos enormes de Yukhei no paraban de viajar entre aquel miembro y los ojos del mayor— ahora cállate y chúpalo, pequeña zorra.

Se hundió en su boca hasta la base de su pene, los labios regordetes del adolescente rodearon su miembro y su garganta se expandió tanto como pudo para tragarlo todo. Sus ojos se nublaron de deseo, su cabeza se entregó a gusto y paciencia del "dominante" para que este follara su boca como el agujero cálido y mojado que era.

"¡No te masturbes!" le gritó cuando vio que el muchachito había intentado bajar la cremallera con una mano. Su saliva era la loción perfecta para que aquella carne se irritara de placer, mierda ¡L@s vírgenes eran los mejores! se entregaban con tanto esfuerzo para demostrar que eran buenos. Salió de su boca solo para ver como Yukhei lo seguía con la mirada con deseo de seguir chupándosela, volvió a acercarse aunque "con más ternura" solo para que el adolescente se lo sostuviera con una mano y con la lengua lo lamiera como si se tratara de un helado.

—Eso... eso, sí —gruñó, su cadera seguía los movimientos. Gimió con el sonido sexual que emitía su lengua sobre el pene, tan húmedo y tentador— sigue chupando, lo... lo estás haciendo bien.

Y verlo de rodillas tragándoselo todo como un buen chico, le hizo pensar en una escena aún más erótica donde Yukhei tuviera que mamársela a todo un círculo de hombres que le tiraran billetes y le dijeran obscenidades.

Estuvo así por más de 5 minutos. Ni siquiera se lo había pedido pero con tal de complacerlo, Wong había acariciado la zona entre sus testículos que era el punto donde Jung Yunho perdía la razón.

—Basta... basta —empujó sus hombros para alejarlo, no quería correrse en su boca, no ahora. Caminó de vuelta al escritorio pero no se acomodó en la silla, solo indicó la superficie de la mesa — vas a acostarte boca abajo, cabrón.

—Yo... ¡¿Está usted loco?! —gritó, su trasero por instinto propio se inquietó— yo no...

—Yo soy el señor, Wong Yukhei y si quieres demostrar que puedes entrar a este círculo, vas a entregarme tu puto cuerpo para que pueda follarlo.

No había sido fácil convencerlo pero Yunho conocía el arte del sexo y sabía que, con besos tras su oreja y unas manos expertas que supieran tocar aquel miembro erecto, el muchacho estaría boca abajo rogando que lo tocara.

Y fue así, con la piel totalmente empapada de sudor y ansiedad, descendió el pantalón hasta sus tobillos y se dejó tocar tanto como el mayor quisiera. Hubiera sido descarado de su parte decir que no había disfrutado cuando Yunho chupó sus dedos y fue tocando su apertura trasera con calma mientras este gemía, descarado hubiera sido decir también que no le pidió ser masturbado al mismo tiempo o que no experimentó lujuria cuando este dobló su cuello solo un poco para besarlo en los labios una y otra vez.

Su trasero fue expandido con cada dura penetración y supo en ese momento porque cualquier persona con sentido común hubiese deseado estar bajo las manos de ese hombre, sabía tocar donde debía ser tocado, besar donde debía ser besado y chupar donde debía ser chupado. Incluso tuvo el descaro de lamer su trasero cuando se corrió encima de él o tragarse todo lo que había quedado en su mano cuando el menor tuvo un orgasmo. Había sido salvaje pero también complaciente. Era el amante perfecto.

Fin Flash Back

Sus ojos seguían pendientes del techo y su mente vagaba en recuerdos. Los encuentros sexuales con Yunho continuaron unos meses donde le enseñó todo lo que debía saber y donde experimentó posiciones espectaculares. Jamás lo dejó ser el dominante de "la relación" aunque sí lo dejó tocar y lamer muchas cosas para que supiera la respuesta humana ante las caricias. Sí, también le provocó varios orgasmos al mayor.

En medio del verano fue su primera vez yendo al club y donde tuvo sus primeros encuentros sexuales siendo la persona que penetraba. Mujeres y hombres, como era el favorito del líder del club le daban a elegir como quien elige un plato de postre para luego follarlos hasta el cansancio. Había probado la fruta prohibida.

Sonrió con vergüenza, ese mismo verano y sin que Jung Yunho lo supiera, Wong Yukhei se hizo pasar por una persona mayor en edad y usó las tácticas sexuales para pedirle a la autora de "La obsesión del demonio" la autorización para escribir "Farah". Sí, así había conseguido el permiso y gracias a la ayuda de su "dominante" logró publicar su primer libro.

Con el paso del tiempo siguió participando del club y aunque aún se dejaba usar por aquel hombre para que se saciara en él, Wong Yukhei fue creciendo y comprendió que ya no quería ser "una mascota", él quería tener el control en los encuentros. Fue así que cuando tuvo casi los 18 años y cuando publicó su segundo libro, él y Jung Yunho quedaron en un acuerdo mutuo que solo mantendrían a partir de allí una relación de amigos en la intimidad y en lo profesional algo así como manager-artista, nada más.

Lunes 3 de diciembre 2018.

—Pequeña cosita insegura —murmuró después de mirar su teléfono aunque después de unos segundos el otro sonó con el mensaje que había llegado.

Cuando lo sostuvo y abrió WhatsApp, el jadeo de sorpresa brotó desde su garganta y fue imposible no llevar la mano sobre su pantalón para verificar como su pene se estaba endureciendo con cada detalle. "Zeus" le había mandado un mensaje.

Al abrir la imagen que había adjuntando podía ver sus dedos húmedos y medios introducidos en su ano, toda la piel alrededor brillaba con el lubricante que había usado, incluso sus testículos sobre las sábanas lucían como una obra de arte.

Todo Jungwoo era una obra de arte. Quería que su lengua fueran esos dedos para lamerlo de adentro hacia afuera, mierda, quería que esos dedos fuera su miembro para penetrarlo y llenarlo tanto como le gustaba. El muchacho estaba sufriendo, ambos lo hacían, pero la semana pasada había sido una locura entre estudios y exámenes que no podía permitirse distraerse con Zeus.

Le había dicho que había ido a Nueva Zelanda cuando en realidad estaba a pasos de su departamento. Meneó la cabeza, dejó el teléfono "peligroso" apagado en casa y salió de allí por el pasillo hacia el departamento del muchacho. No quería dejar solo a Ramsés pero el frío afuera era tanto que prefería que durmiera cómodo en medio de su cama mientras su padre salía en ayuda del muchacho.

Ni siquiera tuvo que tocar la puerta, Jungwoo estaba parado con una bufanda blanca alrededor de su cuello, su rostro apenas se notaba. Quería suspirar, era una ternura atrapada dentro del cuerpo de un hombre de 1.80 metros de altura.

—Yukhei, ho... hola —dijo tratando de sonreír aunque estaba temblando.

El castaño rubio aún no podía entender lo descarado que era como Zeus ¿En verdad era el mismo de la fotografía que se estaba penetrando pensando en Sexual Writer?

"Y tú eres todo bobo y todo risas, nadie pensaría que mantienes una vida sexual tan particular".

Bien, punto para el muchachito.

—Hola hyung ¿Vamos entonces?

Cerró la puerta tras su espalda y juntos tomaron el elevador para ir al primer piso. ¿A dónde se dirigían ahora? Kim Jungwoo había ido a su departamento para pedirle si podía acompañarlo el día de hoy para hacer unas compras de navidad, con la visita repentina de su "progenitora" tenía miedo de salir solo.

¿Por qué no Hendery que era su mejor amigo? las últimas clases antes del receso de invierno consumían su tiempo completo, pero no era como si lo hubiese abandonado, en cuanto supo que había tenido problemas con esa mujer, se fue a quedar una noche en el departamento solo para que cualquier pensamiento negativo fuera disipado con facilidad.

El frío del exterior llenó de golpe sus rostros, los ínfimos copos de nieve empezaban a caer desde el cielo. Ambos tuvieron que cubrirse con la gorra de sus abrigos para caminar en busca de un Taxi El único vehículo que Wong Yukhei manejaba era el de Sexual Writer, con el que llevaba al muchacho cuando se reunían en el parque. No iba a exponerlo para que terminara reconociéndolo.

—Salgo tan poco de c... casa que he olvidado cómo se siente este frío —castañeó sus dientes mientras dejaba que el calor de la calefacción lo envolviera por completo— hu... hubiera sido un c... crimen que sacaras a Ram... Ramsés.

Le sonrió y miró hacia el frente para distraerse, quería abrazarlo,quería besar esos labios morados para que volvieran a tener calor pero lo tenía prohibido y solo tenía que conformarse con sus pequeños actos de valentía como que al fin le pidiera que lo acompañara. Bien, aquello si era algo importante.

Escucharon la música del taxi hasta que se detuvieron frente al centro comercial "IFC Mall". Yukhei quiso pagar pero fue Jungwoo quien estiró la mano antes y murmuró bajito que guardara el cambio. Caminaron con calma aunque los ojos del muchacho iban de un lado a otro desesperados por si aparecía su "madre".

—¿Estás muy nervioso?

Asintió. Otro buen punto a su favor era que estaba saliendo a un lugar con gran cantidad de personas cerca y eso, para alguien que luchaba con la fobia social, era algo importante, más aún si había salido de su propia voluntad. Sin preguntarle, el castaño rubio descansó una mano en su brazo cerca del hombro para que estuviera más cerca, sabía que en cualquier momento podía arrepentirse de querer venir a un lugar público o explotar en un cuadro de llanto. Jungwoo por instinto se acercó más y caminó junto a él tratando de poner en práctica todo lo que Kim Dongyoung le había dicho.

Tenía que fijarse en detalles simples, tenía que recordar que si las personas lo miraban era por su belleza (incluso si siguiera pensando que no la tenía).

—Nadie va a hacerte daño pero en el peor de los casos si alguien lo intentara estoy a tu lado —y lo dijo con tanto entusiasmo que el muchacho lo observó un par de segundos. Sí, quería la seguridad y personalidad de su vecino. ¡Era como un Husky!

Con su calor y su voz alta fue un poco más fácil quedar pendiente de los detalles como las luces blancas de las tiendas o la decoración del árbol gigante, las esferas plateadas, la estrella en lo alto. Navidad era una fecha que le gustaba mucho porque la cena con su papá solía tener más comida que siempre, porque cuando era pequeño invitaban a la abuela (no, no estaba viva), era una época en la que pensaba en platillos deliciosos y calor en el ambiente.

Se quedó parado mirando detrás de una vitrina como una familia disfrutaba de las compras. Toda su familia se reducía a su padre, si había un hombre que amaba con toda su alma era él.

—¿Viste algo que te podía interesar?

Y el brazo de Yukhei seguía allí abrazándolo, se sentía tan bien que le daba vergüenza. Se volteó para mirarlo y cuando estaba dispuesto a decir algo, el sonido de un estómago rugiendo fue lo primero que se escuchó.

El más alto empezó a reírse escandalosamente mientras apuntaba su vientre, luego tosió cuando se dio cuenta que las personas cerca empezaban a voltearse para ver el espectáculo que estaba armando. "Yukhei" masculló Jungwoo con la piel sudorosa en un tono que mostraba su vergüenza y su molestia, para alguien con fobia social ¡Esto era una pesadilla.

—Soy lo peor, lo siento... lo siento —tragó su risa, respiró profundamente lo miró, quiso volver a abrazarlo pero Kim Jungwoo estaba concentrado en no perder el control. Mierda, estaba temblando, lo había jodido— ey, ey mírame, mírame —sujetó su rostro COI ambas manos y se acercó tanto que el muchacho perdió por unos segundos I respiración— perdóname, por favor... ya nadie está mirando.

Con disimulo el muchacho observó las personas cerca y todas estaban pendientes de sus propias parejas o de las bolsas que cargaban. Se sonrojó pero miró sus propias manos. "Lo siento".

—Vamos, vamos a comer —lo abrazó de lado incluso si no se lo había pedido.

Jungwoo caminaba donde Yukhei lo hacía, solo comprendió que entraron a un restaurante de cuando le dijo que fueran a la mesa más apartada de los demás. Observó a su alrededor, todo se veía amable, las mesas tenían sus propias parrillas, las personas estaban pendientes de su comida y nada más. El aroma a carne hizo rugir su estómago de nuevo ¡Tenía hambre!

—Pide todo lo que quieras, yo te invito.

Una variedad grande de carne, platos complementarios, arroz y sopas, la comida había sido agradable y el postre también. En ningún momento se sintió obligado a hablar, Yukhei lo hacía seguido para no crear silencios incómodos o le mostraba videos de Ramsés como cuando se perseguía la cola. Era alguien increíble. De verdad lo era ¿Y cómo sería compartir estos mismos momentos con Sexual Writer sin barreras que impidieran conocer la identidad completa del otro? su vecino se paró a recoger el juguete que un bebé había lanzado mientras caminaban y por la ternura en sus ojos se dio cuenta que tenía sus propios encantos.

Fueron a una tienda, cuando le entregaron aquella caja envuelta en papel de regalo sonrió como si le diera un tesoro. Yukhei se acercó un poco más y susurrando le preguntó el modelo por el cual parecía tan entusiasmado.

Sus mejillas sonrojadas y sus labios hacían juego con el cabello naranja, era tan bonito, maldita sea.

—Ahorré durante mucho tiempo para tener esto, mi papá es amante de la fotografía y solo se remite a tomar algunas muy espectaculares con su teléfono, la... la que tenía cuando era más joven se la rompió... —tensó la mandíbula— ella.

No tenía que dar explicaciones porque sabía a quien se refería, prefería rescatar los aspectos positivos como que el muchacho tenía un corazón bondadoso y prácticamente ya no tartamudeaba cuando hablaba con él como Wong Yukhei.

Mientras caminaban por el centro comercial de vuelta y cuando ya eran casi las 4 de la tarde, Jungwoo se sentó en una parte para observar el árbol de navidad que tenían al frente, ninguno de los dos hablaban aunque después de unos minutos fue el mayor quien elevó mínimamente la voz para clamar su atención.

—Solo para que te hagas una idea, mi fobia social es por... culpa de esa mujer —le estaba contando la verdad que él no sabía, Yukhei bajó la cabeza y la inclinó para que nadie más viera el rostro del muchacho, parecía angustiado— mi papá me protegió de ella para que no me ahorcara ni me hiciera daño, él sufrió por años abuso físico, psicológico y verbal, lo insegurizó también, le hizo daño... luchó por mí 10 años criándome solo, él se merece lo mejor —se secó las lágrimas, Yukhei descansó una mano en la suya para darle apoyo— es el mejor de todos.

No daría más detalles y tampoco los precisaba, pero se sentía agradecido por el acto de querer compartir una información tan íntima.

Automáticamente agrego dos regalos a su lista de obsequios navideños, Kim Joonhyuk era un hombre increíble e incluso si su hijo no le había dicho directamente que era gay, él ya lo sabía y les daba su apoyo. Que hombre tan agradable.

—¿Puedo darte consejo como un amigo? —asintió después de ajustar la bufanda a su cuello— el mejor regalo que le puedes hacer a tu papá es confiando en él.

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"Todo un día jodiendo", las palabras juntas formaban una promesa caliente que no podía ser negada. Había estado gran parte de la tarde envuelto en las mantas de su cama, leyendo por enésima vez el último libro de Sexual Writer y bebiendo chocolate caliente mientras en la ciudad nevaba intensamente. Ahora estaba mirándose al espejo después de vestirse, se había duchado, se sentía bien consigo mismo.

Se sentía bonito.

—¿Vas a salir, Jungwoo?

—Sí, papá, pro... probablemente no vuelta hasta mañana.

—Comprendo —se apoyó en medio de la puerta de brazos cruzados, estaba despeinado, también se había duchado solo que con la diferencia que se acostaría a dormir— Yukhei me dijo saldrían juntos.

Abandonó los dedos que estaban en su cabello, frunció el ceño y giró el rostro hacia su padre después de lo que había dicho, Yukhei no tenía por qué saber que iba a salir, Yukhei no tenía porque haber dicho eso.

Al menos que... gimió.

—No tienes por qué sentirte nervioso por lo que quieres, hijo yo —descansó las manos en sus hombros, Jungwoo abandonó los pensamientos para observar a su padre, sus labios temblaban, él también estaba nervioso— sabes que aún estoy esperando el día que sientas la confianza para decirme lo que está pasando por tu cabeza.

En ese momento recordó las palabras de Yukhei, el mejor regalo para su padre era confiar en él, sabía lo que quería escuchar pero ya no quedaba tiempo, tenía que salir si no quería perderse la oportunidad de verlo.

Después de ver el chat guardó el teléfono en su abrigo y salió por el edificio.

Así que eso era la gran explicación, Wong Yukhei había usado su nombre para negar una petición de su primo Wong Kunhang (Hendery) porque tenía que salir con otra persona. Era lo más justo, él lo había hecho alrededor de 2 0 3 veces sin siquiera preguntarle, él también era una persona muy joven con un sin fin de posibilidades.

Solo que, no había podido evitar sentirse usado y ¿Molesto?

Bien, la mentira de su vecino había caído como anillo al dedo, no había salido de su propia boca algo para poder excusarse y tener la oportunidad de follar con Sexual Writer.

Caminó un par de cuadras mirando hacia todas partes, la nieve decoraba la ciudad, los árboles y el césped, la verdad era que Seúl lucía como un cuento navideño moderno. Su estómago se apretó ¡Sexual Writer había vuelto a Corea! Hoy realmente estaría dispuesto a hacer de todo para complacerlo porque necesitaba estar de rodillas haciéndole una mamada épica como mínimo. Miró hacia el frente, estaban a punto de ser las 22 hrs, podía ver la fuente frente a él, las ansias carcomían sus puntos nerviosos ¡Después de días sin ser tocado iba a poder estar con ese hombre!

Sin embargo cuando quiso esbozar una sonrisa, la mano de alguien tiró de su brazo para que se girara sobre sus zapatos.

Tragó el jadeo porque la cosa era simple, era incapaz de emitir ruido alguno por el pánico.

—Jungwoo... Jungwoo hijo mío por favor tenemos que hablar.

Ella lo había encontrado.

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