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"Sexual Writer" Capítulo 13: Encaje de melocotón



Hijo

Maldición. aquella palabra sonaba completamente desagradable en la voz de aquella mujer porque en la de su padre era un recordatorio positivo que le pertenecía en sangre a alguien. Quizás pasaron muchos latidos o segundos en los que se miraron el uno a otro, no pasaban personas cerca, no caían hojas, no corría viento, era corno si ene se punto de la ciudad la vida no Jungwoo descendió la mirada a su brazo donde la mujer seguía agarrada y con el poco valor que tenía lo movió hacia abajo para dejar de percibir el calar de aquella mano.


Se sentía muy mareado y con ganas de gritar y correr hacia cualquier dirección con tal de no tenerla cerca pero, de pronto recordó a su padre, el daño que esa mujer le había hecho, lo inseguro que también lo había vuelto y el deseo por acabar con ello le dio un poco de valentía. Bien, no era el niño que se escondía bajo la cama. él podía hacer esto ¡ÉI podía! ¿Él podía?


—NO me digas hijo, yo no soy tu hijo —murmuró con la voz lo más masculina posible pero falló en el intento, salió como un suave tono.

—Es innegable que eres parte de mi sangre, te pareces a mí y no a tu padre —se ajustó el abrigo al cuerpo antes de seguir hablando, la diferencia de altura era de al menos 20 centímetros— he viajado desde América para enfrentarme a mis errores, quiero… quiero que me escuches.

—Tardaste 10 años ¿NO? —no quería llorar, quería ser fuerte para imponerse pero Jungwoo era un hambre emocional así que era impasible no estar parado con los ojos húmedos como un cachorro castigado— no quiero hablar, déjame por favor.


Retrocedió dos pasos pero ella avanzó tres, descansó sus manos en las solapas del abrigo que llevaba puesto y frunció el ceño, un gesto simple pero que disparó a la velocidad de un chasquido cada uno de sus latidos.


¿Y si ella lo golpeaba? ¿Y Si no volvía a ver a su padre?

Ejerció solo un poco de fuerza para imponer la autoridad que no le correspondía y con eso mismo lo llevó hacia la banca más cercana para tener una conversación "relativamente normal". Jungwoo se odió a sí mismo, su mente luchaba para que reaccionara mientras que su cuerpo se dejaba guiar.

Sintió deseos de llorar ¡Cuán patético era!

—¿Tienes frío? ¿Quieres ir por un poco de café? —su tono de voz era calmo, persuasivo, cualquiera podía caer ante él si no tenía las agallas para enfrentarse— no sabes cuanto he esperado esto, hijo yo siempre, siempre quise hablarte pero no tuve el valor yo... —acariciaba el dorso de su mano derecha, Jungwoo estaba quieto como una estatua de hielo— tengo que admitir que cometí muchos errores, que tardé en darme cuenta que eras tú el único que valía la pena, que al inicio no te quise como debía y que cuando lo supe ya era demasiado tarde, tu padre no nos dejó encontrarnos.

Jungwoo miró la mano de ella, endureció la mandíbula y volvió a mirarla fijamente.

—¿Q„. qué es lo que... quieres?

—Quiero Ser tu mamá, quiero... quiero poder entrar en tu vida y darte todo lo que no pude darte antes, Jungwoo, dame esa oportunidad, allá en Estados Unidos tienes 2 hermosos hermanos que... que estarían contentos de verte.


Sus ojitos se cristalizaron y sus labios se formaron en algo parecido a un puchero mientras sostenía las rodillas en un puño y la pena carcomía su corazón. Qué fácil era para ella creer que podía hacer esta, entrar en la vida de una persona de forma invasiva y expresar palabras sin medir cuanto podían dañar.

In Jin hablaba de una familia, de hermanos que lo esperaban ¿Ellos tendrían la suerte de sentir una madre cariñosa como él jamás la tuvo? ¿Tenían una infancia sana a diferencia suya?

Sintió que se encogía, ella había hecho su vida de nuevo, salió del país, encontró un hombre, parecía feliz con ello pero ¿Sabrían esas personas que había dejado en Corea una familia destruida?

—Formo parte de las familias ricas de San Diego, puedo darte estudio de calidad en las mejores universidades de América, puedo darte cualquier cosa que tu papá no te dio.

Jadeó con las lágrimas escurriendo en sus mejillas y la respiración agitada, Quiso pararse pero ella tiró de su mano hacia abajo. Cayó de golpe.

—¿Familias ¿Dinero? eres tan… superficial —gruñó mientras lloraba— ¿Crees que tu dinero va a reemplazar esas noches que mi papá se quedó a mi lado mientras yo tenía fiebre? Mientras despertaba llorando de mis pesadillas en las que tú decías que querías matarme? —sus mejillas y labios estaban rojos, In Jin lo miró con un rostro de piedra, su voz sonaba llena de pavor—por favor vete, vete, vete... ¡Vete!

—No necesitas comportarte como tu papá lo hizo en el pasado, yo no voy a hacerte daño... espero te tranquilices y tengamos una conversación como personas civilizadas, yo te amo, hijo —trató de descansar una mano en su antebrazo pero Jungwoo lo retiró con fuerza mientras lloraba en silencio— en serio lo hago.

Le dio una última mirada antes de ajustar su abrigo con cuidado y salir de allí caminando en dirección al hotel, necesita convencerlo de que "había cambiado", de que las cosas podían mejorar, la reflexión miserable de lo que había hecho en el pasado con él tardó años en llegar pero su ambición de que Jungwoo la perdonara era mayor a todo. Si se aseguraba con Jungwoo evitaría que su presente matrimonio se fuera abajo por comentarios negativos del pasado.


Flash Back

Sus ojitos se abrieron ampliamente cuando descendió la mirada y se quedaron en la superficie de su taza, sonrió entusiasmado, allí notaban un par de mini malvaviscos sobre la leche de chocolate caliente que su padre le había hecho. En Seúl nevaba y él, Jungwoo, miraba entusiasmado el calendario porque en menos de 2 meses iba a cumplir 6 años. quizás no sabía entender mucho aquella hoja llena de números pero su papá le había enseñado que con cada "X" que marcara al inicio de cada día, más se acercaría al círculo que indicaba el día de su cumpleaños “19 de febrero”. Bebió el líquido y gimió entusiasmado, sabía bien y era dulce ¿Qué podía ser mejor?

De pronto escuchó el ruido de algo inusual que captó su atención. Dejó la taza a medio servir sobre el mueble azul y dando pequeños pasos asomó apenas su rostro por la puerta, allí parado estaba su papá con la mirada desenfocada y la mejilla inflamada. Miró un poco más, frente a él estaba su mamá con la mano levantada en el aire después de haberle pegado, por supuesto jungwoo no lo había visto, Jungwoo no comprendía.


—Apenas tengo 24 años Joonhyuk ¡No puedes pedirme que trate de estar en casa!

—Lo comprendo —dijo con la voz quebrada, ambos eran inexpertos— olvida la que dije, ya le di la leche a Jungwoo, puedes estar tranquila, pu… puedes irte.

—Ese niño, ese niño ¡Ese niño arruinó nuestra vida! VOY a ahorcarlo, VOY a…

Joonhyuk dejó escapar un jadeo antes de pararse en medio del pasillo para impedir que In Jin avanzara, sus ojos estaban en alerta y las en el aire como quien quiere persuadir a una persona violenta.

"Quítate”, masculló ella "Quítate maldita sea”.

Pero no tenía intención alguna de hacerle caso, solo la empujó un poco por el hombro para provocarla y fue de esa manera en la que centró su atención en él. Para cuando ella empezó a patearlo en el vientre, para cuando Joonhyuk estaba en posición fetal recibiendo los golpes en silencio cuando los gritos de dolor con una mano en su boca, jungwoo ya había corrido desesperado bajo su cama para abrazar su mantita de Pororo que su padre le había regalado.

Los gritos de esa mujer eran cada vez más fuertes y aunque trataba de cubrir sus orejas, sus manos no eran lo suficientemente grandes como las de un adulto para disipar el sonido de afuera.

—Basta, basta, basta, papito, papito —lloraba contra su manta muy bajito para que su madre no fuera por él para ahorcarlo tal cual había escuchado.

Fin Flash Back

Sabía que estaba llorando más fuerte porque su cuerpo se sacudía conforme pasaban los segundos. Odiaba esos recuerdos, odiaba que ella quisiera tratar de convencerle de un futuro mejor cuando en realidad marcó su infancia de forma permanente ¿Tenía idea alguna que el periodo en el que se comportó como un animal, es el período mis importante en el desarrollo para la vida de un ser humano?


Se odiaba a si mismo porque ni siquiera siendo adulto era capaz de sobreponerse, porque quizás muy en el fondo temía que la mujer lo convenciera del futuro mejor. Era débil y patético o eso creía, se hubiera hundido en la miseria de no haber sentido sobre el dorso de sus manos otras más grandes y cálidas, de no haber sentida unos brazos enormes rodearlo y acunarlo contra un pecho donde sentía que siempre debió pertenecer.

—Bebé —susurró dejando que llorase todo lo que necesitara.


Jungwoo se aferró fuerte contra Sexual Writer y siguió llorando todo lo que podía, uno, por su madre y dos, porque se sentía patético de solo pensar que lo había extrañado tanto que lo emocionaba. Se inclinó hacia atrás para verlo un poco mejor aún si las lágrimas empañaban su mirada. Estaba can un abrigo que cubría su cabello con la gorra, estaba con media máscara que tapaba parte de sus ojos y tabique nasal, parte de sus ojos, el tabique nasal y dejaba expuesto su barbilla y boca.

Algo le agradaba mucho de la forma de sus labios pero no tuvo tiempo para reparar en más detalles, prácticamente se lanzó hacia él abrazándolo por el cuello y hundiendo su boca en un beso desesperado, Estaba hambriento, lo necesitaba demasiado, sus lenguas se chupaban y sus Cuerpos se tocaban. Esa mano enorme estaba contra su cabello para atraerlo y profundizar el contacto, necesitaba chuparlo más. necesitaba hundirse contra él, necesitaba todo de

—Lo extrañé —balbuceó entre besos.


Después de besuquearlo hasta tirar lentamente de sus labios, Sexual Writer hundió el rostro en su cuello y respiró profundamente, susurrando después que lo extrañó también. Mientras se mantenían abrazados por segundos, Yukhei se maldijo una y mil veces más por no ser capaz de poder salvarlo de aquella mujer, había llegado justo cuando Jungwoo estuvo llorando diciendo “vete, vete, vete”.


Incluso si se habían reunido como Yukhei y Jungwoo, incluso así lo había extrañado.

—Vamos a casa, allá voy a cuidarte cariño —enlazaron sus manos creando un anclaje perfecto y juntos así caminaron por el parque.

El aire que salía de su nariz y boca tomaba la forma de vapor, ninguno de los dos estaba hablando, todo lo que escuchaban eran los autos lejos y la nieve que pasaba baja sus zapatos. Jungwoo seguía temblando y mirando hacia todas partes por si esa mujer estaba pendiente de hacer alguna cosa, si estaba al asecho, si atacaría Aunque miró hacia el lado y supo que las cosas serían mejor a partir de ahora, el hombre que tanto deseaba estaba a su lado protegiéndolo.

¿Qué hubiera sucedido si In Jin hubiese aparecido cuando salió con Yukhei? ¿Su vecino tendría las agallas para enfrentarla? Sí y quizás se hubiera sentido igualmente protegido. La idea lo hizo sonrojar antes de secar con el dorso de un dedo lo que quedaba de lágrimas.

—Seguro me veo horrible después de llorar, de verdad lo siento.

—¿De verdad tienes el autoestima tan bajo, cariño? —murmuraba bajito, tenía que proteger su identidad.

Jungwoo asintió, su mirada estaba perdida hacia el frente.

—Es porque nunca he coqueteado con nadie, porque… porque me parezco mucho a la mujer que me engendró, porque soy inseguro de todo.

Yukhei se detuvo lentamente, se volteó hacia él y sostuvo su rostro con ambas manos. Aunque la mascarilla cubriera parte de sus facciones quería que viera el deseo en unos ojos que brillaban intensamente por su persona. El pelinaranjo gimió bajito y dejó que esas manos calientes tocaran sus pómulos.

—Y yo que sé de belleza, yo que he apreciado y tenido muchas personas cerca, puedo decirte que eres hermoso, incluso si tu nariz esta un poco roja o si tus ojos brillan de angustia, eres hermoso.


Mierda, estaba enamorando de Kim Jungwoo por ser solo él, su corazón latía tan rápido que quería correr pero era cierto, estaba enamorado, estaba jodido.

Le sonrió con ternura y besó sus labios con pausa para maravillarse con su textura, era exquisito.

—Vamos por aquí.

Siguió aferrando su mano pero vendó sus ojos antes de que viera el auto que iba a transportarlo, era uno totalmente nuevo y no tenía intención alguna que lo conociera cuando también cabía la posibilidad de usarlo como Wong Yukhei.

Ajustó su cinturón de seguridad antes de rodear el vehículo y colocarse tras el volante. Durante cl viaje colocó música de jazz con el fin de estimular el oído del muchacho aunque no era lo único que utilizaba. La mano de ese hombre estuvo sobre su muslo y muy de vez en cuando lo acariciaba en la cara interna para tenerlo así, sediento, necesitado y muy cerca de rogar para que tuvieran sexo. Mierda, quería probar con él teniéndolo sentado sobre sus muslos y que estuviera montándolo una y Otra vez coma una perra adicta al sexo, juntos los dos encerrados en el auto. Pero tenía otros planes.

Al llegar a la gran casa estacionó en el garaje y extendió su mano para sacar al muchacho, abrazándolo de lado era más fácil para que no tropezara. Una vez dentro desató sus ojos pero no le dio espacio a moverse, lo acorraló contra la pared más cercana y miró sus labios un par de segundos, ambos estaban calientes.

—La puerta que está al lado tuyo da acceso a un cuarto, entra allí y colócate todo lo que hay, dentro de esa misma habitación hay otra puerta que conduce donde yo te estaré esperando.


—Señor —tragó saliva— fólleme aquí por favor.

Estuvo a punto de subir los muslos a sus caderas y molerse contra su entrepierna, pero Sexual Writer retrocedió, lo miró de arriba hacia abajo y siguió el camino hacia una habitación mientras él tenía la opción de obedecer lo que le había dicho o, la opción de investigar cada rincón del lujoso lugar.

—Otro día.

Entró en la habitación, era pequeña comparada con la otra en la que habían estado pero tenía una cama y comodidades increíbles. De inmediato frunció el ceño pero gimió cuando sostuvo aquello entre sus manos: travestismo. Le había dicho que no quería hacerlo, que nunca lo había probado pero sabía que no negarse por la misma razón.

La ropa lo dejó incluso más sorprendido, pero... suspiró y lo puso delante de sus ojos. Bien, manos a la obra.


¿Señor?"

Escuchó su voz masculina un poco más suave de lo habitual y él que estaba dándole la espalda, se giró lentamente. Su barbilla se movió hacia abajo con un sonido inadecuado ¿Animal? Sus ojos descendieron por aquella figura que estaba parada sobre la puerta pero cuando se quedó en el rostro de Jungwoo, se dio cuenta que tenía los ojos húmedos.

—Bebé —caminó hacia él para retirar las lágrimas de su rostro— ¿Qué sucedió?

—Es... es que... ¿De verdad luzco bien? —tocó el cabello sobre su hombro, la peluca parecía su pelo real— ¿No estoy haciendo el ridículo?

Yukhei, dentro de su alter ego s,w, retiró las lágrimas con los dedos y luego sostuvo una mano del muchacho que dejó sobre su ropa interior. Sus ojitos se abrieron más, contuvo la respiración y miró la forma en la que su mano se complementaba a aquella deliciosa erección cubierta por una tela oscura. Estaba duro y caliente, estaba esperando por él.

—Me parezco a mi mamá —susurró mientras lo tocaba— no me gusta ella, maldita sea.

No dijo nada en respuesta pero lo abrazó de lado y lo puso frente a un espejo de cuerpo completo, ambos estaban mirando el reflejo, ambos estaban calientes solo que uno dejaba que la tristeza lo disminuyera.

—Yo que he visto a tu madre hoy, puedo decir que esto no tiene nada que ver con ella —susurró arrastrando la boca en su oreja. sus manos estaban sobre el vientre de Jungwoo— eres es… exquisito.

El tono que había utilizado fue ardiente en demasía, ambos volvieron a mirarse en el espejo donde Jungwoo podía apreciar mejor los detalles de lo que llevaba puesto. El labial que acentuaba la forma en su boca y le daba una invitación pecadora a probarla, sus ojos delineados, sus pestañas encrespadas y los lentes de contacto daban una mirada penetrante.


Su cara era rodeada por la peluca con un color distinto del que originalmente se había teñido, quizás lo más infartante de todo era que el muchacho llevaba algo muy parecido a un babydoll de encaje color durazno ceñido a sus curvas, a su lindo trasero respingón y una bata semi transparente del mismo color.

"La idea de usar cosas nuevas es sacar la personalidad que sé que tienes, bebé la ropa no tiene que ser de hombre y mujer solo es... ropa".

Metió la mano bajo aquella bata y acarició su trasero suavemente, con la misma delicadeza metió uno o dos dedos en su trasero para acariciar su ano.

—Eres hermoso, Zeus.

Bien, ahora apenas podía ver el parecido con su madre, ahora le gustaba tocar sus labios pintados o su cabello largo, su tórax y abdomen con ese babydoll, Sus piernas desnudas proporcionadas. Bien. no era del todo lampiño, podía apreciar unos cuantos pelos a lo largo de ellas y no le molestaba el contraste. ¿Era excitante?


Se volteó a mirar a Sexual Writer. Ese hombre estaba con una bata negra que cubría su cabello. Seguía con esa máscara, su torso y abdomen desnudo estaba marcado, traía un boxer ajustado, sus piernas firmes estaban bien paradas. Mierda, sus ojos seguían de arriba hacia ahajo sintiendo como su pene se erectaba, estaba hambriento, estaba sediento pero ahora la actitud que debía llevar se sentía como la de un sumiso.

"Incluso vestido como una mujer siendo hombre, eres más hermoso que cualquiera de ellas". Dijo él antes de enredar su mano y caminar juntos hacia el otro cuarto.

Se dio cuenta que era la misma habitación que ocuparon la única vez que estuvo en este lugar. Tragó saliva, todo era iluminado con una luz tenue y un par de pequeñas velas en las esquinas. Cuando estuvo en medio aquel hombre se sentó en aquel asiento que parecía estar arriba de una tarima a la que debía subir por 3 peldaños.


—Cosita bonita, tengo que sacarle partido a esa apariencia... maldita sea —pasó la lengua en sus labios mientras lo observaba— incluso sin nada, siempre deberías sacarte partido —estiró la mano y con sutileza indicó el fierro que había instalado— ¿Sabes lo que es eso?

Jungwoo pestañeó aturdido y gimió.

—¿Striptease? —contuvo la respiración— se... señor Writer ¿Quiere que...? —secó el sudor de su frente y se volteó a él— no sé hacer nada de eso.

S.Writer se paró del asiento y se quitó la bata que cubría su cabello, Jungwoo apenas iba a distinguir su cabello porque lo tenía peinada hacia atrás, además, las luces le daban un tono distinto y también había sido lo suficientemente veloz y autoritario como para pararse frente a él y colocar una venda en sus ojos.

—Conmigo vas a experimentar cosas nuevas —pasó la punta de su lengua en los labios de Zeus. El muchacho abrió la boca para poder chuparlo de vuelta pero no lo dejó— escucha la música, solo mueve tu cuerpo, juega con todo lo que llevas puesto.

Yukhei retrocedió lo suficiente para sentarse en el asiento y dejar que la música de fondo influyera en cada uno de los movimientos de su cuerpo. “I put a spell on you" de Annie Lennox. Maldita sea, odiaba la saga de Fifty Shades pero admitía que tenían un soundtrack delicioso que ponía los pelos de punta a muchos. Jungwoo sintió el sonido del piana y la voz de la mujer, por instinto se afirmó de la barra metálica dejando que su cuerpo tornara el control y no su cabeza llena de ansiedades.


Podría chuparte todas tus piernas, podría meter hasta el fondo de mi garganta tu pene o podría mordisquear y besar tu ano, pequeño y rosado bebé

Y lo dijo de manera tan sensual que Zeus jadeo y se quitó la pequeña y transparente bata de encaje que se había puesto sobre el babydoll. Estiró las manos por sobre su cabeza y así descendió sensualmente por el caño metálico hasta que su trasero tocó el suelo, Se sintió poderoso cuando escuchó el gruñido de Sexual writer, le había gustado ¡Podía atreverse a más!

La música avanzaba, pegó su trasero contra la barra mientras habría las piernas un poco más e inclinaba toda la parte superior hacia adelante formando un ángulo de 90 grados perfecto, cuando volvió a estirarse repasó ambas manos por el "escote" del babydoll tocando sus pectorales mientras su trasero se molía sensualmente con el caño.

—Eres una puta ¿Lo eres Zeus?

—Por usted —gimoteó. Su pene ya estaba lo suficientemente hinchado para jugar— solo por usted.

—Si, por mi solamente —masculló— y podrías jugar con ese caño metálico como si fuera yo ¿NO? Jungwoo no veía nada pero todo lo escuchaba y lo sentía.


Con la fuerza que tenía, alcanzó a afirmarse en el caño de una manera tal en la que sus pies no tocaban el suelo. Era como un ángel del infierno disfrazado como un sensual melocotón, todo dulce y todo excitante.

Mientras bajaba lentamente extendió su lengua en la barra y la chupó como si estuviera afirmado de su cuerpo o el pene de S.W. Al llegar al suelo frotó su entrepierna suavemente en el metal, la música lo ahogaba de placer, estaba en trance.

Yukhei masajeaba su entrepierna y es que se estaba hundiendo en su lujuria ¡Mierda! 1.80 metros, piernas largas, piel blanca, ropa interior de encaje que resaltaba aún más su lindo cuerpo y trasero, la peluca, la boca con labial. El contraste de lo femenino y masculino. Perdió la cabeza cuando Zeus se paró con las piernas un poco separadas, apoyó la frente en la barra y llevó los dedos para inmiscuirlos bajo el encaje e introducirlos por el ano tan bonito que tenía. Sus gemidos eran la cosa más encantadora y es que eran cortos en duración, con un tono suave pero masculino. con una invitación a reemplazar esos dedos con lo que fuera que Sexual Writer pudiera meter en él.


Jungwoo casi perdió el equilibrio, estaba tan libinidoso que no pudo bailar demasiado. Apoyó la cabeza contra la base del fierro en el suelo de la habitación pero dejó su colita parada y las rodillas separadas para que Sexual Writer pudiera ver toda su apertura.

—Oh… Oh cariño —se quitó la máscara porque Jungwoo no podría reconocerlo estando vendado. Se sentó de rodillas detrás suyo y apoyó todo su torso desnuda en la espalda del muchacho como si quisiera cubrirlo por completo —estás volviéndome loco.


—Soy suyo —balbuceó, dejó de tocarse el ano para llevar la mano y masturbarse.

"Eres mío, mi gatito necesitado", susurró contra su oreja a antes de repartir pequeños besos en la nuca. Sexual Writer se quitó la ropa interior y mientras lo cubría por la espalda paseó su enorme pene por el espacio entre las dos mejillas de su trasero, Jungwoo jadeo y arqueó más la colita como un verdadero gatito. Estaba volviéndose loco por ese hombre.


—¿Te gusta cómo estás vestido? tan atrevido, tan dispuesto a probar cosas nuevas.

—Me siento bonito —murmuró y aunque apenas lo había modulado, SW. pudo entenderle— me siento sucio, me siento insolente.

—Estoy teniendo fantasías contigo, mi amor —prácticamente lo aplastaba contra el suelo mientras jugaba con su glande húmedo y grande sobre su trasero, el babydall casi no cubría esa zona— ¿Sabes corno te veo? te imagino desnudo y acostado sobre el cuerpo de otras personas mientras dejas que otros te chupen, muerdan, masturben y…

Jungwoo tuvo una imagen tan jodida que se retorció de placer.

"Pero yo tengo miedo de la gente, tengo fobia social" dijo jadeante.

El menor mordió su nuca mientras se molía contra su trasero aún sin ser penetrado.


Si aceptas, bebé, voy a lograr que dejes esa maldita fobia social, yo, tu autor favorito, ha encontrado la solución a tu maldito problema”.


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