"Sexual Writer" Capítulo 15: Efectos etílicos
- TrinidadVictoria
- 11 jun 2019
- 17 Min. de lectura

Jueves 6 de diciembre 2018, 3 días después.
—Que hayas venido con tu mejor amigo a terapia no significa que dejas de ser valiente, Kim Jungwoo, trata de enfocarte en lo positivo, sigues viniendo a pesar de que tu madre se te ha acercado ¿Sabes cuan poderoso es tu poder de decisión?
No había sido capaz de pedirle a Wong Yukhei que lo acompañara incluso cuando este había ofrecido todo su apoyo hace un par de días atrás cuando In Jin, "su madre", se había acercado por primera vez. ¿La razón? ni siquiera era capaz de encontrar la razón por la que prefería mantener la distancia adecuada, creía que era para enfocarse en Hendery a quien había "abandonado" pero en el fondo estaba seguro no era por ello.
Suspiró y asintió, Kim Dongyoung de vez en cuando anotaba cosas, pero su mirada parecía estar la mayor parte del tiempo en su rostro, era intimidante de una manera, pero gentil en otra. Era como un vampiro con aquel abrigo gris y el chaleco cuello de tortuga negro.
No habían tenido la sesión fuera de su oficina porque afuera nevaba con intensidad pero no importaba el lugar, las palabras de aliento y ese modo de explicar las cosas de aquel profesional le daban la esperanza para hacer las cosas correctas o que no todo estaba perdido.
—¿Pero por qué me tengo que sentir tan... aterrorizado de tenerla cerca si ya soy grande?
—Entiende que, todo suceso que se forma al inicio de la infancia repercute cuando eres adulto —se inclinó hacia adelante y entrecerró los ojos— tus recuerdos negativos superan a los positivos que tienes de ella, aún no asumes que ya eres un hombre de 20 años capaz de decir que no cuando puedes, ella no va a llevarte a Estados Unidos si no lo deseas.
—-Yo... Yo sé que m-me está... que... que quiere... —cerró los ojos y tragó saliva.
—¿Que quiere manipularte? —Jungwoo asintió repetidamente— lo sabes, no confías en sus palabras, eso es muy bueno ¿Ves cómo es imposible que pueda apartarte de tu padre?
Cuando otras personas decían aquello era fácil pero experimentarlo era distinto, en esos momentos todo lo que pasaba por su cabeza y cuerpo era la idea de que debía hacerse el valiente, ignorar sus palabras hirientes y demostrar que podía incluso si no lo creía así. Se terminaba agotando antes de darse cuenta y con ello acababa en un llanto, ya le había sucedido 2 veces.
Lo explicó, se lo dijo al psicólogo y también otras cosas más para que comprendiera el cómo realmente se sentía.
—Jungwoo, tu fobia social se resume a que, en cada persona estás viendo a tu madre, cada persona es un potencial peligro para ti, no son las personas el problema, es tu madre... —movió el lápiz contra sus labios, su mirada era penetrante, estaba pensando— tu madre atacando verbalmente a tu padre hasta reducirlo diciendo lo miserable y patético que es, él agachado en el suelo temblando y tu presenciando todo tras una puerta ¿Qué haces?
—La enfrentaría de inmediato sin dudarlo, probablemente diría cosas muy vulgares, quizás la empujaría para apartarla de mi padre.
El tono de su voz había sido tan ronco y fuera de lo común que el mismo Kim Dongyoung levantó una ceja sorprendido, sus palabras fueron dichas con fluidez, nada de miedos o dudas. Bien, Kim Jungwoo podía tomar control de la situación.
Así siguieron hablando hasta que cumplieron una hora y estaban cerrando ideas, siempre alentándolo, siempre diciéndole que era capaz e incluso recomendándole unas hierbas que servían para disminuir la ansiedad.
Cuando finalizaron la charla y el muchacho salió de allí con el corazón más inflado de confianza, Dongyoung miró el vacío mientras sus dedos tocaban rítmicamente el papel de su agenda.
Aunque otras personas pudieran observar mal la situación a Hendery no le importaba, estaba contento de abrazar de lado a su mejor amigo y caminar juntos de vuelta al departamento mientras los copos de nieve caían en sus abrigos.
—¿Cómo te sientes respecto al hecho que tienes hermanos?
Jungwoo pensó en aquella noche que su "madre" le había prometido darle una vida de lujos y comodidades, una vida en la que 2 hermanitos pequeños lo estaban esperando con ansias. Celos no existía en su diccionario.
—Preocupación —murmuró observando hacia el frente— espero que al menos con ellos sea una buena mujer.
No debería importarle, pero Kim Jungwoo era una persona de buen corazón y se reflejaba en esos niños, esperando muy en el fondo que no corrieran la misma suerte, lo suyo era pasado, lo suyo no podía revertirse, no estaba interesado a sus 20 años en construir una relación con ella, pero ¿A niños? ¿Qué culpa tenían ellos?
No siguieron tocando el tema, se enfocaron en el paisaje blanco y en hablar de otras cosas, en la manera positiva en la que Kim no temblaba tanto como antes cuando una persona cerca, en la idea de que tenía control de su cuerpo, que nadie le haría daño. Estaba ganando confianza.
No pudieron seguir hablando porque Kunhang tenía que volver a la universidad a su última clase, pero le dio un gran abrazo y apretó su mejilla hasta que el mayor se fastidió, valoraba la amistad de su mejor amigo, para alguien con fobia social mantener una amistad era algo realmente grande. Ya dentro del elevador Jungwoo sacudió algunas partículas de nieve que quedaban en la superficie de su abrigo pero cuando la puerta se abrió en su piso y giró en dirección hacia la puerta de su hogar, jadeó al ver allí sentado a Ramsés mirando como si quisiera que le abrieran.
—¿R-Ramsés? —caminó rápidamente hacia él y lo sostuvo entre sus brazos, seguía siendo pequeño— ohh bebé ¿Qué haces aquí?
Caminó un poco para girar por el pasillo pero la puerta del departamento de Wong Yukhei estaba cerrada, frunció el ceño. Tocó la puerta un par de veces pero el silencio al otro lado solo le decía que aquel hombre no estaba.
No sabía si sentir molestia o preocupación ¡¿Cómo aquel pequeño gatito podía estar abandonado a su suerte en aquel pasillo?!
Suspiró y caminó a su propio hogar, al abrir la puerta se sacó el abrigo y lo acurrucó contra su pecho cuando se sentó en un sofá. Hacía frío afuera e incluso en el pasillo, el pobre minino empezaba a cerrar sus párpados con la sola satisfacción de encontrarse contra un cuerpo caliente. Sintió angustia, era muy pequeño.
Con un dedo suavemente acarició el espacio entre sus orejas, siguió la curva por su cuello y el lomo. Ramsés se acurrucó aún más y terminó por rendirse al sueño bajo la mirada compasiva de aquel hombre.
—No sé la razón por la que estabas afuera de mi casa, pero es como si supieras que pudieras encontrar cobijo.
Nunca había pensado con ternura respecto a los animales, pero desde el primer día que había visto a aquel animal abandonado en el césped, pensó de manera diferente. Estuvo tanto tiempo haciéndole cariño que incluso sus propios párpados empezaron a pesarle, se hubiera quedado dormido también, pero los golpes suaves de la puerta llamaron su atención.
Depositó a Ramsés contra una almohada del sofá y caminó hacia la puerta mientras bostezaba. Abrió la boca sorprendido al ver a Yukhei con los brazos caídos, temblando, respirando agitado y con los ojos llenos de lágrimas al otro lado.
—Dis-Disculpa que... que moleste pero —secó sus lágrimas pero sus ojos seguían derramando más, su voz estaba rota— Dios, estoy buscando hace horas a Ramsés, estoy desesperado ¡Salió corriendo en la mañana!
Su estómago se apretó de solo pensar en la desesperación que sintió tantas horas ¿Por qué recién ahora acudía a él? Por un segundo se fijó en más detalles de su apariencia, tenía los ojos hinchados, los pómulos empapados, el cabello castaño-rubio despeinado, y él que sabía de angustia y llantos podía decir a ciencia cierta que no era una broma, estaba sufriendo.
Se hizo hacia un lado con timidez y le dijo que lo acompañara a la sala de estar. Después de cerrar la puerta y sintiendo los pasos de su vecino tras él, le indicó a la pequeña bolita negra durmiendo allí en medio de los cojines.
Yukhei abrió sus ya enormes ojos y se agachó para acariciarlo mientras lloraba.
"Gato estúpido, bebé estúpido sentí que me moría pensando que te habías arrancado de mí para siempre". Decía él a medida que acercaba más su rostro para verlo de un mejor ángulo "Eres un idiota ¡Casi matas a tu padre de pena!".
Un hombre caracterizado por su buen humor 24/7 ahora estaba convertido como en un niño que había perdido lo que más quería. Se sintió conmovido, incluso su propia garganta se había estrechado.
Se agachó a su lado y acarició al minino que parecía estar en el mejor lugar del mundo, recibiendo amor de dos hombres que se preocupaban por él.
"Como una familia" pensó por un segundo antes de desechar la idea fantasiosa.
—¿C-Cómo lo perdiste? —susurró, ambos estaban de rodillas sobre la alfombra.
—Iba a ir a clases, pero cuando abrí la puerta del departamento, Ramsés estaba con la locura y salió disparado por ella hacia el pasillo... cuando traté de ir tras él, corrió hacia las escaleras y lo perdí de vista —mientras hablaba le había dado hipo, apretó sus labios con angustia— lo busqué por cada rincón, golpeé puertas, subí y bajé todas las escaleras del edificio... incluso salí a la calle pensando que lo habían atropellado —mordió los labios para evitar ponerse a llorar de nuevo— es un gato estúpido que no sabe cómo lo amo.
Hubo un pequeño silencio, ambos hombres seguían acariciando y mirando al felino. Fue Yukhei quien tomó a Ramsés y lo acunó contra su pecho para que siguiera durmiendo, fue Jungwoo quien se sentó al lado de ambos sin darse cuenta la cercanía que tenían sus cuerpos.
—Llegué del psicólogo cuando lo vi parado afuera de mi puerta, maullando y temblando, creo que estaba asustado.
Después de hablar se detuvo en los ojos hinchados de Wong, ojos que estaban observándolo. Ninguno era capaz de hablar y es que Jungwoo no sabía que decirle, nunca había esperado que su vecino se redujera a esto por una mascota perdida, no había pensado en verlo tan sensible, estaba acostumbrado a ser la persona que recibía afecto y contención cuando el daban las crisis de pánico y angustia ¿Sabría darla él?
Yukhei se sentía estúpido de sobremanera, no estaba acostumbrado a llorar, de hecho no recordaba la última vez que lo había hecho pero la sola idea de haber creído que Ramsés se había escapado y lo habían herido lo desplomó. Corrió por muchas calles, subió y bajó el edificio 2 veces, tocó la puerta de los vecinos, estaba destrozado.
Desvió la mirada hacia otra dirección, pero en ese momento sintió la mano de Jungwoo en su rodilla, parecía dudar pero seguía allí incluso si sus dedos temblaban.
—¿Fue muy... difícil? —"mucho", susurró— yo creo que Ramsés es un gato aventurero, pu-puedes traerlo acá más seguido para que no... para que no escape de nuevo.
Yukhei levantó la barbilla para mirarlo directamente a los ojos, sus rostros estaban muy cerca, casi podía sentir la respiración del muchacho en su piel. Sabía que su apariencia era patética, que solo llamaba a la lástima pero podía ver como las mejillas de Jungwoo se teñían de rojo y sus labios temblaban.
"Necesito besarte" pensó "Necesito besarte demasiado", estaba seguro que si lo hacía el muchacho podría negarse al principio más luego gemiría y se fundiría en sus brazos porque, el cuerpo tiene memoria, su piel y sus nervios sabrían que pertenecía a Sexual Writer y lo que podía ser fogoso terminaría en una catástrofe.
Jungwoo pestañeó aturdido, no debió observar los labios de ese hombre hasta perder el aliento ¡Era Wong Yukhei por Dios!
—¿Quieres chocolate caliente? mi... mi papá me lo daba cuando tenía pena.
Antes de poder responder que sí, el mayor ya había partido a la cocina a calentar algo de agua, sus manos temblaban mientras sostenía una taza y revolvía con la cuchara, su cuerpo estaba convirtiéndose en un caos.
—Eso es solamente porque lo viste tan débil como tú, solo eso...
"Claro ¿Y por qué te preguntaste qué estaría haciendo todos estos días?”".
Gruñó enfadado y miró las tazas cuando estaban listas y llenas de malvaviscos pequeños en su superficie. Bien, no había nada de malo en admitir que Wong Yukhei era guapo, un idiota de más de 1.80 de alto, pero físicamente no estaba mal.
Apretó los labios con el corazón encogido, lo había protegido cuando le dio un ataque de ansiedad, le había ofrecido su amistad para salir adelante con la fobia social y en el fondo de su corazón era sensible con la pérdida de algo hasta las lágrimas.
—Es una buena persona.
¿Y qué sucedería si Sexual Writer se enteraba que encontraba lindo a alguien más? ¿Lo sometería? ¿Lo castigaría?
Meneó la cabeza, no tenía por qué sentirse mal, no estaba profundizando nada. Mierda ¡Ya lo estaba sobre pensando como siempre!
Caminó de vuelta a la sala de estar aunque sus pasos se detuvieron en la alfombra cuando vio a Wong Yukhei durmiendo en posición fetal con Ramsés acostado contra su vientre, la imagen rebosaba calma y ternura, Jungwoo no pudo evitar sentirse conmovido. Y él sabía que después de una situación de estrés daba mucho sueño.
Suspiró. Iría por una manta.
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"Yo creo que Ramsés sabe lo que es bueno”. Dijo su padre mientras acariciaba al animal que dormía placenteramente sobre sus piernas, era adorable, no entendía porque antes no consideró adoptar una mascota para su hijo cuando este fue más pequeño.
Jungwoo cruzó los brazos sobre su pecho levantando una ceja, la sonrisa cómplice de Joonhyuk después de escuchar el relato, no le gustaba porque sabía a lo que se refería. El hecho de haber admitido su homosexualidad no hacía nada más que reforzar su idea de que él y Yukhei podrían ser algo como una pareja.
Pero de pronto le daba dolor de estómago pensar si era o no era gay, al menos bisexual ¿Lo era? Miró el vacío ¡Eso no debía importarle!
—Jungwoo, sabes que solo son bromas, pero no debe ser una coincidencia que este pequeño haya estado afuera de nuestra puerta esperando que le abrieras —miró hacia la dirección que se encontraba la cocina, escuchaba platos y agua— no pierdas tu vida esperando que esta se vaya frente a tus ojos... —sonrió con los labios sellados— incluso pidió lavar las cosas de la cena en agradecimiento... no sé tú hijo, pero una persona con sus atributos es el que yo quiero que te haga feliz.
"Papá, estoy literalmente teniendo sexo a ciegas con un hombre que no es nuestro vecino”.
Pensó, por supuesto no podía verbalizarlo porque causaría una conmoción de proporciones colosales, estaba seguro que de estar solos hablarían aún más del asunto, no estaba obligado a tener una pareja y su padre lo apoyaría en cualquier decisión razonable, pero ¿Qué tantas cosas podían apartar en su vida "normal" por estar tras un hombre y el acto sexual? ¿Estaba cometiendo un error?
—Pues los dos no somos tan diferentes papá, no sé qué estás esperando tú con la señorita Tucker.
Las mejillas sonrojadas de su padre eran evidencia que había dado en el clavo, no sabía qué sentir ¿Lástima o emoción? Joonhyuk tenía un terror en admitir sus sentimientos y en el fondo tampoco iba a culparlo, había entregado parte de su corazón en el pasado y lo habían pisoteado hasta hacerlo añicos en agresiones físicas y verbales, le había costado hacer una amistad femenina.
Y de pronto recordó que este sábado él, Jungwoo, tenía una cita con ella. Podría ayudarlo ¿Verdad?
Después de que los minutos avanzaran, Joonhyuk se despidió de ambos porque tendría una pequeña salida con colegas para beber.
El departamento se había quedado en completo silencio, Yukhei se estaba secando las manos con una toalla de papel después de terminar de lavar las cosas en la cocina, el reloj marcaba las 10 de la noche ¿Qué podía hacer? Fue a la sala de estar en busca de Ramsés pero vio al gatito mordisqueando los dedos de Jungwoo, ambos sentados en el sofá principal.
—Estoy seguro que mi gato te adora — se acercó y acarició el lomo de aquella bola peluda y negra— yo ahh, creo que es tarde y debemos irnos.
Los ojos brillantes del mayor quedaron en él, odiaba que lo observara con esa inocencia que sabía que desaparecía cuando se metía mucho en su papel de Zeus, odiaba tenerlo tan cerca y tener que frenar cada deseo por tomarlo aquí mismo.
Hubo decepción.
—No tienes porque irte, digo... ummm —miró hacia muchas partes en busca de "algo" que ofrecer— no, no es justo que te obligue, pu... puedes irte.
Habían algunas gotas de sudor en su frente, sus dedos empezaban a sostener los bordes de su ropa de manera repetitiva. Estaba seguro que hacia el esfuerzo por no ceder ante el miedo, pero ¿De qué podía tener miedo? Yukhei se sentó en el sofá a su lado pero observando la nada.
—Jungwoo, puedes decirme lo que te sucede ¿Sí? Me viste llorar esta tarde — sonrió con los labios torcidos y con el rostro sonrojado, ni siquiera sabía el alcance de sus propios sentimientos por su mascota.
Titubeante tomó aire y lo miró, prefería tener "confianza" con Wong Yukhei que enfrentarse a la soledad esta noche, además después de verlo llorar esta tarde comprendió que era alguien con una personalidad sensible, más allá de sus risas, más allá de su calma o autocontrol.
—Tengo miedo de estar solo ahora — sus susurros se quebraban— hace unos días en la noche In Jin me vio en un parque y se acercó a mí —"Lo sé cariño, te vi como Sexual Writer" pensó— no sé qué tan carente de cordura puede estar pero tengo miedo que toque la puerta, que sepa donde vivo, que trate de convencerme que abandone a mi papá... que me haga daño —lo miró fijamente, sus ojos brillaban— no quiero quedarme solo, tengo pánico.
Y la tentación de abrazarlo era más intensa porque Jungwoo estaba dejando de lado sus propios miedos para contarle algo tan íntimo, sabía que a él como Wong Yukhei no lo veía como un gran amigo, pero ¿Esto era un avance?
Después de unos segundos se levantó, los ojos del mayor brillaron ¡¿Es que de verdad iba a irse?!
—Traeré las cervezas de mi departamento, solo... espérame aquí.
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—¡Eso no es cier-rto!
Lo apuntó en el pecho con su dedo índice pero después de unos segundos la sonrisa bobalicona tomó poder de sus labios mientras sus mejillas se sonrojaban más.
¿Cuántos litros de cerveza había bebido ya? no importaba, se sentía tranquilo, un poco torpe pero un estado en el que sentía que no tenía miedo y que podía enfrentar las cosas, un estado en el que pensamientos confusos podían llenar su mente también.
Jungwoo estaba borracho, despeinado y con los labios entre abiertos mientras respiraba por la boca.
"Podría follarte la boca mientras me pides que sea más salvaje". El menor desechó aquel pensamiento sexual y solo se enfocó en volver a molestarlo, quería que olvidara sus propias penas y la escena que él mismo había montado por Ramsés.
—Te digo que no estoy... borracho.
—Como sea, es primera vez que te veo así ¿El alcohol te hace más valiente?
Apretó los labios fingiendo una mueca.
—Sí —admitió después de un par de segundos, estaban sentados frente a una mesita de centro con algunos snacks en medio— estoy cansado de tener miedo pero... pero c-creo que estoy mejorando, q-quiero decir, estoy... haciendo cosas que antes no hacía —"Sexo"— y estoy conversando con... contigo.
—Por favor olvida que me viste llorar —Yukhei cerró los ojos como si algo le doliera— no me gusta hacerlo.
El muchacho estiró el rostro hacia adelante y entrecerró los ojos, el ambiente había tomado un matiz distinto, tal vez más íntimo.
"Llorar no tiene nada de malo, lo hago todo el tiempo y libera el alma, lo malo... lo malo es querer aparentar algo que no somos”.
Y no sabía cuánto sus palabras le molestaban porque Wong Yukhei sabía que estaba guardando una mentira. Quería decirle que era Sexual Writer, quería dejar de aparentar cosas, quería besarlo, abrazarlo, decirle que estaba enamorado, pero también le dolía que como Wong Yukhei no fuese tan valorado.
"¿Quién es Wong Yukhei?" dijo pestañeando lento.
Ahí le comentó algunas cosas básicas anécdotas de cuando era niño, del proceso de aprender muchos idiomas, el nivel de alcohol en la sangre del mayor iba aumentando y la sangre en su cuerpo hervía.
Yukhei se paró en busca de algunos snack para llenar de nuevo pero cuando pasó por detrás de Jungwoo, logró escuchar su susurro.
—¿Y valió la pena mentir que salías conmigo? ¿Te follaste a esa mujer aquella noche?
Se volteó lentamente hacia él mientras el mayor maldecía por sus palabras inoportunas ¡No podía controlar la conexión de su cerebro con boca!
—Vaya, no pensé que recordaras ese insignificante detalle en nuestra conversación por Line —se agachó a su lado, Jungwoo miraba hacia el frente, Yukhei prácticamente le hablaba a la oreja — no suelo hablar de mi vida sexual con otras personas, pero ya que lo mencionas sí... no fue solo la noche, "ella" quería a cada momento que la satisficiera.
De inmediato giró su rostro hacia él porque incluso dentro de su estado de ebriedad jamás hubiera pensado escuchar a Wong Yukhei hablar con ese tono libidinoso ni mucho menos hubiera esperado que cada cabello de su cuerpo se erizara con ello.
Tragó saliva, sus ojos se sintieron pesados y todo lo que observó fueron los labios de ese muchacho.
No había fuerza que detuviera la tentación de tocarlos con la punta de sus dedos ¿Había dicho acaso que con el alcohol se ponía incluso más caliente? "Si tan solo Sexual Writer viera esto".
La lengua de su vecino chupo suavemente esos dedos, Jungwoo gimió suave "Esto está mal, esto está mal”. Le pasó el pulgar, la punta de su lengua lo envolvió y luego lo chupó con sus labios sin quitarle la mirada.
El menor cerró los ojos después y dijo un par de cosas en chino que no comprendía.
—Eres igual de caliente que los personajes de los libros que escribe "Sexual Writer", esos que tanto te gustan.
—¡¡¿Perdón?! —el menor se iba alejando por el pasillo donde estaba su habitación, trató de alcanzarlo pero cuando pudo pararse y avanzar un poco, se lo topó afuera de su puerta— W-Wong Yuk-khei ¿Qué dijiste?
Frente a sus ojos vio la portada del libro "Don't stop", el último que había leído, el último que había publicado. Lentamente lo descendió y lo dejó sobre sus manos, Yukhei estaba sonriendo de lado.
—El día que tuviste una crisis por culpa de tu "madre" —la comilla con los dedos le daba un toque sarcástico a la situación— vi que tenías estos debajo de tu cama y supe el tipo de lectura que posees.
—Nadie te dio derecho de ver mis cosas privadas ¡¿Eh?! —apretó los dientes.
—Estaban a la vista y los reconocí porque... también leo a Sexual Writer — bajó el tono de su voz, ambos estaban muy cerca el uno del otro, Jungwoo quería darle un puñetazo en el vientre pero también su mente le incitaba a crear escenas poco decorosas con su vecino ¡¿Por qué?! — Sexual Writer puede sacar a flote cosas que no somos capaces de comprender.
Entonces no estuvo equivocado hace un tiempo atrás cuando recién lo venía conociendo, Wong Yukhei conocía la existencia de aquel autor, leía esas historias... no sabía cómo sentirse al respecto.
Sí, podía admitir que se sentía molesto porque esto era su intimidad, nadie sabía, ni siquiera su mejor amigo Hendery ¡Era la vía de escape de la realidad!
Quiso responderle, quiso reprocharle, hasta quizás deseó sucumbir ante el absurdo deseo llevado por el alcohol y la revelación de hace unos segundos, pero W. Yukhei cambió su semblante, miró la hora en su teléfono y retrocedió un poco a la sala de estar para sostener entre sus brazos a Ramsés.
En aquel momento y como si su padre hubiese adivinado, llegó. Observó las botellas en la sala de estar, por suerte no vio cuando Jungwoo ocultó tras su espalda el libro. Eran las 3 de la madrugada.
—Me alegro que haya llegado en buenas condiciones señor Kim, ahora que sé que Jungwoo está acompañado me iré a mi casa, buenas noches — inclinó la cabeza, no esperó respuesta de su padre, tampoco lo miró.
¡¿No lo miró?! ¿Lanzaba una declaración sobre la lectura erótica y se iba sin más?
Joonhyuk entrecerró los ojos, luego miró a su hijo que apenas podía mantenerse en pie, era la primera vez que lo veía ebrio.
—Jungwoo.
—No quiero hablar papá... p-por fav-vor.
Se encerró en su habitación con los brazos temblando, realmente no sabía como sentirse al respecto ¿Enojado, feliz, triste, emocionado? ¿Asombrado? Aunque había una cosa que el alcohol le permitía admitir, aunque fuese para él mismo: aún tenía deseo de besar a su vecino.
Por otra parte, Wong Yukhei, que ya estaba metido en la ducha de su habitación en aquel departamento, dejaba que el agua fría golpeara cada superficie de su piel caliente para contrarrestar el efecto de lo que había pasado.
—Te hubiera follado, te hubiera follado allí mismo bebé —balbuceó.
No, nada iba a funcionar para acabar con el deseo atrapado en su cuerpo. ¡Joderlo como Wong Yukhei solo podía complicar más las cosas!
No pudo hacer otra cosa más que liberarse a través de la masturbación, pensando en los dedos que había chupado y en esos labios sonrojados, en la confusión de sus ojitos ni el tono descarado de su vecino ebrio. Alcanzar el clímax fue fácil.
Mierda ¿Realmente tendría la capacidad de seguir mintiendo y llevar sus tres vidas en secreto? no, tarde o temprano iba a colapsar.
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Levantó una ceja de forma atrevida cuando ese muchacho de estatura baja terminó de chupar su miembro erecto. Ja, amaba la forma en la que sus labios brillaban con los restos de semen, se divertía sabiendo que tras las paredes de vidrio habían personas que habían pagado para ver esto en un club sórdido del cual formaba parte hace pocos días.
"Xiao", como se hacía llamar, volvió a darle una mamada épica para extender los rastros del orgasmo tanto como pudiese. Le habían dicho que estaba haciendo el reemplazo de otro famoso personaje en este club, un reemplazo de dominante pero a él no le gustaba ser dominado, a él le gustaba someter y
"Xiao" parecía perrito con hueso nuevo emocionado por ser su puta.
Después de salir de su boca subió la cremallera de su pantalón, sacó un pañuelo para secad su propio sudor y se retiró de aquella habitación dejando al muchacho totalmente desnudo y satisfecho, estaba seguro que el público también había quedado así.
—Me agrada ese chino... pero quiero seguir probando a otros.
—Señor, tenemos un catálogo completo de personas que puede conocer aunque el precio de la membresía aumenta, si obtiene la más cara puede acceder a los juegos más fuertes, puede acostarse con las mujeres y hombres más codiciados de este lugar, tendría las habitaciones más caras, la membresía VIP tiene grandes beneficios.
El "nuevo" cliente asintió, luego firmó el cheque por el precio que se le pedía para formar parte de aquellos VIP que había dicho.
Yunho miró el papel y sonrió conforme, no tenía necesidad de follar al hombre frente a sus ojos para darle la bienvenida porque no parecía ser de los que gustaban de ser sometidos, tenía dinero, tenía poder, aunque tampoco era ciego, su piel blanca y ojos brillantes emocionaban a cualquiera.
Llenó el papel donde tenían registros de los clientes, incluso le dio una pequeña charla sobre la exigencia de los exámenes médicos cada 3 meses para evitar contagio de ITS y los límites del sexo sin condón. También le hizo firmar el contrato de confidencialidad. Todo el proceso le tomó media hora.
El nuevo cliente estuvo de acuerdo con todo.
—Hasta luego señor Jung Yunho —guiñó el ojo y extendió la mano para "cerrar" el trato.
—Espero verlo más seguido por estos lados, señor Kim Dongyoung.
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