"Sexual Writer" Capítulo 16: Una cena, un estrés
- TrinidadVictoria
- 11 jun 2019
- 17 Min. de lectura

Sábado 8 de diciembre 2018.
Sabiendo la gran dificultad que podía tener Kim Jungwoo para salir del departamento solo, Hellen decidió que la mejor manera de poder tener esta "cita" sería esperándolo en el hall del edificio cerca donde el conserje anotaba la entrada de personas nuevas a los hogares.
Joonhyuk sabía que se reuniría con su hijo y la emoción lo embargaba, no había si quiera un atisbo de celos en sus pensamientos, todo por el contrario ¡Estaba alegre que su hijo tuviera iniciativa con una persona ajena a su círculo familiar y de amistad!
La muchacha sentía la mirada del conserje sobre ella o cualquier persona que entraba o salía por el hall, no se sentía incómoda porque estaba acostumbrada pero para Jungwoo que ya había salido del elevador y estaba parado a unos escasos metros, solo podía pensar lo molesto que sería si estuviera en su lugar aunque ¿Podía culparlos? No sueles ver todos los días a una mujer que parece una modelo escandinava.
—Señorita Tucker, hola.
La aludida sonrió con los labios sellados y enternecida en extremo por como las mejillas del muchacho estaban sonrojadas, esto no debía ser fácil para él, por supuesto haría las cosas de una manera tal en la que no se "arrepintiera" de esta cita.
—Solo dime Hellen así me ayudas a sentirme más joven —le guiñó un ojo antes de caminar juntos hacia la salida, ambos estaban envueltos en abrigos gruesos.
"Necesito que me ayudes a conseguir algunos regalos para navidad".
Era imposible que se negara a semejante petición cuando se lo había dicho con tanta calma mientras entraban a un centro comercial. Tragó saliva y asintió, sus ojos se fueron al frente notando el cúmulo de personas que caminaba de una dirección a otra.
Quiso disimular que no estaba ansioso o que se secaba el sudor de la frente con el dorso de la mano, pero había fallado en el intento, segundos después de aquello el abrazo de Hellen lo envolvió desde el lado derecho de su cuerpo y por extraño que pareciera se sintió tranquilo con ello.
—Recuerda que estoy aquí para ayudarte también.
Asintió y devolvió el abrazo.
Cualquier persona que los veía pensaba que eran una pareja de novios, sin embargo, no tenían idea de que la rubia de ojos claros lo estaba protegiendo de su fobia social o que se llevaban por 14 años de diferencia.
Las luces blancas, las cintas rojas, el centro comercial estaba decorado de manera idílica y Jungwoo se concentró en esos detalles mientras caminaban tal cual su psicólogo se lo había enseñado. Funcionaba, el calor de Hellen y la decoración desviaron cualquier pensamiento negativo y por primera vez en esta salida estaba disfrutando de pasear a su lado.
—¿Qué busca para regalar y... y para quién?
—Quiero "regolorle" algo a tu padre —su coreano se tropezó un poco, lo hizo sonreír— pero no encuentro una librería.
—Creo que acabo de ver una en el tercer piso.
Si algo se sabía de Kim Joonhyuk era que además de amar la fotografía, era amante de la literatura y que cualquier historia con la capacidad de sumergirlo sin importar el género, tenía el potencial de convertirse en su favorita, sobre todo las de temática futurísticas o ambientadas en algún tipo de guerra del siglo pasado.
Cuando entraron al local ella dejó de abrazarlo para acercarse a las distintas secciones mientras el muchacho caminaba lentamente entre los pasillos. Fue imposible no sentirse emocionado cuando vio en la sección de "Éxitos" los tres libros que Sexual Writer había lanzado durante este y los dos años anteriores, había un grupo de adolescentes femeninas riendo.
—¿Tú crees que saqué otro libro de yaoi? el último tuve que leerlo a escondidas de mis padres.
—No sé que edad tendrá, pero siempre fantaseo que soy su amante y me hace todas esas cosas, desearía conocerlo en persona.
Jungwoo les dio una mirada que no sabía que podía hacer, pero sabía que la estaba haciendo en este momento, fastidio. Nadie conocía a Sexual Writer como él, ninguna de esas mocosas estaría bajo el sometimiento de ese cuerpo ni tendría el privilegio de gozar del sexo, de sus besos, de sus abrazos ni palabras melosas.
Y de pronto visualizó en su mente a Wong Yukhei parado mirando emocionado la sección de libros de Sexual Writer diciendo esas palabras ¡Es que aún no podía creer que su vecino leía sus historias o que lo seguía en las redes sociales! ¿Sexual Writer lo sometería? ¿Wong Yukhei lo sometería a él si tuviera la oportunidad?
Salió de allí refunfuñando, por suerte su bufanda tapaba su boca y nadie escucharía las cosas que decía, no podía imaginar a alguien tan grande como Yukhei con Sexual Writer que era similar en proporciones.
Después de tener los libros que quiso, Hellen volvió a abrazar a Jungwoo y caminaron un poco más.
—¿Te gusta? —le dijo sacándolo de su trance, el muchacho había observado un peluche de Snoopy que rebosaba ternura, un peluche enorme. Asintió—Ohhhh.
—Él y pororo fueron... ca-caricaturas importantes en mi infancia —sonrió hipnotizado con la figura frente suyo, su voz sonó aún más suave que lo normal — me dieron seguridad —meneó la cabeza y con ello un par de cabellos se desordenaron— lo siento por aburrirla, podemos continuar.
"Aburrirme jamás". Murmuró ella antes de abrazarlo y conducirlo para que caminaran hacia un restaurante, aunque los ojos de la mayor quedaron unos segundos más en el peluche mientras pensaba lo que podía hacer con eso.
"Puedes pedir lo que quieras, es una invitación mía" le dijo cuando tuvieron el menú en la mano. El ambiente era cálido, olí a comida casera y la música ambiental le daba un toque agradable, él no sentía miedo, aunque sí estaba un poco ansioso respecto a qué podía decir para no generar un silencio incómodo, además era la mujer que le gustaba a su padre y tenía responsabilidad en lo que podía suceder de aquí en adelante.
—Me gusta la carne —murmuró apuntando el menú— y... ¿Y si pedimos una parrilla?
—Buena elección, y sopa de cangrejo, ideal para este frío ¿Quieres beber algo? —teniendo todo el pedido listo se dirigieron a la camarera más cercana que apuntó todo, después de aquello Jungwoo se mordió los labios y sostuvo sus pantalones, ahora sí estaba poniéndose realmente ansioso— ¿Te estoy incomodando?
—N-No señorita Hellen, no es usted soy... yo soy el problema —su sonrisa torcida la enterneció, era realmente hermoso incluso cuando se sentía en aprietos— esta salida significa mucho, yo... yo no suelo tener iniciativa, yo le temo a la... gente.
—Puedes decir lo que se te venga a la mente, en serio, puede que cuando haga clases me vea muy correcta o con tu padre me vea quizás un poco más señorita pero ¿Quieres entrar en confianza? —sostuvo su mano y acarició su dorso como si una madre lo hubiese hecho, Jungwoo asintió— en este momento bajo mis espectaculares botas tengo mis calcetines de los Minions porque me gusta la película , eructo en casa, lloro viendo series y le temo a la oscuridad... soy como cualquier mujer normal.
Y en aquel instante Kim Jungwoo se río tapando sus labios delicadamente con una mano, sus mejillas se habían inflado y sus ojos brillaron en demasía ante la idea de una mujer tan hermosa como ella haciendo todo lo que había dicho.
Era cierto, cuando los visitaba era más calmada, más "correcta" pero el hecho de verla y escucharla "más humana" le agradaba demasiado.
Asintió cuando se calmó y recibieron los platillos en la mesa.
—Yo... ahhh —sostuvo los palillos—cuando estoy borracho digo muchas groserías, también lloro pero leyendo novelas y... soy... g-gay —movió los hombros para restarle importancia aunque por dentro sentía que se estaba muriendo.
Hellen estiró la mano y acarició su mejilla, si la vida hubiera sido distinta, si esa mujer que lo había procreado hubiese sido ella, estaría seguro que la historia sería otra y su padre hubiese estado feliz.
Sus ojos se llenaron de lágrimas ¡No podía evitar sentirse sensible y miserable al mismo tiempo!
—Podría hacer un comentario gracioso para aminorar la tensión que tienes, pero, hablando absolutamente sincera y viéndote a esos ojos, me siento honrada de tenerte frente a mí porque sé lo mucho que te cuesta interactuar con otras personas —se mordió los labios con una sonrisa — ¿Puedo contarte un secreto en agradecimiento al tuyo? —él asintió, ni siquiera intentaría borrar las lágrimas de sus mejillas, Hellen estaba ansiosa con las manos temblando sobre la mesa— me gusta mucho tu padre, como amigo y como hombre y quisiera tener tu permiso para poder decirle mis sentimientos... sé lo importante que son el uno para el otro.
No estaba pidiendo matrimonio ni nada por el estilo, pero una relación tan linda como la de ambos merecía ser respetada.
Asintió mientras ella acariciaba sus manos agradecida, aunque después de unos segundos reflexionó sobre el importante paso que había dado ¡Le había dicho a una persona ajena sobre su homosexualidad! En verdad podía mejorarse de sus inseguridades. La esperanza se alojaba en su pecho, podía salir de esto.
Viernes 21 de diciembre 2018, unos días después

Y él sabía que si eso ocurría al final terminaría perjudicando su relación como manager y por lo mismo afectando su carrera como escritor. No estaba interesado en buscar a otro hombre porque Jung Yunho era un maestro en las relaciones interpersonales y su trabajo era muy bueno.
Dejó el teléfono a un lado y acarició la parte superior de sus ojos, ya habían conversado sobre un nuevo cliente VIP (nadie más que Yunho sabía el hombre) pero tal pareciera que su éxito estaba asustándolo.
Era cierto que había empezado a escribir un libro nuevo, que su mente ahora estaba enfocada en ello durante las vacaciones de invierno pero también era cierto que estaba posponiendo su trabajo como Prostituto (sí, la verdad es que a fin de cuentas era eso) porque tenía sentimientos hacia Jungwoo.
El teléfono volvió a sonar, pero esta vez con la llegada de un mensaje. Era él, le respondió de forma inmediata.
Y cuando dejó el teléfono de lado se dio cuenta que su ropa interior estaba tensa porque había un miembro preparándose para tener una erección. Con cada encuentro que tenían se ponía más atrevido, el último había sido hace 5 días, pero ya lo extrañaba de esa manera.
Sus jadeos, sus movimientos de piernas cuando tenía un orgasmo, sus "ronroneos" de placer, su piel, su calor, sus mamadas, sus besos. Y ahora le estaba ofreciendo su compañía para hacerlo sentir mejor ¿Cómo no volverse loco? La relación de escritor-fan había mejorado en varios aspectos, no solo tenían sexo, también se mensajeaban más seguido, pero ¿Qué sucedía con la relación de Jungwoo y Wong Yukhei?
Miró su computador con las primeras páginas de su próximo libro, la relación de ambos había ¿Mejorado?
Jungwoo hacía como si no hubiese sucedido cosa alguna entre ambos aquella noche, como si no hubieran estado a centímetros de comerse la boca a besos, como si Jungwoo borracho no hubiese subido de tono sus comentarios ni él le hubiese dicho que era fanático de Sexual Writer.
----
Miró brevemente el reloj, eran casi las 18.47 de la tarde cuando Kim Dongyoung le hizo una pregunta importante a su paciente.
—¿Y por qué no la han denunciado? —Jungwoo frunció el ceño— si tiene orden de restricción permanente ni siquiera tendría que haberse acercado a ustedes.
—C-Creo que... que nuestras cabezas no han pensado en ello.
Si bien In Jin no había aparecido en todos estos días, el interior del muchacho le decía que no se había ido de Corea del Sur, incluso estaba seguro que aquella vez que hace 12 días salió con la señorita Tucker, pudo sentir que era observado por ella cuando entró al edificio de departamento.
Pero para su interior y para su sorpresa no estaba asustado, cada día que pasaba se convencía que era incapaz de que esa mujer lo convenciera de irse o que fuera capaz de agredirlo físicamente.
—De todas las veces que has venido puedo decir que has avanzado bastante en poco tiempo, incluso te has dado esas pequeñas metas de las que hablamos al inicio y las has cumplido... mientras más confianza ganes respecto a lo de tu "madre" más cosas podrás hacer, y desde mi punto de vista de especialista puedo decir que la intensidad de tu fobia ha disminuido notoriamente, incluso casi no tartamudeas conmigo.
Y lo había dicho con una sonrisa tal que el corazón del muchacho dio un espasmo.
Bien, también podía admitir que su psicólogo era de una belleza particular, de un tono de piel muy
blanco y ojos brillantes. Sí, un vampiro o un ángel negro, pero eso no debía importarle, acá se relacionaban estrictamente como profesional-paciente.
Imitó la sonrisa, aunque con un tinte más tímido, un pequeño gesto que hizo que el otro levantara imperceptiblemente una ceja.
—Gracias, incluso... incluso yo me siento más seguro.
—Dado que estamos a 3 días de noche buena y empiezan las fiestas de fin de año, creo que esta será nuestra última sesión... por ahora, las siguientes empezarán en 2019. ¿Te sientes bien con esa decisión?
—Supongo que usted también tiene que celebrar.
Dongyoung metió la mano a su bolsillo y sostuvo su teléfono, sus ojos estaban fijos en el muchacho frente a él. Su "modus operandi" era estar cerca de los pacientes y preguntarle cómo se sentían de vez en cuando si la situación lo ameritaba.
Meneó la cabeza, esto tenía que verse profesional, no quería ser malinterpretado como un acoso o algo por el estilo así que se paró de su asiento, caminó hacia el escritorio y sacó de una pequeña cajita una tarjeta con sus datos personales.
—Como estaremos al menos 2 semanas sin vernos sería bueno tener contacto, esta es mi tarjeta de presentación y acá abajo está mi teléfono, si lo deseas puedes escribirme para que se te haga más fácil.
Sus dedos blancos y delicados sostuvieron la tarjeta con cierto temor, pero mientras pensaba en sus palabras más le daba sentido. Asintió, estaba seguro que un poco de ayuda a distancia incluso podía serle útil en un momento difícil.
—Gracias señor Kim.
Delicadeza, sumisión, suavidad. Dongyoung volvió a levantar una ceja pero esbozó una pequeña sonrisa amistosa antes de caminar hasta la puerta de su oficina. Jungwoo estaba detrás de él, era una presencia difícil de ignorar.
Cuando abrió la puerta el estómago de ambos gruñó al unísono, el psicólogo vio como el menor se sonrojaba y apretaba con ambas manos su abdomen. "Adorable".
—¿Qué tan fuera de lugar es si te invito a comer? Tengo hambre, eres mi último paciente y si mis oídos no me fallaron también escuché a tu estómago quejarse.
Fuera de lugar nada, incluso podría ser una buena experiencia porque el hombre frente suyo conocía sus problemas, había confianza, podía hablar sin tener que sentirse presionado y tampoco era un desconocido o algo por el estilo.
Dio una breve mirada a su alrededor en la sala de espera, cerciorándose que nadie estaba viendo una escena que pudieran malinterpretar, pero sus ojos se agrandaron cuando vio a Wong Yukhei sentado con la mirada incómoda y con Ramsés entre sus brazos envuelto en una manta ¡Incluso le había puesto un pequeño gorro de Santa!
—¿Q-Qué?
Hoy había venido solo por primera vez al psicólogo después de mucho tiempo así que no comprendía la presencia de su vecino aquí.
—¿Me espera un momento señor Kim? —el psicólogo le dio una breve mirada al hombre en el asiento, luego a Jungwoo y asintió antes de ingresar otra vez a su oficina, solo que ahora dejó la puerta abierta— Yukhei ¿Qué haces aquí?
El castaño rubio después de unos segundos esbozó una sonrisa torcida, Jungwoo quiso sostener al pequeño Ramsés pero su vecino lo acurrucó aún más contra su pecho. Tenía que idear algo rápido.
—¿Yo? ¿Me creerías si te dijera que estoy esperando a mi cita? Su padre trabaja aquí en este piso así que estoy esperando que salga de lo que sea que esté conversando con él —El estómago del mayor se contrajo velozmente, hubo una sensación desagradable— no sabía que tenías una cita con el psicólogo.
Bien, le costó captar que se refería a la cita normal de profesional-paciente y no a la invitación para comer.
En ese momento Kim Dongyoung apareció con su abrigo largo de vuelta y gris de vuelta en la sala de espera, su mirada y los gestos que hacía daban a entender unas preguntas "¿Estás bien? ¿Quieres venir a comer?" luego miró al castaño y su mascota con cierta sorpresa.
—Jungwoo, no sabía que habías venido con tu amigo, podemos ir después a...
Wong Yukhei miró su teléfono y esbozó una sonrisa socarrona, luego observó al otro hombre parado en la puerta de su oficina. No había malas intenciones en sus palabras, no sentía una aversión hacia él porque era parte del increíble proceso en el que se encontraba Jungwoo para salir adelante de sus problemas, solo que... en este preciso instante no iba a dejar las cosas así.
—Está malinterpretando las cosas señor, de... de hecho estaba hablando con mi chica, se va a tardar un poco más en la conversación —levantó el teléfono sonriendo como siempre lo hacía, con torpeza y entusiasmo— deberías ir a comer Jungwoo.
¿Y por qué el aludido tenía tantos deseos de llorar? Miró al gatito con su gorra de Santa, miró a su dueño que besaba tiernamente sus orejas, luego el teléfono de él que descansaba boca abajo en uno de los asientos y terminó por mirar los pasillos y algunas oficinas en las que en una de ellas se encontraba esa chica que se había robado el corazón de su vecino.
Asintió antes de susurrar "nos vemos pronto, Yukhei".
—Hasta luego —dijo Dongyoung moviendo la cabeza de forma cortés y comenzando a avanzar por el elevador.
Jungwoo contuvo la respiración cuando las puertas se iban cerrando delante suyo, porque en ese momento pudo ver como Wong Yukhei movía la cabeza para darle una breve mirada, una mirada que no se concretó debido a que el elevador ya estaba descendiendo.
Estando solo en la sala de espera, con el ruido de un televisor puesto en una pared y el sonido que emitían los dedos de la secretaría en el teclado de computador, el muchacho suspiró y abrazó aún más a la mascota tratando de buscar un poco de consuelo.
No habían "chica" o "espera", había tenido la idea de venir a buscarlo con Ramsés para afianzar lo que podía convertirse en una amistad, quería recordarle que él mismo siendo Yukhei era tan interesante como Sexual Writer, quería darle una sorpresa y sacarlo a cenar a un lugar donde aceptaban mascotas, pero jamás hubiese pensando que el psicólogo lo hubiese invitado a comer primero.
Su orgullo era más importante esta vez.
Pero claro, si hubiese sido S.W. el que lo hubiera invitado a follar habría corrido en un santiamén.
—Solo... solo vamos a casa pequeño.
----
La hora en su teléfono decía que eran las 9 de la noche cuando estuvo frente a la puerta de su departamento.
La cena con Kim Dongyoung había superado sus expectativas, desde la comida hasta la conversación, todo buen increíble, su estómago estaba satisfecho y no, tampoco aquel hombre tuvo que recurrir a técnicas para que controlara su fobia social porque Kim Jungwoo las sabía muy bien. Tampoco se sintió como si estuviese en una terapia porque trató de ver a su psicólogo fuera de la profesión.
Aunque en el fondo, muy en el fondo, no había podido abandonar la imagen de Yukhei sentado en medio de la sala de espera con su mascota en brazos.
Tragó saliva, abrió con cuidado la puerta de su casa encontrándose con que todo estaba a oscuras, mas, en el fondo se podían ver dos siluetas iluminadas por la escasa luna de una noche de otoño, afuera en la terraza tras las puertas de vidrio. Era... era su padre. SÍ.
Avanzó con tanta mesura que ni sus pasos se oían, solo se acercó lo suficiente para percatarse que la otra figura era Hellen que hablaba cerca de sus labios. "I cant lie to you, I also like you... a lot" ("No puedo mentirte, también me gustas... mucho").
Y eso fue suficiente para que la mano de su padre la sujetara de la nuca y le diera un beso que había anhelado por mucho tiempo, lo suficiente para que Jungwoo sintiera un nudo en su garganta de emoción, lo suficiente para retroceder en silencio y salir del departamento para darles la privacidad que ambos necesitaban.
Y allí en medio del pasillo volteó hacia otro lado y caminó para ir donde Yukhei, necesitaba saber que estaba bien, quizás no estaba o quizás sí pero con su "chica". No se dio cuenta cuando su dedo presionó el timbre para hacerle saber que estaba afuera, no se percató de cuantas veces lo presionó o porque quería llorar como un niño pequeño.
"Eres un sensible de mierda, eres un sensible llorón".
—¿Jungwoo? —la voz torpe y ronca del dueño de casa lo sacó de su trance, lo vio allí parado afirmándose del picaporte con la mirada cansada, un poco perdida.
—¿Estás... borracho? —susurró confundido. Yukhei negó con la cabeza en silencio antes de posar una mano en su vientre quejándose.
—Estoy enfermo, creo, pero... pero dime qué necesitas.
Lo observó de pies a cabeza, su cabello estaba pegado a su frente, la piel estaba húmeda y las mejillas sonrojadas tanto como los labios, estaba seguro que tenía fiebre ¡Pero si hace un par de horas se veía tan sano!
Se veía completamente débil así que se tomó el atrevimiento de abrazarlo de lado y llevarlo hasta el sofá más cercano mientras le decía que debía descansar.
—No tienes que molestarte Jungwoo, soy bastante grande para cuidarme solo —intentó sonreír, pero gimió, cada músculo le dolía en su cuerpo.
—Pues tu chica no está en este departamento —dijo en un susurró— tengo que devolverte la mano por las veces que has sido bueno conmigo ¿Has... c-comido algo? —"No" dijo jadeando— vamos, te llevaré a la habitación y...
—No, no, yo puedo ir solo.
Bajo ningún punto de vista Kim Jungwoo podía entrar en este momento a su habitación así que se adelantó, sostuvo el computador y lo cerró para meterlo en un lugar con seguro. Había estado escribiendo el nuevo libro, pero abandonó la tarea cuando el dolor de los músculos y las náuseas fueron más fuerte.
Observó cada rincón en busca de algo que lo delatara, pero no, ya no corría peligro, la mayoría de los bosquejos, apuntes e ideas de sus libros pasados y futuros los tenía en la mansión.
Se acostó sobre la manta, trató de cerrar los ojos y perderse contando ovejas, cada número significaba un avance para quedarse dormido, quizás lo estaba logrando, pero la mano de alguien sobre su frente lo sacó de su trance. Levantó los párpados con mucha dificultad, los ojos de Jungwoo reflejaban preocupación.
—Te hice sopa de pollo ¿Lograste dormir algo? —la suavidad de su voz le hacía daño. Esperen ¿Cuánto tiempo había pasado desde que llegó a su habitación?
—No lo sé, lite... literalmente conté ovejas y, perdí la noción cuando... llegaste —el mayor ayudó a acomodarlo en la cama y luego acercó una silla para descansar una bandeja sobre sus piernas— huele bien.
—Papá me enseñó a cocinar — murmuró, sostuvo una cuchara y se la acercó a los labios— bebe un poco, te ayudará a afirmar el estómago.
Yukhei le frunció el ceño ¿A qué se debía su repentino estado de tanta bondad? ¿Por qué había venido en primera instancia? Por un momento quería dejar de cuestionarse lo que estaba pasando y solo entregarse así que acercó la boca y bebió de la sopa. Gimió, estaba tibia y su sabor era increíble, tenía que sumar a la lista de cosas buenas de Jungwoo que era un buen chef al menos con una sopa.
No supo en qué momento terminó todo, sin deseos de vomitar, su estómago lleno.
"¿Por qué venías? ¿Qué querías?" le preguntó.
—Quería saber que estabas... bien —"Me dio angustia dejarte en la sala de espera y no entiendo la razón, estabas esperando a una mujer".
—Gracias.
¿Y ahora qué? ¿Qué tenía que hacer? ¿Cómo se cuidaba a un enfermo? Recordó las cosas que su padre hizo por él tanto tiempo y después de buscar una toalla, se dirigió al baño más cercano para mojarla. Al volver lo vio con los ojos entrecerrados observando el vacío del suelo, estaba jadeando.
Tres toallas de tamaño pequeño llevó en un balde que encontró en la cocina pero había un problema, la cosa no funcionaba con la ropa totalmente puesta y por alguna extraña razón el menor entendió la inquietud de su mirada.
No dijo nada, con dificultad quitó la camiseta de su torso y la apartó hacia un lado, luego descendió su pantalón y quedó únicamente con ropa interior baja. Su vecino, el mayor, abrió los ojos un poco sorprendido porque había olvidado la bonita figura que este tenía, cuerpo marcado, piel morena, piernas firmes.
"Concéntrate”. Se dijo a sí mismo y procedió a dejar con quietud la primera toalla en su frente, la segunda fue tras su nuca y la tercera... Fue a buscar otra y mojarla, así pudo colocar con sus dedos temblorosos una en cada pliegue de su ingle. Todas aquellas zonas eran altas en irrigación sanguínea.
—Cuando era pequeño me di cuenta que, cuando tenía periodos muy estresantes, mis defensas bajaban y me enfermaba, fiebre... en cama... le-le di muchas preocupaciones a mi padre —lo miró, los ojos de Yukhei apenas estaban abiertos tratando de ponerle atención—¿Seguro estás bien?
"Estoy tratando de no volverme loco, me están amenazando para volver a ser trabajador sexual, tengo que lidiar con Sexual Writer, tengo que lidiar con ser Wong Yukhei. Tengo que lidiar con 3 vidas a la vez".
Pero no podía decirle nada de ello hasta encontrar el momento adecuado. Por supuesto la ansiedad se lo estaba comiendo, por supuesto que hoy había querido pasar una tarde con su vecino y Ramsés para olvidarse de su propia mierda, pero todo había sido arruinado por la invitación de ese psicólogo.
Estaba celoso y se sentía atrapado.
—No lo estoy, agota ser el que siempre sonríe y está bien —murmuró antes de cerrar los ojos y tratar de dormir boca arriba.
Jungwoo se quedó en silencio, solo se paró para apagar la luz de la habitación y observarlo desde la puerta. Yukhei se había quedado dormido y Ramsés había entrado a la habitación para acostarse a sus pies.
Quizás fue en este momento en el que lo veía quejarse entre sueños, que comprendió que las sonrisas podían ser solo unas máscaras, que Wong Yukhei tenía sus propios problemas y que no eran tan diferentes el uno al otro.
Bien, esta noche no se iría a casa... dormiría aquí con él.
~~~~~
Comments