"Sexual Writer" Capítulo 2: Ansioso y audaz
- TrinidadVictoria
- 4 jun 2019
- 16 Min. de lectura

Se sentó en el sofá individual de cuero mientras sostenía su teléfono entre las manos, su primo Kun Hang estaba durmiendo profundamente en la cama enfermo de borracho mientras él, Yukhei, se daba tiempo para sí mismo y observar sin que otros supieran lo que era.
No gozaba de tiempo libre de forma constante pero siempre estaba pendiente de lo que se decía y lo que no, de las palabras y de las fotos, de los periodistas y los fans.
Después de leer un poco y creer que ya era suficiente, el tweet reciente de una persona llamó su atención, levantó la ceja y la sonrisa en su rostro se amplió con fascinación. La manera en la que esos labios colorados y generosos envolvían por completo el caramelo le dio mil imágenes y supuestos, pero cada uno de ellos endurecieron a su miembro.
—¿Zeus? —en su lengua y paladar aquel nombre sonaba bien.
Era cierto, "Sexual Writer" no respondía los mensajes para reducir el riesgo de ser descubierto pero el mensaje de "su fan número uno" había sonado tan bonito que no pudo detener el impulso de responderle con las palabras adecuadas la tarde hoy antes de ir a ver el departamento en ese edificio.
"Mi mente y mi mano sí estuvieron contigo la noche de halloween... tu fan número uno, Zeus”.
La combinación de la foto y esas palabras estaban causando estragos en su sangre que hervía y se dirigía a los rincones que debían ser estimulados, así que, su fan se había masturbado ¿Pensando en él? ¿Quería iniciar un juego travieso? Pero no podía arriesgarse, no podía responderle por esa plataforma.
—Para jugar se necesitan dos.
Para hacer la comunicación más efectiva con sus fans, utilizaba el servicio de correo electrónico internacional Gmail. Después de mandar el mensaje sonrió satisfecho aunque tenía un trabajo que hacer, caminó hacia el baño, se desnudó por completo y entró a la ducha para que el agua fría pudiera calmar sus músculos, pero no estaba siendo efectivo.
El solo pensar en esos labios regordetes envueltos en su pene lo hizo jadear, mierda, no era un hombre en los inicios de su adolescencia, gozaba de buenas experiencias sexuales tanto hombres como mujeres, su alter ego era el autor de libros eróticos catalogados como uno de los mejores de la nueva generación, recibía fotos de fans desnudos y videos pero ¿Sería que el juego mezclado con el misterio lo ponía cachondo?
Tomo su miembro erecto con firmeza y empezó a masturbarse pensando en hundirse en el cuerpo de ese chico, un hombre que no sabía su identidad pero podía imaginárselo como le gustaban, más delgados, más twink, necesitados por el toque de un hombre más firme, con cuerpos que se fundían en sus manos como la cerámica.
Yukhei apoyó la frente en la pared jadeando y dejando que el agua golpeara su espalda, quizás había sido un tiempo desde que tuvo el sexo que tanto le gustaba y jugar los roles que había querido, quizás estaba demasiado encendido... mierda.
Y bastó que pensara en esos labios cerca del caramelo como para correrse compulsivamente, dejando que algunas gotas de semen cayeran a la ducha y se fueran con el agua al desagüe.
—Mierda... mierda... mierda —gruñó dándole los últimos tirones a su pene para aprovechar hasta la última gota del orgasmo.
Al otro día, domingo 4 de noviembre 2018.
"Hendery" tenía la cabeza apoyada en la mesa de aquella cocina mientras escuchaba como su primo bebía una taza de leche, eran las 9 de la mañana ¿No era un crimen estar parado en este horario un domingo?
Quizás no le molestaba tanto aquello, quizás la mirada interrogadora no le gustaba porque no quería dar respuestas redundantes, bobas y que terminarían delatando su mentira.
"¿Qué hay de malo con ese amigo tuyo?" le había preguntado Wong Yukhei sin rodeos, lo sucedido el día de ayer había sido particularmente extraño y lo de la otra noche también. ¿Era posible que un hombre observara con tanto miedo a alguien que no conocía? No sonaba ilógico si lo pensaba pero de todas maneras sabía que algo particular con él.
—Son cosas personales Yukhei, lo único que puedo decirte es que Jungwoo tiene fobia social... mierda, fue error mío haberte dicho que había un departamento en venta en ese lugar ¡No debiste beberte su cerveza!
—Que no lo hice —movió sus hombros—. Bueno sí, pero en su momento cuando se lo dije no era cierto, quería jugarle una broma pero luego me lanzó el dinero a la cara y cerró la puerta, entonces me quedé con la botella de cerveza a mano, si la dejaba en la entrada de su casa no iba a beberla u otro vecino la tomaría así que, hice lo más sensato.
Wong Kun Hang tomó el plato con arroz y lo fue comiendo lentamente, su primo era así la mayoría del tiempo, desordenado, risas estruendosas y bromas, coqueto por naturaleza, pero estaba seguro de que guardaba un lado serio, si no, no sería un maestro para negociar lo que fuera que hiciera.
—¿Tienes el número del dueño del departamento?
—Ya es mío —miró sus palillos con suficiencia. Mierda, sí que tenía poder para los negocios.
—Aun no entiendo para que quieres otro lugar, tu casa es demasiado grande —empalideció cuando imaginó cosas, su voz se puso un poco más ronca de lo usual—. Sé que mis tíos tienen buenos recursos económicos pero dime que no... ¿Estás traficando drogas Wong Yukhei?
Fue imposible no sostener su vientre y reírse por todo lo alto como si le hubiesen contado el chiste más gracioso del universo, tanto se inclinó que terminó por caerse del asiento y golpearse contra el suelo mientras Kun Hang era quien reía ahora golpeando la mesa con un puño.
Lo había dicho en serio pero, mierda ¡Su primo era explosivo e idiota en todos los sentidos! ¿Era proporcional la altura con su nivel de inteligencia?
Después de unos minutos respiraban con dificultad y con los ojos llenos de lágrimas, quizás "Hendery" no estaba tan lejos de ser una locura con pies, quizás solo controlaba su impulso al lado de alguien tan delicado como Kim Jungwoo.
Mientras bebía agua miró a su primo con cierta culpa, no podía decirle pero quería ordenar su mente y sus actividades diarias, la universidad y su trabajo como Sexual Writer tenían que mantenerse separados y para eso quería un lugar para vivir como Wong Yukhei y otro ocuparlo como la base para S.W y todo lo que implicaba, el problema era ahora decidir cual dejaría en cual.
Estaban conversando de cualquier otra cosa cuando una figura apareció en el marco de la puerta de la cocina. La sonrisa de Hendery se perdió cuando lo vio.
—Pensé que estarías solo —los ojos de aquel hombre parecían hacer invisible a quien estaba en esa cocina—. Lo de... ya sabes, ejercicios físicos.
—Buenos días para ti también Xiao De Jun —¿por qué su primo tenía un amigo tan desagradable? El muchacho le dio una mirada y movió la cabeza como si respondiera el saludo—. Supongo que ya no me necesitas, Yukhei, nos vemos otro día.
El castaño rubio le dio una mirada asesina a Dejun mientras iba a dejar a su primo a la salida, su llegada había sido inoportuna por decirlo lo más suave posible, cuando volvió lo encontró de brazos cruzados apoyado en una pared.
No entendía la razón por la cual ambos se llevaban tan mal pero odiaba estar en el medio como en una pelea de infantes.
—Me arrepiento de darte una copia de las llaves de mi casa, sabes que es imperativo que toques ese puto timbre antes de hacerlo.
—¿Puedes al menos preguntarme por qué estoy aquí antes de lanzarme tus molestias? De todas formas vine con un motivo —le mostró una carpeta con hojas— ¿Las buenas noticias o las malas primero?
El más alto se cruzó de brazos a la altura de su pecho.
—Malas.
—Vetaron tu libro de una buena cantidad de países árabes por no decir prácticamente todos —Yukhei movió los ojos, respetaba las culturas diferentes pero creía que era idiota pensar que había cosas que no sucedían, como el placer sexual—. Pero por otra parte, llegó esto... quieren llevar tu primer libro a la pantalla grande, Universal, Century Fox y Paramount están luchando por ello.
El castaño rubio le dio una mirada, ni siquiera era una sonrisa ¿Tenía que alegrarse por ello? Estaba orgulloso de la manera en la que escribía y de las correcciones que recibía de su increíble equipo en la editorial, pero temía que su "hijo" se viera sobre explotado y la gente no deseara leer el libro y prefiriera sentarse frente a una pantalla, pero, por otra parte, era la oportunidad perfecta de expandir su historia, hasta ahora favorita, a otras personas.
—Es algo que voy a pensar muy bien, con la cabeza fría y después de poner los pro y contra en la mesa, gracias por ser un buen amigo, habrías quedado perfecto como mi mánager.
Meneó al cabeza con una sonrisa pequeña.
—Pero también debo estudiar, además son cosas que mi padre me dijo que llegaron a la editorial, por otra parte... estoy seguro de que tu verdadero mánager llegará a hablarte en específico sobre ello, después de todo es su trabajo, no el mío... por cierto suerte con el "cambio" de casa.
¿Eran las 7 de la tarde? su padre lo miró con los ojos serios esta vez, había cosas que siempre toleraba de él pero ahora parecía no dar un brazo a torcer respecto a esto ¿Realmente tenían que salir?
Cuando estuvieron en el auto conectó por bluetooth su teléfono y colocó música de piano, siempre lo relajaba imaginar los dedos sobre las teclas y más si eran delgados, siempre le gustaba pensar que la persona que lo hacía se apasionaba por ello, quizás aprendería a tocar alguna vez, quizás si se animaba...
—Quiero hacer kimbap y no tengo nada así que, vamos —se quitó el cinturón de seguridad pero volvió a mirar hacia el lado, Jungwoo tenía las manos sobre eso y la vista fija al frente—. No va a sucederte nada, no todo el mundo es malo hijo, quizás lo mucho que ganarás serán miradas, eres muy lindo.
—Lo dices porque eres mi padre —movió los labios inquieto—. Deberías decirme que soy el ser más horrible del planeta ¿Se te olvida que me parezco demasiado a... esa mujer?
"Mamá" sonaba tan ajeno a su lengua que detestaba decirlo, otros gozaban de buenas relaciones con madres que se preocupaban pero él no, la odiaba por ser una desgraciada, por hacerle imposible la vida a su padre y por creer que podía formar una familia en otro país.
Su padre lo observó durante mucho tiempo antes de quitar el seguro al cinturón.
—Pero tú tienes algo que ella no —le sostuvo la barbilla para que lo mirara, luego sonrió para que le creyera—. Y es que tú eres mi hijo, parte de mí corre en tu sangre, la relación de marido y mujer acaba con la separación mas no así la de un padre y un hijo, siempre serás mío.
Hizo un mohín, ajustó la gorra sobre su cara y salió de su asiento mientras escuchaba reír a su padre, sabía que cada palabra era cierta y agradecía que la relación de ambos fuera tan buena, como dos grandes amigos para siempre, pero, mierda, no quería ponerse sentimental y andar lloriqueando como niño antes de entrar a un supermercado.
Kim Jungwoo enterró las manos en la barra mientras empujaba el carro, las personas pasaban cerca y le daban una mirada de arriba hacia abajo como si lo estuvieran juzgando, podía escuchar a su padre que lo alentaba a mirar otras cosas, que nada era real de lo que pensaba.
—Necesito algunas verduras ¿Te acercas conmigo?
El menor evaluó el "escenario" y negó rotundamente, había muchas personas y podía empujarlas con su torpeza, luego tendría que disculparse y ser atacado con palabras sobre que debía mirar hacia el frente o preocuparse por hacer las cosas bien, llamaría la atención de otros todo se agrandaría más de la cuenta.
—No sobre reacciones, Woo, no sobre reacciones —meneó la cabeza, era parte de la fobia social, crear escenarios gigantes a partir de cosas simples.
Trató de concentrarse en otra cosa como la forma en la que su padre se desplazaba dejando las verduras en las bolsas y esperando a que las pesaran, las mujeres lo miraban con interés y no pudo más que sonreír.
Habían hablado hace algún tiempo sobre cómo le había cambiado la vida siendo padre adolescente, sobre como tuvo que estudiar y trabajar al mismo tiempo para darle de todo. Algunas veces las personas no creían que ambos fueran padre e hijo, quizás un hermano mayor o un primo pero no algo paterno.
Era guapo, maldición, le hubiera gustado parecerse más a él y no heredar nada de su "progenitora", sentirse más orgulloso para mirarse a un espejo, tener más confianza de su apariencia.
—¡¿Qué no me escuchas?! ¡Te estoy pidiendo que te muevas! —se sobre saltó cuando escuchó la voz de una mujer reclamar tras su espalda, gimió y abrió su boca pero la voz no salía de ella— ¿Eres un imbécil o qué?
Sus piernas empezaron a temblar, observó a su padre para pedir ayuda pero este ya había dejado las bolsas hacia un costado, caminó hacia Jungwoo y lo sostuvo del codo para que no se desplomara en el suelo.
—Váyase señora —si alguna vez él fue débil ante una esposa maniática, no quedaban rastros de ello
—. O me veré en la obligación de ser tan vulgar como usted lo fue con mi hijo.
Los miró uno a cada uno, las personas cerca la observaron con rechazo por una mala actitud pero no, no iba a pedir perdón. Empujó su carro en otra dirección mientras él se volteaba a ver a Jungwoo, el muchacho ajustaba más la gorra a su cara y aunque temblaba, lo único que salió de su boca fue un "sigamos".
Trató de tener en tiempo récord lo necesario para el kimbap y luego compró algunas cosas extras que podían gustarle al muchacho, pagó, dejó las bolsas en el carrito y se dirigieron al auto. Ya cuando estuvieron dentro le sostuvo el rostro con ambas manos.
—No quiero hablar, por favor... papá, no —retiró la barbilla hacia la ventana para estar tranquilo—. Es lo mismo de siempre, solo vamos a casa.
Respetaba sus cosas pero estaba cansado de no poder salvar de aquella mierda en la que no tenía culpa alguna, su madre había sido una abusadora y él un inexperto hombre joven, todo lo que pudo pensar en su minuto fue dejarse pegar para que la mujer no fuera en contra de Jungwoo y le pusiera un dedo encima.
Viajaron en absoluto silencio solo con la música de piano de fondo, podía escucharlo sollozar y sintió el nudo en la garganta.
Una vez dentro, el muchacho dejó algunas bolsas en la cocina y murmuró que se iría a su cuarto, su padre apenas alcanzó a responderle que lo llamaría cuando tuviera todo listo pero había perdido el apetito. Dentro de todas las posibilidades ¡¿Tenía que pelear con alguien cuando se atrevía a salir?! Se secó las lágrimas antes de escuchar unos pequeños golpes en la puerta.
—Pasa —era su padre, obvio, parecía preocupado y con la mirada llena de impotencia—. Jungwoo, creo que hay que poner un pare en esto.
—No lo necesito, de verdad, voy a...
—No, tú sabes que lo necesitas —era firme, no sonaba enojado ¿O sí?— La última vez que fuiste a un psicólogo fue cuando tenías 12 años, tienes que ponerte firme con esto y tomar las riendas del asunto de verdad... ¿Qué haces para mejorar esto?
—No es como si quisiera tenerlo, hablas como si fuera mi culpa —gruñó, respiraba agitado y con los puños firmes a los costados.
El mayor meneó la cabeza mientras revolvía su cabellera oscura, se sentía agotado, no quería ponerse a discutir con él cuando no era su propósito.
—No es tu culpa, es mía por no saber darte un apoyo desde antes como correspondía, pero... hijo, mírate, tienes 20 años, eres precioso, es segunda vez que te niegas en dar la prueba para entrar a la universidad, no tienes más amigos que Wong Kun Hang, pasas todo tu día encerrado en este departamento mientras yo trabajo, apenas puedes hacer cosas normales como ir a un supermercado ¿Y de verdad vas a esperar que se te pase los mejores años de tu vida sin... disfrutar?
—Yo no... yo no quiero yo... —gimió—. Soy un monstruo papá.
—No, no lo eres —lo abrazó firmemente, él era solo unos pocos centímetros más alto que el menor—. Pero debes dejarte ayudar, no todos los psicólogos son malos, simplemente no supimos elegir los mejores... Necesitas buscar ayuda nuevamente, solo debes confiar en ti.
Después de una pequeña charla golpeó el hombro de su hijo despacio para hacerlo reír, había otras cosas que le gustaría hablar con él pero mientras no le diera indicios claros no tocaría "ese tema".
Entonces, la cosa era así, sería su mismo padre quien llamaría a un centro médico para que tuviera una hora con el sicólogo mejor recomendando, no le importaría invertir una buena cantidad de dinero mientras supiera hacer su trabajo.
Con una pequeña sonrisa y después de secarse las lágrimas, sostuvo su teléfono y miró twitter, mas Sexual Writer no había actualizado algún estado o no había respondido su tweet ¿Había sido iluso? Sí, S.W recibía muchas notificaciones cada día, ser respondido era sacarse la lotería.
—Pero me respondió el mail...
Con las mejillas sonrojadas abrió la aplicación de Gmail, había creado una cuenta especialmente en ello para ponerse en contacto con ese hombre bajo el anonimato. Quería leer el correo, quería imaginarse la voz de ese hombre, quería imaginarse una sonrisa tras su cuello mientras lo tocaba, mierda ¡Estaba fantaseando de nuevo!
—¡¿Qué?! —los ciclos respiratorios eran continuos y muy rápidos ¡Tenía otro mail de ese hombre!
Sus dedos temblorosos tocaron la pantalla para abrir el correo.

Jungwoo observó con tanta detención aquella erección oculta por una ropa interior, que no se dio cuenta de como su boca temblaba anticipando poder darle una mamada épica como los actores de las películas porno gay lo hacían.
Podía sentarse, separarle las rodillas y morder sus muslos y abarcar con su boca aquel miembro, degustarlo de arriba hacia abajo y también regar besos en su abdomen marcado, en su cuello, montarlo y vivir en carne propia sus fantasías más vulgares y secretas.
Jadeó, su propio miembro estaba a medio camino ¿Cuánto tiempo iba a tardar su padre en terminar el kimbap? Pensó en sus fantasías y sintió su estómago encogerse, nunca podrían ser cumplidas porque nunca iba a poder acercarse a una persona.
—¿Y si... tal vez?
Sostuvo el teléfono nuevamente, podía sentir la erección firme bajo su ropa interior, nadie sabía quién era S.W. y si quería aceptar este juego, podía continuarlo, mierda ¡Tenía que ser más audaz!

Y cuando aquel hombre observó la notificación de un nuevo mail y leyó el mensaje, supo que cientos de ideas retorcidas cruzaban su cabeza, que quería chupar esos labios, esa nariz y enterrarse en ese cuerpo fuera cual fuese.
Mientras tanto en el departamento de Jungwoo cuando ya eran las 21:30, su padre lo llamó para comer, quizás había sido muy entusiasta pero se reflejaba en su rostro cuando aquel hombre le mencionó el cómo sonreía.
—Realmente está muy bueno, creo que no hay mejor kimbap que el tuyo papá —hablaba con la boca llena, ambos rieron—. Acércame la salsa de soja.
—Jungwoo, te... no, no nada, toma —acercó el pequeño pocillo en el cual untaban los roll.
El muchacho lo observó un par de segundos, supo que algo ocultaba.
—Lo que sea papá sería mejor que me lo dijeras ¿Qué sucede? —entrecerró los ojos un par de
segundos.
—Te... ¿Te molestaría si alguna vez traigo a la señorita Tucker a comer aquí?
Con el arroz a medio masticar lo observó, había un poco de vergüenza pero también entusiasmo, no era sus propios miedos lo que le dio angustia de la situación si no que su padre se diera el tiempo de preguntarle si podía llevar a una mujer a cenar cuando él era el dueño de casa. Su ansiedad estaba pasando a llevar a la única persona que podía decir que amaba en el mundo.
—¿Quieres que sea sincero? —"No pestañees así, papá, por favor"—. Puede que me de mucha, muchísima vergüenza estar sentado en la mesa con una persona que no conozco, quizás me dé un poco de miedo al inicio pero si eso significa una felicidad para ti, está bien —La manera en la que sus labios formaron una sonrisa lo hizo temblar. "Quiero verte sonreír así, siempre"—. Mientras no hagas nada indebido frente a mis ojos.
—No somos pareja, Kim Jungwoo, es solo... una amiga.
—Por supuesto y yo tengo 3 ojos —se paró y lo empujó con un codo, el mayor reía ansioso— iré a buscar un poco más de kimbap, espérame aquí.
Entró en la cocina y tomó la tabla de rollos, en ese momento el sonido de notificación lo hizo sobresaltarse.
Aunque no vio lo que era caminó al comedor y terminó su cena con su padre.
—Yo lavo las cosas, puedes ir a ducharte.
—Gracias campeón, cualquier cosa me avisas ¿Sí?
Una vez que el hombre desapareció, Jungwoo sostuvo su teléfono y abrió la notificación de twitter, era de su autor favorito, apenas... apenas podía respirar deseando que fuera el adelante de algún libro o unas palabras, lo que fuera que ese hombre subiera siempre lo emocionaba, incluso si otros autores le respondían con sarcasmo para sentirse superiores.

RT y like, lo primero que había hecho incluso antes de leer el mensaje, ya después de verlo se sonrojó en demasía, apretó una mano en su boca y empezó a hacer un pequeño baile con una sonrisa bobalicona.
Mierda, literalmente no había espacio a dudas ¡Estaba hablando de él! No importaba que ninguno conociera la identidad del otro pero "Realmente lo quiero considerar" ¿Considerar qué? ¿Palabras y chats calientes? ¿O su consejero en el ámbito sexual?
Con una sonrisa igualmente tonta siguió lavando los platos y las cosas que había ocupado su padre en la cocina, abrió tan fuerte la llave del lavaplatos que un par de gotas saltaron a su rostro y su camiseta, se sentía bien sentir mariposas, se sentía bien ser un poco más audaz.
El timbre sonó y de forma inmediata caminó hacia la entrada, podía tener valor, podía mentalizarse de que nada le iban a hacer, en serio él podía. De todas formas ¿Quién tocaba la puerta a las 22:30?
Se tardó un poco, caminó mirando la pantalla de su teléfono e incluso se quedó así cuando abrió la puerta, después de unos segundos de silencio levantó la mirada y vio a aquel hombre observando su teléfono como si estuviera vendo algo fascinante. Se estaba mordiendo los labios.
—¿Wong... Yukhei? —el aludido levantó el rostro estirando el destornillador, la sonrisa se perdió y se quedó observando las gotas de agua en su piel y su camiseta un poco mojada—. ¿Qué haces... aquí?
Cada uno con su teléfono había observado una travesura, cada uno fantaseando a su manera pero a los mismos niveles candentes. Los autores de las palabras en carne y hueso estaban frente a frente pero sus alter ego se comunicaban por internet.
“Son cosas personales Yukhei, lo único que puedo decirte es que Jungwoo tiene fobia social... “
Y el castaño rubio no pudo hacer más que sonreír con los labios sellados.
—Tu padre me prestó esto, me mudé durante la tarde así que somos oficialmente vecinos... espero nos podamos llevar bien, dile que se lo agradezco —depositó sobre sus manos aquella pequeña herramienta antes de retroceder, le sorprendió lo delgados que eran sus dedos—. Cualquier cosa puedes hablarme, estoy a la vuelta del pasillo, prometo no beberme de nuevo tu cerveza.
Sabía que no iba a responderle, podía ver un poco la ansiedad en sus ojos. Le hizo una señal con la mano antes de retroceder y caminar por el pasillo hasta escuchar el portazo tras su espalda.
Jungwoo se apoyó en la puerta y llevó la mano a su pecho donde podía sentir a su corazón latir desenfrenado. Había alcanzado a ver algo en la pantalla del teléfono de ese estruendoso hombre
¿Había sido ilusión suya? ¡¿Había estado viendo el último tweet de Sexual Writer?!
Sintió sus mejillas arder y ponerse muy calientes ¿Habría adivinado que el autor se refería a él?
¡¿Wong Yukhei también leía las obras de ese hombre?!
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