"Sexual Writer" Capítulo 21: Impacto
- TrinidadVictoria
- 16 jun 2019
- 15 Min. de lectura

El brillo implícito en los ojos de aquel hombre no era de su agrado, porque sabía que lo estaba juzgando bajo su punto de vista psicológico ¿Era en realidad un profesional? Sin embargo, Wong Yukhei no podía dejarse intimidar, estaba claro que no podía ignorar su presencia, ambos se miraban fijamente... entonces ¿Por qué no actuar como solo Lucas lo haría en este club sexual?
Sin esperar la aprobación de su jefe, irguió aún más su espalda y se dirigió hacia "Doyoung" que levantó la ceja izquierda en señal de sorpresa, por supuesto nadie había esperado tal iniciativa, apenas había llegado hace unos minutos al club. Levantando la copa a la altura de sus labios bebió lentamente champagne sin pestañear, luego repasó la lengua con la misma calma y esbozando una sonrisa perezosa estiró la mano hacia él.
—Es un gusto poder conocer a la persona de quien tanto mi jefe ha estado hablando.
—Sin rodeos Lucas, no pretendamos que no nos hemos visto antes.
—¿He dicho lo contrario? —las manos de ambos se cruzaron, un calor las envolvió, un calor extraño— simplemente quiero decir que se ha estado hablando mucho de ti y anticipo un alto nivel, después de todo has estado divirtiéndote con mis clientes así que supongo que tengo un oponente digno.
Doyoung soltó su mano con desconfianza antes de beber su propio champagne, mas luego se acercó a su rostro para susurrar a su oído.
—Supongo que Kim Jungwoo no sabe que trabajas aquí.
Bien, esto no tenía por qué tomar matices personales y tampoco tenía que tolerar escuchar de su boca el nombre de ese hombre, no cuando le dolía el pecho pensar en él y cuanto lo extrañaba. Lentamente giró el rostro para que quedaran aún más cerca, las personas presentes contuvieron el aliento, pareciera que estaban a punto de besarse ¿Acaso no sería increíble ver a dos hombres como ellos darles un poco de espectáculo?
—¿Con qué fin me preguntas eso? —susurraba y sonreía, el sarcasmo de Lucas era evidente— lo que ocurra en mi vida personal no tiene porqué importarte pero tranquilo, no soy yo quién le dirá esta vida que llevas mientras te remitas a hacer bien tu trabajo como psicólogo.
Se alejó después de alzar la copa de champagne y beber el contenido que quedaba. Kim Dongyoung (o Doyoung como se hacía llamar) era un hombre muy astuto, por supuesto que no se había esperado que el amigo de su paciente trabajara en este lugar y fuera la estrella indiscutida (eso creía Yukhei) por supuesto que temía que su puesto como profesional se viera afectado.
Bien, Yukhei no estaba interesado en lo más mínimo pero ¿Por qué en la boca de su estómago se había instalado una molestia? ¿El muchacho estaría en peligro con dos personas de esa calaña a su alrededor? Tampoco tenía como reclamar, él y Jungwoo no eran nada, todo lo contrario, la relación se había roto de una manera muy amarga.
—Ey, campeón ¿Sucede algo?
Yunho lo abrazó de lado para guiarlo por el salón y compartir con las demás personas, saludar, hacer un brindis, quizás colocar a mano bajo sus espaldas, susurrar cosas subidas de tono cerca de sus cuellos para incitarlos a algo más, ser el hombre que solía ser antes de dejar en pausa su trabajo.
Era increíble que bastaran 4 meses para que, lo que había disfrutado, ahora tuviera una sensación diferente. Las mujeres se acercaban a él como abejas a una flor y descansaban sus escotes sobre su torso mientras acariciaban sus brazos, los hombres interesados en su mismo sexo pasaban cerca y contenían la respiración pensando en lo mucho que quisieran estar sometidos bajo su
cuerpo y, los hombres heterosexuales (odiaba las etiquetas, sí) no podían quitarte los ojos
encima, el efecto "Lucas" era abrumador.
Pero mientras eso ocurría pensó en Jungwoo, en su sonrisa, en su dulzura, en su sensualidad, en sus ojitos brillantes y sus besos, en 2 meses y un poco más desde que se vieron por primera vez supo atraparlo. Contuvo el nudo en su garganta y siguió fingiendo, no quería recibir cuestionamientos.
Viernes 4 de enero 2019.
Y él estaba allí sentado en el sofá individual al lado de la cama de su padre, abrazando sus piernas y observando el vacío con una mirada que no tenía su brillo característico, con un rostro que parecía haber perdido peso en el trascurso de ¿5 días? y con una respiración lenta como si se perdiera en lo que fuera que estuviera pensando.
Sí, estaba aquí para verlo pero Kim Joonhyuk conocía lo suficiente a su hijo como para saber que pasaba la mayor parte del tiempo en la clínica para eludir algo.
Hellen iba al departamento a cocinar cuando el menor estaba allí y se aseguraba con Kun Hang que se alimentara o que no le faltara alguna cosa mientras él estaba hospitalizado, si el mejor amigo de su hijo no podía quedarse en el departamento lo hacía ella pero nunca mencionó la figura de Wong Yukhei en la participación de los hechos. Tampoco Jungwoo.
—Jungwoo, sabes que no puedo leer la mente ¿Verdad? —"Ummm hmmm" respondió mirando el suelo, parecía no ponerle atención— y que mientras no salga de este hospital no puedo enterarme de todo... menos si no me lo dices.
Dichas aquellas palabras, su hijo levantó la mirada hacia él, solo un tonto no podría advertir las escasas ojeras o el cabello despeinado, lucía evidentemente agotado.
—¿Qué?
Joonhyuk estiró la mano hacia el lado izquierdo de la cama para descansarla en el antebrazo derecho de su hijo, bastaba un escaso contacto entre ambos para que este pudiera levantar la voz o sentir la seguridad para explicar cosas.
—Jungwoo, quiero que tengas la libertad para que me expliques la razón por la que estás cambiando —el poco talento para ocultar sus sentimientos salió a flote cuando los ojitos del menor brillaron o cuando tragó saliva repetidamente— me... me gustaría saber si la causa de todo esto tiene que ver con la ausencia repentina de Yukhei aquí en la clínica o allá en el departamento.
¿Cómo podría decirle a su papá la verdad de las cosas? ¿Cómo podría esconderlas si era como una ventana de vidrio por la que se podía ver todo del otro lado? Lentamente asintió tragando saliva otra vez, pero lamentablemente no podía contarlo todo sin provocar un caos familiar o que su imagen como hombre e hijo se fuera al tacho de la basura por las prácticas sexuales irresponsables que tuvo.
Inspiró profundamente antes de sacar la voz, no tenía energía a pesar de comer.
—La ansiedad me está consumiendo por dentro papá, por... por eso casi no paro de temblar desde que tuve una pelea con Yukhei —mordió su labio inferior— él no volverá a aparecer en mi vida, no lo quiero cerca.
—Supongo que cometió un error ¿Verdad? —asintió, la primera lágrima cayó de su ojo derecho— pero supongo también que no lo has hablado con él ¿No?
Los escasos minutos después de la verdad había sido gritos de su parte hacia el castaño rubio, pánico, ansiedad, empujones y palabras que habían sido claras, no quería volverlo a ver, no quería ser contactado otra vez ni como Sexual Writer ni como Yukhei. Con cada hora que pasaba el rechazo hacia sí mismo aumentaba, se miraba al espejo, veía a su madre en él y se odiaba más, la desconfianza con otras personas se había instalado en su cabeza, ni siquiera salía de departamento si no era para ver a su padre, tener a las personas cerca le daban náuseas.
La confianza que había ganado parecía ¿Evaporarse? y no, no podía dejar de pensar que era patético y que nadie lo querría de forma sincera.
—¿Cómo... cómo puedo hablar con él si el solo recordarlo me duele?
—Te gusta mucho ¿Verdad? —los primeros sollozos se escucharon de la boca de su hijo y pudo ver allí mismo como se desmoronaba, como escondía el rostro entre sus piernas mientras asentía.
"Me gusta mucho y me odio por eso papá, me odio porque me guste" balbuceó.
Estaba claro que algo había sucedido, que habían peleado, que su hijo tenía cierta intolerancia a la frustración, pero ¿Qué podía hacer más que hacerle cariño en este momento? No conocía la verdad, no sabía el motivo que llevó a que discutieran, no podía defender a nadie más que tratar de darle consuelo a su propio hijo.
Pero tampoco era ciego y por ello había insistido tanto en que se acercaran, los ojos enormes de Yukhei brillaban mucho cuando estaba cerca de Jungwoo, los detalles por querer cuidarlo, llevarlo al psicólogo, desistir de pasar una navidad con su familia para que el mayor no se quedara solo en la clínica.
Quizás en el fondo quería confiar en que no era una mala persona, solo había que guiar a su hijo a tomar decisiones correctas.
—Ante todo tú eres mi prioridad, si no lo quieres más en tu vida así será pero quiero que tomes esa decisión sabiendo el otro lado de la historia, solo así lo que hagas será correcto ¿Sientes que Yukhei te hizo daño? —asentía sollozando— ¿Te hizo daño porque quiso? Incluso si eso fuera cierto mereces explicación, tal vez no ahora pero debes hablar, no puedes cerrar un ciclo así como si nada.
"No puede estar bien el no hablar si la cantidad de ansiedad te está consumiendo de esa manera".
—Dime que todo estará bien, dime que voy a salir adelante.
Y después de que dijera eso, extendió sus brazos para que su hijo se cobijara entre ellos, no sabía la cantidad de días exactos que le quedaban para estar internado pero estaba casi seguro que la siguiente semana podrían darle el alta. La puñalada había llegado a la vesícula pero como no retiraron el cuchillo con sus propias manos de alguna u otra manera no hubo una hemorragia interna, había tenido suerte.
—Va a estar bien en la medida que no te dejes ahogar por la ansiedad, eres más fuerte que ell asolo que no te das cuenta —le sujetó el rostro con ambas manos, Jungwoo tenía la mandíbula tensa mientras sollozaba.
Se quedó más rato entre sus brazos dejando que inmiscuyera su mano entre el cabello, disfrutando de su calor y su sabiduría. Media hora más tarde salió de allí hacia la sala de espera abrazándose a sí mismo, hoy en la noche se iría a quedar con la familia de Hendery porque no tenía deseo alguno de quedarse solo en el departamento pero, mientras tanto, ocuparía un poco el tiempo en algo útil.
Allí sentado leyendo un libro estaba ese hombre envuelto en un abrigo largo color beige y pantalones negro. Parecía muy concentrado en lo que estaba haciendo pero bastó que dijera su nombre para que levantara la mirada y esbozara una sonrisa de labios sellados.
—Señor Kim gracias por venir —murmuró bajo cuando se paró frente a él— gracias.
—No tienes que darme gracias, estoy comprometido con mis pacientes pero —miró hacia todas partes con mucho disimulo sin siquiera mover su rostro— ¿Quieres que vayamos a tener una sesión a un café tranquilo? estamos un poco lejos de mi oficina.
—Yo... yo lo invitaré, es... es lo mínimo que puedo hacer si no me permite pagar esta sesión.
Y aunque no estaba interesado en cobrarle, estaba seguro que aceptando su invitación Kim Jungwoo se sentiría mejor. Después de observarlo fijamente asintió ¿Cómo podía negarse si se mordía los labios y jugaba con sus dedos como si se tratara de un niño nervioso? Estirando la mano en el aire le indicó el camino para que lo acompañara, no se desplazarían a pie, el psicólogo había traído su vehículo.
La muchacha escondió tras su oreja un mechón de cabello cuando fue a dejar a la mesa de aquellos hombres las tazas de café y las raciones de pastel sabor pistacho con chocolate. Estaba segura que, si ambos hubieran estado afuera promocionando la cafetería, una legión de muchachas estarían haciendo fila y es que eran muy guapos. Era una lástima que no prestaran atención a su alrededor.
"Gracias" murmuró Kim Dongyoung para luego poner toda su atención en el hombre que bebía lentamente la taza de café.
—Entonces... me llamaste para tener una sesión esta semana y no has querido dar mayores explicaciones ¿Quieres explayarte ahora?
La manera en la que limpió sus comisuras labiales le pareció por decirlo menos, agradable, tenía buenos modales.
—La verdad es que siento que estoy retrocediendo en todo lo que he logrado, siento que no... no puedo confiar, ahora... ahora mismo yo tengo una presión en el pecho y quiero llorar mucho.
Podía evidenciarlo, la voz del muchacho era aguda y se había quebrado por momentos. Dongyoung se consideraba un hombre de muchas facetas y sí, personalmente para sus "gustos particulares" era un poco caprichoso pero como psicólogo era comprensivo.
—¿Tu madre te ha hecho algo? ¿Ha sucedido alguna cosa con tu papá?
—Mi papá cada día está mejor y esa mujer no ha aparecido de nuevo pero... alguien en quien confiaba dijo ser algo que no resultó verdad y le entregué muchas cosas, a... ahora me siento utilizado. Sostuvo su taza, continuó bebiendo café.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —después de tragar un poco del pastel asintió— ¿Alguna vez te has visto en la necesidad de ocultar algo de ti al mundo? ¿Algo que solo tú conoces?
—Sí.
—¿Por qué crees que esa persona de la que me hablas te dijo una mentira? o mejor... -miró la superficie de madera antes de volver a ver los ojos de ese muchacho, estaban húmedos— ¿Tú crees que lo que hizo fue con malas intenciones? ¿Te engañó para utilizarte realmente?
—No lo sé, no puedo confiar... no ... —se mordió el labio antes de continuar— señor Kim, esta persona sabía cuan ansiosa soy, sabía todo lo que me cuesta confiar en alguien con mi fobia social, hice cosas que me pusieron en peligro, de las que no estoy orgulloso y... me siento tonto —su boquita temblaba tanto como el tono de su voz— porque yo admiraba a alguien y desee conocerlo tanto cuando en realidad esa persona estuvo cerca de mí todo este tiempo, siento que se rió de mí a mis espaldas mientras me ocultaba sus facetas con tal de obtener algún beneficio de ello.
Comenzó a beber otra vez el café para que el líquido caliente le diera algo del confort y tranquilidad que le faltaba.
Dongyoung podía ver los detalles de su persona y sí, sentía que había perdido algo de peso y que, lo que para otros podía parecer algo pequeño, para una persona como él con trastornos de ansiedad social y algunos problemas de la infancia podía ser una bomba. La situación era un poco irónica, él mismo ocultaba sus facetas del universo porque nadie podía comprenderlo más que el grupo de lujuriosos que rondaban el club sexual, por supuesto que Kim Jungwoo era demasiado inocente para todo eso, demasiado inocente para las realidades del mundo.
—Una cosa es cierta Jungwoo y es que no todo el mundo es bueno, para crecer tenemos que aprender con dolor así que es necesario que te armes de valor porque la vida NO es fácil ni para ti, ni para mí ni para cualquier persona que habita la tierra —movía la mano— no quiero restarle importancia a lo que te pasa pero lo que quiero decirte es la que las decepciones ocurren incluso entre las personas que más amamos —lo apuntó— esto probablemente no es tu culpa pero si no hay una conversación de por medio lo único que lograrás será perder peso, enfermarte y tú mereces algo mejor que eso.
—En... ¿Entonces qué hago? —sus dedos cubrían con espasmos sus labios, la ansiedad se lo tragaba— puede que me ahogue en un vaso de agua pero no puedo evitarlo, estoy enfermo.
En ese momento estiró sus propias manos para sostener las del muchacho entre las suyas y acariciar de forma circular sobre su dorso a medida que le enseñaba ejercicios de respiración.
Cuando las personas están ansiosas y angustiadas son incapaces de pensar de manera racional e incapaces de ver la solución.
—No me gusta utilizar la palabra "enfermo" pero sí, necesitas ayuda y para eso estoy aquí, para eso tienes a tu padre y tus amigos, pero si quieres salir de esta situación que se vuelve insostenible, tu primera tarea debe ser contactar a esa persona que te hizo daño.
—P-pero no quiero volver a verlo porque todo lo que hago pensando en él es llorar.
—Debes verlo porque tienes derecho a saber su lado de la historia ¿Cómo puedes exigirle que te respete o pida perdón si ni siquiera sabes la vedad?
"Touché".
Miércoles 9 de enero 2019.

Con dolor en el estómago observó aquella conversación unilateral de chat que había iniciado la tarde de hoy, por supuesto no había recibido respuesta alguno, por supuesto el mensaje tampoco le había llegado. Era demasiado ansioso como para tomar la iniciativa pero lo había hecho a través de una manera escrita, no, no había funcionado entonces ¿Qué podía hacer ahora? ¿Habría cambiado de número o lo había bloqueado de la aplicación?
Y le dolió el estómago porque en el fondo y a pesar de que su cabeza le dijera que era para mejor, Jungwoo sabía que no era lo que deseaba.
Se sentó en su cama, apretó las manos y salió de allí, salió de su habitación, quería salir del departamento y dirigirse hacia el de su vecino ¿Existía la remota posibilidad que
estuviese allí?
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Movía lentamente aquel líquido color ámbar para que se impregnara de la temperatura que tenían los cubos de hielo, luego lo llevó a su boca y bebió el Whisky. Mmmm, sí, el alcohol era delicioso pero mucho más la vista que tenía al frente.
Era un salón circular de paredes de granito color negro que estaba rodeado también por ventanas de vidrio polarizado. En medio del salón se situaba la atracción sexual, un show que iba modificándose según las peticiones de los clientes que veían tras los vidrios y que, por cada vez que lo hicieran debían pagar.
Estaba contento con esta idea, muchas personas gastaban enormes sumas de dinero viendo a otros follar desde el anonimato, solo Yunho y el círculo social más cercano sabían la identidad de algunos, muchos de ellos famosos y políticos.
—Eres mi prostituto favorito —Doyoung lamió su nuca mientras penetraba lentamente a Xiaojun, estaba boca abajo atado con sus muñecas y tobillos tras la espalda— la gente nos ama juntos.
Y para disgusto de Yunho era cierto, la manera en la que el menor tomaba el rol de pasivo con él era fascinante, sus gemidos pasaban de ser roncos a un poco más agudos al final de la respiración, se deshacía bajo su cuerpo.
"Que otro prostituto derrame semen encima de su rostro" la voz distorcionada se escuchó dentro de aquel salón, después de ello la transacción de dinero fue realizada. Xiaojun cerró los ojos, amaba las sorpresas en este juego así que se sintió contento cuando un colega de él que ya estaba lo suficientemente excitado, masturbó su pene cerca de su boca antes de derramar el contenido contra su frente, su nariz y algunas gotas sobre sus labios.
"Que le tiren el cabello mientras lo follan hasta el orgasmo, pago el doble si lo hacen
aún más duro".
Doyoung pagaba para follar como cliente mientras que otros pagaban para ver como follaba a un trabajador sexual, como cliente no estaba obligado a hacer las tareas que otros pedían al menos que le dieran una comisión, las órdenes de otros iban para que las hicieran en el prostituto en cuestión.
Aquel hombre de piel blanca tenía el cabello humedecido que estaba pegado en su frente, con un gesto sensual lo peinó hacia atrás antes de sostener el de Xiao y antes de nalgearlo un par de veces para inflamar su trasero.
"Que lo insulten mientras lo folla". dijo otro. ¿Cómo negarse?
—Hijo de puta... dilo, di que nadie te calienta como yo lo hago —las penetraciones se hicieron más duras y sin piedad, el sonido de sus muslos golpearse contra su cuerpo, el sudor de sus pieles, los jadeos, con todo eso los espectadores estaban mordiéndose los labios, masturbándose o teniendo sexo detrás de las ventanas polarizadas— jo..dida mierda.
Xiajoun no podía moverse así que tenía que ser capaz de soportar ser asaltado por su ano. Amaba el dolor de ello y de la fuerza en su cuero cabelludo, amaba sentir dolor.
Y después de unos minutos en los que había sido reducido a "algo que follar", Doyoung se corrió derramando el semen en la apertura y los testículos. Se sintió complacido al ver el suelo, hace un rato el prostituto también se había corrido por él.
—¿Esa mirada es de preocupación?
Yunho se volteó a ver al castaño rubio que masticaba chicle de forma insolente, tenía las manos en sus bolsillos y el traje oscuro bien ceñido, estaba impecable para seguir trabajando.
—¿De qué hablas?
—Xiaojun era como tu mascota sexual, una sola orden tuya y lo tenías en cuatro bajo tu escritorio para follarlo, tienen sexo en tu casa, son como una pareja no oficial... ¿No te duele que ese idiota lo tengo en la palma de su mano?
El mayor frunció el ceño, a diferencia de Yukhei, Xiaojun se seguía entregando a su persona pero desde que Doyoung pagaba mucho dinero por el menor, se sentía desplazado.
—Es... solo costumbre y de todas maneras me siento intrigado por la molestia que destilan tus palabras —se acercó a él y peinó con sensualidad el cabello de "Lucas" para que quedara ordenado— siento curiosidad porque él no haya solicitado tus servicios siendo tú tan famoso, siento curiosidad porque no han cruzado palabras desde el primer encuentro ¿Le tienes rechazo?
—Cree que puede llegar y mandar, Yunho, pero el dueño de casa soy yo.
Y sin decir más abandonó el cuarto por donde su jefe observaba el espectáculo.
Después de que el acto sexual había terminado observó su teléfono para ver el total de dinero recaudado por los clientes. Sonrió de manera torcida mientras continuaba bebiendo, con justa razón estaba haciendo muy rico.
Yukhei por su parte subió al primer piso hacia el salón donde la música, las mesas, el alcohol y la pista de baile eran el encuentro perfecto para que desconocidos se encontraran o para que los trabajadores sexuales incitaran a los clientes a probar los diferentes tipos de servicios.
Miró la hora en su nuevo teléfono, 23:50, había dejado muy contento a un cliente hace media hora atrás pero no podía irse todavía hasta que fuera las 00:30, incluso él tenía horarios que cumplir ¿En qué podía ocupar su tiempo mientras? socializar para mantener a la clientela feliz.
Mientras caminaba entre las mesas del salón podía sentir sobre su cuerpo el ritmo potente de la música, sabía que todos los ojos se quedaban en él incluso de las personas que bailaban ¿Cómo no? era el favorito.
Con una copa de champagne en mano se detuvo a beber sensualmente mientras sus ojos recorrían el lugar. Sentía... un poco de desprecio. Sí, porque, aunque no tenía las pruebas suficientes, casi podía estar seguro que también había tráfico de drogas y más de alguien ahora estaba bajo sus efectos.
"Él es el prostituto mejor pagado del local, créeme que para pedir sus servicios sexuales tienes que esperar algunos días, prácticamente él elige a sus clientes. Lucas es una leyenda".
Escuchó la voz de alguna mujer emocionada hablando de él, estaba seguro que tenía que estar muy cerca como para oírla. Cerró los ojos, quería decirle que se detuviera, que quizás no estaba orgulloso de ello pero cuando se volteó vio un rostro empapado de lágrimas mirando a la mujer con mucho rechazo.
Aunque ese rechazo aumentó desproporcionadamente cuando sus ojitos se quedaron él.
¡NO!
—Jungwoo —jadeó.
¡¿Qué mierda hacía él aquí?!
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