"Sexual Writer" Capítulo 35: Una gala, un enfrentamiento
- TrinidadVictoria
- 23 jun 2019
- 18 Min. de lectura
Actualizado: 2 jul 2019
Depositó el libro sobre la mesa con "mucho cuidado" esperando que aquel hombre pudiera firmarlo por dentro, pero sus dedos estaban sudados y tan "torpes" que no supo medir la fuerza provocando que este se deslizara hasta el otro lado, cayendo sobre los muslos de Huang Xuxi.
Gimió asustada pidiendo perdón repetidamente, había esperado esto desde que había empezado a leer los libros de Sexual Writer hace años atrás, había estado la noche anterior memorizando cada palabra que iba a decirle cuando lo tuviera al frente pero ¿Qué obtenía a cambio? dedos de manteca incapaces de sostener un libro, respiración entre cortada y el pulso por las nubes.
—Lo siento, lo siento de verdad, yo... yo, ayyy, perdóname.
Pero de pronto sus espasmos se detuvieron de forma inmediata cuando unas manos grandes abarcaron las suyas y se quedaron así por un par de segundos.
En ese momento levantó la mirada hacia el frente y vio por primera vez los ojos de su autor favorito, grandes, brillantes y expresivos. Si pensó que la regañaría por su falta de cuidado estuvo equivocada, Xuxi era perfecto, su sonrisa de labios sellados le entregó seguridad, él había leído sus expresiones, él la comprendía.
—No tienes de qué disculparte, solo tómate unos segundos para respirar con pausa que yo no me voy a ir de aquí —desvió la mirada a uno de los encargados de seguridad que parecía querer apresurarla, le frunció el ceño y negó.
—Te... te admiro mucho y... y... —estaba sonrojada— este libro me gustó mucho y lloré demasiado.
Tocó la portada, era el último libro que había publicado hace 1 año y medio atrás, su título era "Inside you" y estaba ambientada en el futuro (alrededor del año 2500). Un hombre que había sido declarado en estado vegetativo era utilizado como conejillo de indias en un proyecto de última generación, en el cual trataban de conectar las partes funcionales de su cerebro a través de fibras ópticas y otros elementos para llevarlo a la placa madre de un robot y así, en un proceso que tomaba horas, poder tener una vida dentro de este. ¿El problema? que se había enamorado de una mujer pero su falta de humanidad y otros problemas asociados complicaban el destino de ambos, tanto de la humana como el robot.
¡Había sido éxito de venta indiscutida!
—Yo disfruté escribiéndolo, aunque me sentí un poco inseguro ¿Sabes? quiero decir, me catalogaron como escritor erótico hace años pero eso es más que sexo, es... es un ámbito nuevo para mí.
—Y tus fans lo amamos mucho, de verdad, la gente te ama.
Yukhei firmó el libro y posó con ella para una fotografía, no sin antes decirle que siempre tuviera confianza en si misma y que estaba agradecido por su amor.
Esa solo era una parte de todas las cosas que le habían sucedido en el fanmeeting de la Comic Con, tal vez las personas que no lo conocían lo suficiente pensaban que era un encuentro más del cual podías sacar dinero pero no, Yukhei se sentía totalmente bendecido por cada persona (fueron realmente muchísimas) que estaba allí sosteniendo un libro suyo y diciéndole cuanto lo admiraban.
Esto era una de las razones por las que había decidido revelar su identidad, poder devolver de manera directa el cariño y la admiración de los lectores, mantenerse dentro del juego y no usar más intermediarios como lo fue Yunho y como lo había sido su mejor amigo Xiao De Jun.
Entre fotografías, regalos y firmas, el evento concluyó con éxito. La seguridad se acercó a él para decirle que tenían preparado el vehículo pero en realidad quería quedarse más tiempo, todo había sido muy bueno, además no había visto el resto de las cosas que había en la Comic con.
—Generalmente los artistas, amigo, no se quedan por mucho tiempo y es la primera vez que apareces en público, no des demasiado, tiene que ser gradual.
Bien, había un punto cierto allí. Se despidió con una sonrisa de oreja a oreja antes de retirarse con su séquito por un costado.
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Observó el tweet antes que la sonrisa, con la que se había sacado la fotografía, desapareciera. Estaba en la habitación del lujoso hotel en el que hospedaba, acostado boca arriba observando el techo y los detalles en ella.
La soledad no siembre es una buena compañera, puesto que cuando se está con ella la mente se llena de aquellas ideas que quiso desechar, como por ejemplo ahora.
Yukhei pestañeó un par de veces antes de evocar aquel momento en el que, con un tono de voz suave pero seguro, Kim Jungwoo se había parado en la sección de periodistas para ponerlo en aprietos. ¿Podía mentirse a sí mismo respecto al hecho de que le había dolido su actitud? No, porque sí lo había hecho, le molestaba que hubiera atisbos de rencor en sus palabras y además ¡Mierda! Después de 6 años podía verlo en persona para ¿Qué? ¿Para que el encuentro fuera patético y seco?
Él no quería cuentos de hadas ni reconciliaciones, él solo quería actuar como un adulto lo haría ¿Acaso la otra parte pensaba diferente?
—Han sido 6 años —susurró triste, ya nada era como antes.
Volteó hacia el lazo izquierdo de su cuerpo y llevó las sábanas hasta su cintura, tenía que disfrutar su nueva vida. Esto apenas comenzaba.
Sábado 19 de julio 2025, 2 días después.

KBS era un canal lo suficientemente importante y grande como para conseguir que él y su equipo pudieran ingresar a estancias que otros no tenían permitido. Mientras que afuera del evento se limitaran los espacios para la prensa, Kim Jungwoo tendría la oportunidad de ver más de cerca lo demás y cubrir con lujo de detalle lo que los invitados hacían, también, por supuesto, de disfrutar de la música, la comida y otras atracciones.
Observó su reflejo en el espejo para colocar una suave sombra rosada alrededor de los párpados, algo sutil que hacía juego con el color natural de sus labios (color melocotón). Todo estaba en orden, sus compañeros del equipo (camarógrafa, técnico, el asistente de iluminación) también se colocaban sus atuendos aunque ellos ingresarían un poco más tarde a la comida con tal de no perder la llegada de los famosos.
Después de un rato en el que estudió todo lo que debía hacer, miró el reloj. 21:30 hrs, debía irse, el vehículo que venía a buscarlos esperaba por ellos en este momento.
Sostuvo su teléfono y le envió un mensaje al chat de la familia sabiendo que allá en Seúl eran las 5:30 am. Un mensaje que les decía lo bien que estaba y el cómo se estaba preparando para un evento de importancia y por supuesto, lo mucho que los amaba.
Sonrió, que lindo se sentía tener una familia.
—Jungwoo, en serio debemos bajar ahora —dijo alguien del equipo.
—Entiendo, voy.
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London Hilton on Park Lane, era el hotel de 5 estrellas en el cual se haría la gala de la Comic Con con cientos de invitados de lujo.
Además de la alfombra roja, la seguridad en cada punto, los fanáticos apostados en las graderías y los cientos de cámaras, periodistas y flashes, la luz azul que revestía el edificio del hotel le daba un aire aún más potente al evento.
Actores, actrices, escritores, figuras famosas de la TV, MCs, todos pasaban por la alfombra roja posando para los interesados, algunos si tenían tiempo se acercaban a dar autógrafos aunque fue gracioso de alguna manera cuando una limusina color negra se estacionó porque como si de intuición se tratara, las personas empezaron a gritar aún más.
¡La fiebre de Sexual Writer era muy fuerte!
Se mordió los labios junto a una sonrisa antes de poner un pie fuera del vehículo y caminar con plena seguridad por la alfombra roja, sabía que le habían dado instrucciones claras de saludar, posar en el panel de la Comic Con e ingresar al hotel pero era imposible contenerse cuando las personas estaban gritando su nombre.
Se acercó a las personas y firmó un par de autógrafos, sonrió hacia las cámaras de los teléfonos para que tomaran una selfie con él, actuó tan natural como podía serlo, tan genuino como sentía que debía. Agradeció y se acercó a los periodistas autorizados que le hicieron un par de preguntas, las habituales como "¿Qué se sentía vivir fuera del anonimato?" "¿Quién era el diseñador de su traje?".
Miró disimuladamente hacia los costados pero era difícil adivinar si "él" estaría apostado aquí con micrófono para preguntarle.
Asintió, agradeció y se encaminó por la alfombra roja para que le siguieran tomando fotografías. ¡Era el favorito de todos!

En ese mismo momento pero ya dentro del hotel, Xiao De Jun sostuvo su teléfono y subió una fotografía cerca del salón donde se llevaría a cabo la cena, estaba alegre, había conseguido una invitación extra cuando hizo la negociación para la invitación de Sexual Writer ¿Por qué Yang Yang iba a estar ausente cuando era parte de este camino, por 6 años, para conseguir todo lo que tenían? Sin su familia no hubieran podido estabilizarse en un país diferente.
—Lächle! Kann ich sagen, dass wir gut aussehen? (Sonríe! ¿Puedo decir que nos vemos bien?) —murmuró Xiao con una sonrisa socarrona.
—Wann machen wir das nicht? (¿Cuándo no hacemos eso?)

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Cuando Huang Xuxi estaba entrando por el frontis del hotel después de su paso por la alfombra roja, algunas cámaras se desviaron hacia la figura de un hombre pálido de rasgos asiáticos y cabello rubio que caminaba por la red carpet con seriedad, sus rasgos eran un poco femeninos pero muchos flashes dieron en su persona ¿De quién se trataba?
Gran parte de los presentes observaron sin disimulo alguno mientras que otros murmuraban a escondidas lo bonito que lucía su rostro. No todos los invitados tenían ese glamour ¡De seguro era un modelo de alta costura!
Jungwoo sabía que la atención estaba en su persona mientras avanzaba por la red carpet y aunque no se sentía ansioso por eso, sí se sentía incómodo por el hecho de que en este país y parte del mundo no era conocido, por lo tanto le perturbaba escuchar que los fotógrafos le pidieran que posara solo por su aspecto ¿Era hipocresía?

Ya dentro del lugar caminó lentamente para admirar la belleza del salón de eventos, sus ojos estaban puestos en los candelabros y la manera en la que la decoración hacia juego con las luces de neón sutiles que había en la barra principal, unos pilares y la pista de baile en medio de todas las mesas.
El escalofrío recorrió su espalda, una sensación particular y familiar que lo hizo voltear hacia un sector. Y aunque estaba un poco lejos pudo divisar que allí estaba Yukhei bebiendo algo de una copa rodeado de muchas personas que querían escucharlo quien sabe qué cosa, a su costado era difícil no identificar a Xiao De Jun aunque no, no conocía al hombre asiático a su otro lado.
Era imposible conseguir algo en este momento así que desvió su atención y sostuvo una copa que un mozo ofrecía, era champaña y por el sabor estaba seguro que se trataba de una muy cara. Sintió un toque en su hombro, se trataba del resto de su equipo de trabajo aunque no estaban solos, un grupo de personas que no superaban seguramente los 30 años, estaban con ellos.
—Kim Jungwoo, ellos son reporteros pero de Rusia, estarán en la misma mesa que nosotros en la cena.
Saludaron al unísono e incluso tuvieron el "lindo detalle" de inclinar su cuerpo como lo haría un asiático, lucían tan perdidos como ellos en un mundo donde muchos parecían conocerse pero Jungwoo sintió dolor de estómago, Rusia tenía un conocido movimiento anti-gay ¿Los periodistas frente suyo tendrían alguna especie de detector (gay radar) que usarían y dificultaría la comunicación?
Se paró más erguido, casi podía apostar que uno de ellos lo estaba mirando fijamente.
—Nuestro jefe nos envió porque ya saben, Rusia es muy grande y aunque parezcamos fríos la gente puede ser un poco cotilla en internet, este año la Comic Con ha tenido un tinte distinto, parece una premiación connotada.
—La verdad es que sí, en nuestro caso es algo parecido, él es un periodista muy famoso —dijo la camarógrafa apuntando a Jungwoo— se hizo conocido en internet cuando era alumno porque lo consideraban lindo y porque era implacable, al final cuando se graduó lo contrató KBS que es uno de los canales más grandes de Corea.
Había escuchado esa historia cientos de veces pero cuando se la decían a un extranjero, se sentía un poco avergonzado, además no solía hacer alarde de lo que había conseguido ¿O sí?
Levantó la mirada, el hombre frente suyo en cambio levantó una ceja como si hubiera visto algo más allá. Mierda ¿Y si había visto que fuera gay? Meneó la cabeza y frunció el ceño, esto no era Rusia, estaba en Inglaterra así que no podía hacerle daño, además ¿Desde cuando andaba tan "sensible"?
Se atrevió a sonreír y participar de la conversación.
—No me gusta alardear de eso pero bueno, en nuestro caso nuestro jefe quería que cubriéramos el evento, Huang Xuxi vivió en Corea y quiere que seamos el único canal de nuestro país capaz de tener esta información.
—Si un canal tan importante le encomienda esa tarea a un periodista "novato", es porque realmente debes ser bueno —dijo el hombre de al menos 7 centímetros más alto, cabello cobrizo rubio y una barba al ras, sus ojos eran muy azules ¡Quería dejar de ser observado por él!— ¿No lo crees?
Asintió antes de terminar de beber la champaña de un solo golpe y continuar la conversación.
Prácticamente todas las personas empezaron a ubicarse en sus lugares con el paso de los minutos y ellos se acercaron a su mesa, miró hacia el lado con sutileza, Gabriel Yefrémov era su nombre y sí, también era periodista.
Los minutos habían pasado en conversaciones plenas y risas de las figuras del entretenimiento y Jungwoo se sintió bien, quizás eran los sorbos de champaña pero los temores se habían disipado y las preocupaciones preconcebidas en el hotel ahora eran nada.
—¡Y no pueden creer que se mofen de nosotros por el acento! Puedo apostarte que los ingleses no hablan bien ruso si lo intentaran siquiera.
—Mucho menos coreano, yo aprendí a pronunciar el inglés porque mi madre es de aquí —dijo con orgullo.
Gabriel asintió mientras bebía el vino, sus ojos profundamente azules erizaron la espalda de Jungwoo. Mierda, ya podía entender esa mirada, no era odio o deseo de golpear por homofobia ¡Casi podía apostar que estaba lidiando con el deseo hacia su persona!
¿Era algo de lo que debía preocuparse? había que ser ciego para no darse cuenta que era un hombre atractivo tanto y más como los famosos actores que habían pasado por la alfombra roja.
El ruso siguió bebiendo aún más vino cuando vio sus mejillas sonrojarse, la testosterona que emanaba... tragó saliva, él no podía hacer nada indebido en este viaje de trabajo ¿O sí?
—Me disculpan un momento, iré a buscar algo y regreso —dijo el coreano antes de apartar la silla y abandonar la mesa con pasos torpes como ciervo recién nacido.
Jungwoo no era consciente que un par de personas, hombres y mujeres, desviaban su mirada mientras atravesaba el salón del lujoso hotel, una atención positiva.
Le pidió al guardia de seguridad más cercano instrucciones para llegar a un baño, cuando llegó a este se lavó la cara un par de veces y observó su reflejo, su yo del espejo se difuminaba de manera sutil, sus piernas no eran tan firmes como antes. No sabía cuantas copas de champaña había bebido pero sirvió para que su inglés fuera aún más fluido y la mesa de "los periodistas extranjeros" en la que estaba se sintiera cómoda.
Su estómago se revolvió un poco.
—Oh no —jadeó.
Había alrededor de 7 cubículos, todos estaban vacíos. Se encerró en el más cercano pero antes de que su vientre pudiera contraerse con las náuseas, escuchó como alguien ingresaba con pasos lentes, abría la llave y hacía correr el agua.
Hubiera pasado por alto aquello, él no era dueño del baño ¿Cierto? sin embargo el primer signo de alarma fue escuchar agitación, una que él conocía muy bien, una que lo acompañó por años cuando se veía envuelto de personas y no lo abandonaba hasta que se encerraba en su habitación.
Con mesura retiró la seguridad de la puerta para ver el sector de los lavamanos. Esto era... imposible.
Con sus enormes manos formaba un poco de agua que llevaba a su rostro de forma repetitiva, quería sacar su corbata pero sus dedos eran torpes y temblaban por lo que terminaba frustrándose más.
—Yu... ¿Yukhei?
Esa voz la conocía, maldición.
Tragando saliva y secando su rostro con el dorso de una mano, Wong Yukhei giró hacia atrás encontrándose con la figura de Kim Jungwoo apoyándose de lado con la puerta del cubículo, con su cabello rubio un tanto despeinado, el primer botón de su camisa abierto y la piel más pálida que de costumbre. ¿O solo eran los años que habían pasado y no recordaba la tonalidad de esta?
—¿Qué haces aquí? —murmuró desconfiado.
Había algo extraño en esos ojos, una duda, algo particular que el menor no podía descifrar.
—El baño es para todos Wong Yukhei, simplemente me sentía... —no, no iba a comentar lo del ruso ¿Por qué iba a darle explicaciones? cruzó sus brazos y avanzó hacia él— no importa, lo curioso aquí eres tú, quiero decir, mírate, estás hecho un desastre ¿Qué pasó con el Sexual Writer que muestran en redes sociales?
Ambos observaron de reojo la puerta, por supuesto que había cerrado con seguridad.
Yukhei pudo sentir como la molestia trepaba por su cuerpo pero todo lo que hizo fue tensar la mandíbula.
—¿Quieres psicoanalizarme?
—Simplemente no puedo dejar pasar el hecho que estabas respirando agitado como yo en el pa... pasado —frunció el ceño y se acercó un poco más, pausó durante unos segundos y cambió su tono de voz— no puede ser que tengas ansiedad social.
Bajó la mirada a sus propios zapatos para buscar la manera adecuada de responderle. ¿Podía ser sincero consigo mismo? era doloroso darse cuenta que se sentía hablando con un extraño y que parecía no haber siquiera un atisbo de una personalidad amable que hubo en el pasado.
Las cosas no sucedieron porque él deseó que fueran así pero "llorar sobre la leche derramada" era una pérdida de tiempo.
Avanzó hasta el rubio muy lentamente, tan cerca que sus zapatos por poco iban a rozarse. Lo vio tragar saliva.
La frialdad del acto apretó su garganta. Que triste que era todo.
—Para alguien que sufrió mucho por su ansiedad social, deberías tener un mínimo de empatía con otros, el hecho que evidentemente lo hayas superado no te da el derecho para hablarme de esa manera y no, no tengo fobia social. Tú has tu trabajo que yo estoy haciendo muy bien el mío.
Rápido y conciso. Si Kim Jungwoo quería jugar un rol distinto entonces iba a darle lo que quería. Wong Yukhei realmente había venido al baño para beber agua y calmarse, sí, estaba nervioso, sí ¡Era demasiada fama y atención en tan poco tiempo que tenía miedo de fallar!
Volteó para salir de allí pero su "suave" tono de voz junto a sus palabras lo sacaron de trance.
"Vine a la Comic Con para poder entrevistarte, mi jefe quiere que le lleve una exclusiva, es todo lo que me importa".
Mierda. Fue imposible no regresar y empujarlo contra la extensa superficie de los lavamanos, imposible también detenerse para golpear allí mismo con la mano abierta hacia abajo, lo suficientemente rápido y violento como para que Jungwoo se sobresaltara y gimiera.
—Pasaste de ser una masa temblorosa y asustada de la sociedad a una persona capaz de pasar por sobre los demás para alcanzar lo que quiere ¿Crees que voy a darte la exclusiva? ¡¿Eh?! ¿Qué te hace diferente de todos los periodistas que trataron por años descubrir de quién se trataba Sexual Writer?
—Yo hice mucho más que esos periodistas y lo sabes —susurró temblando en su postura.
—Desde el momento que me preguntaste con ironía y soberbia en la conferencia de prensa, me dejaste claro que no queda nada de eso que sucedió entre ambos, no pretendas que por esos recuerdos te voy a tratar diferente —esos labios de melocotón se abrieron y cerrar al instante— han pasado 6 años y ambos hemos cambiado lo suficiente para sentirnos unos extraños el uno del otro, tú no me conoces Kim Jungwoo... no lo haces.
—Pero sé cosas que podrían arruinarte ¿Crees que me puedo valer de eso y venderlo a mi jefe?
Si el contexto hubiera sido diferente, aquel hombre de cabello negro podría haberlo tomado entre sus manos, sentarlo sobre la superficie y comer su cuello con el deseo más jodido y animal que hubiera sentido. Su camisa abierta, su cabello despeinado, su boca atrevida, estaba seguro que era inconsciente respecto al hecho de que había deslumbrado en la alfombra roja. Pero no, Yukhei no se sentía caliente ni deseoso de un contacto, todo lo que pudo sentir fue pena y rechazo.
Como una fruta de cáscara atractiva y un interior de sabor amargo.
—Ve... cuéntale al mundo por qué tuve que correr de tu lado —susurró triste— y aprovecha de enterrar todos los años de esfuerzo en los que tu padre te entregó valores para hacer de ti un hombre del cual estar orgulloso.
Desvió completamente su atención hacia la puerta, caminó hacia ella y salió de allí recordando que los ojos de todas las personas estaban en él, sin embargo podía acercarse a su mejor amigo, decirle que necesitaba regresar al hotel y dormir porque sí, había sido demasiado para una sola noche. Las personas, la prensa y los fanáticos tuvieron suficiente de su imagen.
Años en el anonimato no iban a ser fáciles de superar.
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Jungwoo se escondió en un cubículo cuando se dio cuenta que otras personas querían entrar. Allí sentado en la tapa del inodoro nadie iba a ver como ponía todo de su esfuerzo para no dejar que sus ojos húmedos derramaran lágrimas. No ¡Él no podía ponerse sentimental por unas palabras! ¡"Huang Xuxi" no tenía significado alguno en la persona que era hoy!
Alguien fuerte a quien nada pasaba a llevar, alguien con las agallas para pararse frente a una cámara que trasmitía a millones de televidentes.
Él no era ese muchacho que se escondía en su habitación, él era Kim Jungwoo, un hombre de 27 años.
Secó sus ojos con el dorso de su mano y la manga de su camisa, esperó para que dejaran de estar rojos, salió con una sonrisa marcada en el rostro y caminó hasta el salón con el desplante magnífico digno de un modelo.
Supo que esta noche iba a pasarlo increíble cuando llegó hasta la mesa y vio sorpresa en los ojos Gabriel Yefrémov. La noche ya había avanzado lo suficiente como para que otras personas se fueran, un gesto ligero en su barbilla hacia la salida fue necesario para hacerle entender lo que quería. Pasó por su lado y con un dedo tocó el dorso de esta sin que nadie lo viera.
—Me iré antes al hotel chicos, creo que la champaña está haciendo efecto en mi estómago.
—Mañana nos vamos a Corea de vuelta ¿Realmente te rendiste con Sexual Writer? —hablaba en coreano uno de su equipo para que los demás no pudieran entender— ¿Tan difícil es de acceder?
—Es un pedante, no hay instancias para hacerle una entrevista —meneó la cabeza, buenas noches a todos.
—Te iré a dejar, vine en un auto que arrendé, los demás no quisieron esperarme —habló con un acento marcado
Todos se despidieron con naturalidad sin saber que aquellos hombres que se iban en completo silencio tendrían su propia fiesta en la cama ¿Quién podía sospechar de un ruso con apariencia tan recta como la fecha?
Al otro día, Domingo 20 de julio 2025.
Abrió lentamente un ojo a la vez para quitarse la sensación de sueño encima pero los cerró de inmediato cuando la presión en su cabeza le recordó que anoche había bebido demasiado y que ahora estaba sintiendo los efectos de la resaca.
Miró por encima cuando volvió a tener el valor de hacerlo y notó aquel brazo más firme rodearlo por la cintura desnuda. Bien, sonrió con pereza y disfrutó el contacto un poco más.
Anoche no dijeron palabra alguna en el auto, por suerte no había recepcionistas al momento de su llegada así que no debía dar explicaciones de quien dejaba entrar o no a su habitación. Solo cuando cerró la puerta y se volteó para ofrecerle algo del minibar, aquel hombre cambió sus facciones, lo empujó a la pared y tiró de su camisa para besarlo apasionadamente.
Con ira dijo que lo había deseado desde que lo vio pararse en la conferencia pero más aún cuando caminó por la alfombra roja.
Era bruto y muy pasional, no tardó nada en dejarlo absolutamente desnudo para comer cada rincón de la superficie de su piel. Su acento ruso se hacía más pesado, incluso le decía algunas groserías en su idioma cuando lo tenía allí listo en la posición "4" y con la colita curvada para recibir todo lo que pudiera darle.
Habían sido unas gloriosas horas de sexo.
Su teléfono tirado en el suelo rompió la calma en el ambiente y sabía que no podía dejar de contestar cuando era un viaje laboral.
Salió de la cama como si se tratara de gelatina escurriendo, luego estiró el brazo y contestó.
—No vamos a esperarte más tiempo Jungwoo, vas a tener que llegar solo al aeropuerto.
—Vayan, yo llegaré detrás de ustedes.
Cuando cortó gimió y corrió al baño para darse una ducha tan rápido como podía, era una bendición en este caso que fuera "ordenado" y procurara tener lista la maleta pero ¿Él mismo? ¡¿Cómo se le podía olvidar que el vuelo era en 3 horas más y que ya debía estar presente en el aeropuerto?!
Tomó la ropa más cómoda que tenía en su bolso, metió tan rápido como pudo lo demás pero antes de irse golpeó el rostro de Gabriel.
—Lo siento, debo irme, lo lamento pero... si te quedas más allá del medio día te cobrarán a ti.
¿Qué importara lo que pensara la otra persona? Corrió por el pasillo arrastrando la maleta y cuando se paró fuera de hotel hizo levantó la mano para detener al primer taxi que vio.
¿Se podía sobornar a un correcto conductor inglés? ¡Claro que sí! dijo que le pagaría el doble si manejaba más rápido y por suerte el hombre tenía la experiencia para tomar el camino más corto. Volvió a recibir otra llamada de su equipo de trabajo.
—Me faltan 15 minutos para llegar al aeropuerto, tal vez 20, ustedes pueden ingresar antes... ya lo sé, ya lo sé ¡Estaré allí!
Siempre se responsabilizaba en cada acto de su trabajo y era destacado por eso, pero ayer la mezcla de emociones y el deseo de desquitarse follando con alguien sumado a los grados de alcohol rompieron todas sus buenas costumbres.
—¡Tome guarde el cambio!
Sacó él mismo su propia maleta, atravesó una de las puertas de embarque y se desplazó hacia donde debía identificarse y entregarla, pero antes de siquiera poder hacer la fila, una persona tocó su hombro con ¿Cortesía?
Volteó extrañado dispuesto a decirle que no tenía tiempo y que debía acercarse a la encargada de la aerolínea pero frunció el ceño al ver a un hombre asiático de aspecto correcto. Su rostro le era familiar ¡Era el otro hombre que acompañaba a Yukhei!
—¿Señor Kim Jungwoo? —su inglés era bonito, quizás con un poco de acento alemán.
—¿Sí?
—No le conviene abordar ese vuelo, necesito que venga conmigo.
—¿Disculpa?
—Lamento no presentarme, mi nombre es Liu Yangyang —extendió su mano con cierto recelo para sostener la que ese muchacho le ofrecía— formo parte del equipo del señor Huang.
Tragó saliva y levantó la barbilla.
—En ese caso lamento ser mal educado señor Liu pero debo abordar mi vuelo a Corea y entregar esta maleta.
Quiso avanzar pero la mano del muchacho fue firme en su muñeca ¡¿Pero qué mierda era todo esto?!
—El señor Huang acepta realizar una entrevista en exclusiva para usted —bajó el tono de su voz, estaba muy cerca de su rostro— pero si acepta, tendrá que ser en los términos que él ofrece.
—Voy... voy a perder mi vuelo.
—Usted no necesita ir a Corea del Sur —extendió su mano con el rostro lleno de suficiencia, tal parece que había ganado esta batalla. Eran pasajes— usted puede viajar conmigo hoy mismo a Alemania ¿No quiere darle a su jefe la entrevista anhelada del aclamado autor Sexual Writer?
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Nota autora:
¡Ohhh ohh!
No sé si en realidad esta página avisa cuando subo una nueva "entrada" pero por favor si sabes de personas que leían alguna de mis novelas o precisamente Sexual Writer, avísenles que volví. y Por sea acaso, síganme como miembro, quizás así les notifica mejor si subo alguna cosa. Suscríbanse con su correo también.
NECESITO SABERRRRRR
OH GOD
Apenas y veo esto aaahh me encantó
No puedo dejar de llorar, estaba como desesperada buscando lo historia desde que desapareció de Wattpad al fin la encontré, ahora quiero morir, necesito saber que pasaaaaaa
Justo en la parte que Jungwoo enfrentó a Xuxi... Lograste recordarme algo :^(.... Gracias por el cap :")