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"Sexual Writer" Capítulo 4: Una locura




Viernes 9 de noviembre 2018, 2 días después.


Se miró al espejo mientras secaba su cabello ¿Y si realmente era demasiado naranjo? Hendery había tenido razón, el color era demasiado llamativo para alguien que no le gustaba ser notado pero es que hace un tiempo había querido probar alto distinto.


Observó su atuendo un par de veces más mientras su barbilla temblaba, realmente quería lucir de forma decente y es que hoy era una noche importante, hoy cenaría con ellos Hellen Tucker y él estaba nervioso por dos razones: tenía que cenar con alguien que no conocía más todo lo que implicaba en su ansiedad, pero también quería hacer las cosas bien porque significaba mucho para su padre.


Respiró un par de veces y salió de su cuarto pero cuando escuchó una voz femenina su respiración empezó a agitarse.


—No lo arruines, no lo arruines —murmuró para sí mismo, cada paso se hacía más difícil, estaban en la cocina, seguramente estaban terminando de cocinar—. No lo arruines.


Su mandíbula ya estaba tensa y el sudor en su nuca podía sentirlo, asomó lentamente los ojos y la escena en cuestión le pareció bonita e inocente.


Su padre estaba sonriendo mientras terminaba de freír unas cosas, podía ver de espaldas a alguien de pelo rubio parada de puntillas tratando de alcanzar los vasos y copas del último espacio del mueble allá arriba.


Joonhyuk, I promise I’ll buy the glasses if l break them —su voz era bonita y su acento mucho mejor.


The cost will be double, just for being you.


Aunque hablaban en inglés entre ellos podía entenderles porque era muy bueno en ello, lo que llama su atención era la complicidad que tenían ¿Realmente eran solo amigos? ¿Realmente su padre no había dado un paso más o eran muy vergonzosos el uno con el otro?


Cuando la mujer se volteó pudo ver su rostro y, mierda, incluso él siendo completamente gay quedó pasmado con lo hermosa que era ¿Era profesora de inglés o una modelo? Tal vez fue demasiado evidente pero se asomó más de la cuenta y su maldita cabellera color zanahoria no pasó inadvertida.


—Hijo, hola yo...


Jungwoo retrocedió lentamente mientras sentía el sudor en su cuello, la respiración estaba atascada en su garganta, pero se detuvo, sí, logró hacerlo cuando vio temor en los ojos de su padre.

Cerró los ojos, se dijo que nadie iba a hacerle daño y estiró la mano poco a poco.


—Bue... buenas noches, soy jun... Jungwoo.


La muchacha sostuvo su mano con una sonrisa pequeña, quizás el precioso joven no lo sabía pero Kim Joonhyuk le había comentado en secreto que su hijo estaba luchando con una fobia social.

Su corazón se encogió con ternura aunque estaba sorprendida, no había esperado que aquel muchacho midiera 1.80 metros.


—Buenas noches, soy Hellen Tucker, de verdad es un completo agrado conocer al hijo de mi amigo, me ha hablado maravillas de ti.


Con las mejillas sonrosadas a más no poder, el aludido levantó poco a poco los ojos y asintió, en serio quería vomitar porque no sabía cómo lidiar con la situación. Agradeció en el alma cuando su padre le pasó un par de platillos para que ayudara a terminar de colocarlos en la mesa.


Hellen se acercó a Joonhyuk y susurró en su oreja emocionada.


—Es demasiado hermoso, parece un muñeco.

Él miró sus manos sujetando el sartén. Sonó triste.


—Él no lo cree así, dice que se parece demasiado a su madre y por eso no le gusta mirarse al espejo.


Una cosa que caracterizaba al padre de Jungwoo era lo educado que podía ser incluso si se trataba de su exesposa, por supuesto que la detestaba, pero trataba de canalizar ese rechazo de otras maneras. Hablar de forma vulgar de ella frente a otros contando todo lo que hizo, no era su tipo. Incluso frente a su hijo.


Estando en la mesa, el menor sostuvo sus palillos y se dedicó a comer, sentía su corazón bombardeando al límite pero si no salía corriendo a su habitación era por un par de razones: la señorita Tucker no lo estaba obligando a hablar, cuando cruzaban miradas le sonreía y cambiaba su interés a su padre para conversar de otra cosa, su voz era agradable, su rostro bonito y su aura emanaba mucha simpatía.


—Por cierto, Jungwoo, gracias por permitirme comer aquí con ustedes, cuando padre e hijo viven solos pueden crear un castillo impenetrable, que terrible ha de ser que una mujer irrumpa.


—Us... usted no se ve terrible —y aunque su voz era suave y baja, la muchacha le entendió.


—Es el mejor cumplido que me han hecho en años, gracias —le sonrió de oreja a oreja antes de seguir comiendo.


Joonhyuk meneó la cabeza evitando reír, luego miró a su hijo y le moduló si se sentía bien, Jungwoo asintió, en serio en otra ocasión habría sido diferente, pero ver a su papá como un adolescente sonrojado cambió su perspectiva de las cosas.


A él le gustaba mucho esa mujer y no podía culparlo, realmente era guapa. Su único temor y que obviamente no diría en voz alta era que pudiera hacer daño el corazón de su padre, quería verlo feliz todo el tiempo, había sufrido mucho en el pasado.


Continuaron comiendo y más al final de la cena, el muchacho se empujó un poco más por dentro para sacar la voz.


—¿Mi... mi papá fue un pésimo estudiante?


—Kim Jungwoo, yo siempre te apoyo, no me des la espalda de esa manera —sonrió.

El muchacho jugó con sus dedos pero no quiso bajar la mirada, se sentía bien hacer las cosas correctas.


Hellen los observó a ambos, eran un complemento genial. Cuando su amigo le había dicho que había sido un padre adolescente nunca pensó que su hijo tuviera tan lindos modales, por lo general había conocido casos de hijos rebeldes mal agradecidos pero Kim Jungwoo era hermoso. Una lástima que tuviera secuelas de los errores de una mujer aparentemente desquiciada.


—Dentro de sus compañeros de trabajo, Joonhyuk ha sido el mejor alumno, no sabía que su inglés era tan avanzado así que comunicarnos no ha sido difícil.


Aunque sus experiencias en relaciones eran nulas, Jungwoo se dio cuenta que la mujer también se sonrojaba cuando su padre le hablaba a ella. Creyó que era prudente retirarse, agradecer por la comida y la presencia de la muchacha, luego sostuvo un par de cosas, las dejó en la cocina y caminó hacia su habitación.


Cuando llegó al baño se miró al espejo y movió los labios con disgusto, tenía el cuello empapado en sudor y su cuerpo también. No había sido tan terrible como lo había imaginado, tampoco había sido fácil, pero terminó por sonreír porque era un punto más para salir adelante.


—Lo hiciste bien, lo hiciste bien.


Se secó la piel con toalla, hizo todo el ritual antes de ir a la cama y observar su teléfono, su padre le había dicho que saldría a caminar con ella antes de llevarla en auto a casa, seguramente tenían muchas cosas que conversar.


Conversó un par de cosas por Kakao con Hendery, le contó como había sido todo y recibió muchos emoticones de caras emocionadas y con corazones. Realmente había dado un buen paso hoy.

Pero lejos de esas lindas emociones, había otras que no lo eran tanto, como cuando miraba el otro teléfono en sus manos, observaba aquella conversación de WhatsApp y se daba cuenta que no había recibido respuesta alguna a esa propuesta.


¿Qué tan lejos iba a llegar para poder experimentar cosas nuevas? Se sentía dividido por completo, por una parte necesitaba salir de la mierda en la que se encontraba, tenía un hambre por sexo que había salido a flote leyendo las historias de Sexual Writer y los cortos que subía a sus cuentas oficiales, pero por otra...


Por otra era un hombre de 20 años con fobia social que tenía miedo hasta de encontrarse con un desconocido en un elevador. Bajo esa situación ¿Cómo iba a poder confiarle su cuerpo a un completo desconocido?


—Estoy arruinado, moriré virgen.


Y ni siquiera podía gozar de comprarse algún juguete sexual como los que utilizaban en una película pornográfica, temía que la entrega fuera muy evidente y aunque su padre ingresaba solo con autorización de él ¿Qué pasaba si lo notaba? No quería explicar por ahora que era gay.


Quiso apagar el teléfono pero la ventana emergente WhatsApp lo hizo saltar sobre la cama. Era él. Esperó un par de minutos antes de contestarle, podría no hacerlo y dejarlo esperar más tiempo pero, mierda, quería conversar.




Apagó la pantalla del teléfono antes de poder leer el mensaje que estaba escribiendo, se sentía ofendido, totalmente ofendido. Había dado una propuesta y él seguía dudando, Jungwoo había puesto su esfuerzo en ser valiente pero Sexual Writer no había respondido ¿Por miedo?

Podía entenderlo, realmente lo hacía pero no dejaba de dolerle.


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Yukhei estaba sentado frente al escritorio con el computador prendido y todo el tiempo para hacerlo, pero su mente parecía no querer avanzar en la nueva historia que quería crear. Había decidido que su vida como Sexual Writer la viviría la mayor parte del tiempo en esta casa mientras que durante la semana se quedaría en el departamento al otro lado de la ciudad para vivir una vida normal de universitario. Pero su mente parecía no ponerse de acuerdo, no podía escribir si sabía que sus mensajes no estaban siendo leídos.


Aquel día en el que Zeus le había dicho "Si hay una persona a la que le confiaría mi cuerpo es usted... tómelo o déjelo antes que me arrepienta", su corazón estuvo a punto de causarle una falla múltiple. Estaba seguro de que ese hombre era un Twink (muchacho gay de aspecto joven muy atractivo) y el solo pensarlo hervía su sangre, eran su debilidad y es que así él mismo podía sentirse de aspecto protector y mayor para tomar las riendas de una relación sexual y doblegarlo a su voluntad.


Lo único que lo había detenido de responderle de forma inmediata y correr a su encuentro para follarlo, fue que no podía mostrar su identidad, no podía arriesgarse y tenía que preparar un plan para hacerlo a escondidas de su manager.


—Vamos, Zeus, contesta maldita sea —miró su ropa interior, se había duchado para prepararse en una maratónica noche de escritura, pero nada salía a flote más que su propia erección—. Gatito.


Jadeó cuando el teléfono, que estaba boca abajo al lado de la laptop, vibró. Por una reacción idiota, cuando leyó las respuestas, se cayó de la silla hacia atrás y miró el techo jadeando más que nunca. Esto era una broma de mal gusto, esto... esto tenía que ser una broma de mal gusto o ¿Buen gusto?


—No... no...




Abrió el archivo de imagen y acarició la pantalla con el pulgar mientras tragaba saliva de forma compulsiva, esto no podía ser real ¿Y qué si alguien estaba usando la imagen de Kim Jungwoo para acercarse?


De inmediato se fue a la aplicación de Gmail y buscó los mensajes del muchacho, se describía como alguien que temía de acercarse a otros además de decir lo mucho que lo había ayudado a salir adelante.


Kun Hang había dicho que Kim Jungwoo tenía fobia social y él mismo se había enfrentado 3 veces a su persona como para dar testimonio que era cierto, el peli naranjo se quedaba callado o temblaba como si fuera a ser sacrificado.


—Zeus —susurró observando la fotografía—. Zeus, maldita sea, Zeus.


Estaba respirando agitadamente mientras temblaba, el lector que lo había cautivado por su atrevimiento, aquel muchacho que tenía la valentía de enviar sus labios chupando un caramelo ¿Era su atractivo nuevo vecino y mejor amigo de su primo? Pero, él no sabía que Yukhei era Sexual Writer ¿Verdad? ¡De toda una población mundial, Zeus tenía que vivir a metros de su departamento!


Agradecía no estar en este momento en ese edificio porque era capaz de golpear la puerta, entrar a su habitación y poseerlo tan duro y tan delicioso que Jungwoo gritaría su nombre.


Lanzó el teléfono a la cama y gritó enfurecido, tal como Zeus lo había dicho, pensaría en lo que se había perdido. A la mierda la escritura.


Al otro día, sábado 10 de noviembre 2018.


Los sueños más húmedos y candentes los había tenido la noche anterior, tanto así que sus puntos nerviosos le jugaron una buena pasada, había sido tan vívidos que despertó 2 veces por culpa de orgasmos que lo dejaron empapado.


Aquella mañana mientras se duchaba observó su piel blanca y cada parte de su cuerpo pensando cómo se hubiera sentido si sobre esa superficie hubiera estado Sexual Writer. No había aceptado su locura y quizás debería agradecer al destino por salvarlo, pero su mente no estaba de acuerdo y le recreó un escenario para joderlo en sueños.


Él, acostado en una cama de sábanas blancas totalmente desnudo pero con sus muñecas atadas sobre su cabeza con una corbata negra, aquel hombre que no podía ver su rostro con claridad se paseó alrededor de él como si lo quisiera evaluar.


Las penetraciones fueron duras, salvajes y él había susurrado incontrolablemente "Sexual Writer" en inglés para satisfacerlo. Esa lengua había estado entre sus piernas, le había dicho que era hermoso, lo había hecho sentir bonito y deseado.


—¡Malditos sueños!


Salió enfurecido de la ducha, secó su cuerpo rápido y se vistió con ropa holgada ¿Qué importaba? No iba a salir de la casa este día (nunca lo hacía) y Kun Hang estaba ocupado con informes de la Universidad.


Olfateó el ambiente y caminó hacia la cocina donde pudo ver a su padre solo con un pantalón deportivo abajo y totalmente desnudo arriba con una toalla al cuello, había salido a hacer ejercicios hace poco.


—Tápate, no es justo ¿Está bien?


—Tú también puedes formar un cuerpo marcado, Jungwoo, que no te gane la pereza —le guiñó el ojo mientras salteaba el arroz con la carne en un solo sartén—. Pon la mesa o te perderás el desayuno.


Y así lo hizo porque tenía muchas preguntas en mente. Anoche después de atreverse a mandarle su identidad a Sexual Writer con una foto de por medio, se sintió tan ansioso que apagó el teléfono y terminó llorando en posición fetal sobre su cama culpándose por crear espacios de peligro. Pero, no había sentido que su padre llegara y si lo había hecho fue muy tarde.


—¿La señorita Tucker pensó que soy un fenómeno? —sostuvo los palillos mientras miraba los muchos platos disponibles para comer—. Lamento si no estuve a tu altura y expectativas anoche.


—¿Bromeas, hijo? Siempre te tuve fe aunque debo confesar que pensé que estarías menos tiempo en la mesa, a... Hellen le agradaste, ella sabe que tienes cierta dificultad para interactuar con extraños.


Dejó de comer cuando escuchó aquello, eran muy pocas las personas que sabía sobre su fobia social, aunque su padre no había cometido ningún error hablando con quien consideraba una persona de confianza, después de todo era su hijo.


—Si dije algo indebido por favor perdóname —murmuró bebiendo lentamente la sopa de calamar—. Debí consultarlo contigo primero.


—Kim Joonhyuk, no me ha molestado en absoluto, hablo con la verdad —trató de sonreír un poco—. Has hecho cosas por mí que son increíbles, solo espero no le hayas dicho algo negativo, ella... ¿Sabe lo que ocurrió en el pasado con tu exesposa? —"Madre" no saldría de su boca al menos que fuera con sarcasmo.


—A grandes rasgos, pero jamás le he hablado de forma negativa como si tuviera la necesidad de culpar a alguien, solo sabe que es una mujer que no es deseada en nuestra vida, que tú eres igual a ella, por cierto... te encontró hermoso.


Jungwoo tocó sus mejillas calientes, sabía que estaban sonrojadas y no creía justo, necesitaba hacer la situación un empate. Por ello empezó a preguntar qué había sucedido la noche anterior.


—Nada de lo que debas avergonzarte, la dejé en su casa después de que camináramos cerca del río Han un buen rato.


—Creo que he terminado mi desayuno —murmuró algo tedioso cuando dejó varias cosas en la cocina, cuando estuvo de vuelta, descansó una mano en el hombro del mayor—. Te amo mucho papá y por eso hubiese esperado que tuvieras una historia de la que puedas avergonzarte conmigo... quizás no soy experto en personas porque las odio pero la señorita Tucker es hermosa y le gustas, no esperes que la vida se pase frente a tus ojos.


Los mismos consejos que su padre le daba podía aplicarlos para sí mismo.


Sonriendo orgulloso pero también un poco sonrojado, Kim Joonhyuk meneó la cabeza mirando la mesa y pensando que en el fondo, muy en el fondo, su hijo también tenía razón. Había deseado tanto besarla anoche pero la vergüenza fue más fuerte que todo. Iba a tener que sacar su personalidad interior.





Había estado todo el día pensando en aquellos mensajes, todo el día sabiendo cuál era el límite de su locura. Sí, Sexual Writer era hombre, se notaba joven y de un cuerpo increíble, pero no sabía quién era la persona detrás de aquello. El solo pensar que podían tomar su cuerpo y tomarlo para arrojarlo al río después de abusar de él o, cualquier escenario extremista, lo detenía. No era solo su fobia social, era lo que cualquier persona en su sano juicio haría ¿Qué mierda había estado pensando anoche? Le había mostrado su identidad y podía buscarlo en cualquier paso.


Acompañó a su padre al supermercado, le había sido difícil estar con otras personas pero al menos esta vez no hubo una señora mal educada hablando groserías para sacárselo de frente. Regresó al departamento después de 1 hora y cuando miró por el pasillo le pareció que todo estaba demasiado tranquilo.


—¿Sabías que Wong Yukhei es primo de Kun Hang, mi amigo? —ambos miraron hacia la puerta del departamento.


—Me lo dijo él ese día que lo ayudé con sus cosas, trata de hacer más amigos.


—¿Crees que en la vida hay que arriesgarse?


—Por supuesto, creo que te lo he dicho mucho —lo miró fijamente antes de entrar a casa—. Has cosas diferentes.


Lo ayudó a guardar las cosas en la cocina, no había sido demasiado pero tardaron más en ingresar al supermercado que en obtenerlo todo. La voz baja de su hijo, habitualmente baja, sonó más despacio de lo normal.


—¿Perdón? ¿Dijiste algo?


—Que v... que voy a salir a la noche, un momento, quiero mirar las estrellas en el parque, además casi no hay personas, rea... realmente quiero hacer cosas diferentes.


Como si sus palabras hubiesen sido los números de la lotería o algo familiar pero fue increíble el cómo los ojos de su padre brillaron y como su sonrisa cruzaba de una oreja a otra. Le dolió el estómago porque sus intenciones eran otras aunque Jungwoo tenía muy en claro una cosa, no dejaría que algo malo le sucediera, no haría nada estúpido si sentía que había peligro y él sí era experto en sentir peligro incluso si no existía.


Tomó su antiguo teléfono y escribió que lo esperaría en “…” a las 22 hrs, si no aparecía podía olvidarse para siempre de que este juego había sido empezado. Sonaba seguro, sonaba empoderado de la situación pero ¡joder! con cada movimiento que hacía estaba temblando, se había duchado con espasmos, se había secado y vestido así.


Se miró al espejo ¿Conocería la identidad de Sexual Writer? ¿Se mostraría ante sus ojos o estaba jugando a la presa y el cazador? Si estaba tan seguro de que nada ocurriría ¿Por qué había elegido lo mejor que tenía? ¿Por qué acercaba su rostro al reflejo para comprobar si estaba todo en orden? ¿Por qué había necesitado sentarse sobre la cama cuando él le dijo que lo estaría esperando?


Cuando estaba llegando la hora, le avisó a su padre que en breve volvería, pero no permitió que diera una vista de su apariencia, solo salió caminando rápido para cerrar la puerta.

El camino hacia el parque había sido un poco caótico, desde que puso un pie fuera del edificio es que había sentido las malditas náuseas y la sensación que perdía las fuerzas en las piernas, no había muchas personas cerca por lo que caminar no fue tan difícil, sin embargo estuvo alerta y con la mano en forma de puño por si tenía que gritar golpeando a alguien.


—Si no valoras lo que estoy haciendo, nunca, jamás volverás a saber de mi Sexual Writer —había anhelado estar cerca—. Hablo en serio.


Había una fuente en medio del Parque llena de luces blancas, ese era el lugar que habían acordado, ese era el punto en el que podían verse las caras como ¿Amigos? pero un lugar ubicable en caso de cualquier cosa.


Sintió el estómago hacerse añicos, dio unos pequeños pasos y se sentó al borde de la fuente porque sentía que iba a tener un ataque de pánico. Acongojado dejó la mano en la rodilla izquierda, miró la conversación y luego nuevamente cualquier espacio cercano a la fuente.


Apenas había personas, algunas parejas caminaban de la mano perdiéndose en el camino de piedra bajo el túnel de árboles, otros corrían seguramente para el encuentro de amigos y cervezas y él estaba allí, agitado, con la boca seca y maldiciendo dentro de su cabeza.


"Te estoy viendo” le escribió.


Jungwoo se paró por instinto, mirando hacia todas partes, mas, cuando quiso voltearse una mano cálida se puso delante de sus ojos y la otra se quedó sobre su vientre.


—Ahhhh —gimió aterrado, con la voz quebrada y lágrimas humedeciendo los dedos del otro.

Yukhei respiraba agitado, cabello naranja y piel bonita, ansiedad y fragilidad, Zeus realmente era Jungwoo, su vecino.


—Tranquilo, tranquilo gatito —el muchacho escuchó el susurro tras su oreja— soy Sexual Writer, soy tu autor favorito.


Sintió que se derritió entre esos brazos de la más exquisita manera y aunque ansiaba con ímpetu quitarse la mano de encima y voltear a verlo, podía entender el brindarle espacio.


—"Señor Writer" —gimió apoyándose contra ese cuerpo, incluso si no lo veía podía darse cuenta de que era firme y protector.


Los grillos cantando cerca y el sonido del agua brotando de esa fuente creaban un ambiente íntimo. El castaño rubio sentía que su corazón saltaría por la garganta y es que comprobar que su "fan número uno" era efectivamente este muchacho, le daba cierta emoción. No le había prestado demasiada atención ¿Qué tan bobo había sido? Demasiado.


—Eres hermoso Zeus, eres hermoso —tenía que susurrar para que su voz no fuera identificada, lo que no hacía más que encender la carne del muchacho—. Pensé que habías declinado la oferta.

Jungwoo podía sentir su ropa interior tan tensa y el pantalón tan incómodo que se avergonzaba de sus propias reacciones ¡Estaba junto a un hombre famoso! ¡Estaba frente a alguien que parecía manejar el tema sexual mejor que ningún otro!


—Señor ¿Acaso no puedo verle el rostro? Usted conoce mi identidad ¿Se da cuenta que no soy un estafador?


Yukhei observó su nuca hambriento, Zeus era exactamente el tipo de hombre que a él tanto le gustaba. Con un pulgar acarició la superficie de su piel, los hombros, el brazo derecho del muchachito. Lo había visto llegar a la fuente hace unos minutos, el juego de luces sobre su cabello naranjo creó un halo como si se tratara de un ángel.


—No, no por ahora, perdóname pero no puedo —arrastró los labios por su nuca, el suave gemido de Jungwoo lo motivó a gruñir caliente— ¿Decías la verdad cuando dijiste que confiarías tu cuerpo en mí? ¿Esas noches en las que te tocaste realmente fueron pensando en mí?


—Si señor, si señor —se retorció contra ese cuerpo anhelando un mayor contacto.


El juego de estar con los ojos cubiertos no hacían más que joderlo. No recordaba lo que era fobia social lo que podía ser muy malo, era la primera vez que tenía contacto con Sexual Writer y podía sentir la completa dominación en su cuerpo.


—Soy un hombre con un apetito voraz —susurró dando pequeños besos tras su oreja, Jungwoo olía bien y su piel era suave ¡Se había sacado la lotería! —. Sólo puedo decirte que los dominantes de mis historias se quedan cortos, no has hecho más que acabar con mi cordura con tu juego de inocencia ¿Realmente quieres confiar tu cuerpo a mí?


Lentamente retiró la mano de sus ojos para que pudiera abrirlos, por alguna boba razón confiaba en él, sabía que podía entender lo de proteger una identidad, el muchacho lo hacía de distintas formas escondiéndose de la sociedad a la que tanto aborrecía ¿No?


—"Señor Writer" —parpadeó mirando hacia el frente, sentía su respiración contra la espalda, un efecto tan íntimo pero tan caliente. Si le decía que era virgen, si le decía que era sus experiencias sexuales se remitían a una mano, lectura erótica y videos pornográficos, iba a rechazarlo ¿Quería ser virgen toda su vida por culpa de sus propios temores? —. Acabe con esto —tragó saliva, esto era una locura pero no iba a detenerse, se sentía como si estuviera drogado del hambre por sexo—. Usted sabe lo que ambos queremos.


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