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"Sexual Writer" Capítulo 5: Help





"No puedo hacerlo", pensó. Wong Yukhei hundió el rostro en la nuca del muchacho respirando profundamente de su aroma, su erección estaba tan dura que estaba seguro que Kim Jungwoo podía sentirla incluso si las capas de ropa los separaban.

Pero no, a pesar de que estuviera haciendo combustión espontánea por el hambre sexual, no era capaz de levarse al muchacho a un lugar para joderlo.

—¿Por qué te quieres entregar a mi, Zeus? —susurraba, maldición, era la única forma de distorsionar un poco su voz y no ser descubierto.

El peli naranjo movió lentamente su trasero con la entrepierna de ese hombre, su cerebro parecía apagarse de a poco, quería ser cubierto por esos brazos y ese cuerpo, quería perderse en 10 que no había sentido antes, un libido explosivo.

—Porque estoy jodidamente caliente —jadeaba.

Para suerte de ambos el parque estaba completamente solo, rodeados por árboles, por una fuente de agua iluminada, por los grillos, por el deseo, por las estrellas arriba. Una suave brisa fría de otoño moviendo las hojas del suelo.

Yukhei se reconocía como un hombre que gustaba del sexo en mucha de sus formas, pero no sabia si su reacción al muchacho era porque hace mucho tiempo no practicaba los juegos que tanto le gustaba o porque realmente tenían una química sexual innegable.

Pero, a pesar de todo ello, no podía tocarlo, porque quizás en el fondo sabia que se estaba aprovechando de su identidad, porque sabia todo el esfuerzo que seguramente le tomaba para llegar a este lugar, porque era demasiado bonito, porque merecía ¿Más?

—No puedo gatito, no puedo llevarte esta noche —besó su piel antes de arrastrar los labios como si la superficie fuera helado de crema.

Como si una bofetada le hubiese dado en la cara, Jungwoo sintió la realidad golpear su cerebro. El sonido de todo lo que lo rodeaba era más nítido e incluso sus ojos se abrieron para mirar el cielo, quería voltear, quería enfrentarse pero sentía que no podía traicionar al hombre que tanto admiraba.

—No soy lo que pensabas ¿Verdad? Yo sé que no... que no —"Fobia, fobia, fobia"— yo... en la foto y... no soy, a...atractivo, yo me... yo me odio y te entiendo yo...

Yukhei abrió los ojos tanto como un búho lo hacia, el muchachito estaba temblando tanto que por la mente se le pasó la idea que podía estallar en llanto o en algo así.

¿Quién le había hecho tanto daño para hacerlo tan inseguro? ¿Para que los gritos de las personas lo redujeran a alguien que se tiraba al suelo porque quería desvanecerse y vomitar? Quizás su primo Kun Hang sabia mucho más de aquello pero no, no hablaría.

Ese hombre tenia dos facetas definitivamente, el que temía hasta de su sombra y Zeus que era todo lo que un dominante desearía. Había conocido una y ahora había tenido un poco en vivo de la segunda. Pero quería más, iba a querer más.

—Eres mejor de lo que creía —besó de forma casta el espacio tras su oreja izquierda, los espasmos e incipientes sollozos se detuvieron de golpe— te quieres entregar a mi y tengo la sospecha que se complicarían las cosas para ti si nos damos mucho tiempo.

Asintió lentamente mirando con los ojos húmedos el cielo. Su padre pensó que había salido solo un momento cuando en realidad había querido tener sexo de manera irresponsable, si lo seguía, si concretaban esto ¿No pondría en aviso a su papá de las locuras que quería cometer?

—Además no puedo, mi manager está en casa en este momento para una reunión, él no sabe lo que estoy haciendo —susurró tan bajito que apenas pudo entenderlo, rodeo por la cintura al muchacho y metió una mano caliente para posarla sobre su abdomen, ambos tragaron saliva afectados por el contacto tan intimo— pero estoy... tan contento que Zeus seas tú, eres... eres realmente bonito.

Descendió la mano para que se inmiscuyera sobre la tela de la ropa interior ajustada, la cadera de Kim Jungwoo se movió instintivamente para que descargara la calidez sobre su miembro. Sus labios y mejillas rojas, la respiración pasando entre los dientes.

¿Cómo no podían tener algo del tan anhelado sexo?


—Señoor Writer.

Balbuceó, llevado por el apetito apretó la mano de aquel hombre por encima para que tomara su pene con autoridad ¡Nada de juegos tortuosos! ¿Acaso no podía masturbarlo incluso en medio de la noche con los árboles como únicos testigos?!

—Pero acepto, gatito, aceptaré gustoso tu generoso ofrecimiento —tiró del lóbulo entre sus dientes antes de chuparlo— miércoles, este miércoles... por favor prepárate para este miércoles.

Besó el costado de su rostro tanto como pudo, el aroma de Jungwoo era increíble, su piel era tan suave y él era tan hermoso que difícilmente a partir de ahora podría quitarle los ojos de encima, mucho más sabiendo que era su fan número uno y que vivían tan cerca del otro.

Muy a su pesar y abandonando todo deseo impulsivo por voltearlo y devorar esos labios, descansó los brazos hacia los costados y le pidió al muchacho que se fuera sin mirar hacia atrás. No quería irse antes que él, al menos quería asegurarse que se iba de este parque y que estaba a salvo.

Le había susurrado que le dijera cuando estuviera en casa, le había dicho que esto apenas comenzaba.

Tragó saliva nuevamente, su figura alta pero delicada como flor se perdió en el camino de piedra entre los árboles mientras él se preguntaba si estaba haciendo mal las cosas por no dar a conocer su identidad.


Al abrir la puerta del departamento todo estaba en silencio, supuso en ese momento que su padre se había quedando profundamente dormido y no podía culparlo por ello, trabajaba toda la semana gran parte del día en oficinas. Si no a juntarse con algunos colegas, la mejor opción era dormir la cantidad de horas que no podía hacer de lunes a viernes. Cerró la puerta de su habitación antes de dirigirse a la suya y mirarse al espejo que tenía allí. Llevó con cuidado la mano a su pecho pudiendo sentir los latidos de su corazón, aún estaba emocionado, aún no podía creer lo que había hecho. Incluso la fobia pareció desaparecer en el instante en el que estuvo entre los brazos de ese hombre, las palabras habían salido sin entrecortarse excepto al final cuando le dijo que no podían tener sexo, no esta vez. Y lo particular de todo fue que camino a casa estuvo tan concentrado en como su cuerpo seguía caliente, que no se percató de los demás o si alguien lo miraba mal.

Su susurro, sus pequeñas y suaves caricias, tuvo que meterse a la cama desnudo y tocar donde aquellas manos estuvieron imaginando que eran las de él, pero no pudo porque no podía comparar el toque caliente y más grande de sus manos, ni la respiración en su nuca, ni el cuerpo firme tocando su espalda.

—Te odio, maldita sea te odio —murmuró sosteniendo la base de su miembro y cerrando los ojos mientras se tocaba. Agradecía en estos momentos que la habitación de su padre quedara en el otro extremo del enorme departamento, porque podía tocarse tanto como quisiera hasta quebrarse en un apabullante orgasmo.


---- —¿Tanto te tardaste? —botó el humo del cigarro lentamente por su boca, estaba parado ,a ventana de la sala de estar con la mitad del cuerpo afuera— pensé que irías a comprar algo de cerveza. Le dio una breve mirada pero no le respondió, tenía muy buena relación con quien era su manager, maldita sea, era como su mejor amigo en este momento incluso si eran más de 10 años los que los separaban, pero en este momento quería estrangularlo y mandarlo al infierno por creer que era buena idea conversar sobre su carrera como escritor el día de hoy.


Había aceptado, sí, porque lo habían arreglado con tiempo pero cuando Zeus le dijo que se reunieran no hubo forma de cancelarlo todo.

Se sentó en un sofá y miró hacia el lado, Xiao De Jun sonreía moviendo los hombros como si se despojara de toda la culpa, él también era parte de su carrera como escritor, era hijo del hombre que manejaba la editorial y quién hacía la conexión con este.


—¿Te molesta algo? —murmuró. —Cállense o los echaré de mi casa —tomó el vaso de vidrio y observó el líquido color ámbar del Whisky mezclarse con el hielo.

Aquella gran figura al lado de la ventana acabó el cigarro en el cenicero antes de caminar hacia los sofás y tomar su propio vaso con alcohol, De Jun prefería beber un poco de Soju.

—Tenemos que hablar respecto a lo de la venta de los derechos de tus libros, esta semana viajaré a Estados Unidos para llegar un acuerdo con las compañías, veremos quién ofrece más y quién tiene mejor manejo respecto a producción cinematográfica pero —levantó los ojos hacia Yukhei— quiero saber qué opinas respecto a ello.


—¿Sabes qué es lo que no quiero? que mi libro se convierta en una mierda mal manejada como lo fue "Fifty Shades of Grey" —tragó el líquido frío, podía sentir como quemaba su garganta, quizás era la única forma de quemar su deseo por joderse a Jungwoo ahora— la primera película transitó en la mitad del libro, las escenas fueron mal manejadas, era como... sin contenido.

Xiao De Jun, que estaba sentado observando la situación sonrió.

—No vas a comparar tu calidad de escritura con la de esa trilogía barata, la gente ama tus libros y, por supuesto, te recuerdo que todo el mundo sabe que este tiene un buen sexo pero el mejor drama de todos —descansó un hombro en él— si la conviertes en una película también tienes el poder de tomar decisiones respecto a ello, es parte de la negociación, puedes pedir participación en la producción y evitas que la hagan una mierda.

Era extraño pero convertir su primer y exitoso libro era una decisión difícil, podría obtener aún más dinero de todo lo que poseía pero como escritor era extraño, otros gritarían emocionados mas él no. Era como dejar un hijo crecer y él definitivamente no quería que el cine arruinara a quien seguía siendo su libro favorito.

—¿Y si sale mal? ¿Y si la película termina dándole mala fama al libro? maldita sea, no fue fácil llegar a un acuerdo con la escritora de "La obsesión del demonio", he sido su fan, es un honor hacer la secuela y...

—Estoy seguro que utilizaste métodos muy convincentes para que te cediera los derechos —su manager entrecerró los ojos.

Y sí, lo había hecho pero no era algo que los demás tuvieran que saber, aquella mujer era la única sobre el planeta que sabía el verdadero rostro de Sexual Writer y a quien estimaba mucho. Se habían convertido en grandes amigos.

—Está bien, lo haré con la condición que tengamos poder en la producción —sonrió meneando la cabeza, mirando hacia el frente y pensando en todas las posibilidades que se le estaban abriendo con apenas 19 años.

Jung Yunho lo observó y sonrió un poco antes de beber el Whisky. Había visto crecer desde hace un poco más de 3 años al muchacho como persona pero también como escritor, lo había guiado en el camino y le había ofrecido sus servicios gratuitos como manager hasta que se volviera famoso, pero también se volvió su mentor para los "Gustos Particulares" que un día Wong Yukhei le confesó que tenía.

Miércoles 14 de noviembre, 4 días después.

Caminaba con las manos hacia los costados mirando hacia el frente, repitiendo una y otra vez que nada sucedería, que nadie le haría daño, que estaba a salvo y que cualquier pensamiento extraño no era más que producto de su imaginación.

Podía haberse quedado en casa, en su habitación y sobre su casa leyendo en internet cualquier cosa pero decidió que incluso si Hendery no podía acompañarlo esta vez, debía ir, era un hombre grande, maldición tenía 20 años y no necesitaba una niñera que lo condujera a su salida con el psicólogo Kim.

Pero también era cierto que tenía miedo y que sentía su cuerpo sudar por completo incluso si la temperatura afuera era baja.


La primera cosa que escuchó al salir del edificio donde vivía fue un estruendo, alguien parecía derretirse por el encanto de otra cosa, alguien era lo suficientemente poco disimulado como para emitir mucho ruido sin pensar que podía molestar a otros.

"Tú eres la única mierda que se molesta por la alegría de otros" pensó Jungwoo con culpa antes de mirar hacia el costado. Allí estaba Wong Yukhei acariciando al perrito de otra persona, toda altura minimizada a la del cachorro.

—Kyeoptaaaaa —frunció la punta de la nariz mientras sonreía, luego se paró enérgico y lo miró desde su altura— oh my Gaaad!

La dueña del cachorro respiraba con los labios entreabiertos y una sonrisa bobalicona, tenía un hombre atractivo frente a él actuar como un niño por su pequeño perro. Pasear mascotas siempre le daba buena suerte.

—Muy lindo, muy lindo siempre he querido uno —cuando se agachó para coger la mochila tirada en el césped, vio a aquel muchacho envuelto en un abrigo largo y su cabellera cubrir parte de sus ojos— Kim Jungwoo.


Alarmado por ser notado, el pelinaranjo avanzó hacia el frente esperando que se alejara pero no lo hizo, su vecino estaba al lado caminando con una mochila al costado y su cabellera despeinada.


—Ho... Hola —tragó saliva, quería estar solo ¡No necesitaba ponerse más nervioso!— la muchacha seguramente quiere hablar contigo, no... no deb… deberías PO... PO... digo, dejarla sola —se detuvo antes de cruzar una avenida, el semáforo se había cambiado a rojo para él.


El más alto observó su perfil, su piel realmente era muy blanca y creaba un contraste con el color de sus labios y su pelo. Qué imbécil había sido en no darse cuenta lo bonito que Jungwoo era, parecía un muñeco de porcelana, por lo hermoso y lo delicado.


—¿Vas hacia alguna parte? ¿Puedo acompañarte?


Jungwoo apretó los dedos de su mano dentro de los bolsillos, quería decirle que se alejara y que lo dejara caminar solo hacia el edificio donde estaba el psicólogo pero aquel muchacho se había pegado como un chicle a un cabello.


El sonido de una moto estruendosa frente a la avenida lo hizo sobresaltarse, no toleraba los ruidos fuertes y mucho menos las personas, lo había pillado desprevenido de manera tal en la que su cuerpo se tropezó con sus propios pies. Fue gracias al enorme brazo de Wong Yukhei que no se golpeó la cabeza contra el suelo, lo había sujetado.


Pero, por supuesto, lo soltó de inmediato porque tenía la sospecha que no quería contacto físico con él. "Pero sí lo tendrías con Sexual Writer, ¿Verdad?" pensó sin saber si ofenderse o no.


—Bueno, voy a acompañarte —murmuró.


"No es necesario, necesito estar solo". El nudo en la garganta en Jungwoo se hizo más fuerte, en el fondo agradecía la intención, pero nadie podía comprender lo mucho que le jodía la mente esta salida al psicólogo, no eran cercanos, no eran amigos, solo Kun Hang o su padre podían darle una compañía agradable.

Pero no hubieron palabras ni lo obligó a hablar, el castaño rubio a su lado miraba hacia el frente con los brazos hacia los lados.

—No es necesario que hagas... esto —como siempre, su voz era baja e insegura— seguramente tienes cosas que hacer en la universidad o en tu dep... departamento.

"Vete, vete".

—Estás temblando por completo, te asusta el ruido de una motocicleta ¿Crees que soy idiota? — meneó la cabeza— no tienes que hablarme, solo sigue tu camino, yo lo haré también.

Yukhei recordó el mensaje que le había llegado de su primo hasta hace una hora, Hendery realmente era el mejor amigo que una persona pudiera tener, su preocupación y deseo porque nada le dañara le llegó al corazón. Negarse habría sido tirano de su parte.


¿Cómo podía ser tan distinto a como se expresaba siendo Zeus? no comprendía cómo funcionaba aquello de la fobia social pero tenía claro que no podía alarmarlo con tanto ruido y mierda, a él si que le costaba ser poco ruidoso, su esencia era ser extrovertido.


Como dos polos opuestos.

Se detuvo y tomó una gran cantidad de aire antes de entrar a un edificio médico, podía notar como una gota de sudor caía de su cuello y los pensamientos jodieron su cabeza

¿Cómo iba a verse sudando cuando lo tuviera rogando por él?

—En serio no tienes que estar aquí —murmuró mientras se sentaban esperando que lo llamaran.

—Pero lo estoy, puedes creer que soy invisible e ignorarme o perder los segundos en preocuparte.


—Kun Hang te ha llamado, no hay forma en que insistas tanto en acompañarme —seguía hablando bajo, ni siquiera lo miraba, sus ojitos brillantes se escondían con su cabellera anaranjada.

—Te equivocas, me ha mandado un mensaje —murmuró disponiéndose a mirar su teléfono— y me enojaré si te enfadas con él, se ha preocupado por ti porque te quiere, por favor trata de verlo de esa manera.

Jungwoo inclinó el rostro con dificultad hacia el costado para ver al muchacho, parecía leer algo en el teléfono, tenía las cejas fruncidas, la boca en línea recta y un par de mechones cayendo en su frente.

Había pasado de ser un niño saltando por un perro a alguien que lo estaba acompañando.


—Es que... no quiero ser una molestia, no lo entiendes —gimió— soy un estorbo.

Estaba teniendo una crisis, estaba sollozando, estaba temblando y jadeando.


Yukhei giró el rostro hacia él y la distancia que mantenían era tan corta, jodió su mente el verlo como un niño pequeño, estuvo tentado de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que podía confiar en él pero no se conocían.


—No lo eres, Jungwoo, créeme que no lo eres —murmuró con una pequeña sonrisa antes de concentrarse nuevamente en su teléfono.

Antes de poder responderle la voz de un hombre captó su atención, ambos levantaron la vista y vieron a alguien de pelo oscuro con ojos brillantes, muy blanco y de labios pronunciados.

—Señor Kim.

—Buenas tardes —inclinó su cuerpo a modo de saludo para ambos— Kim Jungwoo, puedes pasar a mi oficina, es tu turno.

Pudo ver su figura desaparecer tras el pasillo y supo en ese momento que estaría en mejores manos, que fuera lo que tuviera que decirle a su psicólogo tratante él sabría guiarlo. Y sintió pena porque no podía entender quién le había hecho tanto mal.



Jungwoo observó su teléfono en medio de la sala de estar de su departamento ahora que podía estar más tranquilo. ¿Qué motivaba a ese hombre a escribir esas cosas? ¿Se trataban de los extracto de una novela en camino o solo palabras de un escritor?

Por alguna razón se sentía como un pájaro herido y un ser malvado, como un malagradecido y alguien dependiente. Kim Dong Young dejó que llorara en la oficina tanto como quisiera, le había sostenido la mano mientras lo hacía hasta que no hubieron lágrimas que caer, lo había escuchado, lo había guiado y no lo había cuestionado.

"Recuerda ponerte metas pequeñas, hago entrevistas a domicilio pero solo te haría más daño, es primera vez que intentas venir solo y aunque no lo hayas logrado no es malo, lo intentaste, estás avanzando".

Fue parte de todo lo que le dijo, en una hora pudo comprender más lo que le sucedía hasta que le dio una tarea para la próxima semana, debía llevar una lista con todos los atributos positivos y negativos que tuviera, pero con la condición que uno no ganara al otro, tenían que ser equilibrados.

Cuando salió de la consulta no vio a Wong Yukhei, en cambio la secretaria se acercó para entregarle un papel de parte suya.

"Te daré el espacio que tanto me pediste, solo quería que estuvieras seguro porque mi primo me lo ha pedido, pero al contrario de lo que crees no me molestó en absoluto. Sabrás dar pasos grandes en un futuro. Fighting hwaedyae!"


Y como si las palabras del psicólogo y del muchacho hubiesen servido, el camino a casa solo no fue un escándalo como se sintió de ida, cuando puso un pie en el departamento miró hacia el pasillo pensando que debía agradecerle a Wong Yukhei el gesto, pero cuando se atrevió y fue a tocar la puerta, nadie respondió. Él no estaba.

Ahora él estaba ansioso, mordisqueando sus labios y observando su teléfono antiguo, Sexual Writer le había recordado que hoy tenían que verse como correspondía y le había enviado la dirección del lugar.

Su padre tenía una comida con sus compañeros de oficina, le dijo que saldría con Kun Hang y le pidió a su amigo que si su padre le preguntaba aquello asintiera, la excusa que le dio a su mejor amigo fue que simplemente quería salir un momento a recorrer el rio Han pero no quería preocupar a su padre.


Su amigo, bajo cientos de cuestionamientos, aceptó mentir.

—No quisiera mentirles, pero necesito hacer esto, tengo que... probarme a mi mismo. Sabía cómo ocurría el sexo gay, lo había visto cientos de veces en los vídeos porno de internet y se había preparado para ello.


Muy a su pesar tuvo que tomar un taxi para llegar porque la dirección estaba un poco lejos de casa como para llegar a pie. Por suerte no tenía que hablar con el conductor. Mientras iba camino allí se le ocurrió buscar imágenes del "Signiel Seoul Hotel" y contuvo el jadeo con una mano i¿Qué clase de hotel era ese?! ¡No sabía que se encontraba en medio de la lujosa torre Lotte Word!

Un edificio de ensueño con restaurantes, oficinas, residencias, galerías de arte, centro de salud y hasta hotel, la edificación más alta de la ciudad, 555 metros de lujo y más de 100 pisos i Y lo había invitado allí!


—Mierda —tragó saliva.


El taxi se detuvo frente a dicho lugar y en ese minuto supo que vestirse un poco más formal fue buena idea, pagó lo que tuvo que pagar y cerró la puerta. La respiración apenas salía, su cuello no alcanzaba a ver el final del edificio.


Sexual Writer tenía mucho dinero. Le había preguntado a uno de los cientos de guardias como llegar, el complejo tenía muchas estancias alrededor además del edificio, llegar a una habitación específica de un hotel no iba a ser fácil y mucho menos para alguien como él que odiaba los cúmulos de personas. 20 minutos le llevó llegar al hotel, 20 minutos muy difíciles.

—Ho... hola —murmuró, sus dedos se movían inquietos sobre su pantalón— voy a visitar a... a —recordó el mensaje— mi nombre es Kim Jungwoo —tomó mucho aire, levantó su barbilla y dirigió sus ojos a una de las recepcionistas— voy a...

—¿Me podría dar su identificación señor Kim? —le entregó la tarjeta mientras la muchacha verificaba la información, luego de darse cuenta que era él se la devolvió— lo están esperando en la habitación 57-B, que disfrute su estadía en Signiel Seoul Hotel, señor, puede subir al piso... —Gra... gracias.

1, 2, 3. Tragó saliva después de contar un poco y caminó derecho hacia el elevador, le había escrito que estaba subiendo, nada más. Podía decirle que estaba temblando de deseo y por miedo de hacer una locura ¿Finalmente ocurriría?

Las personas elegantes iban y venían en aquel pasillo, por suerte no advertían su presencia como si se tratara de un alma en pena. Miraba los números de las habitaciones y, por la distancia de cada puerta supuso que eran suits enormes y llenas de lujo.

"57-B" alcanzó a leer frente a una, pero lo que llamó su atención fue la puerta a medio abrir, él había dicho que la dejaría así para que no tocara. Su corazón se disparó, podía correr ahora hacia el primer piso y salir para irse a su refugio, podía decirle a su padre que había cometido un error y nunca más saldría pero, mierda, hoy había sido un día no muy bonito ¡Quería dejar de sentirse un fenómeno!

—¿Se... señor Writer?

Asomó el rostro, todo parecía quieto y muy hermoso, la luz tenue de aquel espacio era encantador, una sala de estar con asientos de cuero. Dio unos breves pasos más, escuchó apenas como la puerta se cerró tras de él, mas, cuando quiso voltear fue demasiado tarde, una venda cubrió sus ojos al mismo tiempo que chocaba con un cuerpo familiar.

—Gatito —jadeó en su oreja calientemente.

Jungwoo gimió con la boca abierta, la química sexual era mucho más que notoria, sus cuerpos hablaban por si solos, un solo roce, una sola palabra y sus tobillos se hicieron débiles como los de un cervatillo.

Yukhei lo miró de arriba hacia abajo y sin resistirse más lo empujó contra la pared mientras sostenía su barbilla, vendado, temblando de hambre pero también inocente, la mezcla de Jungwoo y Zeus lo estaba matando.

—Gatito —volvió a susurrar.

Fue en ese momento que decidió abrazarlo y acunar el rostro del muchacho contra su cuello, un movimiento inesperado pero que había deseado hacer esta tarde cuando lo vio tan mal en la calle.


Sus torsos respiraban al unísono, Jungwoo se deshacía entre sus brazos como la mantequilla al fuego. Besó su frente castamente y luego cambió la dirección de su boca hacia la oreja derecha.

—A partir de las próximas horas serás mi bebé —susurró, su mano descendió lentamente hasta tocar su entrepierna, quería ser dueño de una buena erección— y yo tu señor —repasó la punta de su lengua por el costado de su mejilla, el aroma del muchacho llenó sus fosas nasales, ambos gimieron calientes— vas a saber cómo el... señor Writer obtiene tanta inspiración —sostuvo un pliegue de su piel con los dientes— esta noche no vas a dormir porque serás el protagonista de tu propia historia —lo mordió despacio, Jungwoo gimoteó tan agudamente que Yukhei gruñó como animal en respuesta— voy a escribir una historia de sexo en cada pliegue de tu cuerpo.


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