top of page

"Sexual Writer" Capítulo 7: Mintiendo




Apoyó la mitad de su cuerpo en el marco de la puerta para observar la habitación, el haz de luz que provenía del baño bañaba una sección de la cama tal en la que solo una parte del cuerpo de Sexual Writer era iluminado. Desde sus pectorales hacia arriba estaba oscuro, si tan solo abriera más la puerta podría ver su rostro y salir de dudas.

Meneó la cabeza, sus manos estaban secas así que podría apagar la luz del baño y seguir durmiendo, pero ver el cuerpo de ese hombre iluminado, observar su piel morena con como parte de su cuerpo subía y bajaba en la respiración no hizo más que encenderlo.

Dejó todo a oscuras, cerró la puerta y caminó lentamente hacia la cama, eran las 4 de la madrugada, su padre creía que estaba con Hendery y Hendery no tenía idea donde realmente estaba metido, pero ahora que podía oler el perfume de ese hombre, cualquier arrepentimiento salía escabulléndose hacia el pasillo del lujoso hotel.

Subió lentamente para abrazar la almohada y seguir durmiendo, quizás después de unos minutos lo estaba logrando pero el contacto de unos labios en su cuello jodió su cerebro.

—Señor —gimoteó.

—Shhhhh.

Los brazos de ese hombre lo rodearon por la cintura y con los pulgares acarició los costados de su vientre lentamente, era como estar en la posición "cucharita" pero de una forma más pasional.

Gimió con un tono casi ahogado y muy bajo, las manos de Sexual Writer sostuvieron su ropa interior y con una calma detestable lo descendió por sus piernas hasta hacerlo perder entre las sábanas. Estaba expuesto y no le importaba en absoluto.


—Ahhhh —jadeó— se... ¿Señor?

—Bebé, te desafío a no hacer ruido —susurró contra su piel antes de darle pequeños mordiscos y a succionar su carne— si lo logras, te ganas una recompensa.

¿Qué clase de mala broma era esa? ¿No hacer ruidos? ¿Acaso creía que no tenía terminaciones nerviosas que rogaban ser estimuladas de forma repetitiva?

Ansioso por averiguar que recompensa era aquella, hundió el rostro en la almohada, no tenía ninguna venda puesta, todo era mucho más cómodo pero de nada sirvió la comodidad cuando percibió algo caliente, duro y un poco húmedo jugar en la parte baja de su entrepierna.

Mordió sus labios, no quería gemir, no quería hacerlo pero el contacto caliente se esparció desde la zona de sus testículos hacia atrás, atravesando con diablura cerca de su apertura trasera. Tembló por instinto, le dolía el ano, que caso tenía con mentir, pero se sentía enfermo pensando lo mucho que le había gustado tener dolor mezclado con placer.

—Levanta tu pierna, hermoso.


Su pierna derecha se elevó un poco más para darle mayor acceso a donde quería entrar, esta vez no usó de sus dedos, solo usó su propio glande para acariciarlo una y otra vez para que estuviese más receptivo.

No tenía que jadear, gemir o chillar, su cabeza se movía inquieta en la almohada para lograr el objetivo, pero perdió la batalla en el momento preciso en el que el miembro erecto de aquel apolíneo empezó a entrar. —Ahhhmmm mmm.

Los dedos de sus pies se retorcieron, abrazó la almohada completamente y curvó aún más su colita para que Sexual Writer dispusiera de ella tanto como quisiera. Joder, el cómo empezó a penetrarlo fue exquisito, no era salvaje ni avasallador, con lentitud movía la cadera para que cada roce caliente fuera mayor.

Quiso sostener su propio pene para masturbarse pero la mano de su escritor favorito fue más rápida, era tan grande y tan cálida que la fuerza de su agarre era deliciosa, la textura de su pulgar jugando con la punta húmeda y toda la cabeza era simplemente enloquecedora.

Oh, y también estaba susurrando obscenidades en el costado de su mejilla. Parece que iba a amar ser llamado como una puta barata adicta al sexo, porque cada vez que S.W. lo decía era con un tono sexual, áspero y luego lo acababa con un beso succionador en la superficie de su piel.

Ambos ocultos en medio de la oscuridad en aquella suite de ensueño, en medio de la torre más alta de Seúl, jadeando bajito, dejando que la cama rechinara, hacía todo mejor.

Que deliciosa penetración.


Esta vez fue su escritor favorito quien se corrió dentro suyo hasta exprimir la última gota.


—Zeus, ahhh mmmm —jadeaba una y otra vez en su oreja— per... perdiste.

—Lo sé, lo sé señor lo sé, lo sé —la voz no le salía— pero necesito, necesito gemir.

Yukhei tomó el cuerpo largo de Kim Jungwoo, lo dio vuelta y lo acostó encima suyo. Sus frentes empapadas en sudor estaban unidas, sus labios se besaban con calma para aprovechar cada centímetro y cada segundo del contacto, el miembro erecto del muchacho estaba justo en la cadera de s.w,


Con calma Zeus empezó a mecerse, usando el muslo grueso y la piel de aquel hombre para crear fricción en su pene y buscar la satisfacción. Ayudaba demasiado que las manos de Sexual Writer viajaran por su espalda y terminaran amasando las nalgas de su trasero, firmes, posesivas e increíbles. Lo nalgueó un par de veces hasta que emitió un gemido entrecortado y sus piernas temblaron cuando se estaba corriendo encima suyo.

Esta vez ni siquiera tuvo la fuerza de ir al baño a limpiarse, sus ojos pesaron tanto que acomodó el rostro en la curvatura de su cuello y se desplomó en un sueño tan dulce como de un bebé


"He pedido un desayuno para ti, está en la pequeña sala de estar, fue una noche demasiado increíble para mí, eres hermoso Zeus y espero esto se repita".

Después de leer aquella nota se giró sobre su estómago e inspiró profundamente el olor de su almohada, el solo recordar el cómo lo había tocado fue suficiente para poner tenso su miembro. Movió lentamente las piernas por las sábanas disfrutando de la textura, iba a recordar este perfume y esta noche por mucho tiempo más. Somnoliento observó a su alrededor, su estómago rugía, oh oh, tenía muchísima hambre.

Cuando quiso sentarse abrió su boca y trató de cerrarla, tragó saliva, solo un breve gemido escapó de su garganta. Los músculos de su trasero se contrajeron por reflejo, era en este momento que el resentimiento aparecía con más fuerzas, dolía, pero le gustaba el dolor y quería sentirlo por mucho tiempo para recordar que allí estuvo siendo jodido hasta el cansancio.

Sonrió bobalicón, incluso su forma de caminar era particular ¿O solo estaba imaginando cosas? Pestañeó repetidamente al ver la mesa llena de comida de todo tipo, desayuno asiático mezclado con pasteles y otras cosas similares a la comida de otros países.

—Gracias señor.

Con calma sostuvo un tazón de arroz y lo fue comiendo conforme bebía sopa, estaba desnudo, tenía que buscar su ropa interior y la otra para poder irse de aquí. Mordisqueó su labio inferior después de tragar cuando recordó una cosa, no había utilizado preservativo y aunque había sido virgen no era estúpido, sabía lo que eran las ETS.

—Cálmate, por favor cálmate y no pierdas la cabeza.


Miró su teléfono, tenía llamadas perdidas de su padre, de Kun Hang y conversaciones también, cuando abrió la de su padre tuvo que sentarse y leer con calma, no le había dicho a que hora volvía y con sus antecedentes de ansiedad daba para pensar que algo malo le había sucedido.

Pero optó por contestar primero la de su amigo.



Bien, no sabía qué contestarle ¿Por qué no mejor optar por hacerlo con su padre?


La primera idea que se había ido a su cabeza para que no estuviera llenándolo de preguntas innecesarias o estuviera llamándolo, pero cuando leyó nuevamente cada palabra de su último mensaje, gimió alto y miró hacia el frente ¡¿Qué mierda había hecho?!

Por supuesto que esta mentira era mejor que decirle la verdad, su padre lo miraría con vergüenza si le contase que había tenido su primera vez con una persona a la que no le había visto el rostro, que no había usado preservativo, que se había expuesto a que le hicieran daño. Pero ¿Por qué utilizar el nombre de una persona que no tenía relación alguna con Sexual Writer?

Abrió la aplicación, se metió a la conversación con Hendery y dijo que después hablaría sobre el tema, si le daba la misma explicación que le dio a su padre, simplemente tomaría su teléfono, llamaría a Yukhei y este le respondería con la verdad dejándolo como un completo mentiroso, lo que era cierto.

Miró la mesa con el desayuno, tomó un par de bocadillos, corrió por la habitación hacia el baño y se dio una buena ducha con agua caliente para no dejar que su cabeza complicada le hiciera daño. Cuando el agua descendía por su cuerpo, observó su pectoral y la sofisticada marca en cada pezón, la boca de ese hombre había estado allí y en cada hematoma.

—Quiero, de nuevo quiero probar lo que hicimos —susurró.

Se secó con cuidado las piernas porque le dolían de manera exquisita, se vistió con la misma ropa de ayer y peinó su cabello hacia el lado, tenía que irse de aquí y la idea de enfrentar a personas y elevadores le causaron náuseas y miedo. Por suerte el elevador venía vacío, sin embargo a medida que descendía por el resto de los pisos del magnífico edificio, se fue llenando con personas de todo tipo de rostros aunque la mayoría con aires de gente rica ¿Sexual Writer sería un hombre con mucho dinero?

Miró hacia los rincones, contó cada número respirando con calma para no volverse loco, cuando el elevador llegó al piso uno salió caminando rápido y tomó el primer taxi, quería volver a su casa, quería sentirse protegido y acurrucarse en su cama pensando detenidamente en todo lo que había pasado para convencerse que era cierto, había tenido de un delicioso sexo con su autor favorito, mas, tenía una tarea importante que hacer.

Por horario su padre debía estar trabajando pero no quería arriesgarse. El vehículo paró frente al edificio y él prácticamente le lanzó el dinero al chofer antes de correr hacia la entrada, ni siquiera miró al conserje, su fobia social no estaba desapareciendo.


—Piensa, piensa rápido —el elevador llegó antes de lo que había esperado por lo que sus pensamientos se fueron.

Pero 1 minuto más tarde estaba introduciendo la llave en la puerta del departamento, abriendo la puerta con cautela y asomando el rostro en búsqueda de algún signo de vida. Su padre había contestado el mensaje diciendo que más tarde hablarían, pero que había sido grande su mentira y estaba muy enfadado.

Cerró la puerta tras de sí, caminó hacia la sala de estar, abrazó sus piernas y empezó a sollozar dejando que la luz del sol se filtrara por la ventana hasta su cabello. Se sentía culpable y con angustia, para que su padre estuviera enfadado debió haber cometido un error grave. Tan preocupado estuvo por saciar el hambre y el deseo carnal que no se preocupó de que debió ser más convincente.

Siempre gustaba de ocultarse en casa ¿Cómo de un día a otro se atrevía a salir?

Secó sus lágrimas, fue a su habitación a cambiarse de ropa y abrió la puerta del departamento decidido, si había empezado una mentira tenía que seguirla. Ajustó la gorra de la sudadera a su cabeza y dobló por el pasillo del piso hasta parar frente a la puerta de otro departamento.

—Sé valiente, sé valiente —murmuraba — sé valiente, sé valiente.

Estiró su mano de delicados dedos blancos para tocar el timbre, pero la puerta se abrió apareciendo Wong Yukhei con una bolsa de basura entre ambas manos. Quiso correr pero su vecino murmuró su nombre.

—¿Kim Jungwoo? que... —tragó saliva, jadeó un par de veces y levantó el rostro, su rostro apenas se venía dentro de la sudadera gigante— espera un momento.

Caminó hasta el conducto donde debía depositar la bolsa de basura, luego se volteó para ver al muchacho abrazándose a si mismo apoyado en una pared y temblando como gelatina. ¿Cómo podía ser Zeus, el hombre que hasta hoy fue lo más exquisito que había follado? ¿Habría descubierto que era Sexual Writer? Tomó aire y caminó derecho hasta el muchacho, se sentía extraño no poder arrinconarlo y devorar su boquita.

—Dime en que puedo ayudarte, tienes suerte, no fui a clases.

—Yo, ah... ahhhh mierda —gimió apretando los ojos por la parte superior— debo hablar contigo.

—Será mejor que pases, los vecinos podrían escucharte —se hizo a un lado de la puerta, los ojitos húmedos de Jungwoo lo miraban aterrados— no te haré daño.

Tuvo que utilizar una mano para apoyarla en la parte baja de su espalda y empujarlo con delicadeza para que ingresara. Después de cerrar la puerta le murmuró que se sentara en el sofá mientras iba a buscar algo de té, el chico había perdido el color de sus mejillas y sus labios, el terror y la vergüenza hacían mella en su aún más hundida personalidad.

Jungwoo tragó saliva compulsivamente antes de observar el ambiente que lo rodeaba. Quizás habían sido prejuicios pero como la personalidad de Wong Yukhei era extrovertida y algo alocada creyó que se reflejaría en un hogar desordenado, con latas de cerveza tiradas en el suelo y muchas cajas de pizza abiertas con restos.

Cuan equivocado estaba. Todo era pulcro, tenía colgado cuadros con pósters de películas, algunas flores exquisitas, ni una sola mosca, ni una sola mugre. Las tazas de té aparecieron en la mesa de centro, él le entregó una con calma.


—¿Siempre eres así de... ansioso?

Su rostro, que apenas se veía, lo miró con el ceño fruncido y los labios apretados. Después de unos segundos asintió.

—Lo soy, pra... prácticamente siempre —volvió a tragar saliva, bebió té bajo la mirada atenta de su vecino, esos ojos eran enormes y brillantes— yo... yo nece... sito.

¿Y si le contaba la mentira y Yukhei se enfadaba con él al punto de ridiculizarlo? ¿Y si lo apuntaba y corría a contarle a su padre el complot que estaba armando? ¿Y si Hendery se enteraba? La ansiedad subió hasta su pecho e hizo añicos su corazón, todo estaba mal, él era una mentira, todo se iba a descubrir, había dicho cosas que no debía, tenía que irse de aquí.

Sollozando se paró del sofá pero el dueño de casa, que estaba sentado cerca, se paró y puso las manos en sus hombros con delicadeza.

—Lo que sea que estés pensando, si es negativo, sácalo de tu cabeza porque no es real... si tienes miedo de pedirme algo ¿Quieres escribirlo?

Secando sus lágrimas con el dorso de su mano, luego sostuvo su teléfono en las notas y fue escribiendo, porque así era mucho más fácil explayarse sin que su maldita voz suave arruinara las cosas. De vez en cuando miraba hacia el frente pero aquel hombre bebía tranquilo su taza de té sin observarlo, era... como si le diera el espacio suficiente y no lo obligara a nada. Después de escribir y muy asustado, susurró su nombre, normalmente nadie lo oía pero él lo hizo. Le dirigió la mirada.

—To... ma, toma.

Sostuvo su teléfono y leyó la pantalla de "Libreta de notas".

"Anoche salí con alguien y le pedí a Kun Hang que le dijera a mi padre que me quedaba con él, le dije que quería salir a tomar aire fresco o algo por el estilo para convencerlo de que mintiera. Pero nadie sabía que estaría toda la noche en otra cosa. Hoy mi papá me dice que sabe que no estaba con Kun Hang, no sé como se ha enterado pero le dije en un ataque de ansiedad que había salido contigo para que se tranquilizara."

Yukhei tenía dos opciones, volverse loco pensando que estaba a solo un paso de descubrir su identidad o, sentir cierta emoción por que pensara en él como un salvavidas para salir a flote. Refregó sus ojos y lo observó fijamente, Jungwoo tapaba su rostro con la gorra de la sudadera para ocultarse en su

miseria, seguía temblando, quizás sollozando, era una bola insegura de pies a cabeza.

—¿Puedes decirme exactamente que quieres que haga?

—Que si te preguntan digas que es cierto —murmuraba bajito, tan bajito que ni él se entendía.

Recordó como anoche se había entregado con tanta confianza y placer a su persona, como esta madrugada dejó que lo follara en secreto en la absoluta oscuridad de la habitación, sus cuerpos se complementaban muy bien.

Había sido exquisito, él tenía el deseo de que se repitiera de nuevo pero de nada servía si Jungwoo se sentía culpable por ello o ponía en peligro su seguridad con la familia para buscar excusas.

—¿Por qué se te ocurrió nombrarme? cuando soy todo lo que una persona introvertida podría odiar.

Tomó aire y lo miró.

—Porque mi papá dijo que lucías como un buen chico y que si un día decido hacer amigos eras buena opción —sus mejillas estaban tan rojas que le dolían, gimió y se tapó el rostro con las manos, se veía adorable a ojos de Yukhei dentro de esa sudadera gigante— perdóname.

"Tu padre realmente no me conoce, acabo de follar a su hijito anoche".

—No sé si sentirme ofendido, tal pareciera que si no fuera por tu mentira no estarías interesado en acercarte a mí —¿Eran celos de sí mismo? ¿Por qué razón como Sexual Writer podía acercarse, con todo lo que implicaba el anonimato y, con él viéndose cara a cara no? ¿Tan odioso era?

"Perdón, perdón, perdón" murmuró repetidamente entre lágrimas, quería arrancar, quería tirarse el cabello, ser ansioso no era lindo, tenerle miedo a las personas mucho menos. El peso de un cuerpo se sintió a su lado pero no levantó el rostro, ocultarse era su mejor arma.

—Si quieres que mienta por ti, lo haré, pero sea lo que sea que hayas hecho anoche tómalo con calma, espero no sea algo malo porque no quiero respaldar cosas que te hagan daño.


Jungwoo salió disparado como bala hacia la salida después de escuchar lo que quería escuchar, pero antes de irse se apoyó en la puerta y descubrió su rostro de la gorra de la sudadera. Yukhei tenía lentes ópticos, una camisa a cuadros y su cabello rubio revuelto ¿Había dormido poco? ¿Había estado estudiando? Iba a quedar en deuda, solo esperaba que no lo extorsionara mientras buscaba la manera de recompensarlo. —Gracias, de ver... verdad muchas gracias.

—It's okay man —movió los hombros para restarle importancia y no hacerlo sentir más preocupado.

La puerta se cerró lentamente antes que el rostro animado de Yukhei se desplomara a uno serio. Esto iba a ponerse particularmente raro.


----



Y después de eso sí, lo había llamado pero no dio grandes detalles sobre lo sucedido para no crear más confusión en su cabeza, solo esperaba que si Kun Hang se contactaba con Yukhei este le siguiera la corriente.

Pasó el resto del día sentado en su cama leyendo sobre lo de las Infecciones de Transmisión Sexual ¿Sería grosero preguntarle a Sexual Writer sobre ello? Su personalidad reducida le decía que sí aunque la verdad era no, era importante respetarse como persona y protegerse.


El dolor en la zona anal seguía pero cada vez que las punzadas lo atacaban sonreía, había sido muy bueno. Se suponía que en unos minutos su padre llegaría y tendrían aquella charla en la que iba a echarse a llorar por verlo enojado como nunca antes lo veía, quizás debía prepararse para ello.

Así fue que se levantó, caminó al comedor y puso cosas como mantel y utensilios, hoy pasaría a comprar la cena ¿La propuesta seguiría en pie o tendría que resignarse a cocinarse solo?

—Mier... da—el timbre sonó— yo... voy.

Apenas pudo pararse aunque frunció el ceño al ver llegar a su padre sonriendo ¿Esto era en serio? Quiso preguntar pero la figura de su vecino apareció cargando unas bolsas con comida i¿Qué hacía Wong Yukhei hablando con su padre?!


—Hijo ¿Podemos conversar en tu cuarto solo unos segundos? Yukhei puedes sentarte cómodo.

—Si señor Kim —asintió antes de acomodarse y observar su teléfono.

Confundido, el peli naranjo caminó a su habitación decir una sola palabra, se acomodó en el borde de su cama y miró sus pies esperando que el mayor iniciara la conversación. El peso a su lado era reconfortante, su calor mucho más.


—Sé que estás asustado y sé que no debí enojarme tanto, pero eres lo único que me importa en este mundo ¿Lo sabes? —lo abrazó de lado, apoyó su cabeza con la del muchacho, pudo sentir como contenía su llanto— a veces olvido que eres un hombre de 20 años pero he querido protegerte toda la vida y más aún de esa fobia social —tragó saliva— supe que no estabas con Kun Hang porque llamé a su madre, como no me contestabas... y como no respondías mis llamadas me preocupé, no miento diciendo que no dormí en toda la noche.

—Perdóname —gimió— perdóname papá.


Lo acurrucó contra su cuerpo sintiendo el nudo cuando lo escuchaba sollozar, no quería que nada malo le sucediera, cualquier persona podía abusar de él a través del maldito temor a la sociedad.

Joon Hyuk le explicó a Jungwoo que se había encontrado a Yukhei entrando al edificio cuando él también lo hacía, que había insistido en ayudarlo con la comida aunque también le pidió que conversaran unos minutos afuera. En ese momento le explicó que había sido él quien lo acompañó al psicólogo y como lo había visto tan destruido le propuso ver películas en su casa en la noche. Sin embargo como habían terminado tan tarde, dejó que Jungwoo se quedara dormido para no exponerlo.

—Podrías haberme avisado, sabes que me agrada Wong Yukhei, tiene buenos modales —se separó para mirarlo, secó sus lágrimas una por una hasta que no quedaran más.

—Su otra cosa queda muy lejos, pensé que malinterpretarías todo —casi tenía hipo— lo siento. Sentía pena porque era mentira, jamás le había mentido a ese hombre excepto por anoche. Dialogaron un rato más y decidieron salir para no dejar más tiempo solo al muchacho.

—Siéntanse cómodos, iré a cambiarme de ropa y vuelvo —Kim Joonhyuk les sonrió y caminó hacia el otro lado del departamento.

El silencio entre su vecino y él era extraño, sentía sus mejillas arder pero no por las razones que una persona piensa cuando alguien está enamorada, no, era vergüenza de darse cuenta lo buena persona que era a pesar de los prejuicios que había tenido. Él había seguido la corriente a cambio de nada. Cuando volteó a mirarlo pudo ver su sonrisa socarrona y la manera en la que ajustaba sus lentes. Parte de su cabello castaño rubio cubría su frente.

—¿Qué vas a querer... a cambio? —susurró temblando completamente.

Mierda, Jungwoo no podía hacer este tipo de pregunta con esa mirada de cachorro y esa voz que apenas le salía.

Ansioso miró hacia el frente y cubrió su pantalón con un cojín del sofá de cuero, su pene se había endurecido pensando en todo lo que podía pedirle a cambio. Podía bajar su cremallera, sacar la erección y pedirle que chupara como la puta que era, pero eso arruinaría todo.

—Que dejes de creer que soy un dolor en el culo, lo puedo ver en tus ojos, tengo la personalidad que un introvertido podría odiar, te lo dije en el departamento.

Pensó en las cosas más asquerosas que le había tocado presenciar para que su pene descendiera. Solo cuando se dio cuenta que ya nada se marcaba, salió del sofá y se dirigió a la cocina para sacar las cosas de la bolsa. El señor Kim lo había invitado a cenar y él no podía desaprovechar semejante oportunidad para ver nuevamente a Jungwoo. Como si lo hubiese llamado con la mentalidad, el muchacho apareció tímidamente en la puerta y se paró a solo unos pasos de distancia.

—No... no eres un dolor en el culo, yo... yo soy la persona que tienes un problema.

De forma inmediata se volteó para mirarlo de brazos cruzados.

—Está bien, me retracto, voy a pedirte que dejes de tener ese discurso de autodesprecio frente a mí —murmuró cerca de su rostro, estaba embelesado con la belleza de semejante muchacho— es la única forma de que pueda seguir con tu juego.

Rozó su hombro y estiró la mano derecha para sacar tres vasos. Asustado y quizás sorprendido, el pelinaranjo estiró la mano para tocarle el codo y decirle que no podía evitarlo, pero su padre apareció con ropa más cómoda y una sonrisa calmada.

Colocaron las cosas en la mesa y abrieron las cajas de la tienda, Kimchi Jjigae, arroz y otros acompañamientos brillaban por su deliciosa apariencia. Sirvieron té verde y comieron con gusto aunque en la cena quienes conversaron más fueron su padre y Yukhei. Secretamente se dio unos segundos para admirar su rostro, sus ojos grandes y expresivos, la forma en la que trataba de contener la risa. Era demasiado extrovertido.

Pero no, no era un dolor en el culo, solo que era muy diferente a lo que esperaba de una persona para tener cerca, pero era la que su mente trajo primero para mentirle a su padre. Él se lo había buscado.

¿Iban a tener que pasar más tiempo juntos?


~~~~~

Comments


Suscribirse

  • twitter

©2019 by Novelas NCT. Proudly created with Wix.com

bottom of page