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"Sexual Writer" Capítulo 9: Entre sexo y tacones



El agua que salía de aquella fuente tenía un efecto apaciguador, ni la oscuridad ni las personas que pasaban cerca, nada lo intimidaba, nada hacía latir tan rápido su corazón excepto por una sola cosa: aún tenía en su cabeza la imagen de aquellos tacones y las insinuaciones del hombre con quien iba a reunirse.

El aliento salió de su boca en un vapor blanco, hacía frío para el común de cualquier ser humano pero Jungwoo no, él sentía su piel caliente ante la anticipación de un contacto salvaje.

Mierda, lo había añorado por días. Sexual Writer le había dicho que se reunieran en el mismo lugar que tuvieron un acercamiento la primera vez, tal pareciera que iba a llevarlo a una parte que no conocía, tal pareciera que quería llevar esto a otro nivel.

No quería pensar en lo que podría estar haciendo su padre ahora contento porque su hijo se estaba atreviendo a salir a otra parte, no quería pensar tampoco en Yukhei que seguramente estaba en el departamento durmiendo acurrucado con el nuevo gatito Ramsés cuando en realidad lo había utilizado. La culpa y la angustia querían tomar protagonismo en estos segundos, sin embargo antes si quiera en pensar para pararse y regresar a casa, dos manos cálidas cubrieron sus ojos.

—¿He tardado demasiado, gatito?

Su cuerpo completo se fundió en un gemido agónico, una semana desde que se habían visto y tenido sexo por primera vez, una semana completa había pasado en la que su mano fue protagonista de sus orgasmos anhelando poder reunirse con ese hombre.

—Señor... —volvió a gemir.

Con mucho cuidado lo volteó por los hombros, Jungwoo era muy respetuoso de la privacidad y el código del anonimato que Sexual Writer se había puesto así que mantuvo sus ojos cerrados incluso si la tentación de abrirlos era grande.

Dejó que la mano de ese hombre se posara tras su nuca y que lo arrastrara hasta que sus bocas se unieron. Fue imposible no gemir y levantar los brazos para abrazarlo del cuello, sus labios generosos se amasaban calientes contra la boca del otro, sus lenguas se chupaban con avidez, sus manos se inmiscuían en el cabello para hacer el beso más profundo.

Se habían extrañado.

Sexual Writer terminó con el beso bajo la protesta del muchacho pero de forma inmediata cubrió sus ojos con una venda negra para que nada traspasara. Enredó los dedos de su mano derecha con la mano izquierda del muchacho y en un susurro bajo le dijo que caminara con cuidado, irían a un vehículo que los llevaría a un lugar "secreto".

—Podría follarte aquí mismo pero —besó su cuello castamente antes de abrirle la puerta, el muchacho tembló— tengo mejores cosas pensadas. Sube, yo te ayudo.

Jungwoo estaba seguro que sus constantes murmullos y susurros eran para ocultar su verdadera voz y aunque estaba preocupado por el estado de su garganta, no podía negar que se excitaba con la intimidad que se creaba en el ambiente gracias a eso.

Durante el camino puso música de Jazz con el fin de estimular los oídos y cada parte del cuerpo de ambos, como una previa, una promesa de todo lo que se vendría. Inquieto movió sus pies dentro de los zapatos, sus dedos acariciaron la superficie del asiento del auto y por el tipo de cuero estaba seguro que era un auto de lujo. Ni siquiera tuvo tiempo de memorizar cada vuelta que dieron ni cuánto tiempo le tomó llegar a destino, perdía la noción temporo-espacial cuando estaba excitado y con los ojos tapados.

Sexual Writer lo ayudó a bajar sosteniendo su mano y abrazándolo de lado. Pudo sentir el código de entrada y un sonido de una puerta que se abría ¿Era una casa? Jungwoo no sabía que estaban llegando al otro hogar de Yukhei, aquel que había dejado para sus intimidades como escritor.

Siguieron caminando por pasillos, incluso subieron una escalera dos veces.

—Huele muy bien —murmuró inocente y olfateando el ambiente— ¿Qué es?

—Son velas aromáticas, color rojo... espera un segundo, no te quites las vendas.

Los sonidos amortiguados de ropa que se quitaba lo puso ansioso, Sexual Writer se estaba desnudando, lo sabía. Una mano lo empujó para que se sentara en el borde de... ¿Una cama? Después de unos segundos le dijo "quítate la venda, puedes abrir los ojos".

Le hizo caso aunque nadie le advirtió lo que iba a tener al frente lo iba dejar boquiabierto y gimiendo. Aquel hombre estaba sobre un asiento situado en una pequeña tarima, a la que, para poder llegar a ella había que subir 4 peldaños. Parecía más bien un trono y él un rey codicioso vestido con una bata de seda negra gigante que llegaba hasta el suelo. Estaba semidesnudo, todo lo que cubría su entrepierna era un boxer negro ajustado a su anatomía de forma deliciosa ¿Y su rostro? Su cabello estaba cubierto con parte de la bata negra, sus ojos y su nariz estaban traían media máscara de color blanca.

Volvió a gemir, la erección era insoportable. Él parecía un amo absoluto y Jungwoo un gatito, un servidor.

—Hoy quiero jugar... ¿Ves la cama en la que estás sentado? ponte todo eso.

Se paró para mirar tras su espalda y abrir sus ojos casi desorbitados.

—Tiene que ser una broma... ¡No me gusta travestirme! —su voz sonó insegura.

—Cariño, acá las reglas las pongo yo y quiero verte con todo eso.

Volvió a mirar la cama y todos los artículos sobre ella ¡¿Pero qué mierda?! tomó las cosas de mala gana, quería irse al baño pero el sonido de la lengua de Sexual Writer le dijo que estaba equivocado, tenía que cambiarse frente a él.

Ansioso sostuvo su cinturón cuando la música sonó en aquella habitación, el hombre en el trono apretó un botón para que sonara "Thristy" de Taemin.

—Continúa, mi amor.

Murmuró al sostener con elegancia una copa de vino tinto entre sus dedos. Jungwoo quitó el pantalón por sus piernas y lo pateó hacia el lado, sostuvo su camisa y la fue desabrochando sabiendo que cada mínimo gesto era seguido por esos ojos que no podía descifrar con claridad qué cosa quería decirle. Se miró a si mismo semi desnudo.

—La ropa interior afuera también, corazón.

—Señor...

—El señor quiere jugar con el gatito... —murmuró cantarín repasando su mano sobre su entrepierna y sosteniendo la erección que allí esperaba. ¡Si tan solo pudiera retirar la gorra y la media máscara para saber de quién se trataba!

Tragó saliva, estaría mintiendo si dijera que no estaba tan excitado como él y que la idea de hacer algo parecido a striptease no le calentaba como la mierda. Descendió la ropa interior por sus piernas pálidas y bien formadas, la lanzó un costado y miró la cama con el ceño fruncido. Tomó aquel "artículo" y gimió confundido.

—¿Qué es esto?

—Plug anal, una colita para que parezcas aún más el gatito que eres — volvió a acariciar su pene por sobre la ropa interior, tragó saliva— ponte todo, incluyendo los tacones.

El escritor erótico fue dándole las instrucciones de cómo ponerlo, como por ejemplo que lo lubricara con la vaselina que estaba a su lado y que se agachara para introducirlo muy lentamente por la punta. Aunque aquel hombre no quería perderse ningún solo detalle, la cara de su trasero tenía que estar dándosela a él.

Le hizo caso, curvó su cuerpo hacia la cama y paró el culo para introducir aquel objeto, durante el proceso fue gimiendo muy ínfimo, la canción de fondo no ayudaba a amainar la excitación que empezaba a tomar poder en su cuerpo.

"Quiero estar lleno de ti, cuando estoy frente a ti me pongo sediento, todo mi cuerpo tiembla, mi respiración se vuelve caliente, estoy demasiado sediento con solo mirarte".

Miró hacia atrás, la imagen tan inalcanzable de S.W. que repasaba la lengua en sus labios no hizo más que provocarlo y mover el plug dentro de su ano para estimularse.

—Basta, eso es mío.

Gruñó. Chasqueó los dedos y le pidió que continuara con lo demás ¿Acaso estaba celoso de un objeto? Tocó el plug de gato un poco más antes de sostener cada media de malla y pasarla por el largo de sus piernas. Miraba ansioso como iban quedando y es que nunca había probado nada de esto antes. Lo último que quedaba eran aquellos tacones aguja negros. Introdujo cada pie y se paró derecho como si estuvieran hechos para él, no era dubitativo ni se estaba afirmando de una pared, estaba totalmente derecho con las manos a sus costados y las piernas firmes. La cola negra colgando entre las nalgas de su trasero y su pene medio erecto apuntando al hombre en el trono.

"Ven aquí, derrámate secretamente en mí, quiero estar lleno de ti".

—Me veo ridículo señor ¿No?

—Hijo de puta, quiero comerte cada rincón de tu cuerpo —gruñó— ven aquí —abrió lentamente las piernas musculosas e inclinó la cabeza hacia el lado izquierdo, su comisura labial izquierda se elevó con arrogancia— eres un gatito de cabello naranja, todo bonito e indefenso ¿Quieres ser alimentado?

Jungwoo cayó de rodillas frente a él después de subir los peldaños, asintió desesperado pero no esperó que Sexual Writer hiciera algo. Estaba tan hambriento que estiró sus manos, descendió la ropa interior de aquel hombre por sus piernas y cuando aquella erección se presentó ante su rostro abrió la boca para introducirlo tanto como podía hasta su garganta.

Sus ojitos húmedos brillaron más, su columna y trasero se curvó tanto que la mente de Yukhei se jodió por completo ¿Cómo era posible que tuviera el descaro de mover el trasero para que el plug se meneara con suavidad mientras lo mamaba con tanta hambre y... emitiendo gemiditos repetitivos?

Jadeó fuerte y metió la mano en el cabello del muchacho para enterrar su rostro y joderle la boca allí, sentado de forma arrogante con Jungwoo todo sumiso haciéndole sexo oral. Se miraban fijamente pero él no sabía quien estaba oculto tras la máscara. Jadeó alto hacia el techo tensando sus muslos.

—No quiero que te tragues mi semen, yo quiero llenar tu cuerpo por dentro con este... Zeus.

—Señor —jadeó agudamente y volvió a chuparlo un poco más, parecía alguien hambriento por un caramelo.

Aunque estaba disfrutando demasiado y podía follarle la boca mucho tiempo más, se separó porque no era su deseo acabar allí.

—Ponte en el suelo en cuatro mirando hacia la cama, con tu trasero bonito dándome la cara —la nalgada lo hizo saltar, aquella superficie blanca tomó un color rosado.

Estaba enloqueciendo con la versatilidad de Kim Jungwoo, como Zeus era una puta y como él mismo era tan temeroso hasta de las sombras. Quería follarlo pero también acunarlo, quería gritarle pero también besarle. Estaba volviéndose adicto a él.

"¿Qué puedes hacer para mí?" le dijo al mismo tiempo que Zeus se posicionaba como él se lo había dicho.

Pensando y observando dudoso al suelo, cerró los ojos y contorneó con suavidad su trasero para sentir el plug dentro de su ano y para que la forma cadenciosa pusiera cachondo a su autor favorito.

—Lo sabes, sabes que te ves como una zorra de mierda, con tacones y mallas, lo sabes... sabes que me calientas como el infierno —se paró y descendió poco a poco por los cuatro escalones— sigue moviendo tu trasero, bebé.

Yukhei caminaba aún con esa enorme bata negra de seda, su presencia era imponente, Jungwoo podía sentir su calor cerca, estaba conteniendo la respiración esperando el próximo movimiento, anhelando algo, lo que fuera. Cerró los ojos cuando sintió que estaba parado tras él.


"Mueve tu colita" le pidió.


Y lo hizo, contorneó sus caderas con la cabeza mirando la cama pero lo que sintió después lo hizo apoyar la frente en el suelo mientras sus gemidos salían repetitivamente una y otra vez. Sexual Writer, se había agachado y movía el plug por la colita para que estimulara el ano por dentro. La gota de sudor recorrió su rostro, su pene estaba ahora más duro.

—Te gusta ¿Te gustaría más si fuera mi pene?

—Si señor, mucho... mucho.

—Al sillón Tantra, ahora.

¿Sillon Tantra? Se paró lentamente cuando aquel hombre le ofrecía su mano y observó lo que estaba indicando. Un sillón con una curvatura superior y una inferior, con solo mirarlo se dio cuenta de que se trataba y sus mejillas enrojecieron haciendo juego con sus labios y el cabello.


"Espera" dijo el escritor. Se quedó parado en su sitio y esperó que el hombre hundiera el rostro en su cabello mientras le susurraba obscenidades.

—Puta, en este momento eres un poco más alto que yo, voltéate.

Se giró sobre los tacones y separó las piernas un poco para ganar estabilidad, abrazó el cuello de Sexual Writer y observó sus ojos hacia abajo mientras este acariciaba sus piernas y muslos por sobre las panties de mallas.

Fue inevitable, tuvo que subir la pierna derecha para apoyarla en la cadera y dejar que ese hombre acariciaba toda su piel.

—¿Le excita verme con cosas de mujer? —murmuró contra sus labios antes de besarlo, amaba como S.W. enterraba sus manos en las nalgas, su pene erecto se frotaba lentamente con el pene de aquel hombre— ¿Le gustaría que fuera una chica?

S.W. se separó un poco para mirar sus largas piernas y luego sonrío.

—Aunque he estado con mujeres, puedo decir que no hay nada más atractivo que tú, Zeus —se puso de puntillas para que quedaran a la misma altura— me gusta mucho tu pene como para

pedir que cambiaras y —sus susurros eran aún más exquisitos ahora— me excitaría verte incluso con una bolsa de basura ¿Por qué un hombre con piernas tan proporcionales no podría usar tacones y mallas? —murmuró contra sus labios, Jungwoo gimoteó— más adelante una falda, pantys blancas y encajes, pelucas y labiales, eso no tiene porque ser exclusivo de mujeres bebé.

"Camisas masculinas, todo se verá bien en ti". Susurró.

Lo tomó entre sus brazos para que encajara las piernas en su cadera, podía sentir los tacones rozar sus piernas y se excitaba.

Caminó, lo depositó lentamente en el sillón tantra mientras Jungwoo estiraba los brazos por sobre su cabeza, su torso y pectorales se estiraron. Abrió la boca cuando el plug se hundió más. Quería abrir las piernas hacia cada lado pero la sonrisa de Sexual Writer lo descolocó un par de segundos.

—Abre tus piernas como si fueran las alas de una mariposa, muy abiertas hacia los lados y arriba, como... como si estuvieras en una silla ginecológica.

Esta es una variante de lo que llamamos frogtie en el bondage. Cuando le hizo caso, inmediatamente Sexual Writer se agachó para sostener un lazo en sus propias manos y reír roncamente. No había espacio a opciones, cuando decidió tener sexo con este hombre supo que todo podía suceder y que su seguridad estaba a salvo.


Asintió cuando empezó a atar la cuerda lentamente en sus muslos hacia la tibia, con un arte impresionante. No podía ver sus cejas pero sabía que estaba concentrado.Luego de los muslos hacia sus tobillos con nudos exquisitos que causarían envidia en cualquier capitán de un navío. Jungwoo miraba sus dedos tan gruesos y bonitos, con tanta elegancia, los tacones quedaron rígidos y las medias de mallas aún más pegadas contra su piel. La entrada de su ano y su pene expuestos para ser "servidos" como el plato principal de un banquete.

—Puedes decirme señor, amo —susurró contra su tobillo, dejando un casto beso por su rodilla después.

—Daddy... —gimió con el cabello húmedo y la manzana de Adán moviéndose cuando tragaba saliva.

En el ámbito sexual una persona suele usar aquel apelativo para demostrar que la otra tiene cierto poder sin siquiera pensar que tiene una fantasía sexual con un padre real o algo por el estilo. Yukhei, que sabía sobre eso, de todas formas se descolocó cuando aquel hombre se lo dijo, había sonado tan jodidamente bueno que su cerebro se detuvo por unos segundos.

"Dímelo, dímelo de nuevo".

Gruñó mientras enterraba su boca en la cara interior de sus muslos.

"Papi" balbuceó.

Yukhei quiso ser tranquilo pero pareciera que Jungwoo estaba sumergido en los juegos de roles como un sumiso esperando un ataque. Esto no era sadomasoquismo, no, esto era Sexual Writer tomando los elementos que más le gustaban. De un solo movimiento sostuvo el plug y lo quitó lanzándolo lejos. Ni colas ni nada, ese ano merecía ser estimulado con su lengua que se movía imperiosamente en círculos sobre la superficie. "Zeus" solo tenía libre sus manos que enterraba en los hombros, S.W. seguía con bata, agachado lamiendo su ano parecía un charco de tinta negra en el suelo de baldosas negras de la habitación.

—Por favor penétreme, penétreme tan fuerte —balbuceó.

Estaba agotado, estaba caliente. Yukhei soltó aquel trasero expuesto después de unos segundos, lamió su labio inferior y se incorporó aceleradopara caminar hacia un mueble. Regresó y se acercó al rostro de Zeus para vendarlo. Esa fue la única forma de quitarse la bata de seda del cuerpo, de la cabeza y sacar la máscara que llevaba puesta. Estaba totalmente desnudo y con un pene que no tardó en descansar sobre los testículos de aquel hombre.


—Voy a llenarte por dentro y por encima.

Que buena posición en la cual había sido atado, porque fue fácil repasar su glande contra el cuerpo de ese pene y luego descenderlo por los testículos, por la línea entre ellos y el ano hasta llegar finalmente a la anhelada, cálida y húmeda apertura.

Poco a poco introdujo su hinchado miembro, era una lástima que esta vez no pudiera ver como las paredes se iban dilatando mientras lo penetraba, una lástima que no pudiera apreciar lo bien que lucía así sudoroso y servicial.

—Bésame, bebé.

Se inclinó hacia adelante y dejó que Jungwoo lo despeinara mientras se comía sus labios y lengua desesperado, ambos gruñeron cuando metió el pene hasta el fondo, la música en el ambiente era muy buena compañía. "Crazy in love" de 50 sombras de Grey. Odiaba el libro, odiaba la historia pero no podía ser sordo y decir que la música no era buena y estimulante para este tipo de ocasiones.

"Pero sigo sin entender cómo es que el amor que haces nadie más lo puede hace... me haces lucir como loco en este momento, tu amor me hace lucir loco en este momento".

Las penetraciones eran profundas y lentas conforme el ritmo de la música, Jungwoo se sentía un esclavo sexual de 1.80 metros allí, abierto de piernas y dispuesto a ser perforado muchas veces.

Las manos de S.W. lo tocaban con mucha presión en toda la superficie, como si quisiera grabarse cada uno de sus relieves.


Dejaron de besarse cuando les faltaba la respiración, pero Yukhei enterró el rostro en su cuello y lo fue descendiendo cansado para morder una rodilla antes de darle una fuerte nalgada.

—No me voy a cansar, mierda, no me voy a cansar de ti jamás —gruñó antes de volver a pegarle en el trasero expuesto.

Yukhei salió de su ano un momento para sentarse en la parte baja del sillón tantra y así penetrarlo sin tocarlo más que con sus propios genitales.

"Mastúrbate lo que quieras, voy a joderte tan rápido y tan duro que olvidarás cómo te llamas".

A la mierda ese adorable hombre que había adoptado un gatito esta tarde, no. De lleno lo penetró hasta el fondo para cumplir su palabra, sus embestidas eran duras, jodidas y provocaban que el cuerpo de aquel otro hombre se arrastrara un poco por la superficie del sofá.

—Zorra de mierda... zorra de mierda —mascullaba desesperado.

Los músculos del abdomen de Zeus se contraían constantemente con la invasión, le hizo caso y usó su fuerza para masturbarse tan rápido y áspero como las penetraciones, su muñeca no parecía doler.

—Papi... más... más —arqueó su espalda con la curvatura del sillón.

Y lo hizo, Yukhei se abalanzó haciamadelante presionando todo su cuerpo contra un Jungwoo totalmente atado de muslos, las fricciones y movimientos experto de sus caderas más apelativos groseros rompieron su estabilidad en un orgasmo que lo hizo gritar con bocanadas desesperadas por aire.

Podía sentir su pene palpitar mientras derramaba gotas de semen, podía sentir el pene de Sexual Writer palpitar dentro de su ano mientras lo llenaba de su líquido también. Agotados unieron sus rostros mientras el "señor" le daba pequeños lametones por la piel para beber de las gotas de sus sudor. Luego fue descendiendo y lamió los restos de semen que el bebé había dejado en el cuerpo de ambos.

—Comiste algo dulce... —murmuró en el proceso que decidió chupar su glande, Zeus balbuceó incoherencias— tu semen es muy... bueno.

Decidió desatar sus piernas porque, por experiencia propia, sabía que terminaban doliendo después de unos minutos. Por suerte, Kim Jungwoo era flexible como una muñeca.

—¿Quieres quitarte los tacones, bebé? —asintió callado— ven con papá.

Aunque eran casi del mismo tamaño y aunque Zeus no fuese ligero como pluma, tomarlo no fue difícil. Yukhei se acostó en la cama primero y con mucha calma acostó al muchacho sobre él, ambos cuerpos respiraban al unísono agotados como el infierno pero despeinados y satisfechos con una sonrisa coqueta en sus bocas.

Con una mano acarició la planta de sus pies, usar tacones debió dolerle pero parecía haberlo disfrutado también.

—Vamos a ir a bañarnos al jacuzzi.

—¿Dónde estamos señor?

—En mi casa, una que utilizo solo para mí como Sexual Writer.

Jungwoo se retorció un poco sobre la entrepierna de aquel hombre y volvió a sonreír contra su cuello, el contacto de ambos cuerpos era la gloria misma.

—Me gusta ser penetrado... ¿Alguna vez usted lo fue?


Yukhei abrió enormemente los ojos y miró el techo deteniendo toda caricia en el cabello húmedo de su "vecino", hizo un sonido de culpa y susurró que lo sentía mucho, que estaba en todo su derecho si se enojaba por entrometerse.


Meneó la cabeza y sonrió contra su mejilla.

—Pequeña cosita insegura —bebió de su boca y capturó un par de besos autoritarios, era fascinante como aquellos músculos que había tensado se relajaron al instante— pues esos nudos que te hice solo los aprendí de quién me guió en todo esto —susurraba contra su rostro— ¿Acaso quieres cambiar de roles? Totalmente avergonzado Jungwoo se quedó quieto y asintió, quería saber lo que era meter su pene en una cavidad trasera pero estaba seguro que daría vergüenza. ¿Cómo un hombre tan atractivo como Sexual Writer había sido "dominado"? ¿Debía agradecerle a esa persona por formar un maestro en el arte del sexo?

Yukhei, aunque era por naturaleza dominante en el sexo, era una persona de mente muy abierta dispuesto a aprender muchas cosas, no por nada a sus 19 años había hecho muchas cosas que podían darle vergüenza a cualquier religioso.

"Al agua, ahora".

Lo abrazó de lado después de quitarle las mallas, amaba esas piernas blancas, bien formada y con escasos bellos. Juntos caminaron a un baño donde disponía de un jacuzzi, una ducha y también un pequeño sauna. El agua burbujeaba, podía quitarle la venda pero no quería tentar a la suerte.

—Relájate, así.

—Mmmmm mmm —gimió fascinado por la forma en la que el agua caliente acariciaba toda su piel con el burbujeo, su ano seguía sensible.

El castaño rubio se metió más tarde y se sentó en la otra esquina, movió una ceja sorprendido cuando vio a "Zeus" retorcerse mientras mordía sus labios. Se estaba masturbando. Observó la escena como si se tratara de una obra de arte, no podía ver su erección pero los gestos de sus labios y los sonidos amortiguados de satisfacción estaban haciendo efecto en él también.

Jungwoo estaba en eso, pensando en muchas cosas y en como el placer estaba volviéndolo loco ¿Iba a poder apreciar a ese hombre siendo follado por otros? La idea calentó su sangre aún más, su pene que hasta hace un par de minutos había bombeado semen tras el orgasmo, ahora estaba hinchándose de nuevo.

Quería frotarlo más fuerte pero sintió un peso encima, unas manos a cada lado de sus caderas y una boca que lo capturó para chuparlo con frenesí.

—Mierda... mierda —balbuceó.

Sexual Writer estaba haciéndole una mamada poderosa y dominante como si quisiera recalcar que ahí mandaba él y que solo él podía tocarle. Escuchó como sacaba la cabeza a la superficie para respirar, luego se sumergió nuevamente para llevar ese pene hasta la profundidad de su garganta y hacer movimientos con su lengua en el cuerpo de este.

—Ahhh mierda, ahhhhh mmmmm ¡Señor! —gruñó tensando sus dientes.

No veía nada, todo era cosa de sentir y experimentar.

Yukhei emergió para volver a tomar aire y cuando se hundió nuevamente introdujo unos dedos en el ano del muchacho para penetrarlo una y otra vez con mucha velocidad. La sobre estimulación provocó que Jungwoo casi diera patadas inquietas en el agua hasta dar un gran alarido agudo en el ambiente, estaba roto en un orgasmo tan fuerte que podía sentir como su pene botaba semen y como ese hombre se lo tragaba. ¿Quién era la puta aquí?


Fue cosa de segundos que Sexual Writer sacó su cuerpo fuera del agua y tiró de su nuca para besarlo. Su boca sabía a él y le gustaba, le gustaba demasiado como para aferrarse a esa lengua y labios como una sanguijuela.

—Lo hiciste muy bien —jadeaba S.W. contra su boca entre besos y mordidas candentes— lo hiciste muy bien Jungwoo.


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